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jueves, 26 de enero de 2017

CURAR LAS CEGUERAS DEL ALMA


Curar las cegueras del alma
Son muchas las cegueras del alma. Desde perezas, cobardías, orgullos y egoísmos y los ojos dejan de ver la luz.


Por: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net 




A base de pequeñas traiciones a la conciencia, el corazón puede endurecerse. Poco a poco inicia una ceguera que dificulta ver el bien, la verdad, la justicia. Entonces alma queda encarcelada entre caprichos y pecados que destruyen y que ahogan.

Son muchas las cegueras del alma. Desde perezas y cobardías, desde ambiciones y envidias, desde lujurias y odios, desde orgullos y egoísmos, los ojos dejan de ver la luz y quedan prisioneros de las tinieblas.

Como enseña san Juan, “quien aborrece a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos” (1Jn 2,11). San Pablo ofrece un análisis más detallado del camino que lleva a la oscuridad y al pecado:

“Porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en sus razonamientos y su insensato corazón se entenebreció: jactándose de sabios se volvieron estúpidos, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una representación en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos, de reptiles. Por eso Dios los entregó a las apetencias de su corazón hasta una impureza tal que deshonraron entre sí sus cuerpos. (...) Y como no tuvieron a bien guardar el verdadero conocimiento de Dios, entrególos Dios a su mente insensata, para que hicieran lo que no conviene: llenos de toda injusticia, perversidad, codicia, maldad, henchidos de envidia, de homicidio, de contienda, de engaño, de malignidad, chismosos, detractores, enemigos de Dios, ultrajadores, altaneros, fanfarrones, ingeniosos para el mal, rebeldes a sus padres, insensatos, desleales, desamorados, despiadados” (Rm 1,21‑31).

¿Cómo salir de ese estado de ceguera? ¿Cómo recuperar nuevamente la vista? Si nos dejamos curar por Cristo, si le permitimos tocar nuestros párpados y humedecer nuestras pupilas, volveremos a ver la luz (cf. Jn 9; Ap 3,18).


“Despierta tú que duermes, y levántate de entre los muertos, y te iluminará Cristo” (Ef 5,14b). Con el Maestro podemos salir de las cegueras del alma. Entonces todo quedará iluminado de una manera distinta, y nuestros ojos percibirán, gracias a la misericordia que cura, un horizonte maravilloso de bondad y de belleza. Seremos así capaces de vivir la plenitud de la Ley: amaremos a Dios y a los hermanos (cf. Mt 22,36-39).

miércoles, 25 de enero de 2017

ANTES DE QUE SEA TARDE


Antes de que sea tarde



Con frecuencia nos damos cuenta de lo que tenemos, sólo cuando lo perdemos. Muchas veces esperamos demasiado para decir: "Tú significas mucho para mí”. A  veces dañamos a las personas que más amamos permitiendo que una tontería nos separe. Muchas veces dejamos que las cosas menos importantes acaparen nuestra mente, y nos perjudiquen.

Una chica le preguntó a un chico, si pensaba que ella era bonita. Él dijo que no. Ella le preguntó si él quería estar con ella para siempre, y él dijo que no. Entonces ella le preguntó que si ella se fuera, él lloraría; y él dijo que no. Ya había escuchado suficiente. Ella comenzó a caminar, y las lágrimas comenzaron a brotar. El chico la agarró de un brazo, y le dijo: Tú no eres linda, eres hermosa. No quiero estar contigo por siempre, necesito estar contigo por siempre. Y si te vas, no lloraría, simplemente moriría...

Por lo tanto… asegúrate de dejarle saber a las personas más importantes en tu vida, cuánto las quieres y cuánto ellas significan para ti. Tómate tiempo de decir las palabras adecuadas, antes de que tu tiempo se acabe. Asegúrate de apreciar todo lo que has obtenido, y sé agradecido por todo lo que significa mucho para ti. (Sitio “María luz divina”).


* Enviado por el P. Natalio

lunes, 23 de enero de 2017

SÉ LUZ DEL MUNDO


Sé luz en el mundo


El Señor te ha regalado la luz de la fe para que la irradies a tu alrededor, con el ejemplo y con la palabra. Jesús te anima a hacer brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ti (Mateo 5, 13-15). Cada uno tiene posibilidades distintas, pero no menos importantes aunque parezcan restringidas. Dios ha dispuesto que las almas vayan iluminando otras almas, como si fueran antorchas.                   

Si puedes ser una estrella en el cielo, sé una estrella en el cielo.
Si no puedes ser una estrella en el cielo, sé una hoguera en la montaña.
Si no puedes ser una hoguera en la montaña, sé una lámpara en tu casa.

Esto me hace recordar un aviso para cierta celebración, cuya ambigüedad  hizo sonreír a todos los presentes: “El párroco encenderá su vela en la del altar. El diácono encenderá la suya en la del párroco, y luego encenderá uno por uno a todos los fieles de la primera fila”. Ojalá que todos fuéramos antorchas vivientes de Cristo Jesús “luz del mundo”, para iluminar a tantos que todavía “yacen en tinieblas y en sombras de muerte”. Que Dios, que “es luz y en quien no hay tiniebla alguna”, te bendiga e impulse a tu misión.


