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viernes, 7 de noviembre de 2014

SÚPLICAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA


SUPLICAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

Dame tus ojos, Madre, para saber mirar; si miro con tus ojos jamás podré pecar.

Dame tus labios, Madre para poder rezar, si rezo con tus labios Jesús me escuchara.

Dame tu lengua, Madre, para ir a comulgar, es tu lengua, paterna de gracia y santidad.

Dame tus labios, Madre, que quiero trabajar, entonces mi trabajo valdrá una eternidad.

Dame tu manto, Madre, que cubra mi maldad, cubriendo con tu manto al cielo he de llegar.

Dame tu cielo, Oh Madre, para poder gozar, ¿si tu me das Cielo, que mas puedo anhelar?.

Dame Jesús, Oh Madre, para poder amar, esta será mi dicha por una eternidad.

Amén.

SEÑOR, HAZME UN INSTRUMENTO DE TU PAZ


SEÑOR, 
HAZME  UN INSTRUMENTO DE TU PAZ:

Que allí donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga yo perdón;
donde haya discordia, ponga yo unión;
donde haya error, ponga yo verdad;
donde haya duda, ponga yo fe;
donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
donde haya tinieblas, ponga yo luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
¡Oh, Maestro!, que no busque yo tanto
ser consolado como consolar;
ser comprendido, como comprender;
ser amado, como amar.
Porque dando es como se recibe;
olvidando, como se encuentra;
perdonando, como se es perdonado;
muriendo, como se resucita a la vida eterna.

Amén.

ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS POR MEDIO DE LA VIRGEN SANTÍSIMA



ORACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS POR MEDIO DE LA VIRGEN SANTÍSIMA

!Santísima Virgen, Madre de Dios y querida Madre y abogada nuestra! Tus hijos, unidos en un mismo sentimiento de cariño, nos arrojamos a tus plantas deseosos de renovar el propósito de servirte con la mayor fidelidad. Te suplicamos que nos consagres, como esclavos tuyos, al adorable Corazón de Jesús, con todo lo que somos, sin reservarnos cosa alguna, pues no queremos tener otra libertad que la de amarle, ni otra gloria que la de pertenecerle en calidad de siervos y víctimas de su amor.

!Oh María, esperanza nuestra! Haz que sintamos cuán poderosa eres con el Corazón de Jesús, y acredita tu valimiento cobijándonos en él, como en mansión perpetua. Ruégale que ejercite su dominio supremo en nuestras almas, reinando por amor a nuestros corazones, a fin de que nos consuma y transforme totalmente en sí. Sea Él nuestro tesoro, nuestra delicia, nuestro amor y nuestro Todo en todas las cosas, destruyendo y anonadando en nosotros todo lo que sea nuestro, y poniendo en su lugar todo lo que es suyo. Sea Él el sostén de nuestra incapacidad, la fuerza de nuestra flaqueza y la alegría de todas nuestras tristezas.

!Oh Sagrados Corazones de Jesús y de María! Remediad todas las miserias de los nuestros, suplid por todo lo que nos falta y consumid nuestras frialdades y tibiezas, ya que ciframos nuestra felicidad en vivir y morir como esclavos del adorable Corazón de Jesús y como siervos de la dulcísima Madre. Así sea.

(De Santa Margarita María de Alacoque)