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miércoles, 17 de julio de 2013
MARÍA, CONTIGO ESTÁ DIOS
María: contigo esta Dios
María Velázquez Dorantes
Cuando el camino que nos lleva a la cima se torna pesado, y nos encontramos agotados por adulaciones de la vida presente, y los azotes de mortíferos insultos, aún es posible encontrar a Dios visiblemente proyectado en una Mujer.
En ese mismo andar, podemos descubrir en la aurora de la mañana a María que está sentada quizás en una nube celestial observando ese peregrinar que todavía no encuentra la misión esencial, y con la calma de su dulce mirar, podemos elevar los ojos al inmenso cielo y encontrar en el efecto de las nubes la sonrisa de la mujer que nos ve, desde lo alto.
Por el mediodía, María decide dar un paseo por la humanidad y hacerse presente en medio del sol, como esa llama dorada. Y cuando el elemento sol ha secado nuestra cosecha y está se encuentra en sed María se presenta ante nuestro creador y le habla con el idioma de los ángeles intercediendo por la voluntada de Él que envíe su eterno amor en las gotas de la lluvia, ¡ Oh mujer que en la Tierra aceptaste ser una mensaje de Dios!; tú intervención al medio día refresco el corazón del hombre.
Por la tarde cuando el sol decide esconderse y llegar al otro rostro del mundo, María está preparando un ligero equipaje para irse a casa con sus hijos, y ver como la familia los recibe, como los padres acarician a sus crías y muchas veces María es el testigo de los hombres que no tienen hogar, ni comida, que son violados por la injusticia social, y ese instante envía un correo electrónico de hoy en día y dice:
“ Padre inmenso de misericordia, tú que has decidido crear este mundo, envía tu infinita bondad hacia aquellos que menos tienen y sobre los que sienten una vida agobiante para que no se pierdan en las terribles manos de la desesperación”.
Al llegar la noche María no se retira de las vidas del mundo, sube otra vez al cielo y extiende su manto para cubrir a los seres del frío y la soledad.
Aquí se tropieza con los ojos más hermosos del reino, los de Dios cuando él le habla y dice:
“ María ¿ cómo viste hoy mi creación? Recibí tú mensaje y atendí tú llamado hacia el medio día, gracias a la maternidad de mi Hijo Jesús a diario eres la intercesora del mundo y por ello DIOS ESTÁ CONTIGO”.
ORACIÓN DE GRACIAS A MARÍA AUXILIADORA
Oración de gracias a María Auxiliadora
Antonio Rodríguez Mateo
Rendido a tus plantas,
mi corazón te implora,
con un nudo en la garganta
y contrita el alma,
mi dulcísima Señora.
Santa Madre de Dios,
Madre de la Divina Gracia,
Refugio del pecador
Vaso insigne de devoción,
para ti es mi plegaria.
¡Oh!, Virgen Poderosa,
¡oh!, Virgen Clemente,
Virgen Corredentora,
María Auxiliadora,
sé conmigo indulgente.
Ya que vengo a tu presencia,
de méritos escaso,
con pesar en la conciencia,
en busca de tu clemencia
y maternal regazo.
Las manos vacías
y doliente corazón,
triste mi alegría,
¡ay!, Virgen María,
por ser gran pecador.
Y los pies manchados,
de los lodos del camino,
el pecho atribulado
y el cuerpo agrietado,
por avatares del destino.
Por eso vengo a implorar,
tu Auxilio y tu perdón,
amparo y caridad,
para un alma incapaz,
de hallar por sí, la salvación.
Tú, Arca de la Alianza
y Auxilio del desvalido,
Manantial de Esperanza
y Pozo de Templanza,
de este mundo peregrino.
Aboga por mi causa,
delante de tu Hijo,
al estar mi alma,
en su definitiva calma,
y postrer juicio.
Tú, que fuiste impulsora,
de la obra salesiana,
sé Luz en su aurora,
María Auxiliadora,
Santa Virgen Inmaculada.
Y acuérdate de nosotros,
en este valle de lágrimas,
y vuélvenos esos tus ojos,
siempre tan llorosos,
por las ofensas del alma.
Ampara bajo tu manto,
a tus hijos dispersos,
tan llenos de quebrantos,
y henchidos de espanto,
por crucificar al Maestro.
Fruto de tu vientre inmaculado,
y Mesías Salvador,
de un mundo desterrado,
por haber pecado,
contra el Padre, Nuestro Dios.
Y cuando llegue esa hora,
de comparecer ante Él,
intercede Tú Señora,
Santa Madre Auxiliadora,
en el justo castigo que me dé.
De sobras merecido,
por causa de mi maldad,
pero estoy arrepentido,
de los pecados cometidos,
y por eso ahora te digo:
¡Madre!, mi alma aquí está.
PENSAMIENTOS MARIANOS 3
PENSAMIENTO MARIANO
Si no hubiera Fe los hombres te llamarían diosa. Tus ojos resplandecen más que el sol, eres hermosa, Madre, me glorío, ¡Te quiero!
Oye, Madre, yo te quiero más que a todas las criaturas de la tierra y del cielo;... después de Jesús, es claro; te quiero tanto.
Ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Seamos inmensamente gratos a la Virgen. ¡Ella nos dio a Jesús!
Permaneced como la Virgen, al pie de la Cruz, y seréis consolados. Ni siquiera allí María se sentía abandonada. Por el contrario, su Hijo la amó aun mas por sus sufrimientos.
San Pío de Pietrelcina