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sábado, 27 de septiembre de 2014

EL CAMINO AL CIELO



El camino al Cielo


Cuando los primeros discípulos se encontraron con Jesús, le preguntaron: “Señor, ¿dónde vives?”, y Él les respondió: “Vengan y lo verán”.

Y así es la vida cristiana, porque para llegar al Cielo hay que vivir según Cristo nos enseña, y al principio hay que entrar por el camino arduo del cumplimiento de los Diez Mandamientos, pero luego, a medida que vamos transitando por el camino, comenzamos a descubrir cosas maravillosas, como el amor de Dios por nosotros y se nos hace feliz la vida. Pero primero hay que pasar por el camino del esfuerzo, de la renuncia y lanzarnos adelante con la ayuda de Dios.

Muchos, al comenzar a caminar por el camino del cumplimiento de los Mandamientos, lo abandonan porque lo consideran difícil, y así nunca llegan a saber los grandes tesoros que el Señor les tenía reservados en este camino regio.

Quienes se mantienen fieles a Dios, cuando van descubriendo todas las hermosuras que Dios les preparó en dicho camino, quisieran comentarlas con los demás, con todos los hombres. Pero es necesario que cada uno ingrese por el camino escarpado de los Diez Mandamientos, y que en los primeros tiempos sufra para tratar de ser bueno y vivir en gracia de Dios. Entonces, llegado el momento, la persona comienza a gustar las delicias que Dios le ha preparado desde toda la eternidad, y que en el Cielo serán poco menos que infinitas.

Así que hagamos el intento, como el alpinista, que se esfuerza durante todo el camino de subida al monte, pero al final descubre una vista panorámica que premia todo el trabajo realizado.

Las tentaciones son muchas, pero con la gracia de Dios y sus ayudas, que las debemos pedir en la oración, podemos y debemos entrar por el camino de la conversión, del cumplimiento de la Ley de Dios, para saborear dentro de un tiempo, las delicias del amor de Dios.

Hay que ir tras el Señor, dejar todo el pasado y entrar por la puerta estrecha y el camino angosto, que el Señor recorrió primero. Tendremos tentaciones de salirnos del camino, de entregarnos al pecado y “disfrutar de la vida”, pero si para ello incumplimos los Mandamientos, entonces estaremos siendo engañados miserablemente y ese camino, a pesar de ser dulce al principio, se va haciendo cada vez más amargo, y termina, al final, en el fondo del Infierno eterno.

En cambio, el camino bueno, comienza siendo difícil y amargo al principio, pero luego se va endulzando sobremanera, y al final termina en el Corazón de Dios, en el Cielo bendito y eterno para el que fuimos creados por Dios, y donde seremos para siempre felices con una felicidad imposible de imaginar.

LIBERADORA Y MISERICORDIOSA, LA VIRGEN DE LA MERCED


Liberadora y Misericordiosa, la Virgen de la Merced


La Virgen de la Merced (Nuestra Señora de la Merced), Virgen de la Misericordia, es la Patrona de la República Dominicana. Su devoción por parte de la población católica del país se inicia casi desde el descubrimiento de la isla. El título mariano de la Merced se remonta a la fundación de la Orden religiosa de los mercedarios el 10 de agosto de 1218, en Barcelona, España. Siendo Gobernador de La Española Don Diego Gómez de Sandoval, el 8 de septiembre de 1615 ocurrió un fuerte terremoto (de grado IX en la escala de Mercalli) en la isla, con numerosas réplicas durante por lo menos 40 días. La ciudad de Santo Domingo fue severamente afectada, muriendo alrededor de 24 personas. Entonces el Cabildo de Santo Domingo declaró a la Virgen de las Mercedes "Patrona de La Española".

Dios es Padre de Misericordia, María es Madre de Misericordia. Ella refleja la misericordia de Dios, sufriéndolo todo por sus hijos. Los cristianos debemos también reflejar la misericordia de Dios sufriéndolo todo por amor. "Mirad la hondura o cavidad del lago de donde habéis sido tomados, las entrañas de la Madre de Dios" Las obras de misericordia que la Virgen pidió incluyen la visita, el acompañamiento y la ayuda a los que salen de la cárcel.

San Juan Juan Pablo II, expresaba el 23 de mayo de 1980 a los religiosos de la Orden de la Bienaventurada Virgen María de la Merced, comprometidos apostólicamente en 19 países de diversos continentes.

"...La misión que vuestro Fundador San Pedro Nolasco os confió, en la obra directa de redención y ayuda a los cautivos, y que impregnó toda su actuación apostólica en parroquias, hospitales para pobres, enseñanza y misiones, se halla hoy prolongada en un carisma de servicio a la fe, para proyectar un rayo de esperanza y ofrecer la asistencia de la caridad de Cristo a cuantos se encuentran sometidos a nuevas formas de cautiverio en nuestra sociedad: en centros penitenciarios, en suburbios de pobreza y hambre, en ambientes de droga, en zonas de materialismo en las que se persigue a la Iglesia o se la reduce al silencio, etc.

Se trata de un vasto campo en el que ha de volcarse sin reserva vuestro espíritu religioso y la disponibilidad total a la que os abre la vivencia generosa de los consejos evangélicos y la profesión de vuestro cuarto voto. Esa será la manera de ser fieles hoy a vuestro carisma, en la línea trazada por San Pedro Nolasco y recogida ya en las primitivas constituciones de 1272.

Tomad de la “Madre de la Misericordia” y “Consuelo de los afligidos” el ejemplo e inspiración en cada instante. Ella os guiará a su Hijo y os enseñará el valor de cada alma, a la que prodigar celosamente el cuidado de vuestro ministerio..."

CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN MARÍA


CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA 

¡Oh María, Virgen poderosa y Madre de misericordia, Reina del cielo y refugio de los pecadores!
¡Oh María, Virgen poderosa y Madre de misericordia, Reina del cielo y refugio de los pecadores!, nos consagramos a vuestro Inmaculado Corazón.

Os consagramos nuestro ser y toda nuestra vida; todo cuanto tenemos, todo lo que amamos, todo lo que somos. A Vos, nuestros cuerpos, nuestros corazones, nuestras almas. A Vos, nuestros hogares, nuestras familias, nuestra Patria.

 Queremos que todo, en nosotros y en torno nuestro, os pertenezca, y participe de los beneficios de vuestras maternales bendiciones. Y, para que esta consagración sea verdaderamente eficaz y duradera, renovamos hoy, a vuestros pies, ¡oh María!, las promesas de nuestro bautismo y de nuestra primera Comunión. 