* Enviado por el P. Natalio

UNA PALABRA


Una palabra…


El apóstol Santiago en su carta nos recomienda vigilar la lengua que, a pesar de ser un miembro pequeño del cuerpo, puede provocar desastres, lo mismo que una chispa puede originar un incendio pavoroso. Amado Nervo, conocido poeta mejicano (1870-1919), brevemente explica el poder que tiene una sola palabra, ya sea acertada o fatal.

“Una palabra cualquiera puede ocasionar una discordia. Una palabra cruel puede destruir una vida. Una palabra amarga puede crear odio. Una palabra brutal puede golpear y matar. Una palabra agradable puede suavizar el camino. Una palabra a tiempo puede ahorrar un esfuerzo. Una palabra alegre puede iluminar el día. Una palabra con amor y cariño puede curar y bendecir”.

San Pablo recomendaba a los cristianos de Éfeso: “No profieran palabras inconvenientes; al contrario, que sus palabras sean siempre buenas, para que resulten edificantes cuando sea necesario y hagan bien a aquellos que las escuchan”. Palabras edificantes son las que construyen la paz, la alegría y la unión de los corazones. Nos encontramos aquí mañana. El Señor te bendiga.


* Enviado por el P. Natalio

sábado, 21 de enero de 2017

ME AMÓ Y SE ENTREGÓ POR MÍ


Me amó, y se entregó por mí



Jesús se queja: “me llamas Maestro, y no me preguntas. Me llamas Luz, y no me miras. Me llamas Verdad, y no me crees. Me llamas Camino, y no me sigues. Dices que soy Divino, y no me amas. Dices que soy Generoso, y no me pides. Dices que soy Misericordioso, y no confías en mí.  Dices que soy Omnipotente, y no me honras”.

Un misionero en medio de unos indios iroqueses de Norteamérica, sentados en el suelo, les hablaba sobre la generosidad de la entrega de Cristo. Y a medida que avanzaba su explicación el jefe indio, decía:
—Jefe indio da su hacha a Jesucristo.
—Jefe indio da su manta a Jesucristo.
—Jefe indio da su caballo a Jesucristo.
—Jefe indio se entrega a Jesucristo.
Hermano/a, ¿qué tal va tu amor a Jesús? ¿No te aventaja tal vez este jefe indio?

Jesús ilumina y llena tu vida. Como a los apóstoles él te envía a comunicar la alegría de la salvación, y transmitir tu experiencia personal de fe. Se trata de conducir a los extraviados al encuentro con Jesús vivo en su Palabra, en los sacramentos y en la comunidad eclesial. Persuádelos diciéndoles “ven y verás”.



* Enviado por el P. Natalio

viernes, 20 de enero de 2017

LA CONVERSIÓN DE UN FUTBOLISTA


La conversión de un futbolista 



1)  Para saber
A inicios del año, el Papa Francisco se dirigió a unos convencionistas en vistas a una Asamblea que tendrá como tema ‘Jóvenes, fe y discernimiento vocacional’.
Hoy en día, dijo el Papa, los jóvenes tienen necesidad de una fuente de agua fresca para saciar su sed, y después proseguir en su camino de búsqueda. ¿De dónde la beberán? Esa agua saldrá de las personas que saben decirle al Señor un sí total y generoso con una vida entregada. Su ejemplo de vida será parecida a una fuente de agua, nacida hace mucho tiempo en la profundidad de la tierra, que sale al exterior mediante un goteo de pureza y frescura.

2) Para pensar
Alberto García Aspe fue un exitoso futbolista mexicano. Jugó para los clubes mexicanos Pumas, Necaxa, América, Puebla y el club argentino River Plate. También fue seleccionado nacional para las Copas Mundiales de Estados Unidos 94, Francia 98 y Corea-Japón 2002. Ahora es comentarista de la cadena Fox Sports. Hace poco dio su testimonio sobre su fe en Dios y su amor hacia la Virgen de Guadalupe: “Hoy me siento realmente orgulloso de poder dar a conocer lo que Dios ha logrado en mí y en mi familia, desde que tuve mi encuentro con Él”.

Alberto reconoce que no siempre tuvo una fe viva: “Provengo de padres católicos, pero la práctica de nuestra religión se limitaba a ir los domingos a Misa, o alguna celebración; es decir, como católicos ‘light’. No practicábamos verdaderamente la oración, ni hacíamos ayuno… ¡Hoy todo eso ha cambiado!”, explicó.

En su vida el éxito y la fama lo llevaron a descuidar a la familia. Hubo momentos difíciles, incluso llegó a pensar en el suicidio. Pero un día le avisaron del hospital que su esposa estaba muy grave. El mismo médico le pidió que rezara mucho por ella. Entonces ocurrieron dos sucesos que nunca olvidaría: Ya para ser intervenida, una enfermera traía en su broche su nombre: Guadalupe. Su esposa le preguntó si creía en la Virgen. La enfermera le respondió: ‘¡Sí, no se preocupe, le aseguro que todo va a estar bien!’.

