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miércoles, 26 de febrero de 2014

NO TE RINDAS

No te rindas

Aunque te sientas triste,
piensa en un mañana pleno de alegría ,de 
satisfacciones, y de sueños realizados, y 
entonces  comprenderás que también los errores son 
indispensables para aprender.

No te rindas!
Aunque te sientas solo,
piensa en todas las personas que te
brindaron afecto durante tu vida, y sabrás
que en el tiempo venidero, también
amaras y serás amado. 

No te rindas!
Aunque te sientas derrotado,
piensa siempre en la victoria luminosa

que te espera al final del camino, y descubrirás

que las caídas te muestran el poder

de tu fe y de tu fuerza.

No te rindas!
Aunque te sientas perdido,
piensa en la esperanza que anida en lo
profundo de tu corazón, rescátala y sal a
recorrer el sendero señalado, con la
mirada puesta en el cielo

No te rindas! Dios camina contigo!

NO COMETAS EL MISMO ERROR


NO COMETAS EL MISMO ERROR

Es cuando otros te fallan.

Cuando esa gente en quien confiaste y creíste, (tus amigos) te desilusionan, e incluso hablan mal de ti. 

Desearías poner en evidencia su error. 

Sientes odio, tristeza, dolor y desilusión al mismo tiempo. Y al final no sabes qué sentir.

Aunque esto te pase, sigue creyendo en la amistad sincera. 

Sigue dando lo mejor de ti a las personas y nunca pagues con la misma moneda.

Si te han fallado, haz lo posible para no fallar.

Si te han desilusionado, sé siempre recto para no cometer el mismo error.

Si te han calumniado, ofrece a Dios esa situación. Que sea Él quien juzgue, pero no envenenes tu corazón con el deseo de hacer tu justicia.

No importa el error que otros hayan cometido, no te hagas insensible y frío ante las personas que te necesiten. 

Sigue haciendo el bien, sigue creyendo, sigue ofreciendo lo mejor que tengas y ante todo, deja el juicio en las manos de Dios.

La vida es hermosa y tienes la oportunidad de seguir viviendo. 

Sigue adelante tu camino sin ver los tropiezos tuyos y menos los de los demás como obstáculos. 

Y no cometas los mismos errores que otros hayan cometido contigo.

ARREPENTIMIENTO


ARREPENTIMIENTO

.¿Por qué, Señor, me siento tan amado/a
si de tu amor yo nunca he merecido?
pues rendido/a una y mil veces he caído
en los impuros brazos del pecado.

.No me dejes, mi Dios, abandonado,
en medio de este mar embravecido;
menosprecia lo mucho que te he herido
y ofréceme cobijo en tu costado.
.
Si muchas veces mucho te he dañado
y la paz de tu amor no he comprendido,
me humillo y cabizbajo/a yo te pido 
.
que no tengas en cuenta mi pasado;
hoy, del todo me siento arrepentido/a
y ante tu Cruz me postro, arrodillado/a

CREO EN TI


CREO EN TI 

Cuando llega la dificultad y las pruebas, en los momentos de angustia, de duda o enfermedad, es bueno decir al Señor que seguimos creyendo en El. 

1. Señor, Tu siempre me has dado 
La fuerza necesaria, 
y, aunque débil, 
Creo en Ti. 

2. Señor, Tu siempre me has dado 
La paz de cada día, 
y, aunque angustiado, 
Creo en Ti. 

3. Señor, Tu siempre me has guardado 
En la prueba, 
Y, aunque estoy en ella, 
Creo en Ti. 

4. Señor, Tu siempre has alumbrado 
Mis tinieblas, 
Y, aunque no tengo luz, 


Creo en Ti.

LA COHERENCIA HEROICA DEL CRISTIANO

Autor: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net
La coherencia heroica del cristiano
¿Hasta qué punto vale la pena ser fieles a Cristo cuando luego uno puede quedar abandonado a su suerte, como un soñador derrotado?
 
