ENSEÑANZAS BÁSICAS SOBRE LA VIRGEN MARÍA
La Virgen María.
La Santísima Virgen María es también madre nuestra y nos lleva a Jesús. Dios la preservó libre de todo pecado desde su concepción. Por eso es La Inmaculada Concepción. Como toda criatura, ella depende de la redención de Jesucristo pero esta redención operó en ella preservándola de pecado.
La Virgen es madre siendo a la vez siempre virgen. Ella está ahora en el cielo en cuerpo y alma porque fue asunta al cielo.
Más información en el Nuevo Testamento: Lucas 1, 26-38
¿Cuáles son los Dogmas Marianos?
Los dogmas marianos son cuatro:
María es Madre de Dios
La Virginidad Perpetua de María
La Inmaculada Concepción
La Asunción de María.
En el año 431, el Concilio de Éfeso declaró a María Madre de Dios, Theotokos. Resolvió la controversia Nestoriana sobre la naturaleza de Cristo.
En el año 649 (dos siglos después) el Papa Martín I declaró la Virginidad Perpetua (antes, durante y después del parto.
Pasaron mas de mil años antes de la proclamación del próximo dogma: La Inmaculada Concepción (1854), proclamado por el Papa Pío IX ejercitando el carisma de infalibilidad. Este dogma enseña que María fue siempre libre de pecado. No tuvo pecado original.
Un siglo después, el Papa Pio XII, también infaliblemente, definió la Asunción de María (1950): Al final de su vida terrenal, la Madre de Jesús fue llevada a la gloria del cielo en cuerpo y alma.
¿Por qué decimos que María es "Madre de Dios"?
Porque es Madre de Jesús quien es Dios y Hombre. Este dogma fue solemnemente definido por la Iglesia en el siglo V. Si negáramos su maternidad divina entonces también negaríamos que Jesucristo, su hijo, es Dios.
Más información en el Nuevo Testamento: Lucas 1, 39-45
¿Hay muchas Vírgenes María?
Sólo hay una. Pero es conocida por muchos nombres en los diferentes pueblos: Virgen de la Caridad, de la Merced, de Luján, Inmaculada, Guadalupe, Merced, Altagracia, etc. Es la misma y única Virgen María, Madre de Dios y madre nuestra.
Para ser fiel hijo de la Virgen
Ser fieles a la Santísima Virgen exige: Querer ser como Jesús
Amarla como Madre, escucharla como maestra en la fe, descubrirla como modelo de vida cristiana, invocarla como mediadora de todas las gracias, ver que su único deseo es llevamos a Cristo para alabanza del Padre y en la unidad del Espíritu Santo.
La Virgen María nos hará descubrir la Iglesia, de la que es Madre, y nos hará participar de su misión redentora. Por eso la Virgen siempre nos invita a:
1) Consagrar nuestra Vida a su Corazón Inmaculado y Sagrado. En su corazón el Espíritu Santo hace sus grandes maravillas. Esta consagración tiene como fin la entrega total a Jesucristo, la renovación del bautismo.
2) Rezar siempre de corazón, especialmente el Santo Rosario y por la conversión de los pecadores.
3) Meditar la Palabra de Dios todos los días.
4) Frecuentar con devoción la confesión y la Santa Misa. Si es posible, hacer la hora santa ante el Santísimo.
5) Ser fieles a nuestro estado de vida. La santidad se logra cumpliendo nuestros deberes, siendo lo que somos, por amor a Dios y al prójimo.
6) Aceptar y ofrecer nuestros sufrimientos en unión con Cristo. Descubrir que la Humanidad está viviendo horas de extrema dificultad y esta grave purificación puede ser aliviada por nuestra oración y el sufrimiento que generosamente pongamos en su mano de Madre.
7) Hacer penitencia por nuestros pecados y por los pecados con que el Señor continuamente es ofendido; vivir en una continua actitud interior de conversión a Dios y amor al prójimo, hacer sacrificios voluntarios, por amor a Dios.
8) Ser conscientes de la batalla espiritual: Estar en continua vigilancia contra la tentación del demonio.
9) Unidad en la Iglesia con sus pastores; vivir así la vida cristiana en íntima unión con el Papa, los Obispos y los Sacerdotes portadores de la Palabra, dispensadores de la Gracia Sacramental y trabajadores de la unidad en la iglesia.
10) Ejercitarnos en vivir las virtudes cristianas: Fe - Esperanza - Caridad - Humildad -Obediencia - Fortaleza - Sobriedad -Mansedumbre - Generosidad .
11) Evangelizar: Anunciar por todas partes la Palabra de Cristo.
(Web Católico de Javier)