Nos obligamos a profesar siempre y valerosamente las verdades de la Fe, a vivir como católicos, enteramente sumisos a todas las normas del Papa y de los Obispos en comunión con él. 

Nos obligamos a observar los mandamientos de Dios y de la Iglesia, en particular la santificación del Domingo. 

Nos obligamos a introducir en nuestra vida, en lo posible, las consoladoras prácticas de la Religión cristiana, sobre todo la Sagrada Comunión. Os prometemos, finalmente, ¡oh gloriosa Madre de Dios y tierna Madre de los hombres!, consagrarnos de todo corazón al servicio de vuestro culto bendito, a fin de apresurar y asegurar, por el reinado de vuestro Corazón Inmaculado, el reinado del Corazón de vuestro adorable Hijo, en nuestras almas y en todas las almas, en nuestra Nación y en todo el universo, así en la tierra como en el cielo. Así sea.

LA VIRGEN MARÍA Y UN RÍO DE ROSAS



Autor: Susana Ratero | Fuente: Catholic.net
María y un Río de Rosas
Miro tu rostro, María y tu sonrisa me inspira confianza, como siempre...
 
María y un Río de Rosas
María y un Río de Rosas
Durante estos días, en los que debí guardar cama por mi salud, he pensado muchísimo, Señora, en el tema del Santo Rosario..., tú siempre nos dices que debemos rezarlo, la Iglesia misma nos aconseja y yo… amiga mía, trato de hacerlo, pero... me falta constancia… es que entre el trabajo, la casa, la familia, rara vez hallo el tiempo de rezarlo completo y… no te molestes pero... a veces me baja sueño, es... tan monótono, decir siempre lo mismo, siento que termino no diciendo nada… María, no te me enojes, por favor, es que no entiendo como ese simple cordón lleno de cuentas iguales, sin nada en particular, puede ayudar a salvar mi alma...

- No quiero ni levantar mi mirada hacia ti, Señora, pues supongo que estarás muy desilusionada de mí... todo es silencio en la Parroquia de Lujan, en esta tarde de domingo...

- Hija querida ¡Si supieras cuanto te amo! Sabrías que no puedo entristecerme por tan poco...

Miro tu rostro y tu sonrisa mansa me inspira confianza, como siempre...

- Lo que sucede contigo, es que del Rosario sólo ves las cuentas...

- No entiendo, Señora...

- Claro, hija, dejas que el árbol te oculte el bosque, te quedas en las cuentas… en la repetición monótona. Así... ¡hasta yo me dormiría!

- Y... ¿Qué debo ver, entonces?

- Debes ver las rosas...- dices con voz angelical, que, viniendo desde los comienzos del tiempo, parece un eco de tu respuesta al ángel...

- Perdón María pero... ¿Qué rosas?

- Trataré de explicarte, el Rosario es… un río de rosas, un hermoso, difícil, triste y glorioso río de rosas que, si puedes verlo en cada uno de sus misterios, te aseguro te parecerán pocas las cuentas del cordón...

- Enséñame, Señora, a ver tan bello río.

- Bien, comenzaré por decirte que este río tiene una fuente inagotable, que son los Misterios Gozosos, y tres poderosos afluentes que son los misterios dolorosos, gloriosos y luminosos. El río nace pleno de rosas blancas allá en Nazaret... aún recuerdo el perfume del Ángel Gabriel… piensa, hija, siente y medita ese momento, acompáñame a la pequeña habitación, quédate conmigo mientras repites los 10 Ave María... Escucha el saludo del ángel, escucha con el alma como describe la Encarnación del Hijo de Dios en su más humilde esclava...

- ¡Es cierto, Señora!... Reina mía, es cierto, pocos resultan los diez rezos para acompañarte en semejante momento.

- Luego, hija mía, las rosas se van salpicando de arena, porque me acompañan en la caravana a casa de Isabel, afrontan conmigo el viento y la soledad, y me cubren con sus pétalos para que nadie sospeche el secreto. Mientras rezas este misterio, escucha el sonido del viento, deja que me apoye en tu hombro, porque el viaje es largo y estoy un poco cansada.

Ya estamos entrando al tercer misterio, las rosas se han tornado rosadas y con una increíble suavidad, muchas decidieron dejar sus pétalos en el pesebre, morir allí, para ser cuna de Cristo, decidieron entregar sus pétalos, para que no lastimasen al niño las espinas ¿Comprendes, hija? Ya había espinas esperando a Jesús... Oye, mientras rezas, como cantan los ángeles, percibe desde el alma como el cielo, expectante, espera en Belén...


- Señora, ahora voy comprendiendo, como debe mi alma entrar en cada misterio, conocerlo profundamente, aprender de cada gesto, de cada palabra del Maestro y tuya... así, no soy yo quien reza, sino mi alma, extasiada de amor, hace brotar de mis labios la oración hecha alabanza...

- Me alegras mucho, querida, me alegras al esforzarte por comprender... tú sólo pon la voluntad de comprender, que mi Hijo te iluminará al alma, ni lo dudes… Sigamos ahora, si miras las rosas con atención, veras que tienen fulgores plateados… me esperan ansiosas a la puerta del Templo… Jesús es reconocido por Simeón, pero el color de las rosas me habla de espadas que aún no puedo ver.

En el último misterio las rosas están azuladas de angustia… mi Hijo no está conmigo, son tres días de búsqueda desesperada, tres días que son prefacio de los que llegarán después. Al tercer día las rosas se van dirigiendo al Templo, las sigo, ya casi no razono pues un atroz dolor me desgarra el alma…, entro al Templo, tras José ¡Allí está! Bendito Dios, no entiendo, no importa, le abrazo, le pregunto, le miro, le beso… mi hijo, mi querido amor. Volvemos a casa, las rosas nos siguen... por dieciocho años el río vivirá oculto en mi corazón… serán largos y difíciles años, en los que la rutina contrastará con la magnificencia del anuncio del ángel, pero será tiempo de aprendizaje para mí... valiosos años, hija, muy valiosos. Dime ahora, querida mía ¿Te has aburrido rezando los misterios gozosos?


- Para nada, hermosa Madre mía, mil horas te escucharía... me has regalado una inmensa alegría al despertar en mí esta forma de rezar el Rosario.