Luego, esperando el resultado de la delicada intervención una amiga invitó a rezar el Santo Rosario, y aunque al principio Alberto no quería, cedió. Y justo en el momento en que terminó el rezo, sonó el teléfono; era el doctor con la noticia de que su esposa estaba fuera de peligro. ¡Gracias a Dios estaba a salvo! Entonces, pensó el jugador: “Comprendí que el Señor aún tenía planes para mí”. Una enfermera con fe y una amiga que invita a rezar. Ambas coherentes con su vocación y Dios se valió de ello para reavivarle la fe a otros. Concluía Alberto: “detalles que definitivamente me acercaron más a Dios y a la Virgen de Guadalupe”.

3) Para vivir
Ayudar a otros a descubrir su vocación, es ayudarles a ser felices. Para ello es preciso saberlos escuchar, estar dispuesto a dedicarles nuestro tiempo, a convivir y, desde ahí, saber transmitirles la belleza, el estupor y la maravilla de estar enamorados de Dios.
Cuando se es fiel a la propia vocación, además de encontrar el sentido de la propia vida, Dios presta su ayuda para llevarla a cabo. El Señor encuentra ‘camino libre’ para obrar maravillas y hacer mucho bien a otras personas.


© Pbro. José Martínez Colín

LLAMADOS A SER APÓSTOLES


Llamados a ser apóstoles


Aquel que quiere ser apóstol hasta las raíces, ha de alcanzar el grado más alto posible de autosantificación


Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Retiros y homilías del Padre Nicolás Schwizer 




La santificación es el fundamento del apostolado. El grado de autosantificación debe corresponder al grado de la actividad apostólica y viceversa. Entonces, “aquel que quiere ser apóstol hasta las raíces, ha de alcanzar el grado más alto posible de autosantificación” (Principios Generales, pág. 91). Y este es el caso de los miembros de Schoenstatt.

Pero no se trata solamente de educarnos y santificarnos para el apostolado universal, sino también de educarnos y santificarnos a través del apostolado. Es decir: el apostolado es también un medio poderoso en el camino hacia la santidad. En conclusión podemos decir que el mejor apóstol y el mejor preparado para el apostolado, es el más santo.

Como miembros de Schoenstatt, todos estamos llamados a ser apóstoles y a tener un espíritu marcadamente apostólico. Es nuestra vocación al apostolado universal.

En el año 1928, el Padre dio una definición del hombre apostólico. Decía: “El apóstol es un hombre que, partiendo de una profunda vinculación a Dios, se empeña permanentemente y con todos los medios, por la salvación de las almas inmortales” (Principios Generales, pág. 86).

Dios, fuente de nuestro apostolado
En esta definición hay algo esencial para el apostolado cristiano y schoenstattiano: la vinculación con Dios. Todo apostolado debe tener su fuente en el amor a Dios. El amor al prójimo debe encenderse en el amor a Dios, es proyección, es prolongación del amor a Dios.

Esto me recuerda un suceso que he leído alguna vez: El abad Pierre, famoso sacerdote francés, que había fundado una organización para ayudar a los más pobres - los traperos de Emaús - visitó la Argentina en los años 60. Y sucedió que viajando desde Buenos Aires a Montevideo se hundió su barco en un gran accidente. Él consiguió salvarse porque una señora le tendió un palo que flotaba, y permaneció así unas horas a la deriva. Al día siguiente, los periodistas le preguntaron que había pensado ante la inminente posibilidad de la muerte:

“Miren - les dijo - yo creo haber pasado mi vida con una mano tendida hacia los demás y yo estaba seguro que teniendo una mano tendida a los demás, la otra mano me la sostenía Dios”.
Me parece una respuesta maravillosa de parte de uno de los grandes apóstoles de nuestro tiempo. Y a la vez es como un símbolo de lo que estamos hablando: el verdadero apóstol tiene una mano tendida hacia Dios y la otra hacia los hermanos.
Debemos preguntarnos si la fuente de nuestro apostolado es realmente Dios. O si hacemos apostolado más bien por una tendencia natural a la actividad, o por un afán de lucir, o tal vez por puro activismo. En tales casos estaríamos construyendo sobre arena, y no sobre fundamento firme.

La salvación de las almas inmortales
El apóstol se empeña por la salvación de las almas inmortales. Este celo por las almas caracterizaba a los grandes apóstoles de todos los tiempos. San Ignacio decía: “Si pudiera morir mil veces al día, moriría con gusto por salvar una sola alma”. Y también su gran discípulo, San Francisco Javier, cuando una vez bautizó a un niño moribundo, comentaba: “Esto ya me recompensa del largo y penoso viaje que tuve que hacer para llegar a las Indias”. Santa Catalina de Siena, que por su actividad apostólica hizo un bien extraordinario para el Reino de Dios, decía de sí misma: “Mi naturaleza es de fuego”.

