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martes, 17 de junio de 2014

HOSPITAL DEL SEÑOR

Hospital del Señor..


Fui al Hospital del Señor, a hacerme una revisión de rutina, y constaté que estaba enfermo: Cuando Jesús me tomó la presión vio que estaba baja de ternura.

Al medirme la temperatura el termómetro registró 40 grados de egoísmo.

Hizo un electrocardiograma y Él diagnosticó fue que necesitaba varios "by-pases" de amor porque mis venas estaban bloqueadas y no abastecían mi corazón vacío.
Pasé hacia ortopedia: no podía caminar al lado de mi hermano, y tampoco podía abrazarlo porque me había fracturado al tropezar con mi vanidad.

También me encontraron miopía, ya que no podía ver más allá de las apariencias.
Cuando me quejé de sordera Jesús me diagnosticó quedarme solo en las palabras vacías de cada día.

GRACIAS SEÑOR, Porque las consultas son gratuitas, por tu gran misericordia. Prometo al salir de aquí usar solamente los remedios naturales que recetas en el Evangelio... Al levantarme tomare un vaso de AGRADECIMIENTO. Al llegar al trabajo, una cucharada sopera de BUEN DÍA. Cada hora un comprimido de PACIENCIA, y una copa de HUMILDAD, Al llegar a casa, SEÑOR, voy a tener diariamente una inyección de AMOR, y al irme a acostar: dos cápsulas de CONCIENCIA TRANQUILA.

¡GRACIAS SEÑOR!

A VECES, ES MEJOR



A veces, es mejor...

Hay cosas que nos pasan en la vida que encontramos difíciles de aceptar. Los recuerdos regresan y nos perturban una y otra vez.

Cuando algo sucede en nuestras vidas que encontramos difícil de aceptar, tenemos que decidir si hay algo que podamos hacer para cambiar las cosas. Si lo hay, debemos hacer lo que podamos para que todo esté de nuevo bien. Pero si hemos hecho todo lo posible, y en nuestro corazón sabemos que ahora no hay nada más que hacer, entonces, dejemos que se vaya lo que nos quita la tranquilidad.

Después de haber repasado los "qué hubiera pasado si" y los "por qué", quizás aprendamos una lección valiosa. Y descubramos que si bien fue doloroso, crecimos por la experiencia. Aprender a dejar ir las cosas, en vez de preocuparnos por lo que pido haber sido, con el tiempo podría ser más valioso que aquello que hemos dejado ir.


Bárbara Cage

DECÁLOGO DEL ENFERMO


DECÁLOGO PARA EL ENFERMO
escrito por San Juan María Vianney



1.-"La cruz es el regalo que Dios hace a sus amigos"

2.-"Deberíamos ir afanosos en busca de la cruz, como vá el avaro tras el dinero"

3.-" Las contradicciones nos ponen al pie de la Cruz y la cruz a la puerta del cielo

4.-" La mayor cruz es no tener cruz"

5.-"Yo no comprendo cómo un cristiano puede odiar la cruz y sacudirla de sus hombros"

6.- "Nada nos hace tan parecidos a Nuestro Señor como llevar su cruz; y todas las penas son dulces cuando se sufren en unión con Él"

7.- "¡Cuán felices nos consideraremos en el día del juicio por nuestros sufrimientos!"

8.-" ¡Qué dulce es morir cuando se ha vivido siempre sobre la cruz!"

9.-"El temor de la cruz es la más grande de nuestras cruces"

10.-" ¡Qué dulce, qué bello es conocer, amar y servir a Dios! Esto es lo único que tenemos que hacer en este mundo.


Cuando el sufrimiento te apriete, recuerda este decálogo de San Juan María Vianney (el Cura de Ars) y repite las siguientes palabras: "Qué dulce es morir cuando se ha vivido siempre sobre nuestra cruz."

SONRÍE a tu cruz y te será más fácil aceptarla y llevarla.

AL NOMBRE DE MARÍA


Al nombre de María
Autor: José Zorrilla


María, cuyo nombre
como conjuro santo
ahuyenta con espanto
la saña de Luzbel,
escríbeme en el pecho
tu nombre omnipotente,
porque jamás intente
aposentarse en él.

María, Soberana
en cuanto el orbe encierra,
rocío de la tierra,
estrella de la mar,
tu nombre misterioso
será fanal tranquilo
que alumbrará el asilo
de mi terreno hogar.

María, cuyo nombre
es fuente de pureza
que lava la torpeza
del frágil carazón,
tu nombre será el agua
que el mío purifique
de cuanta en él radique
maligna inclinación.

María, luz del cielo,
cuya brillante esencia
es luz de toda ciencia,
y del saber raudal,
tu nombre sea antorcha
cuyo fulgor ahuyente
de mi acotada mente
la lobreguez letal.

María, cuyo nombre
es música más suave
que el cántico del ave
y que del agua el son,
tu nombre sea fuente
do beban su armonía
mi tosca poesía,
mi pobre inspiración.

María, a cuyo nombre
la divinal justicia
al pecador propicia
se inclina a perdonar,
tu nombre sea, cuando
la eternidad se me abra,
la última palabra
que exhale al expirar.

CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN DE JESÚS



Consagración al Corazón de Jesús


Corazón de Jesús,
manantial inagotable de gracia,
amor y paz. Corazón del que nació
la Iglesia, gracias por recibirme
en ella en el bautismo. Gracias por
mostrarme en ella el rostro de tu Padre.
Gracias por enviarnos tu Espíritu Santo
que nos congrega y construye.

Gracias por continuar ofrendándote
diariamente en la Eucaristía que
une y alimenta.
Yo me entrego y consagro a ti.
Quiero vivir a plenitud mis promesas
bautismales. Adéntrame, Señor Jesús,
en tu Corazón. Cámbiame este corazón
de piedra. Que se parezca al tuyo para
que no quiera hacer ya más mi voluntad,
sino, como Tú, la del Padre.
Préstame tu Corazón herido, tu corazón
fuerte, para que aprenda a entregarme
entero y sin reservas a la empresa de
que venga a nosotros tu Reino de justicia,
de amor y de paz.

Amén.