- Pero aún nos queda un problema, hija..., tú me decías que no hallabas tiempo entre las muchas tareas que realizas... piensa hijas, las tareas, son eso, tareas, necesarias unas, superfluas otras, pero ¿Todas son beneficiosas para la salvación de tu alma?... Trata de que nunca te falte tiempo para la oración… este tiempo es más bien un estado interior..., verás como la oración es el camino para hallar la paz, sentirás que tienes de donde aferrarte para superar las tormentas del alma… sólo la oración te acerca al corazón amoroso de Dios… no existe sitio más bello.

Te marchas ahora, María, me dejas tu mejor sonrisa, un beso en el alma, y una profunda enseñanza... te vas y te quedas, siempre estarás cuando te necesite... no, mejor decir, siempre estarás… no solo cuando te necesite, sino siempre, siempre… querida madre mía… aún debes contarme como sigue este río de rosas, como han llegado las rosas a ser cuentas y las cuentas oración… pero eso será otro día… ahora... ahora sostengo el rosario entre mis manos… ya no será más un cordón con cuentas... ahora, tú me has enseñado a ver en él un Río de Rosas.



NOTA

"Estos relatos sobre María Santísima han nacido en mi corazón y en mi imaginación por el amor que siento por ella, basados en lo que he leído. Pero no debe pensarse que estos relatos sean consecuencia de revelaciones o visiones o nada que se le parezca. El mismo relato habla de "Cerrar los ojos y verla" o expresiones parecidas que aluden exclusivamente a la imaginación de la autora, sin intervención sobrenatural alguna."





  • Preguntas o comentarios al autor
  • María Susana Ratero

    jueves, 25 de septiembre de 2014

    ENSEÑANZAS DEL PADRE PÍO DE PIETRELCINA



    ENSEÑANZAS DEL PADRE PÍO


    A las almas que él dirigía, les dio una regla de cinco puntos

    1. Confesión semanal 
    2. Comunión diaria 
    3. Lecturas espirituales
    4. Examen de conciencia 
    5 Oración mental dos veces al día 

    En cuanto al rezo del Rosario, decía que era muy necesario, :
    “La confesión es el baño del alma, uno debe hacerlo por lo menos una vez a la semana. No quiero que las almas permanezcan sin confesarse más de una semana. Incluso una habitación vacía y desocupada se empolva, vayan cada semana ¡y verán que necesitan desempolvarse de nuevo!”
    A aquellos quienes se consideraban indignos de recibir la santa Comunión, les respondió:
    “Es muy cierto, no somos dignos de tal regalo. Sin embargo, una cosa es aproximarse al Santísimo Sacramento en estado de pecado mortal, y otra muy diferente, considerarse indigno. Todos somos indignos, pero es Él quien nos invita, es Él quien lo desea. Seamos humildes y recibámoslo con el corazón contrito y lleno de amor.”

    EUCARISTÍA Y GENEROSIDAD


    Autor: P. Antonio Rivero LC | Fuente: Catholic.net 
    Eucaristía y generosidad
    Es el sacramento de la máxima generosidad de Dios, que nos llama e invita a nuestra generosidad con Él y con el prójimo.

    Eucaristía y generosidad

    La generosidad es la virtud de las almas grandes, que encuentran la satisfacción y la alegría en el dar más que en el recibir. La persona generosa sabe dar ayuda material con cariño y comprensión, y no busca a cambio que la quieran, la comprendan y la ayuden. Da y se olvida que ha dado.

    El dar ensancha el corazón y lo hace más joven, con mayor capacidad de amar. Cuanto más damos, más nos enriquecemos interiormente.

    ¿Con quién tenemos que ser generosos? Con todos. Con Dios. Con los demás, sobre todo con los más necesitados.

    Manifestaciones de una persona generosa.

    Sabe olvidar con prontitud los pequeños agravios.
    Tiene comprensión y no juzga a los demás.
    Se adelanta a los servicios menos agradables del trabajo y de la convivencia.
    Perdona con prontitud todo y siempre.
    Acepta a los demás como son.
    Da, sin mirar a quién.
    Da hasta que duela.
    Da sin esperar.

    Hagamos ahora la relación eucaristía y generosidad.

    Generosidad, primero, por parte de Dios.

    Generoso es Dios que nos ofrece este banquete de la eucaristía y nos sirve, no cualquier alimento, sino el mejor alimento: su propio Hijo. Generoso es Dios porque no se reserva nada para Él. 

    Generoso es Dios en su misericordia al inicio de la misa, que nos recibe a todos arrepentidos y con el alma necesitada. Generoso es Dios cuando nos ofrece su mensaje en la liturgia y lo va haciendo a lo largo del ciclo litúrgico. 

    Generoso es Dios cuando considera fruto de nuestro trabajo lo que en realidad nos ha dado Él; pan, vino, productos de nuestro esfuerzo. Generoso es Dios cuando no mira la pequeñez y mezquindad de nuestro corazón al entregarle esa poca cosa, y Él la ennoblece y diviniza convirtiéndola en el cuerpo y la sangre de su querido Hijo. 

    Generoso es Dios que nos manda el Espíritu Santo para que realice ese milagro portentoso. El Espíritu Santo es el don de los dones. Generoso es Dios cuando acoge y recibe todas nuestras intenciones, sin pedir pago ni recompensa. Generoso es Dios cuando nos ofrece su paz, sin nosotros merecerla. 

    Generoso es Dios cuando se ofrece en la Comunión a los pobres y ricos, cultos e ignorantes, pequeños, jóvenes, adultos y ancianos. Y se ofrece a todos en el Sagrario como fuente de gracia. 

    Generoso es Dios, que va al lecho de ese enfermo como viático o como Comunión, para consolarlo y fortalecerlo. Generoso es Dios que está día y noche en el Sagrario, velando, cuidándonos, sin importarle nuestra indiferencia, nuestras disposiciones, nuestra falta de amor. 

    Generoso es Dios que se reparte y se comparte en esos trozos de Hostia y podemos partirlo para que alcance a cuántos vienen a comulgar. Es todo el símbolo de darse sin medida, sin cuenta, y en cada trozo está todo Él entero. Generoso es Dios que no se reserva nada en la eucaristía. 

    Y en todas partes, latitudes, continentes, países, ciudades, pueblos, villas que se esté celebrando una misa, Él, omnipotente, se da a todos y todo Él. Y no por ser un pequeño pueblito escondido en las sierras deja de darse completamente. ¿Puede haber alguien más generoso que Dios?

