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martes, 25 de noviembre de 2014

ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA


Oración a Maria
Rafael Ángel Marañón


Muestra dulce María tu rostro tan amado,
Que alivie de mis penas a mi ánima cobarde,
Que tu manto amoroso del mal me aleje y guarde
Y mi premio divino contigo esté sellado

Tu eres santa presencia, brillo de sol y luna
El mágico motivo de mi ufana sonrisa
El cántico inspirado de hermosa profetisa
Y el rostro delicioso de miel y de aceituna.

Dame señora amada, alma y mente de santo
Para avanzar confiado tras tu esplendente estela
Libando de tu gracia que nutre y que modela,
Como hermano de Cristo bajo tu dulce manto.

Pon en mi mente inquieta la más serena calma
Que a tí te transportara triunfante hasta los cielos
Llena mi corazón de divinos anhelos
Y da paz e ilusión a mi doliente alma.

Dame el amor profundo que al Padre reverencia
Como madre del Cristo que en su gloria sublime
A todos con amor nos salva y nos redime
Y es divino fiador de tan santa eminencia.

EL CAMINO DE LA SABIDURÍA


El Camino de la Sabiduría


Con frecuencia , los demás son irrazonables, ilógicos y egocéntricos…Igual Perdónalos.

Si eres amable, te acusarán de serlos por motivos egoístas
Igual se amable.

Si triunfas te ganarás falsos amigos y verdaderos enemigos
… Igual triunfa.

Si eres franco y sincero, te pondrán engañar
… Igual sé franco y sincero.

Alguien podría derribar de la noche a la mañana lo que tardaste años en construir… Igual constrúyelo.

Si alcanzas dicha y serenidad algunos podrían sentir envidia…
Igual sé feliz.

Muchos olvidarán mañana el bien que hagas hoy…
Igual haz el bien.

Aporta al mundo lo mejor que tengas y quizás no llegue a ser suficiente… Igual apórtalo.

Al final solo tendrás que dar cuentas a Dios.
Nunca tendrás que darlas a nadie más.
Eso ya lo sabías.

!OH CORAZÓN DE MARÍA¡


¡Oh Corazón de María!
Hna. Teresa del Carmen Rodríguez Perez 



Oh Corazón de María, 
traspasado por la lanza
anunciada por Simeón.

Oh corazón generoso
admirable, amoroso
herido por el AMOR.

Mendigas Madre a mi puerta,
permaneces esperando
por si la dejara abierta.

Pasas la noche anhelando
que mi corazón ingrato, 
descanse en tu regazo
y se abandone a tu abrazo.

Al pie de la cruz tomaste
a tus Hijos redimidos
con la sangre de Jesús
nuestro Cordero Divino.

Permaneciste segura,
ofreciéndote con él,
cual sacerdote al celebrar,
el sacrificio del Altar.

Eres admirable Madre
no guardaste para Ti
nada que no fuera tuyo
pues tu misma te entregaste
en oblación con el Cristo
el Señor, el Redentor.

Del Corazón de tu Hijo
brotó Madre, Agua y Sangre
y tus manos se elevaron
llevando al Altar del Cielo,
tus plegarias, tu corazón 
inocente, Inmaculado, 
traspasado de dolor 
y sostenido por el AMOR.

Ese Corazón herido
Madre hoy quiero consolar,
abrazar, no despreciar.

Tengo temor yo de mí,
pongo mi confianza en Ti,
me llevarás a tu casa,
tu hija me llamarás
y en mí tu corazón
Madre mía triunfará

LA VIRGEN MARÍA, DUEÑA DE MI CORAZÓN


LA VIRGEN MARÍA,
 DUEÑA DE MI CORAZÓN


Oh María, Madre mía, toma mi corazón. Mira como arde de amor por ti, inflamado por Tu amor a Dios. Mira, Madre mía, como se me enconge el corazón, como los ojos se me llenan de lágrimas y como tu nombre acude a mis labios sin demora cuando pienso en ti. 

Mira que quiero ser todo tuyo/a, haz que sea todo/a tuyo/a, quiero ser tu hijo/a, tu esclavo/a, quiero ser todo tuyo/a, porque ser todo/a tuyo/a es ser todo de Dios.

Mírame Madre, bien sabes lo poco que soy, un/a pecador/a que ha tenido el privilegio de llevar tu nombre grabado a fuego en su corazón. Pienso en ti y me estremezco porque quiero dártelo todo, quiero darte mi corazón, mi ser. Tómalo, tuyo es, mío no. Cógelo en tus manos y hazlo digno de ti, porque solo así será digno de Dios, que me ha dado la gracia de amarte para amarlo a Él.

Oh María, no me abandones nunca, no dejes de rezar por mí, pues sé bien que si llego a la gloria celestial será por tu maternal intercesión.

Oh María, mil veces os diría que os amo, y eso no sería suficiente para expresar lo que siento en mi y no sería nada comparado a lo que mereces.

Oh María, haz que sea todo/a tuyo/a, para que sea todo/a de Dios. En tus manos, estoy seguro/a, el Altísimo me ha puesto, para que no me pierda y pueda llegar un día a Él.

Oh María, si algún día me olvidara de ti, tú no te olvides de mi.
Oh María, por fin me has hecho sentir en todo mi ser que tú eres la reina de mi corazón, que en él el diablo no tiene poder, y que lo conquistas para entregárselo a Dios.

Oh María, Madre mía, cuanto os amo y cuanto más amo a Dios ahora que te adueñas de mi corazón.

LAS CAJAS DE DIOS


LAS CAJAS DE DIOS



Tengo en mis manos dos cajas que Dios me dio a guardar.
Me dijo: Pon tus tristezas en la negra, y todas tus alegrías en la dorada.
Seguí estas palabras y en ambas cajas tristezas y alegrías guardé respectivamente.

A pesar de que la dorada se hacía más pesada día con día, la negra era tan ligera como antes...

Lleno de curiosidad, abrí la caja negra para ver lo que ocurría, y vi en el fondo de la caja un agujero por donde mis tristezas habían desaparecido.

Se la mostré a Dios y le dije:
Me pregunto ¿dónde están mis tristezas?
Y con una tierna sonrisa me respondió:
"Hijo mío, todas ellas están aquí conmigo".

Le pregunté: Dios mío, ¿por qué me diste las cajas?
¿Por qué la dorada, y la negra con agujero?

Y él me respondió: "Hijo mío, la dorada es para que tomes en cuenta todas tus bendiciones, la negra es para que puedas olvidar".