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martes, 8 de septiembre de 2015
ORACIÓN A DE SAN JUAN PABLO II A LA VIRGEN DE LA CARIDAD DEL COBRE, PATRONA DE CUBA
Oración de San Juan Pablo II cuando coronó a la Virgen de la Caridad del Cobre
¡Virgen de la Caridad del Cobre,
Patrona de Cuba!
¡Dios te salve, María, llena de gracia!
Tú eres la Hija amada del Padre,
la Madre de Cristo, nuestro Dios,
el Templo vivo del Espíritu Santo.
Llevas en tu nombre, Virgen de la Caridad,
la memoria del Dios que es Amor,
el recuerdo del mandamiento nuevo de Jesús,
la evocación del Espíritu Santo:
amor derramado en nuestros corazones,
fuego de caridad enviado en Pentecostés sobre la Iglesia,
don de la plena libertad de los hijos de Dios.
¡Bendita tú entre las mujeres
y bendito el fruto de tu vientre, Jesús!
Has venido a visitar nuestro pueblo
y has querido quedarte con nosotros
como Madre y Señora de Cuba,
a lo largo de su peregrinar
por los caminos de la historia.
Tu nombre y tu imagen están esculpidos
en la mente y en el corazón de todos los cubanos,
dentro y fuera de la Patria,
como signo de esperanza y centro de comunión fraterna.
¡Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra!
Ruega por nosotros ante tu Hijo Jesucristo,
intercede por nosotros con tu corazón maternal,
inundado de la caridad del Espíritu.
Acrecienta nuestra fe, aviva la esperanza,
aumenta y fortalece en nosotros el amor.
Ampara nuestras familias,
protege a los jóvenes y a los niños,
consuela a los que sufren.
Sé Madre de los fieles y de los pastores de la Iglesia,
modelo y estrella de la nueva evangelización.
¡Madre de la reconciliación!
Reúne a tu pueblo disperso por el mundo.
Haz de la nación cubana un hogar de hermanos y hermanas
para que este pueblo abra de par en par
su mente, su corazón y su vida a Cristo,
único Salvador y Redentor,
que vive y reina con el Padre y el Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.
VIRGEN DE LA CARIDAD DEL COBRE, PATRONA DE CUBA, 8 DE SEPTIEMBRE
Cuba celebra hoy a la Virgen de la Caridad del Cobre
8 de Septiembre
Por Abel Camasca
REDACCIÓN CENTRAL, 08 Sep. 15 / 03:20 am (ACI).- “Mi saludo a los hijos de Cuba que en cualquier parte del mundo veneran a la Virgen de la Caridad; junto con todos sus hermanos que viven en esta hermosa tierra, los pongo bajo su maternal protección, pidiéndole a Ella, Madre amorosa de todos, que reúna a sus hijos por medio de la reconciliación y la fraternidad”, dijo San Juan Pablo II en su visita a la Isla en 1998.
Por los años 1612 y 1613 dos hermanos indios y un negrito de nueve o diez años fueron a buscar sal en la bahía de Nipe (Cuba). Sus nombres, respectivamente, eran Juan de Hoyos, Rodrigo de hoyos y Juan Moreno, conocidos tradicionalmente como “los tres Juanes”.
Tal como contó Juan Moreno en 1687, a sus 85 años de edad, ellos salieron de Cayo Francés embarcados en una canoa para ir a la salina. En el trayecto vieron una cosa blanca sobre la espuma del agua que no distinguían muy bien.
Al estar más cerca, vieron la imagen de la Virgen María con el niño Jesús en brazos sobre una tablita, en la que estaba escrito: “Yo soy la Virgen de la Caridad”. Luego los navegantes llenos de alegría sólo tomaron tres tercios de sal y se fueron para el Hato de Barajagua.
El administrador del Término Real de Minas de Cobre ordenó levantar una ermita, se colocó allí la imagen y se estableció a Rodrigo de Hoyos como capellán.
Cierta noche Rodrigo fue a ver la imagen y se dio cuenta que no estaba. Entonces se organizó una búsqueda, pero no la encontraron. A la mañana siguiente la Virgen estaba en su altar y dejó a todos sorprendidos porque la puerta de la ermita había permanecido cerrada toda la noche. Este hecho se volvió a repetir dos o tres veces más.
Es así que se pensó que la Virgen quería que la cambiaran de lugar y se le trasladó en procesión al Templo Parroquial del Cobre, donde fue recibida con júbilo. De esta manera la imagen llegó a ser conocida como la Virgen de la Caridad del Cobre.