    Segundo, generosidad por parte de nosotros. 

    Aquí, a la Eucaristía, hemos venido trayendo también nuestra vida, con todo lo que tiene de luces y sombras, y se la queremos dar toda entera a Dios. Le hemos dado nuestro tiempo, nuestro cansancio, nuestro amor, nuestros cinco panes y dos pescados, como el niño del evangelio. Es poco, pero es lo que somos y tenemos.

    Hemos venido con espíritu generoso para dar, en el momento de las lecturas, toda nuestra atención, reverencia, docilidad, obediencia, respeto. En el momento del ofertorio hemos puesto en esa patena todas nuestras ilusiones, sueños, alegrías, problemas, tristezas. En el momento de la colecta se nos ofrece una oportunidad para ser generosos. En el momento de la paz se nos ofrece una oportunidad para saludar a quien tal vez está a nuestro lado y hace tiempo que no saludamos. Salimos con las manos llenas para repartir estos dones de la eucaristía.

    En fin, la Eucaristía es el sacramento de la máxima generosidad de Dios, que nos llama e invita a nuestra generosidad con Él y con el prójimo. Jesús eucaristía, abre nuestro corazón a la generosidad.

    CONSAGRACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL


    CONSAGRACIÓN A
     SAN MIGUEL ARCANGEL 


    Príncipe nobilísimo de la jerarquía Angélica , valeroso guerrero del altísimo, celoso amador de la gloria del Señor, terror de los ángeles rebeldes, amor y delicia de todos los ángeles buenos, Arcángel SAN MIGUEL, deseando ser incluido entre tus numerosos devotos, me consagro hoy a ti y te pido ser admitido en tus milicias. Me pongo yo mismo , mi trabajo , familia, amigos y todo lo que me pertenece bajo tu vigilante protección.

    Muy poco tengo que ofrecerte siendo un miserable pecador, no obstante, tu generosamente, acepta mi consagración , que la hago de todo corazón. Recuérdate que si desde hoy estoy bajo tu protección , debes ayudarme, a través de toda mi vida.

    Procúrame el perdón de mis muchos y graves pecados, la gracia de amar a Dios altísimo con todo mi corazón , y a mi querido redentor Jesús , como también a mi dulce madre María santísima y a todos mis hermanos que el Padre celestial ama y Jesús ha redimido.

    Dame siempre la ayuda necesaria para no caer en la tentación y defiéndeme del enemigo de mi alma y de toda clase de mal especialmente en el último instante de mi vida. Ven glorioso Arcángel, en aquel momento en que librare mi última batalla. Ayúdame en esa última lucha, y arroja lejos de mí, en el infierno , a aquel ángel mentiroso y soberbio a quien venciste en la batalla del cielo, y que hoy te pido me liberes siempre de él. 

    Que un día, ante el Trono de Dios, en el cielo, pueda cantar contigo y con todos los ángeles, canciones de alabanza, honor y gloria a Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

    ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE SAN NICOLÁS



    ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO
     DE SAN NICOLAS

    Santa María, Madre nuestra que en cada misterio del Santo Rosario nos brindas al Salvador. Acudimos a ti necesitados. Nos alegramos que desde la cruz el señor te haya encomendado la misión de acercarnos a El y a su Iglesia por la conversión y la penitencia. Alentados por la confianza que nos inspiras ponemos en tus manos maternales nuestras preocupaciones y temores. Pero, deseamos imitar tu fidelidad a Dios, aceptando con amor y humildad todas las pruebas. ¡Madre nuestra del Rosario de San Nicolás! que tu presencia renueve nuestra vida, alivie nuestro ser agobiado por el sufrimiento y la enfermedad, sostenga nuestra docilidad a la gracia y fortalezca nuestro amor a los demás, convirtiéndonos así en testigos del amor del Padre que no vaciló, por tu intermedio, en darnos a Jesús. AMEN.

    ORACION: Suplicámoste, Señor Dios, que nos concedas a nosotros tus siervos, gozar de perpetua salud de alma y de cuerpo y por la intercesión gloriosa de la bienaventurada Virgen María, líbranos de la tristeza presente, y gozar de la eterna alegría. Por Cristo Nuestro Señor Amén. 

    miércoles, 24 de septiembre de 2014

    NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED, ADVOCACIÓN MARIANA, 24 DE SEPTIEMBRE


    Autor: Jesús Martí Ballester 
    Nuestra Señora de la Merced
    Advocación Mariana, 24 de septiembre

    Nuestra Señora de la Merced
    Patrona de Barcelona
    y de República Dominicana

    En castellano se le ha llamado en plural, Virgen de las Mercedes, que no corresponde con el sentido originario de la advocación. 

    El significado del título "Merced" es ante todo "misericordia". La Virgen es misericordiosa y también lo deben ser sus hijos. Esto significa que recurrimos a ella ante todo con el deseo de asemejarnos a Jesús misericordioso. 

    MARÍA Y PEDRO NOLASCO

    Eran tiempos en que los musulmanes saqueaban las costas y llevaban a los cristianos como esclavos a África. La horrenda condición de estas víctimas era indescriptible. Muchos perdían la fe pensando que Dios les había abandonado. Pedro Nolasco era comerciante. Decidió dedicar su fortuna a la liberación del mayor número posible de esclavos. Recordaba la frase del evangelio: "No almacenéis vuestra fortuna en esta tierra donde los ladrones la roban y la polilla la devora y el moho la corroe. Almacenad en el cielo, donde no hay ladrones que roben, ni polilla que devore ni óxido que las dañe" (Mt 6,20).

    Año 1203. El laico, Pedro Nolasco inicia en Valencia la redención de cautivos, redimiendo con su propio patrimonio a 300 cautivos. Forma un grupo dispuesto a poner en común sus bienes y organiza expediciones para negociar redenciones. Su condición de comerciantes les facilita la obra. Comerciaban para rescatar esclavos. Cuando se les acabó el dinero forman cofradías-para recaudar la "limosna para los cautivos". Pero llega un momento en que la ayuda se agota y Pedro Nolasco se plantea entrar en alguna orden religiosa o retirarse al desierto. Entra en una etapa de reflexión y oración profunda. 

