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miércoles, 12 de noviembre de 2014
UN AMOR VERDADERO
UN VERDADERO AMOR
Un hombre de edad avanzada vino a la clínica donde yo trabajo para hacerse curar una herida en la mano. Tenía bastante prisa, y mientras se curaba le pregunté qué era eso tan urgente que tenía que hacer. Me dijo que tenía que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí.
Me contó que llevaba algún tiempo en ese lugar y que tenía un Alzheimer muy avanzado. Mientras acababa de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana. No, me dijo. Ella ya no sabe quién soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce. Entonces le pregunté extrañado.
Y si ya no sabe quién es usted, ¿por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas? Me sonrió y dándome una palmadita en la mano me dijo: "Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella". Tuve que contenerme las lágrimas mientras salía y pensé: "El verdadero amor no se reduce a lo físico ni a lo romántico. El verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya no es"
DEBO SER...
DEBO SER...
Debo ser fuerte sin ser rudo.
Ser amable sin ser débil.
Aprender con orgullo sin arrogancia.
Aprender a ser gentil sin ser suave.
Ser humilde sin ser tímido.
Ser valioso sin ser agresivo.
Ser agradecido sin ser servil.
Meditar sin ser flojo.
Por eso señor te pido...
Dame grandeza para entender,
capacidad para retener,
método y facultad para aprender,
sutileza para interpretar,
Gracia y abundancia para hablar.
Dame acierto al empezar,
dirección al progresar
y perfección al acabar.
"Señor, no permitas que me quede donde estoy. Ayúdame a llegar donde Tú quieres".
Amén
CONSAGRACIÓN DEL HOGAR Y LA FAMILIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
Consagración del hogar y la familia al
Inmaculado Corazón de María
¡Oh Virgen María!, queremos consagrar hoy nuestro hogar y cuantos lo habitan a vuestro Purísimo Corazón.
Que nuestra casa, como la tuya de Nazaret, llegue a ser un oasis de paz y felicidad por:
- el cumplimiento de la voluntad de Dios,
- la práctica de la caridad,
- y el abandona a la Divina Providencia,
¡Que nos amemos todos como Cristo nos enseñó!. Ayúdanos a vivir siempre cristianamente y envuélvenos en tu ternura.
Te pido por los hijos que Dios nos ha dado (se citan los nombres) para que los libres de todo mal y peligro de alma y cuerpo, y los guardes dentro de Tu Corazón Inmaculado. Dígnate, Madre nuestra, transformar nuestro hogar en un pequeño cielo, consagrados todos a vuestro Corazón Inmaculado. Amén.
¡Corazón Inmaculado de María, sálvanos!
¿Qué es la Consagración al Inmaculado Corazón de María?
Una promesa de amor en donde se le da todo lo que la familia es, tiene y hace a Jesús a través del Corazón Inmaculado de la Virgen María, para vivir plenamente entregados a la voluntad del Padre.
La familia se abandona en las manos de la Virgen María para que ella ejerza su papel de Madre espiritual, de Mediadora de las gracias, de Abogada y de Reina.
La meta final de toda consagración es Jesús; La Virgen María es el medio eficaz para alcanzar mayor unión con Cristo y es fuente de protección maternal contra Satanás.
Por medio de la consagración, los miembros de la familia han de llegar a ser como San José, totalmente dedicados a Jesús y a María. Deben pedir a Dios la gracia de vivir fieles a esta consagración, reconociendo que pertenecen a los Corazones de Jesús y de María, quienes han de ser el centro de cada aspecto de sus vidas, decisiones, relaciones, etc.
¿Cuáles son los frutos de la Consagración al Inmaculado Corazón de María?
Permitirá a la Virgen Santísima usar libremente su poder de intercesión y de santificación para el crecimiento de su familia en la gracia.
La Virgen respeta la voluntad de cada uno y por eso espera a que la familia se consagre libremente para entonces ejercer su misión plenamente. Primero hay que abrir las puertas y luego responder fielmente a todo cuanto pide la Virgen para acercarnos al Corazón de Jesús.
La Virgen María será Fuente de Protección: Por la decisión libre que han tomado, su familia pertenece a al Corazón de María, y serán protegidos espiritualmente.
Les obtendrá gracias para vivir en la virtud y les ayudará a abrir sus corazones para vivir las virtudes que se encuentran en los Corazones de Jesús y María. Especialmente la humildad, la mansedumbre, el amor sacrificial, la pureza y la obediencia
También les ayudará a ejercer las virtudes que construyen y mantienen la unidad de familia, como la paz, el orden, el respeto, la delicadeza, el pensar primero en el otro, la abnegación, la comunicación y sobre todo la caridad.
¿Cómo debe vivir una Familia consagrada al Corazón Inmaculado de María?
-Fidelidad a la Iglesia y a los Sacramentos, especialmente la Eucaristía y la Confesión habitual.
-Oración, personal y familiar, especialmente el rezo del Santo Rosario con frecuencia.
-Tener una imagen del Corazón Inmaculado de María en un lugar destacado del hogar
-Apoyar a su parroquia de la manera que ustedes puedan (con su tiempo, con recursos, etc.)
-Ser generosos en las necesidades de los demás.
-Renovar regularmente la oración de Consagración de la familia al Corazón Inmaculado de María.
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
PARA OBTENER LA SALUD
¡Espíritu Santo divino, creador y renovador de todas las cosas, vida de mi vida! Te adoro, te doy gracias y te amo en unión de María Santísima. Tú que das la vida y vivificas todo el universo, consérvame en buena salud; líbrame de las enfermedades que la amenazan y de todos los males que la acosan.
Con la ayuda de tu gracia, prometo usar siempre mis fuerzas para mayor gloria tuya, para el bien de mi alma y el servicio de mis hermanos.
Te ruego también que ilumines con tus dones de ciencia y de inteligencia a los médicos y a todos los que cuidan a los enfermos, para que conozcan las verdaderas causas de las enfermedades que amenazan a la vida, y puedan descubrir y aplicar los remedios más eficaces para defenderla y sanarla.
¡Virgen Santísima, madre de la Vida y salud de los enfermos!, a ti confío esta mi humilde oración. Dígnate, Madre de Dios y madre nuestra, acompañarla con tu poderosa intercesión.
Amén.