En el templo se repitió la desaparición de la imagen y pensaron que la Virgen tal vez quería estar sobre las montañas de la Sierra Maestra. Esto se confirmó cuando una niña de nombre Apolonia vio a la Virgen de la Caridad sobre la cima de una de las montañas. Más adelante, la imagen fue llevada a ese lugar.
En las guerras de independencia de Cuba, las tropas se encomendaron a esta advocación y después de la libertad, los veteranos en 1915 pidieron al Papa que declarase a la Virgen de la Caridad del Cobre como Patrona de Cuba. En 1916 Benedicto XV les concedió esta petición y fijó su festividad para el 8 de septiembre.
El actual Santuario donde se conserva la imagen mariana se inauguró el 8 de septiembre de 1927 y en 1977 el Papa Pablo VI elevó este recinto a la dignidad de Basílica. El 24 de enero de 1998, la Virgen de la Caridad fue coronada como Reina y Patrona de Cuba por San Juan Pablo II.
NUESTRA SEÑORA DE LA SALUD DE VAILANKANNI, ADVOCACIÓN MARIANA, 8 DE SEPTIEMBRE
Nuestra Señora de la Salud de Vailankanni
Nuestra Señora de la Salud de Vailankanni
Advocación Mariana, 8 de septiembre
Por: Cristiandad.org |
Nuestra Señora de la Salud. Vailankanni, India.
Todo comenzó, como en tantas otras ocasiones, con la sencillez ingenua de dos pastorcitos que decían haber visto a la Madre de Jesús. El primer pastorcito contaba a los vecinos de la aldea cómo una hermosa Señora, con un Niño en los brazos, le había pedido un poco de agua fresca de la que él llevaba en un cántaro y cómo, al llegar a su casa, se había llevado la gran sorpresa de ver que el agua se había transtormado en jugosa leche fresca... El otro niño pastor había sido curado milagrosamente por esa misma Señora así lo afirmaba él, y la Senora le había pedido que para agradecerle la recuperación de la salud, consiguiera levantar una capilla en aquel lugar adonde las gentes acudirían y Ella les mostraría de continuo su maternal benevolencia. Un señor rico de Nagapathnam, con la ayuda de todo el vecindario, había respondido puntualmente a la reiterada petición del niño pastor y la capilla alzaba al poco sus muros en la cima del altozano. Al pie de la montaña de la Virgen, como comenzaba ya a designar las buenas gentes de aquel lugar, la ancha bahía del mar de Bengala, escenario de los afanes de los pobres pescadores de la aldea de Vailankánni y sorpresa, admirable por su belleza, para las carabelas lusas que lo surcaban con impulsos de descubrimientos, ideales de evangelización y avaricias incontenibles de oro, rubíes y especias...
Y ocurrió lo que tenía que ocurrir. Una mala noche las aguas del mar de Bengala se encresparon porque los monzones estaban a punto de irrumpir con sus diluvios y los navegantes portugueses, aunque avezados a las muchas tormentas, vieron en peligro sus vidas. Una resplandeciente luz, en la altura de un altozano vecino, les infundía esperanza, sin que supieran a ciencia cierta el porqué de ese sentimiento de esperanza y, sobre todo, el porqué de aquella insólita claridad... Uno de los marineros recordó de repente que, en una travesía anterior, habia divisado los muros de una capilla y toda la tripulación, sin más argumentos, se puso acto seguido a invocar la protección de Nuestra Señora.
Por lo que en consideración de este favor que devolvía a la vida desde una inminente muerte a unos marineros. Y en atención a los otros dos anteriores del agua convertida en leche fresca y del pastorcito curado de sus enfermedades, las gentes del lugar comenzaron a invocar a la Virgen de la ermita como "Santa María, Madre de la Salud".
De aquella primitiva construcción nada queda al presente, salvo que la curiosidad de los arqueólogos se concentre algún día en forzar excavaciones de viejas cimentaciones. La piedad de los católicos de la India construyó un templo mayor y luego otro aún más espacioso, éste superpuesto al primero. Los arquitectos quisieron imitar un tanto al Santuario de Lourdes, y trazaron una amplia escalinata de dos brazos, erigieron las catorce cruces del Viacrucis, hicieron saltar el agua de unas rocas vecinas... Juan XXIII, a instancias del episcopado indio, elevó el templo a la categoría de basílica menor y todos comenzaron a calificar al santuario de la "Madre de la Salud de Vailankanni" como "el Lourdes de la India".