    LE RESPONDE LA VIRGEN

    Nolasco pide a Dios ayuda y, como signo de la misericordia divina, le responde la Virgen que funde una congregación liberadora. La noche del 1 al 2 de agosto de 1218, la Virgen se les apareció a Pedro Nolasco, a Raimundo de Peñafort, y al rey Jaime I de Aragón, y les comunicó a cada uno su deseo de fundar una congregación para redimir cautivos. La Virgen María movió el corazón de Pedro Nolasco para formalizar el trabajo que el y sus compañeros estaban ya haciendo. La Virgen llama a Pedro Nolasco y le revela su deseo de ser liberadora a través de una orden dedicada a la liberación de los cautivos de los musulmanes, expuestos a perder la fe. Nolasco le dice a María: 

    -¿Quién eres tú, que a mí, un indigno siervo, pides que realice obra tan difícil, de tan gran caridad, que es grata Dios y meritoria para mi?:

    -“Yo soy María, la que le dio la carne al Hijo de Dios, tomándola de mi sangre purísima, para reconciliación del género humano. Soy la que recibió la profecía de Simeón, cuando ofrecí a mi Hijo en el templo:”Mira que éste ha sido puesto para ruina y resurrección de muchos en Israel; ha sido puesto como signo de contradicción: y a ti misma una espada vendrá a atravesarte por el alma”:

    -¡Oh Virgen María, madre de gracia, madre de misericordia! ¿Quién podrá creer que tú me mandas?: 

    -“No dudes en nada, porque es voluntad de Dios que se funde esta congregaciónn en honor mío; será una familia cuyos hermanos, a imitación de mi hijo Jesucristo, estarán puestos para ruina y redención de muchos en Israel y serán signo de contradicción para muchos."

    LA INSTITUCION NUEVA

    Pedro Nolasco, funda la congregación, apoyado por el Rey Jaime I de Aragón, el Conquistador y aconsejado por San Raimundo de Peñafort. Su espiritualidad se fundamenta en Jesús, el liberador de la humanidad y en la Virgen, la Madre liberadora e ideal de la persona libre. Los mercedarios querían ser caballeros de la Virgen María al servicio de su obra redentora. Por eso la honran como Madre de la Merced o Virgen Redentora. En el capítulo general de 1272, los frailes toman el nombre de La Orden de Santa María de la Merced, de la redención de los cautivos, mercedarios. El Padre Antonio Quexal, siendo general de la Merced en 1406, dice: "María es fundamento y cabeza de nuestra orden". 

    EN LA CATEDRAL DE BARCELONA

    El 10 de agosto de 1218 en el altar mayor de la Catedral de Barcelona, en presencia del rey Jaime I de Aragón y del obispo Berenguer de Palou, se crea la nueva institución. Pedro y sus compañeros vistieron el hábito y recibieron el escudo con las cuatro barras rojas sobre un fondo amarillo de la corona de Aragón y la cruz blanca sobre fondo rojo, titular de la catedral de Barcelona. Pedro Nolasco reconoció siempre a María Santísima como la auténtica fundadora de la congregación mercedaria. 

    LA VIRGEN DE LA MERCED, LA FUNDADORA

    El título mariano de la Merced tiene su origen en Barcelona, España, cuando muchos eran cautivos de los moros y en su desesperación y abandono estaban en peligro de perder la fe . La Virgen de La Merced, manifesta su misericordia por para atenderlos y liberarlos. La talla de la imagen de la Merced venerada en la basílica de la Merced de Barcelona es del siglo XIV, de estilo sedente, como las románicas. He subido piadosamente a su camarín y he comprobado su aspecto imponente por su talla extraordinaria e impresionante. El año 1696, el papa Inocencio XII extendió la fiesta de la Virgen de la Merced a toda la Iglesia el 24 de septiembre. 

    ACTUALIDAD DEL CARISMA

    El carisma mercedario de liberar a los cautivos sigue siendo tan necesario como siempre. María ofreció todo su ser para que viva el Hijo de Dios encarnado. En el cántico del Magníficat (Lc 1, 46), María expresa la liberación de Dios. El Papa Juan Pablo II dijo que "María es la imagen más perfecta de la libertad y de la liberación de la humanidad". La Virgen continúa velando por sus hijos cautivos de Satanás (LG 62) y nos pide nuestra cooperación. Nosotros debemos dar nuestra vida para que su Hijo viva en nosotros y así pueda liberar a nuestros hermanos. Ella nos enseñará como hacerlo. 

    DIOS PADRE DE MISERICORDIA, MARÍA MADRE DE MISERICORDIA.

    Dios es Padre de Misericordia, María es Madre de Misericordia. Ella refleja la misericordia de Dios, sufriéndolo todo por sus hijos. Los cristianos debemos también reflejar la misericordia de Dios sufriéndolo todo por amor. "Mirad la hondura o cavidad del lago de donde habéis sido tomados, las entrañas de la Madre de Dios" - Las obras de misericordia que la Virgen pidió incluyen la visita, el acompañamiento y la ayuda a los que salen de la cárcel. 

    UNA CONGREGACION LAICAL

    Así fue en los primeros tiempos. Su primera ubicación fue el hospital de Santa Eulalia, junto al palacio real. en Barcelona. Allí recogían a indigentes y a cautivos que regresaban de tierras de moros y no tenían donde ir. Seguían la labor que ya antes hacían de crear conciencia sobre los cautivos y recaudar dinero para liberarlos. Salían cada año en expediciones redentoras. San Pedro continuó sus viajes personalmente en busca de esclavos cristianos. En Argelia, África, lo hicieron prisionero pero logró conseguir su libertad. Aprovechando sus dones de comerciante, organizó con éxito por muchas ciudades colectas para los esclavos. 

    CUARTO VOTO

    Además de los tres votos de la vida religiosa, pobreza, castidad y obediencia, hacían un cuarto voto: dedicar su vida a liberar esclavos. Se comprometían a quedarse en lugar de algún cautivo que estuviese en peligro de perder la fe, cuando el dinero no alcanzara a pagar su redención. Así lo hizo San Pedro Ermengol, un noble que entró en la orden tras una juventud disoluta. Este cuarto voto distinguió a la nueva comunidad de mercedarios. El Papa Gregorio IX aprobó la comunidad y San Pedro Nolasco fue nombrado Superior General. El rey Jaime decía que la conquista de Valencia, se debía a las oraciones de Pedro Nolasco. Cada triunfo que obtenía lo atribuía a sus oraciones. 