Eso me recuerda unas palabras que el Padre solía decirnos en este contexto: “Con un pedazo de hielo no es posible hacer fuego”. ¿Llevamos nosotros un fuego adentro que quiere encender a otros corazones? El Padre Kentenich tenía, sin duda, esta naturaleza de fuego. Una vez aseguraba: “Durante toda mi vida me ha guiado un único gran ideal: Dios y las almas. Todo lo demás es secundario para mí, es subordinado consecuentemente a esta única gran idea de mi vida…Día y noche - así se puede decir con razón - he vivido y trabajado en mi taller secreto exclusivamente para las almas…”

Preguntas para la reflexión
1. ¿Soy una persona apostólica?
2. ¿Puedo enumerar mis apostolados?

jueves, 19 de enero de 2017

EL BUEY EL MOSQUITO


El buey y el mosquito



La gente tiene a menudo una imagen inflada de sí mismo: desea con ardor que los resultados de su actuación estén a la altura de la efigie que tienen de su persona. Y, como es raro que se dé esa adecuación, la gente reacciona entre frustrada y resentida. Estamos al borde de la locura, metidos en la neblina de la alucinación (Larrañaga).

En el cuerno de un buey se posó un mosquito. Luego de permanecer allí largo rato, al irse a su vuelo preguntó al buey si se alegraba de que por fin se marchase. El buey le respondió: —Ni supe que habías venido, ni lo notaré cuando te vayas. Esopo.

Según santo Tomás de Aquino, Cristo nos recomendó por encima de todo la humildad, por esta razón: porque con ella se anula el principal impedimento para nuestra santificación. Todas las demás virtudes derivan de ella su valor. Sólo a ella le concede Dios sus gracias, y las retira cuando ella desaparece.


* Enviado por el P. Natalio

TODOS LO LLAMAMOS PADRE


Todos lo llamamos padre
La invocación de Dios con el nombre de Padre constituye uno de los fenómenos originarios de la historia de las religiones, de forma que la divinidad es considerada 


Fuente: Tiempos de Fe, año 1, No. 6, 




Todos lo llamamos padre

Características de la paternidad divina

Nuestro Credo comienza con la frase: Creo en Dios, Padre, todopoderoso, que resume la sustancia del mensaje Jesucristo: la llegada del reino de Dios, que él mismo llamó "Su padre" y al que no se enseñó y  permitió  invocar como nuestro Padre.

La invocación de Dios con el nombre de Padre constituye uno de los fenómenos originarios de la historia de las religiones, de forma que la divinidad es considerada "padre de los dioses y de los hombres". Consideración ésta de la que se hace eco el Catecismo de la Iglesia Católica.

El concepto de padre, presenta a "dios" como origen y principio de unidad del universo. El padre es el origen del que depende la propia existencia (Zeus-Júpiter, el padre de los adioses y hombre). Más profundamente el Antiguo Testamento habla de Dios Padre del Dios de Abraham.... No por genealogía natural sino por elección histórica.


Esta paternidad indica que:

Dios es origen primero y único de todo: es Creador.

Es autoridad trascendente.

Trasciende la distinción humana de los sexos. No es hombre ni es mujer, es Dios. En Él no hay lugar para la diferencia de los sexos.

 Nadie es Padre como lo es Dios, trasciende la paternidad maternidad humana.

La paternidad de Dios se concibe  como la acción salvadora realizada en la historia y que da origen al pueblo, como su pueblo.

La idea de la elección presupone que Dios en el señor de todo, el padre que lo creó todo y que por eso es el fundamento y dueño de todo.

Hay una semilla de lo que será el Padre  de Jesucristo: Si mi Padre y  mi Madre me abandonaran, Yavhé me recogerá.

El Nuevo  Testamento  es la culminación de la antigua al designar a Dios como Padre en palabras del mismo Jesús.

Es Padre en sentido nuevo: no sólo en cuanto Creador, es eternamente Padre en relación a su Hijo único, que recíprocamente solo es Hijo  en relación a su Padre.

Lo llama así porque alude al núcleo de la anuncio de Cristo y de toda su conducta: el mensaje de la llegada del reino de Dios, que tiene su origen en Dios y que es pura gracia y misericordia. En la parábola del hijo pródigo la salvación está en el retorno al padre.

Es Jesús que nos revela a Dios como padre en relación a él como hijo y al espíritu. Nos descubre la Trinidad divina. Y es Jesús el que nos faculta a llamarle también padre. 

El trato de Jesús es realmente familiar, "Abba" de intimidad personal. Escandaloso en boca de los judíos.

El padre es el origen y el fin de la obra redentora de Cristo. Es el origen el contenido de la revelación y el hijo es el revelador del padre porque él ve al padre. 

Con el término padre, en continuidad con Antiguo  Testamento, designa a Dios como un ser personal que actúa y habla libremente en la historia y entró en la alianza con los hombres: tiene un rostro personal concreto, tiene un nombre y puede ser llamado por su nombre. Por eso todos, los cercanos y los lejanos le llamamos Padre,  pues somos hechura de sus manos y objeto de su Providencia y a todos  por igual nos acoge en su regazo con la ternura de un padre para con sus hijos.


Conclusión

Designar a Dios con el nombre de "Padre", indica principalmente dos aspectos: que Dios es origen primero de todo y autoridad transcendente y que es al mismo tiempo bondad y solicitud amorosa para todos sus hijos. Esta ternura paternal de Dios puede ser expresada también mediante la imagen de la maternidad que indica más expresivamente la inmanencia de Dios.

miércoles, 18 de enero de 2017

LA SOLEDAD, COMPAÑERA DE VIDA


La soledad, compañera de vida



La soledad es un sentimiento que nos llena el alma de un silencio frío y oscuro si no la sabemos encauzar. Hay rostros surcados de arrugas, de piel marchita, de labios sin frescura, de ojos empequeñecidos, turbios y apagados que nos hablan por sí solos de la soledad. Si sus voces nos llegaran nos dirían de su cansancio, de su miedo, pero sobre todo de su soledad....

