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lunes, 28 de julio de 2014

EL AVE MARÍA



EL AVE MARÍA...

Dios te salve, María: es un saludo que limpia los labios y el corazón, no se pueden pronunciar esta palabras con reflexión y sentimiento, sin sentirse mas buenos; porque cuando los ojos de vuestro espíritu están fijos en María, se puede ser mas bueno, mas puro y mas caritativo. La amistad con María es causa de perfección porque infunde y transfunde las virtudes de tan buena Madre en quien humilde las pide.

Llena eres de Gracia: Humildad, prontitud, pudor, plegaria... ¿Que no encontró de excelso la palabra angélica para convertirse en la primera chispa del incendio de la Encarnación?. He aquí lo que se necesita, para atraer a Jesús, vuestra adherencia a la Gracia, vuestra acogida a la Gracia, vuestro multiplicar la Gracia, vuestro aspirar a la Gracia, el cuerpo para vivir necesita respirar aire y tomar aliento, el alma para vivir, debe respirar la Gracia, y el mejor ejemplo es María.

El Señor es contigo. Dios siempre esta con el alma en Gracia, Dios no se aleja cuando el tentador se acerca, se aleja solamente cuando se cede al Tentador y se corrompe el alma. Quien esta con Dios no es que no vea el mal, mas bien lo ve con mas claridad que muchos otros, pero el verlo no corrompe. El unido con Dios esta saturado de Dios, y cualquier otra cosa que no sea Dios queda en la superficie y no perturba el interior.

Bendita tú eres entre todas la mujeres. Esta bendición que a veces decimos imperfectamente, o que quizá ni la decimos a Aquella que con su sacrificio inicio la Redención, resuena continuamente en el Cielo, pronunciada con infinito amor por la Trinidad. Todo el Paraíso bendice a María, obra maestra de la Creación universal y Misericordia divina. Aun cuando toda la obra del Padre para crear de la nada a la tierra no hubiese servido sino para acoger a María, la obra creativa habría tenido su razón de ser, porque la perfección de María es tal, que Ella es testimonio de no solo de la sabiduría y el poder, sino del amor con el cual Dios ha creado el mundo.

Y bendito es el fruto de tu vientre Jesús: Tenemos a Jesús porque treinta tres años antes María acepto beber el cáliz de la amargura, bendito el vientre purísimo que contuvo al Creador, y para dar una norma, sabed que Yo, Dios, no considero disminuirme a Mi mismo con infinito y venerante amor a mi Madre.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. A la Madre de Dios le realizamos una invocación simétrica a la de “líbranos del mal”, del Padrenuestro. Se nos ha dado una Madre y un Padre. Si pedimos al Padre que nos libre del Mal, ¿no pediremos a la Madre que aleje de nosotros la muerte en pecado?. No debemos preocuparnos de la muerte en el significado humano, sino del Mal y de la Muerte en el significado sobrenatural.

Tenemos una Madre que es poderosa por su triple condición de Hija, Esposa y Madre de Dios, y si Cristo resucita a los muertos a la Gracia, María, cuando es realmente amada, impide que la muerte nos separe de su Hijo en la eternidad.
 

CADA NUEVO DÍA


  Cada nuevo día...
        Autor: Douglas Pagels


               "Si no dejas de plantar las semillas de tus sueños, ellas tratarán con todas sus fuerzas de florecer  para tí."

                Cada nuevo día es una página en blanco en el diario de tu vida. La lapicera está en tus manos, pero no todos los renglones serán escritos como deseas:

        Algunos provendrán del mundo y de las circunstancias que te rodean. Pero, por la gran cantidad de cosas que están bajo tu control, es preciso que sepas algo en especial.

        El secreto de la vida radica en hacer tu historia la más bella posible. Escribe el diario de tu vida y llena las páginas con palabras nacidas del corazón.

        A medida que las páginas te lleven adelante, descubrirás senderos que agregarán penas y alegrías, pero si puedes hacer estas cosas, siempre habrá esperanzas en el mañana.