    DESCANSA YA, SIERVO BUENO Y FIEL

    Pedro Nolasco, a los 77 años, pronunció el Salmo 76: "Tú, oh Dios, haciendo maravillas, mostraste tu poder a los pueblos y con tu brazo has rescatado a los que estaban cautivos y esclavizados". y se durmió en el regazo de la Virgen. Su intercesión logró muchos milagros y fue canonizado en 1628. 

    En el año 1696, el papa Inocencio XII extendió la fiesta de la Virgen de la Merced a toda la Iglesia, y fijó su fecha el 24 de septiembre. 

    ORACIONES A NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED, 24 DE SEPTIEMBRE


    ORACIONES A NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED
    24 DE SETIEMBRE

    Virgen y Señora nuestra de la Merced,
    a ti suplicamos que, mediante tu maternal intercesión ante tu hijo Jesucristo, nos alcances la verdadera libertad de los hijos de Dios y nos hagas libres de cualquier esclavitud, de modo que experimentemos en nosotros la alegría de la salvación. Amén



    *************************

    María, Merced de Dios, regalo de Cristo a los hombres. La Trinidad Santa te envió a Barcelona, mensajera de libertad y misericordia, para, por medio de Pedro Nolasco, mostrarte corredentora, mediadora, Madre de todos, ternura de Dios para los pobres.

    Madre de la Merced, enséñanos a valorar nuestra fe cristiana, haznos capaces de amar con caridad mercedaria, conviértenos en portadores de paz.

    Que tus besos derritan la violencia que nos envuelve, hasta que recuperemos, en tu regazo materno, la ilusión de familia, transformado el mundo en un hogar.

    Bendice esta ciudad tuya, que te proclama patrona y princesa y gusta, enamorada, de llamarte madre. 

    Amén.

    domingo, 21 de septiembre de 2014

    EL PESO DE LA ORACIÓN


    EL PESO DE LA ORACIÓN 


    Una mujer pobremente vestida, con un rostro que reflejaba derrota, entró a una tienda. La mujer se acercó al dueño de la tienda y, en la manera más humilde, le preguntó si podía llevarse algunas cosas a crédito (fiado). Con voz suave, le explicó que su esposo estaba muy enfermo y que no podía trabajar; tenían siete niños y necesitaban comida. El dueño le gritó y le pidió que abandonara su tienda.


    Viendo la necesidad que estaba pasando su familia la mujer continuó: 
    "¡Por favor señor! Se lo pagaré tan pronto como pueda". El dueño le dijo que no podía darle crédito ya que no tenía una cuenta en su tienda.
    De pie, cerca del mostrador, se encontraba un cliente que escuchó la conversación entre el dueño de la tienda y la mujer. El cliente se acercó y le dijo al dueño de la tienda que él se haría cargo de lo que la mujer necesitara para su familia.
    El dueño, de una manera muy tosca, preguntó a la mujer: "¿Tiene usted una lista de la compra?". La mujer dijo: "Sí señor".
    "Está bien," dijo el dueño, "ponga su lista en la balanza y lo que pese su lista, le daré yo en comestibles". La mujer titubeó por un momento y cabizbaja, buscó en su cartera un pedazo de papel y escribió algo en él. Puso el pedazo de papel, cabizbaja aún, en la balanza.


    Los ojos del dueño y el cliente se llenaron de asombro cuando la balanza se fue hasta lo mas bajó y se quedó así. El dueño entonces, sin dejar de mirar la balanza y de mala gana, dijo: "¡No lo puedo creer!".
    El cliente sonrió y el dueño comenzó a poner comestibles al otro lado de la balanza. La balanza no se movió por lo que continuó poniendo más y más comestibles hasta que no aguantó más. 
    El dueño se quedó allí parado con gran disgusto. Finalmente, agarró el pedazo de papel y lo miró con mucho más asombro.... No era una lista de compra, era una oración que decía:
    "Querido Señor, tú conoces mis necesidades y yo voy a dejar esto en tus manos".
    El dueño de la tienda le dio los comestibles que había reunido y quedó allí en silencio. La mujer le agradeció y abandonó su tienda. El cliente le entregó un billete de cincuenta dólares al dueño y le dijo: "Valió cada centavo de este billete, ahora sabemos cuanto pesa una oración".

    La oración es uno de los mejores regalos gratuitos que recibimos. No tiene costo pero sí muchas recompensas.

    ORACIÓN PARA APRENDER A AMAR


    ORACIÓN PARA APRENDER A AMAR

    Señor, cuando tenga hambre,
    dame alguien que necesite comida;
    Cuando tenga sed,
    dame alguien que precise agua;
    Cuando sienta frío,
    dame alguien que necesite calor.
    Cuando sufra,
    dame alguien que necesita consuelo;
    Cuando mi cruz parezca pesada,
    déjame compartir la cruz del otro;
    Cuando me vea pobre,
    pon a mi lado algún necesitado.
    Cuando no tenga tiempo,
    dame alguien que precise de mis minutos;
    Cuando sufra humillación,
    dame ocasión para elogiar a alguien;
    Cuando esté desanimado,
    dame alguien para darle nuevos ánimos.
    Cuando quiera que los otros me comprendan,
    dame alguien que necesite de mi comprensión;
    Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí,
    dame alguien a quien pueda atender;
    Cuando piense en mí mismo,
    vuelve mi atención hacia otra persona.
    Haznos dignos, Señor,
    de servir a nuestros hermanos;
    Dales, a través de nuestras manos,
    no sólo el pan de cada día,
    también nuestro amor misericordioso,
    imagen del tuyo.

    Amén.

    HOY SEMBRARÉ


    HOY SEMBRARÉ: 


    Hoy sembraré una sonrisa…para que haya más alegría.

    Hoy sembraré una palabra consoladora…para cosechar serenidad.

    Hoy sembraré un gesto de caridad…para que haya más caridad.

    Hoy sembraré una oración…para que el hombre esté más cerca de Dios.

    Hoy sembraré palabras y gestos de verdad…para que no crezca la mentira.

    Hoy sembraré serenidad de acciones…para colaborar con la paz.

    Hoy sembraré un gesto pacífico… para que haya menos nervios.

    Hoy sembraré en mi mente una buena lectura…para el gozo de mi espíritu.

    Hoy sembraré justicia en mis gestos y palabras…para que reine la verdad.

    Hoy sembraré un gesto de delicadeza…para que haya más bondad

    INVOCA A LA VIRGEN MARÍA


    INVOCA A MARÍA


    Si se levantan los vientos de las tentaciones, si tropiezas con los escollos de la tentación, mira a la estrella, llama a María.