Pero no hace falta que seamos ancianos para que en la vida nos acompañe la soledad.

La soledad del sacerdote, aún los más jóvenes, con sus votos de obediencia, pobreza y castidad, pero a veces es más dura la soledad de su propio corazón, que aunque ayudado por la Gracia de Dios no deja de ser humano. Tienen que consolar a los seres que llegan hasta ellos con sus penas, con sus problemas pero su corazón no puede aferrarse a ninguna criatura de la tierra y a veces se sienten solos, muy solos, tan solo acompañados de una gran soledad

La soledad en la adolescencia, duele profundamente por nueva, por incomprensible... Los padres se están divorciando, se quiere a los dos, se necesita a los dos, pero para ellos parece que no existe ese ser que no acaba de comprender y que está muy solo. Ellos tienen sus pleitos, su mal humor. La mamá siempre llorando, el papá alzando la voz... para él nada... tal vez lamentan hasta que hayan nacido. Si se divorcian será un problema ¿Qué será de él? ¡Qué gran soledad, qué amarga soledad!

Las monjas misioneras, los misioneros, lejos de sus seres queridos y en tierras extrañas.

Y la soledad en algunos matrimonios, esa soledad que ahoga, que asfixia... que como dice el poeta: "es más grande la soledad de dos en compañía". El hombre de grandes negocios, empresario importante, magnate en la sociedad que parece que lo tiene todo pero que en el fondo vive una gran soledad.

La soledad de las grandes luminarias siempre rodeadas de personas y siempre solas... Las esposas de los pilotos, de los marinos, de los médicos, saben de una gran soledad y ellos a su vez, en medio del cumplimiento del deber, también están solos. La soledad de las personas que han perdido al compañero o compañera de su vida, ese quedarse como partido en dos porque falta la otra mitad, ese no saber cómo vivir esas horas, ahora tan vacías, tan tristes, tan solas...

Si no convertimos esa soledad en compañía para otros seres quizá, más solos aún que nosotros mismos, si no llenamos ese vacío y esas horas con el fuego de nuestro amor para los que nos rodean y nos necesitan, esa soledad acabará por aniquilarnos, ahogándonos en el pozo de las más profunda depresión.

En realidad todos los seres humanos estamos solos. La soledad está en nuestras vidas pero hay que saber amarla. Si le tenemos miedo, si no la amamos y no aprendemos a vivir con ella, ella nos destruirá. Si le sabemos dar su verdadero sentido, ella nos enriquecerá y será la compañera perfecta para nuestro espíritu. Con ella podremos entrar en nuestra alma, con ella podremos hablar con nuestros más íntimos sentimientos.

Ella nos ayudará, ella, la soledad bien amada y deseada a veces, nos llevará al encuentro de nuestra propia identidad y luego al mejor conocimiento de Dios, que llenará nuestras vidas porque Él es todo amor.


Por: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net

martes, 17 de enero de 2017

ABRIR EL CORAZÓN



Abrir el corazón



La sinceridad es una virtud exigente, ya que puedes faltar a la verdad de distintas y sutiles maneras. Por ejemplo, con la simulación, que es mentir con los hechos, o con la hipocresía pasando por lo que no eres, o con jactancias atribuyéndote excelencias que no posees, o con adulaciones cuando engañas para sacar algún provecho de los otros.

Abrir el corazón es ser sincero por encima de todos los engaños que nos hacen aparentar ser fríos e invulnerables. Es un acto de generosidad con los demás y un ejercicio de honestidad con nosotros mismos. Es apuntar a lo más sublime de nuestro ser, reconociendo en los demás aquello que también está en nosotros. Es sembrar ahora mismo la semilla selecta que hemos guardado para un mejor momento. Es seguir el impulso de lo noble, justo y recto que hay en ti. Deja hablar al corazón, porque ése es el mejor maestro que te llevará a un conocimiento más profundo.

Vivir con sinceridad es decidirte a hablar con la verdad en la mano aunque a veces te cueste; a no mentir para salir de una dificultad o librarte de una responsabilidad; a no mentir para que los demás piensen algo bueno de ti; a reconocer con honestidad cuando te has equivocado sin tratar de justificarte. He aquí un camino exigente de grandeza moral.


* Enviado por el P. Natalio

lunes, 16 de enero de 2017

ACEPTA LOS CONTRATIEMPOS


Acepta los contratiempos



Cuántas pequeñas contrariedades pasan cada día pueden desestabilizarte, ponerte de mal humor, amenazando oscurecer toda tu jornada. Hoy te ofrezco una oración muy buena del P. Víctor Fernández para disponerte a sobrellevar con paciencia y en paz estos incidentes, sin que te envuelvan en su negatividad.

