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miércoles, 2 de octubre de 2013
ABANDONARSE EN DIOS, MEDITACIÓN 2 DE OCTUBRE
Meditaciones del Mes de Octubre, Mes del Santo Rosario
ABANDONARSE EN DIOS
2 de octubre
Yo me abandono ¡oh Dios! en tus manos.
Toma este barro y trabájalo como arcilla
entre las manos del alfarero
dale una forma y después, rómpela,
si quieres como es despedazada la vida de tantos hermanos.
Pide, ordena ¿Qué quieres que haga?
¿Qué quieres que no haga?
Ensalzado o humillado, perseguido,
incomprendido, calumniado,
alegre o triste, o inútil para todo,
sólo diré, a ejemplo de tu Madre:
“Hágase en mí según tu palabra”.
Dame el amor por excelencia,
el amor de la cruz.
Pero no de las cruces heroicas
que podrían nutrir mi vanidad,
sino de las cruces vulgares que, sin embargo,
llevo con repugnancia.
De esas que se encuentran cada día en la contradicción,
en el olvido, en los juicios falsos,
en la frialdad del alma,
en los desaires y desprecios de los demás;
en el malestar y defectos del cuerpo,
en la oscuridad de la mente y en el silencio y aridez del corazón.
Entonces sólo Tú sabrás que te amo,
aunque ni yo lo sepa, con eso me basta.
¿En qué me resisto a Dios?
Un Ave María para que nos dejemos conducir por el Señor
ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA FIEL, PODEROSA Y CLEMENTE
ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA FIEL, PODEROSA Y CLEMENTE
¡Oh Virgen naciente, esperanza y aurora de la salvación para todo el mundo!, vuelve benigna tu mirada maternal hacia todos nosotros, reunidos aquí para celebrar y proclamar tus glorias.
¡ Oh Virgen fiel, que fuiste siempre solícita y dispuesta a recibir, conservar y meditar la Palabra de Dios!, haz que también nosotros, en medio de las dramáticas vicisitudes de la historia, sepamos mantener siempre intacta nuestra fe cristiana, tesoro preciado transmitido por nuestros padres.
¡Oh Virgen poderosa, que con tu pie aplastas la cabeza de la serpiente tentadora!, haz que cumplamos, día tras día, nuestras promesas bautismales, con las que hemos renunciado a Satanás, a sus obras y seducciones, y sepamos dar al mundo un gozoso testimonio de esperanza cristiana.
¡ Oh Virgen clemente, que siempre has abierto tu corazón maternal a las invocaciones de la humanidad, a veces lacerada por el desamor y hasta, desgraciadamente, por el odio y la guerra! enséñanos a crecer, todos juntos, según las enseñanzas de tu Hijo, en la unidad y en la paz, para ser dignos hijos del único Padre celestial. Amén.