    Si te agitan las olas de la soberbia, de la ambición o de la envidia, mira a la estrella, llama a María.

    Si la ira, la avaricia o la impureza impelen violentamente la nave de tu alma, mira a María.

    Si turbado con la memoria de tus pecados, confuso ante la fealdad de tu conciencia, temeroso ante la idea del juicio, comienzas a hundirte en la sima sin fondo de la tristeza o en el abismo de la desesperación, piensa en María.

    En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. No se aparte María de tu boca, no se aparte de tu corazón; y para conseguir su ayuda intercesora no te apartes tú de los ejemplos de su virtud. No te descaminarás si la sigues, no desesperarás si la ruegas, no te perderás si en ella piensas.

    Si ella te tiene de su mano, no caerás; si te protege, nada tendrás que temer; no te fatigarás sí es tu guía; llegarás felizmente al puerto si Ella te ampara

    San Bernardo



    jueves, 18 de septiembre de 2014

    ORACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA



    ORACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

    Oh Corazón Inmaculado de María:
     Os ofrecemos las oraciones, los esfuerzos y las luchas de éste día!

    EL AMOR


    El amor


    A veces duele amar a alguien y no ser correspondidos. Pero lo que es más doloroso es amar a alguien y no tener el valor para decirle a esa persona TE AMO...
    Tal vez la vida quiere que nosotros conozcamos a unas cuantas personas equivocadas antes de conocer a la persona correcta, para que al fin, cuando la conozcamos, sepamos ser agradecidos por ese maravilloso regalo...

    Una de las cosas más tristes del destino es cuando conoces a alguien que significa todo y sólo para darte cuenta finalmente, que no era para ti, que le debes dejar ir...

    Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra se abre, pero algunas veces miramos tanto tiempo aquella puerta que se cerró, que no somos capaces de ver la que se ha abierto frente a nosotros.

    Darle a esa persona una nueva oportunidad, quizás seria lo mejor que te pudiera pasar... Todos cometemos errores, todos nos equivocamos... a veces esos errores nos cuentan caro, pero de ellos se aprende y mucho... Es cierto que no sabemos lo que tenemos a nuestro lado hasta que lo perdemos, pero también es cierto que no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos...

    Darle a alguien todo tu amor nunca es un seguro de que te amará, pero no esperes que te amen; sólo espera que el amor crezca en el corazón de la otra persona.

    Dalo todo sin esperar nada a cambio... Da lo mejor de ti sin esperar una recompensa... El amor de eso se trata: es un sacrificio perpetuo y constante...

    Pero si aun así el amor no crece en el corazón de la otra persona, no sufras: sé realmente feliz porque creció en el tuyo...

    Hay cosas que te encantaría oír y que nunca escucharás de la persona que te gustaría que las dijera. Hay cosas que seguro tú has hecho por ella y crees que no le han importado. No importa: sigue dando, continúa amando... pero no sufras: siéntete orgulloso de lo que has sabido dar, de tu capacidad de amar... y no seas tan sordo para no oír las palabras dulces de quien las dice desde su corazón y quizás no escuchas...

    Nunca digas adiós si todavía quieres intentar; nunca digas que ya no amas si así

    no lo sientes... Agota el último recurso, busca una solución a todo, ya que siempre la hay... Nunca te des por vencido ni aun vencido, y mucho menos aún si sientes que puedes (y debes) seguir luchando. Lucha por quien amas, lucha por lo que sientes... Intenta que la otra persona te ame y sepa lo que con ese amor puede ganarse... Nunca le digas a una persona que no la amas si no puedes dejarla ir... si no puedes dejar de pensar en ella, si la miras a los ojos y aún sientas cosas bellas...

    El amor llega a quien espera, aunque le hayan decepcionado, aunque sienta que ya nada tiene sentido. El amor siempre llega a quien lucha y es constante, a quien aún cree aunque haya sido traicionado, a quien todavía necesite amar aunque antes haya sido lastimado y a quien tiene el coraje y la fe para construir la confianza de nuevo, pese a todo lo que le haya pasado...

    El principio del amor es "dejar que aquellos que conocemos sean ellos mismos", y no tratar de adaptarlos a nuestra propia imagen, porque entonces sólo amaremos el reflejo de lo que nosotros mismos somos en ellos. ¿Qué sentido tiene amar a tu propia imagen, cuando no hay nada más hermoso que darlo todo por el otro?

    No vayas por lo externo: esto te podría engañar. Dicen que las apariencias engañan, pero el corazón las revela... Lo único que perdura a través del tiempo son los sentimientos, el ser maravilloso que por dentro tenemos... por eso ve y busca a quien valora tu sonrisa, a quien se deslumbra con tu mirada, a quien muere por tus caricias...

    Ve por alguien que te haga sonreír, por alguien que te lo dé todo sin pedir nada a cambio, por ese alguien que sane tu corazón herido, por alguien que jamás te haya traicionado, que nunca te haya decepcionado... Tan sólo esa persona se merece tu amor, tus lágrimas y tu cariño... Toma su sonrisa para que tu día oscuro se llene de luz y bebe de sus labios para no tener nunca más sed...

    Espero que encuentres a aquella persona que te haga sonreír y que sane todas tus heridas...

    Hay momentos en que extrañas tanto a esa persona, que quisieras sacarla de tus sueños y abrazarla con todas tus fuerzas. Entonces, espero que sueñes con ese alguien tan especial y logres arrancarle de tus sueños y hacerle realidad...

    Sueña lo que quieras soñar, ve a donde quieras ir, sé lo que quieras ser, haz lo que quieras hacer, pero lucha por todo lo que quieres tener, porque tienes tan sólo una vida y una oportunidad para hacerlo y si no lo consigues, al menos podrás decir que lo has intentado... No hay nada más triste que ver lo que podrías haber logrado y ni siquiera nunca lo hayas intentado...

    Espero que tengas suficiente felicidad para hacerte dulce, suficientes obstáculos para hacerte fuerte, suficiente dolor para mantenerte humano y suficiente esperanza para seguir ilusionado...

    La felicidad espera por aquellos que lloran, que han sido lastimados, aquellos que buscan, aquellos que tratan... Porque sólo ellos pueden apreciar la verdadera importancia de las personas que han llegado y partido de sus vidas...

    El amor comienza con una sonrisa, crece con un beso y muere con una lágrima. Es hora de secar esa lágrima e intentarlo de nuevo...