Señor, acepto que hoy no sea un día perfecto, ya he aprendido que esta tierra todavía no es el cielo. Sólo te pido que mi vida no sea inútil, que lo que yo viva hoy sirva para algo. No pretendo que todo sea fascinante en este día, y quiero regalarte con amor todo pequeño cansancio, sufrimiento, contratiempo o dificultad que deba soportar. Te ofrezco, Señor amado, todo lo que me pueda desagradar en esta jornada, te lo entrego con amor, así como tú te entregaste entero, hasta el fin, en la cruz. Dame mucha paciencia, Señor mío, para poder responder al mal con el bien, para no entrar en una espiral de violencia, para aceptar con calma todo lo que me perturbe en mi relación con los demás. Te lo entrego todo a ti. Recíbelo, Señor.

Una persona te falla a una cita sin avisar, una comunicación que no puedes hacer porque nadie atiende el teléfono, la comida es insuficiente y no de tu gusto, etc., son situaciones que requieren calma y buen humor para no perturbarte. Puedes fortalecer tu decisión repitiendo: “Ayúdame, Señor, a mantenerme sereno y tranquilo”.


* Enviado por el P. Natalio

domingo, 15 de enero de 2017

CAMBIAR EL MUNDO


Cambiar el mundo


Las grandes realizaciones han comenzado por algo simple. Para acercarse a la cumbre de una alta montaña, da el primer paso para lograr tu objetivo, y luego con paciencia y esperanza suma pasos en la misma dirección. Se trata de hacer realidad un bello ideal desde lo concreto e inmediato. Lee ahora la experiencia de una persona.

Siendo joven yo era un revolucionario y mi oración a Dios era: —Señor, dame la energía para cambiar al mundo.
Al llegar a los cuarenta y advertir que la mitad de mi vida se había ido sin que yo hubiese cambiado una sola persona, modifiqué mi oración: —Señor, dame la gracia para cambiar a todos aquellos con quienes tengo contacto, solamente mi familia y mis amigos y estaré satisfecho.
Ahora, que ya soy un anciano y mis días están contados, mi única oración es: —Señor, dame la gracia de cambiarme a mí mismo. ¡Si hubiera orado de esta forma desde el principio, no hubiese desperdiciado mi vida!

“Cambiarse a sí mismo”, es en verdad lo más accesible y cercano para comenzar. Pero también es cuestión de lealtad consigo mismo y los demás. Jesús señaló esto en los fariseos de su tiempo. No practicaban lo que aconsejaban a los otros. “Las palabras mueven, pero los ejemplos arrastran”. Para cambiar el mundo, comienza por ti.


* Enviado por el P. Natalio

viernes, 13 de enero de 2017

LA SOLEDAD COMPAÑERA DE LA VIDA


La soledad compañera de la vida
La soledad está en nuestras vidas, pero hay que saber amarla. Nos llevará al encuentro con Dios que llenará nuestras vidas porque El es todo amor.


Por: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net 




La soledad es un sentimiento que nos llena el alma de un silencio frío y oscuro si no la sabemos encauzar. Hay rostros surcados de arrugas, de piel marchita, de labios sin frescura, de ojos empequeñecidos, turbios y apagados que nos hablan por si solos de la soledad. Si sus voces nos llegaran nos dirían de su cansancio, de su miedo, pero sobre todo de su soledad....

Pero no hace falta que seamos ancianos para que en la vida nos acompañe la soledad.

La soledad del sacerdote, aún los más jóvenes, con sus votos de obediencia, pobreza y castidad, pero a veces es más dura la soledad de su propio corazón, que aunque ayudado por la Gracia de Dios no deja de ser humano. Tienen que consolar a los seres que llegan hasta ellos con sus penas, con sus problemas pero su corazón no puede aferrarse a ninguna criatura de la tierra y a veces se sienten solos, muy solos, tan solo acompañados de una gran soledad

La soledad en la adolescencia, duele profundamente por nueva, por incomprensible...Los padres se están divorciando, se quiere a los dos, se necesita a los dos, pero para ellos parece que no existe ese ser que no acaba de comprender y que está muy solo. Ellos tienen sus pleitos, su mal humor. La mamá siempre llorando, el papá alzando la voz... para él nada... tal vez sientan hasta que haya nacido. Si se divorcian será un problema ¿Qué será de él?¡Qué gran soledad, qué amarga soledad!

Las monjas misioneras, los misioneros, lejos de sus seres queridos y en tierras extrañas.

Y la soledad en algunos matrimonios, esa soledad que ahoga, que asfixia...que como dice el poeta: "es más grande la soledad de dos en compañía". El hombre de grandes negocios, empresario importante, magnate en la sociedad que parece que lo tiene todo pero que en el fondo vive una gran soledad.

La soledad de las grandes luminarias siempre rodeadas de personas y siempre solas... Las esposas de los pilotos, de los marinos, de los médicos, saben de una gran soledad y ellos a su vez, en medio del cumplimiento del deber, también están solos. La soledad de las personas que han perdido al compañero o compañera de su vida, ese quedarse como partido en dos porque falta la otra mitad, ese no saber cómo vivir esas horas, ahora tan vacías, tan tristes, tan solas...

Si no convertimos esa soledad en compañía para otros seres quizá, más solos aún que nosotros mismos, si no llenamos ese vacío y esas horas con el fuego de nuestro amor para los que nos rodean y nos necesitan, esa soledad acabará por aniquilarnos, ahogándonos en el pozo de las más profunda depresión.