ORACIÓN A LA VIRGEN DOLOROSA


Oración a la Virgen Dolorosa
 (Beato Miguel Pro)
  
Déjame pasar la vida a tu lado, Madre mía, acompañando tu soledad amarga y tu dolor profundo.
Déjame sentir en el alma el triste llanto de tus ojos y el desamparo de tu corazón.
No quiero en el camino de mi vida
saborear las alegrías de Belén
adorando en tus brazos virginales al niño Dios.
No quiero gozar en la casita de Nazareth de la amable presencia de Jesucristo no quiero acompañarte en tu asunción gloriosa entre coros de Angeles.
Quiero en mi vida, las mofas y burlas del calvario; quiero la agonía lenta de tu Hijo; el desprecio, la ignominia, la infamia de la cruz, quiero estar a tu lado virgen Dolorosísima;
fortaleciendo mi espíritu con tus lágrimas, consumando mi sacrificio con tu martirio,
sosteniendo mi corazón con tu soledad, amando a mi Dios y tu Dios, con la inmolación de mi ser.

Amén 



LA VIRGEN MARÍA, MADRE DEL SILENCIO


 María, madre del silencio 
J. M. Márquez
  
Madre de nuestro silencio,
tesoro de calma y serenidad,
te amamos por tu rostro lleno de luz,
por tu mirada llena de ternura,
por lo profundo de tus palabras silenciosas, por tu transparente disponibilidad.

Que en nuestras tareas cotidianas
nos abras a lo profundo de las cosas que no se ven, nos ilumines con tu luz transparente, nos ensanches el corazón con el amor y la verdad de lo que es importante, nos contagies tu disponibilidad ante las sorpresas de Dios.

Madre del silencio,
enséñanos a callar...
enséñanos a contemplar...

MARÍA EN EL CORAZÓN DE LA TRINIDAD


María en el corazón de la Trinidad
(Autor: Jean Vanier)

María, llena de gracia
y colmada por el Espíritu Santo,
has amado a Jesús,
como ninguna otra madre puede amar;
no con un amor que nace del vacío
y se apega al niño, controlando
y acaparando su libertad de hijo
para calmar su propio sufrimiento
y su angustia de madre.

Tú lo has amado con un amor
que nace de la plenitud,
dando tu vida en el amor.

Entre los santos de todas las épocas,
tú tienes un lugar muy especial
en el corazón de la Trinidad
y en el de la Iglesia.

"¡Todas las generaciones
te llamarán bienaventurada!"
El amor de Jesús por tí y tu amor
por el tienen su origen en el corazón
de la Trinidad.

La unidad de tu a amor y el de Jesús
nace de la unidad de la Santísima Trinidad, en el Espíritu Santo, han sido una sola cosa, como Jesús y el Padre son una sola cosa, oh María, introdúcenos también a nosotros en el misterio de la relación entre el Padre el Hijo y el Espíritu Santo.

Intercede por nosotros, para que también nos sea dada aquella comunión de amor, que tú viviste en la humildad y en la sencillez de la fe.

Amén

GLOSA DE LA SALVE


Glosa de la Salve
Autor: Pedro F. Carrascosa, Obispo de Ávila


¡Dios te salve, Virgen pura,
Reina piadosa del mundo,
Madre de vida y dulzura,
Acoge el ruego profundo
De tus hijos sin ventura!

¡Hijos que por ti clamamos
Desterrados hijos de Eva,
Que a Ti ¡oh Madre! suspiramos
En este valle de prueba
Donde sin cesar lloramos.

¡Tus hijos siempre y ahora
Triste te elevan el alma!...
¡Óyelos, Madre y Señora,
Con esa piedad que calma
Los gemidos del que llora!

¡Ea, pues, nuestra; Abogada,
Vuelve a nos de esos tus ojos
La dulce y tierna mirada
Que purifica de abrojos
Nuestra mísera jornada!

¡Y preséntanos, María,
De este destierro en pasando,
A ese Varón de agonía
Que paz y perdón clamando
Murió por la raza impía!

¡Fruto de tu entraña pura
De la humanidad consuelo!
¡Si Tú, Madre de ternura,
La dicha pides del suelo,
Dicha obtendremos segura!

Y pues tiene prometido
A los dignos, Madre mía,
Gozo eterno y bendecido,
¡Oh dulce! ¡oh clemente! ¡oh pía!
¡Haz nuestro gozo cumplido!