    JACULATORIAS A LA VIRGEN MARÍA


    JACULATORIAS A LA VIRGEN MARÍA

    Ave María Purísima,
    sin pecado concebida. 

    Oh dulce Corazón de María,
    sed la salvación mia. 

    María, madre mía,
    sé tú mi única guía. 

    Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.

    A LA VIRGEN DE LA CARIDAD


    A la Virgen de la Caridad
    Autor: Rubén D. Rumbaut

    Te llamaron tres voces aterradas.
    Respondiste colmando sus anhelos,
    serenando las iras de los cielos
    y aquietando las aguas sublevadas.

    Subiste luego grácilmente sobre
    el frágil bote que la fe salvara,
    y porque siempre en Cuba se te amara
    te posaste en lo verde, allá en el Cobre.

    Fuiste madre al hacer callar el agua,
    marinera al subir a la piragua
    y gaviota al posarte en el oriente.

    Y tus hijos, tus olas y tus montes
    -toda Cuba, partida en horizontes-
    a tus plantas están eternamente.

    LA ORACIÓN A MARÍA A TRAVÉS DE LOS SIGLOS, JUAN PABLO II



    La Oración a María a través de los siglos
    Juan Pablo II

    1. A lo largo de los siglos el culto mariano ha experimentado un desarrollo ininterrumpido. Además de las fiestas litúrgicas tradicionales dedicadas a la Madre del Señor, ha visto florecer innumerables expresiones de piedad, a menudo aprobadas y fomentadas por el Magisterio de la Iglesia.

    Muchas devociones y plegarias marianas constituyen una prolongación de la misma liturgia y a veces han contribuido a enriquecerla, como en el caso del Oficio en honor de la Bienaventurada Virgen María y de otras composiciones que han entrado a formar parte del Breviario.

    La primera invocación mariana que se conoce se remonta al siglo III y comienza con las palabras:  "Bajo tu amparo (Sub tuum praesidium) nos acogemos, santa Madre de Dios...". Pero la oración a la Virgen más común entre los cristianos desde el siglo XIV es el "Ave María".

    Repitiendo las primeras palabras que el ángel dirigió a María, introduce a los fieles en la contemplación del misterio de la Encarnación. La palabra latina "Ave", que corresponde al vocablo griego xa|re, constituye una invitación a la alegría y se podría traducir como "Alégrate". El himno oriental "Akáthistos" repite con insistencia este "alégrate". En el Ave María llamamos a la Virgen "llena de gracia" y de este modo reconocemos la perfección y belleza de su alma.

    La expresión "El señor está contigo" revela la especial relación personal entre Dios y María, que se sitúa en el gran designio de la alianza de Dios con toda la humanidad. Además, la expresión "Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús", afirma la realización del designio divino en el cuerpo virginal de la Hija de Sión.

    Al invocar "Santa María, Madre de Dios", los cristianos suplican a aquella que por singular privilegio es inmaculada Madre del Señor:  "Ruega por nosotros pecadores", y se encomiendan a ella ahora y en la hora suprema de la muerte.

    2. También la oración tradicional del Ángelus invita a meditar el misterio de la Encarnación, exhortando al cristiano a tomar a María como punto de referencia en los diversos momentos de su jornada para imitarla en su disponibilidad a realizar el plan divino de la salvación. Esta oración nos hace revivir el gran evento de la historia de la humanidad, la Encarnación, al que hace ya referencia cada "Ave María". He aquí el valor y el atractivo del Ángelus, que tantas veces han puesto de manifiesto no sólo teólogos y pastores, sino también poetas y pintores.

    En la devoción mariana ha adquirido un puesto de relieve el rosario, que a través de la repetición del "Ave María" lleva a contemplar los misterios de la fe. También esta plegaria sencilla, que alimenta el amor del pueblo cristiano a la Madre de Dios, orienta más claramente la plegaria mariana a su fin:  la glorificación de Cristo.

    El Papa Pablo VI, como sus predecesores, especialmente León XIII, Pío XII y Juan XXIII, tuvo en gran consideración el rezo del rosario y recomendó su difusión en las familias. Además, en la exhortación apostólica Marialis cultus, ilustró su doctrina, recordando que se trata de una "oración evangélica, centrada en el misterio de la Encarnación redentora", y reafirmando su "orientación claramente cristológica" (n. 46).

    A menudo, la piedad popular une al rosario las letanías, entre las cuales las más conocidas son las que se rezan en el santuario de Loreto y por eso se llaman "lauretanas".

    Con invocaciones muy sencillas, ayudan a concentrarse en la persona de María para captar la riqueza espiritual que el amor del Padre ha derramado en ella.

    3. Como la liturgia y la piedad cristiana demuestran, la Iglesia ha tenido siempre en gran estima el culto a María, considerándolo indisolublemente vinculado a la fe en Cristo. En efecto, halla su fundamento en el designio del Padre, en la voluntad del Salvador y en la acción inspiradora del Paráclito.

    La Virgen, habiendo recibido de Cristo la salvación y la gracia, está llamada a desempeñar un papel relevante en la redención de la humanidad. Con la devoción mariana los cristianos reconocen el valor de la presencia de María en el camino hacia la salvación, acudiendo a ella para obtener todo tipo de gracias. Sobre todo, saben que pueden contar con su maternal intercesión para recibir del Señor cuanto necesitan para el desarrollo de la vida divina y a fin de alcanzar la salvación eterna.

    Como atestiguan los numerosos títulos atribuidos a la Virgen y las peregrinaciones ininterrumpidas a los santuarios marianos, la confianza de los fieles en la Madre de Jesús los impulsa a invocarla en sus necesidades diarias. 
    Están seguros de que su corazón materno no puede permanecer insensible ante las miserias materiales y espirituales de sus hijos.

    Así, la devoción a la Madre de Dios, alentando la confianza y la espontaneidad,  contribuye  a  infundir serenidad en la vida espiritual y hace progresar a los fieles por el camino exigente de las bienaventuranzas.

    4. Finalmente, queremos recordar que la devoción a María, dando relieve a la dimensión humana de la Encarnación, ayuda a descubrir mejor el rostro de un Dios que comparte las alegrías y los sufrimientos de la humanidad, el "Dios con nosotros", que ella concibió como hombre en su seno purísimo, engendró, asistió y siguió con inefable amor desde los días de Nazaret y de Belén a los de la cruz y la resurrección. 

    L'Osservatore Romano - 7 de noviembre de 1997