En realidad todos los seres humanos estamos solos. La soledad está en nuestras vidas pero hay que saber amarla. Si le tenemos miedo, si no la amamos y no aprendemos a vivir con ella, ella nos destruirá. Si le sabemos dar su verdadero sentido, ella nos enriquecerá y será la compañera perfecta para nuestro espíritu. Con ella podremos entrar en nuestra alma, con ella podremos hablar con nuestros más íntimos sentimientos.

Ella nos ayudará, ella, la soledad bien amada y deseada a veces, nos llevará al encuentro de nuestra propia identidad y luego al mejor conocimiento de Dios, que llenará nuestras vidas porque El es todo amor.

jueves, 12 de enero de 2017

DECÍDETE A SERVIR


Decídete a servir



Hay personas que al organizar su propia vida se plantean la pregunta ¿dónde puedo ser más útil a los demás? Es un buen planteo desde el vamos, porque han dejado a un lado la propia comodidad y ventaja, para centrarla en el prójimo. Es un enfoque que pone el servicio en primer lugar.

Pocos son los hombres que construyen ciudades; la mayoría las habita. Pocos son los que proyectan la construcción de un puente; la mayoría lo utiliza. Pocos son los que levantan rascacielos y fábricas; la mayoría trabaja en ellos. Igual que esos pocos privilegiados, la felicidad llegará a ti cuando te atrevas a poner los cimientos de grandes estructuras, para satisfacer las necesidades de tus semejantes. Desarrolla dentro de ti el magnífico sueño de guiar a los hombres a  desarrollar y utilizar todo su potencial, y así les ayudarás a levantar estructuras gigantescas con sus propias vidas. Cuando te hayas atrevido a ayudar a tus semejantes, habrás descubierto el significado de una vida feliz, más rica y abundante. ¡Te reto a que lo hagas!

La situación difícil que atraviesa la Argentina  —economía fluctuante, inflaciones periódicas, falta de trabajo, crecimiento de la pobreza, etc.— ha generado un hecho digno de admiración: el voluntariado. Personas que, dejando la queja estéril, entregan su vida a las necesidades urgentes que perciben a su alrededor. Son vocaciones de servicio.


* Enviado por el P. Natalio

LAS VISITAS A CRISTO Y A LA VIRGEN MARÍA


Las visitas a Cristo y a la Virgen
Ellos están ahí, cerca de tu puerta, con una sonrisa cada día, con amor cada hora, con las manos repletas de bendiciones para ti.


Por: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net 





Las visitas a la Santísima Virgen y a Jesucristo, realizadas con fe y fervor, infunden no pocos ánimos. En tu ciudad viven, a unos pasos de tu calle; no cuesta gran cosa visitarles un minuto, darles los buenos días, pedirles una misericordia para la jornada. Esas pequeñas visitas, esos pequeños momentos, robados a tu abultada agenda, inyectarán vigor a tu alma triste; ve a visitarles con más frecuencia, con más amor y menos prisa, que son los amigos de tu alma, los que ponen suavidad y eficacia en tus actividades febriles.

María Santísima y Jesús están ahí, cerca de tu puerta, con una sonrisa cada día, con amor cada hora, con las manos repletas de bendiciones para ti.

Jesús y María son dos antiguos amigos desaprovechados; siempre los tuviste, siempre los tendrás muy cerca de ti, a total disposición, con un amor que, si supieras... pero conocer es el arte que pocos aprenden; si conocieras quién es... suena a dulce reto.

Si el arte de vivir es amar y ser amado, ahí tienes dos amigos que siempre te han querido y a los que no has sabido amar.

Una breve visita, un corto detenerse, un pequeño gesto de cariño, un mirar y ser mirado, un alargar la mano y dar la diaria limosnita de amor.

martes, 10 de enero de 2017

EL BROCHAZO


El brochazo



Un artista estaba pintando la bóveda de un templo y con frecuencia daba unos pasos hacia atrás en el andamio para contemplar su obra. Se encontraba tan absorto contemplando su trabajo, que no se había dado cuenta de que iba a caer en el pavimento que estaba a gran altura del andamio.

Otro pintor, hermano de aquel, viéndolo en peligro y comprendiendo que una palabra podría apresurar su caída, arrojó una brocha sobre el cuadro que contemplaba el artista que estaba en peligro. Este pintor, sorprendido y enojado, violentamente se dirigió hacia adelante, salvándose así de una caída que hubiera sido mortal. De esta manera, Dios algunas veces destruye también las halagadoras esperanzas de nuestro corazón, para advertirnos el grave peligro en que estamos por causa del pecado, y para salvar nuestras almas.

Muchas veces no entendemos que por estar tan absortos en nuestros propios logros, éxitos y ambiciones, damos pasos en falso que podrían destruir nuestras propias vidas y Dios, en su misericordia, interviene para despertar nuestra conciencia dormida. A veces, Él lanza su brocha contra el cuadro de nuestra vanidad para demostrarnos que nos ama y que más que estar interesado en nuestros éxitos , Él está interesado en nosotros como sus hijos.

La proxima vez que Su brocha manche tu cuadro, dale gracias a Dios, porque quizá te haya librado de caerte del andamio.