La coherencia heroica del cristiano
La coherencia heroica del cristiano
Hay ocasiones en las que ser fiel al Evangelio implica el riesgo de un fracaso en la familia, en el trabajo, en la vida social. ¿Qué hacer, entonces?

La pregunta se presenta continuamente en los corazones de muchos católicos. Un empresario sabe que tiene que pagar buenos salarios, pero que así puede perder la competividad y llegar a la quiebra. Un esposo o una esposa sabe que no debe usar anticonceptivos, pero la otra parte le amenaza con la expulsión del hogar o con el divorcio. Un farmacéutico sabe que no debe vender pastillas que implican un uso contrario a la moral católica, pero si no las vende quedará aislado en el mercado y terminará por cerrar la farmacia. Un distribuidor de libros sabe que no es correcto favorecer la venta de libros contrarios a la doctrina católica, pero si actúa así se arriesga al fracaso.

Las situaciones son infinitas. En el fondo de las mismas se esconde la pregunta inicial: ¿qué hacer, cómo actuar? ¿Hasta qué punto vale la pena ser fieles a Cristo cuando luego uno puede quedar abandonado a su suerte, como un soñador derrotado?

Plantear así la cuestión implica un error de perspectivas. Porque con este tipo de preguntas parece que la alternativa está entre ser fieles a Cristo y ser prácticos y realistas. En otras palabras, Cristo queda puesto como un obstáculo a la "realización personal", porque uno llega a pensar que lo que Cristo pide sería "peligroso": seguirle implica dar un salto en el vacío que puede llevar al fracaso.

En realidad, quien conoce de verdad a Cristo, quien sabe lo que Él ha hecho por uno mismo y por todos los hombres, quien aprecia el cielo como la meta auténtica de toda existencia humana, quien siente en su corazón el abrazo de la misericordia, quien vive a fondo la fe y la esperanza, no puede tener miedo.

Cristo es, para el que cree en serio, lo más importante. Más importante que su puesto de trabajo, que su vida matrimonial, que sus seguridades humanas, que su dinero, que su salud.

Es fácil decirlo y parece muy difícil vivir de esta manera. Pero quien ama de veras, y amamos de veras cuando nos sentimos muy amados por un Dios bueno, es capaz de eso y de mucho más.

Los mártires son, en ese sentido, un ejemplo luminoso: están dispuestos a perder la propia vida en manos de perseguidores asesinos antes que renunciar a Cristo. Han vivido la coherencia heroica del cristiano.

La vida de tantos mártires, hombres y mujeres, sirve de luz para la vida de todo bautizado. Su testimonio es la consecuencia de quien sabe lo que podemos leer en uno de los textos más hermosos de quien lo dejó todo por Cristo, Pablo de Tarso:

"¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada? Como dice la Escritura: ´Por tu causa somos muertos todo el día; tratados como ovejas destinadas al matadero´. Pero en todo esto salimos vencedores gracias a aquel que nos amó. Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro" (Rm 8,35-39).

Después de dos mil años, podemos decir, desde una experiencia que salva, que ni los impuestos, ni las amenazas, ni el paro, ni las ideas dominantes son suficientes para hacer que nos apartemos de quien nos ha dado su Cuerpo y su Sangre para salvarnos, de quien nos invitó a ser, para siempre, sus amigos.

SALVE, OH VIRGEN MADRE




SALVE, OH VIRGEN MADRE

Salve, oh Virgen Madre, Señora mía, Estrella de la mañana, del Cielo Reina.

Llena de gracia sois; salve, luz pura, salva al mundo y a toda criatura.

Para Madre el Señor te destinó, el que los mares, la tierra y el cielo creó.

Él preservó vuestra concepción de la mancha que tenemos en Adán.

Amén.

PENSAMIENTO MARIANO 32


PENSAMIENTO MARIANO

En la última aparición, octubre de 1917, la Virgen María dijo por fin su nombre: “Soy la Señora del Rosario”, y volvió a insistir en su recomendación: “Sigan rezando el rosario todos los días".