Páginas
▼
viernes, 9 de enero de 2015
LA VIRGEN MARÍA CON EL NIÑO JESÚS
La Virgen con el Niño
Lope de Vega
La Niña a quien dijo el Ángel
que estaba de gracia llena,
cuando de ser de Dios madre
le trajo tan altas nuevas,
ya le mira en un pesebre,
llorando lágrimas tiernas,
que obligándose a ser hombre
también se obligó a sus penas.
¿Qué tenéis, dulce Jesús?,
le dice la niña bella;
¿tan prestos sentís, mis ojos,
el dolor de mi pobreza?
Yo no tengo otros palacios
en que recibiros pueda,
sino mis brazos y pechos
que os regalan y sustentan.
No puedo más, amor mío,
porque si yo más pudiera,
vos sabéis que vuestros cielos
envidiaran mi riqueza.
El niño recién nacido
no mueve la pura lengua,
aunque es la sabiduría
de su eterno Padre inmensa.
Mas revelándose al alma
de la Virgen la respuesta,
cubrió de sueño en sus brazos
blandamente sus estrellas.
Ella entonces desatando,
la voz regalada y tierna,
así tuvo a su armonía
la de los cielos suspensa.
RUEGA POR NOSOTROS, SANTA MADRE DE DIOS
Ruega por nosotros
Padre Juan Manuel del Río C.Ss.R
Ruega por nosotros,
Virgen santa,
porque de Dios eres amada
y de santidad inspiradora.
Ruega por nosotros,
Virgen santa,
porque de Dios eres la sierva
y Él que eleva a los humildes
a la gloria te ha ensalzado.
Ruega por nosotros,
Virgen santa,
porque de Dios luz eres radiante
en Cristo Muerto y Resucitado.
Ruega por nosotros,
Virgen santa,
porque en Dios eres puente
para llevarnos al cielo
a nosotros pecadores.
Ruega por nosotros,
Virgen santa,
porque de Dios eres Madre
cuando en ti se hizo Hombre
y Cristo se embarcó para siempre
en el devenir de la historia.
LA SANTA MUERTE, LEJOS DE LA RELIGIOSIDAD CRISTIANA
La Santa Muerte, lejos de la religiosidad cristiana
Especialistas consultados explican el origen y el alcance del fenómeno de esta secta.
Fuente: RIES // ACI Prensa
En su libro La Santa Muerte, el mal de ojo y otras supersticiones, el P. Jorge Zarazúa precisó que el origen del culto a la santa muerte "es muy incierto, aún para sus mismos promotores". "Algunos de ellos lo consideran un culto prehispánico, que habría sobrevivido a pesar de la oposición de la Iglesia Católica. Según los que promueven esta ´devoción´, se trataría de la supervivencia del culto a Mictlantecuhtli, que, en la mitología azteca, es el dios de la muerte, señor del Mictlán, el silencioso y oscuro reino de los muertos", afirma. El P. Zarazúa señaló también que, de acuerdo a otros seguidores de esta secta, su origen se remonta a los africanos que llegaron para trabajar como esclavos en el continente americano. Sin embargo, el sacerdote precisó que es muy difícil que este culto pueda tener un origen prehispánico o africano, "pues los elementos con los cuales se le representa son más bien de la cultura occidental, como son el manto, la túnica, la guadaña y el reloj de arena".
"Las antropólogas Katia Perdigón y Elsa Malvido señalan que el culto a la santa muerte nació en los años cincuenta y que no tiene ninguna raíz prehispánica", subrayó. El P. Jorge Zarazúa constató que la pertenencia a esta secta se ha extendido entre los fieles católicos, al punto que muchos "la consideran un santo más de la Iglesia Católica, tal vez porque sus promotores se encargan de difundirla con métodos similares a la forma en que se promueven las devociones católicas (rosarios, procesiones, "misas", etc.), precisamente para atraer y atrapar a los católicos más desprevenidos y desorientados".
El P. Luis Santamaría, sacerdote diocesano español y miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), señaló que a pesar que muchos católicos creen que es posible pertenecer a este culto o incluirla entre sus devociones, esto está "lejos de una religiosidad verdaderamente cristiana". "Basta ver su vinculación directa con la delincuencia y el narcotráfico, y la clase de valores que promueve, para hacer un juicio negativo sobre este culto tan peculiar", indicó. El P. Santamaría recordó que "los pastores de la Iglesia han tenido, desde el principio, una palabra crítica y profética ante una realidad creciente que se nutre de la falta de formación religiosa y la superstición".