Web católico de Javier

lunes, 9 de enero de 2017

PENICILINA AL BAUTIZADO


Penicilina al bautizado



En la Biblia se da mucha importancia al nombre de las personas: en cierta manera indica su naturaleza y su misión. El cambio de nombre significa que la persona adquiere nuevas capacidades para una nueva misión. Por ejemplo: Jesús pone a Simón el nombre de Pedro: le da firmeza como para ser fundamento de la Iglesia

Un padre misionero que llegó al pueblito, se dedicaba no sólo a cuidar la salud espiritual de los fieles sino también la salud física. Una tarde un paisano llegó del campo para hacer bautizar a su hijita. —Mire, padrecito, ando con ganas de cristianar a mi niñita. —Cómo no, mi amigo, para eso estamos. Al empezar la celebración el sacerdote vio una infección en el bracito de la nena y pensando que era necesaria una curación inmediata, dijo al paisano: —Mire, señor, a esta chica hay que ponerle penicilina. A lo que el paisano un poco enojado le respondió: —No, no, no, usted a mi hija le pone “Ruperta”, o ya mismo la llevo a otro cura.

Lo del cambio del nombre es tan notable en la Biblia, que un día todos los que entren triunfantes en la Jerusalén celestial recibirán un nombre nuevo, adecuado a los redimidos del Señor (Ap. 3:12). Alabemos a Jesús, que significa “salvador”, porque para eso nació para librarnos del pecado y de la muerte eterna.


* Enviado por el P. Natalio

USTEDES SERÁN MIS TESTIGOS


“Ustedes serán  mis testigos”



Un día Jesús dijo a una famosa mística francesa, Gabriela Bossis, después de la comunión:

"Vive sólo para mí. Cuando hables, que se vea bien que lo único que te importa soy Yo. No temas mencionar mi nombre en la conversación, pues todos, sin saberlo, tienen necesidad de mí. Y el Nombre de Dios puede suscitar el bien en las almas. Trata de adquirir este hábito y Yo te ayudaré. Vendrán a ti para oír hablar de mí. ¿Qué podrías temer, si Yo me tomo la parte más grande de tu trabajo? Que te dé placer sembrar mi Nombre en las palabras que pronuncias; como una tierna reparación por el dolor que me causan todos aquéllos que quieren borrarme en todas partes, aún en el alma de los niños pequeños. Siembra mi Nombre. Yo daré el crecimiento.”

Como testigos de Cristo debemos dar testimonio valiente de nuestra pertenencia a él. No sólo en circunstancias especiales como lo hicieron los mártires, sino en el día a día.  Con sencillez y entereza el discípulo de Cristo irradia quién es para él el tesoro de su corazón, la razón de su vida, la fuerza que lo sostiene.


* Enviado por el P. Natalio

sábado, 7 de enero de 2017

COMPAÑEROS DE VIAJE


Compañeros de viaje
Todos, lejanos o cercanos, vamos hacia adelante, nos acercamos, inexorablemente, a una meta común: el cielo.


Por: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net 




En tren, en autobús, en coche, en avión o en barco, viajamos juntos.

Desde que cruzamos la puerta, comenzamos a ser compañeros de viaje. Quizá solo por unas horas, en ocasiones durante varios días. Luego, cada uno seguirá su camino, hasta alcanzar la meta que esperaba.

Mientras dura el viaje, estamos juntos. Tal vez en silencio, por respeto a los pensamientos del otro. Tal vez en una conversación intrascendente, hablando del tiempo, del fútbol o del mal estado de las carreteras. Tal vez, en un diálogo profundo, porque logramos conectar en un interés común.

El tiempo no perdona. Llega la hora de separarnos. Si el viaje ha permitido un encuentro feliz y fecundo, queda en el corazón algo de tristeza. Quizá nos volveremos a ver más adelante, en una de esas misteriosas casualidades de la vida. O tal vez hemos intercambiado teléfonos y mails, deseosos de seguir nuestro diálogo.

¿Qué significó ese encuentro casual? ¿Fuimos simplemente dos extraños que estaban juntos durante el viaje? ¿Había algo dentro de cada uno que nos permitía compartir intereses, ideales, sueños, temores y esperanzas?



Si alargamos la mirada, seremos capaces de reconocer que somos compañeros de camino de cada ser humano. Algunos están lejos, a miles de kilómetros de distancia. Otros están muy cerca, en el piso de arriba o de abajo, aunque en ocasiones no sabemos sus nombres...

Todos, lejanos o cercanos, vamos hacia adelante, nos acercamos, inexorablemente, a una meta común: la que inicia tras la muerte.

El camino hacia esa meta definitiva parece largo. Para algunos, el final llega de modo inesperado. Para otros, se retrasa más de lo que desearían. Para todos, esa meta nos une misteriosamente: al otro lado de esa frontera descubriremos que en cada uno había un alma llamada a lo eterno, hermanada, profundamente, con los demás seres humanos.

El viaje continúa, en este tren tranquilo o en ese camión que nos marea con sus curvas. Tú y yo estamos de camino. Somos compañeros, y es hermoso cuando logramos sintonizar en temas que deciden el presente y el futuro: Dios, el amor, la verdad, la justicia, la misericordia, la belleza de lo eterno...
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