El sacerdote dominico y también miembro de RIES, P. Pedro Fernández, dijo que el culto a la santa muerte "es un verdadero problema en los niveles social y religioso" en la capital de México. "Así como encuentras imágenes de la Virgen de Guadalupe o de San Martín de Porres, hallas imágenes de la Santa Muerte". El P. Fernández también consideró que este culto se ha extendido de forma particular entre "la gente popular y el crimen organizado, debido, sobre todo, a una mezcla muy peligrosa de religiosidad, ignorancia y violencia". Para el sacerdote español, este culto se ve favorecido "por la crisis total de valores morales en la que nos encontramos".
Roberto Federigo, experto en sectas y miembro de RIES, reveló que este peligroso culto se ha extendido a Argentina, donde recibe el nombre de "san la muerte". "Se estima que nació como un sincretismo pagano-cristiano, una fusión de divinidades de los pueblos originarios guaraníes con algo del simbolismo ornamental de los jesuitas". Federigo indicó que el culto a "san la muerte" se encuentra actualmente "muy difundido en la zona conurbana de Buenos Aires (denominado Gran Buenos Aires), debido a las migraciones internas y de países limítrofes". "Muchos asocian este culto a la delincuencia, pues algunos delincuentes le prometerían veneración a cambio de protección. Desde hace algunos años, además de su proliferación, han aparecido templos y lugares de culto permanentes, con ministros y fieles, con regular asistencia y un principio de sistema de creencia organizado que podría asemejarse al de los cultos afrobrasileños u otros de la religiosidad popular".
El 27 de marzo de 2012, ocho personas, que serían integrantes de una misma familia, fueron detenidos por las autoridades de México acusados de haber asesinado a dos niños de 6 y 7 años y una mujer adulta de 55, como sacrificios a la santa muerte. Un portavoz de las autoridades mexicanas señaló que las víctimas fueron asesinadas con cuchillos, y se les extrajo la sangre como "ofrenda" a la santa muerte.
"Las antropólogas Katia Perdigón y Elsa Malvido señalan que el culto a la santa muerte nació en los años cincuenta y que no tiene ninguna raíz prehispánica", subrayó. El P. Jorge Zarazúa constató que la pertenencia a esta secta se ha extendido entre los fieles católicos, al punto que muchos "la consideran un santo más de la Iglesia Católica, tal vez porque sus promotores se encargan de difundirla con métodos similares a la forma en que se promueven las devociones católicas (rosarios, procesiones, "misas", etc.), precisamente para atraer y atrapar a los católicos más desprevenidos y desorientados".
El P. Luis Santamaría, sacerdote diocesano español y miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), señaló que a pesar que muchos católicos creen que es posible pertenecer a este culto o incluirla entre sus devociones, esto está "lejos de una religiosidad verdaderamente cristiana". "Basta ver su vinculación directa con la delincuencia y el narcotráfico, y la clase de valores que promueve, para hacer un juicio negativo sobre este culto tan peculiar", indicó. El P. Santamaría recordó que "los pastores de la Iglesia han tenido, desde el principio, una palabra crítica y profética ante una realidad creciente que se nutre de la falta de formación religiosa y la superstición".
El sacerdote dominico y también miembro de RIES, P. Pedro Fernández, dijo que el culto a la santa muerte "es un verdadero problema en los niveles social y religioso" en la capital de México. "Así como encuentras imágenes de la Virgen de Guadalupe o de San Martín de Porres, hallas imágenes de la Santa Muerte". El P. Fernández también consideró que este culto se ha extendido de forma particular entre "la gente popular y el crimen organizado, debido, sobre todo, a una mezcla muy peligrosa de religiosidad, ignorancia y violencia". Para el sacerdote español, este culto se ve favorecido "por la crisis total de valores morales en la que nos encontramos".
Roberto Federigo, experto en sectas y miembro de RIES, reveló que este peligroso culto se ha extendido a Argentina, donde recibe el nombre de "san la muerte". "Se estima que nació como un sincretismo pagano-cristiano, una fusión de divinidades de los pueblos originarios guaraníes con algo del simbolismo ornamental de los jesuitas". Federigo indicó que el culto a "san la muerte" se encuentra actualmente "muy difundido en la zona conurbana de Buenos Aires (denominado Gran Buenos Aires), debido a las migraciones internas y de países limítrofes". "Muchos asocian este culto a la delincuencia, pues algunos delincuentes le prometerían veneración a cambio de protección. Desde hace algunos años, además de su proliferación, han aparecido templos y lugares de culto permanentes, con ministros y fieles, con regular asistencia y un principio de sistema de creencia organizado que podría asemejarse al de los cultos afrobrasileños u otros de la religiosidad popular".
El 27 de marzo de 2012, ocho personas, que serían integrantes de una misma familia, fueron detenidos por las autoridades de México acusados de haber asesinado a dos niños de 6 y 7 años y una mujer adulta de 55, como sacrificios a la santa muerte. Un portavoz de las autoridades mexicanas señaló que las víctimas fueron asesinadas con cuchillos, y se les extrajo la sangre como "ofrenda" a la santa muerte.