La festividad de la "Madre de la Salud" se celebra el 8 de septiembre de cada año. Más de 1,000,000 de peregrinos se concentra en la jornada para honrar la natividad de Nuestra Señora. Llegan al Estado de Támil Nádu, a la diócesis de Thanjavur y a esta aldea de 5,000 habitantes, desde todas partes del inmenso país. Llegan los que son y se profesan católicos, indios lógicamente; pero llegan también y esto es novedoso miles y miles que se confiesan musulmanes, hindúes, jainistas, shiks, parsis. Las concentraciones masivas no se hacen solo el día 8 de septiembre. Durante todo el año y particularmente en Pascua, en mayo, en agosto..., las multitudes se apiñan en el santuario. La Iglesia de India, que cuenta con muchos otros templos dedicados a la Virgen, no ha procedido por el momento, al menos a declarar al de la "Madre de la Salud" como el Santuario Mariano nacional, pero pocas dudas caben de que éste de la aldea de Vailankanni sea el principal y tal vez el más antiguo de todos los santuarios marianos de la India, seguido muy de cerca también es verdad por el de la "Virgen de las Gracias", en Sardana, diócesis de Meerut en el Norte del país, y por el de la "Virgen del Monte", en Bandra, archidiócesis de Bombay.
Resultaba lógico que el Santuario de la "Madre de la Salud" expresara el amor maternal de Nuestra Señora en instituciones de asistencia y de beneficencia para los más desvalidos: los niños y los ancianos. Y así se ha hecho, en efecto. A la sombra del Santuario se han construido dos orfanatos. Uno para niños, y otro para niñas.
Funcionan también aquí mismo un asilo para ancianos y ancianas y un dispensario para urgencias que no cierra sus puertas ni de día ni de noche por la extraordinaria afluencia de peregrinos que de día y de noche suben hasta la colina.
Los orfanatos del Santuario, como los otros 800 que la Iglesia tiene en India para bien de los niños huérfanos y abandonados, están financiados, al menos parcialmente por la obra de la Infancia Misionera.
DARÁ A LUZ UN HIJO, Y LE PONDRÁS POR NOMBRE JESÚS
Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús
Solemnidades y Fiestas
Mateo 1, 18-23. Fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen. Bendito el día que vio nacer a la Santísima Virgen. ¡Feliz cumpleaños, María!
Por: P . Clemente González | Fuente: Catholic.net
Te adelantamos las Reflexiones del Evangelio de la 23a. Semana del Tiempo Ordinario, del domingo 6 al sábado 12 de septiembre 2015.
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Del santo Evangelio según san Mateo 1, 18-23
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: Dios con nosotros.
Oración
A María el Evangelio la llama bienaventurada, porque siempre creyó en el cumplimiento de la Palabra. Te suplico, Señor, que tu Santísima Madre, cuyo nacimiento celebramos hoy, interceda por mí para que sepa escucharte y creer en lo que hoy me quieres decir.
Petición
Dios mío, aumenta mi fe, para poder imitar a María en su fidelidad.
Meditación del Papa Francisco
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. Así lo tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: Dios con nosotros.
Oración
A María el Evangelio la llama bienaventurada, porque siempre creyó en el cumplimiento de la Palabra. Te suplico, Señor, que tu Santísima Madre, cuyo nacimiento celebramos hoy, interceda por mí para que sepa escucharte y creer en lo que hoy me quieres decir.
Petición
Dios mío, aumenta mi fe, para poder imitar a María en su fidelidad.
Meditación del Papa Francisco
El tema central en el Evangelio de Jesús es el Reino de Dios. Jesús es el Reino de Dios en persona, es el Emmanuel, Dios-con-nosotros. Es en el corazón del hombre donde el Reino, el señorío de Dios, se establece y crece. El Reino es al mismo tiempo don y promesa. Ya se nos ha dado en Jesús, pero aún debe cumplirse en plenitud. Por ello pedimos cada día al Padre: “Venga a nosotros tu reino”. […]Queridos jóvenes, elMagnificat, el cántico de María, pobre de espíritu, es también el canto de quien vive las Bienaventuranzas. La alegría del Evangelio brota de un corazón pobre, que sabe regocijarse y maravillarse por las obras de Dios, como el corazón de la Virgen, a quien todas las generaciones llaman “dichosa”. Que Ella, la madre de los pobres y la estrella de la nueva evangelización, nos ayude a vivir el Evangelio, a encarnar las Bienaventuranzas en nuestra vida, a atrevernos a ser felices. (Mensaje del Santo Padre Francisco para la XXIX Jornada Mundial de la Juventud 2014).
Reflexión
Según la liturgia, fue en el mes de septiembre que, hace más de veinte siglos, vino al mundo la Mujer destinada a ser Madre del Divino Salvador. Al recordar este nacimiento, venturoso entre todos para el género humano, lo invitamos a meditarlo en breve reflexión.
El nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo representó una honra incomparable para toda la humanidad. Guardadas las proporciones, también la venida de la Santísima Virgen al mundo dotó de particular nobleza al género humano. Fue Ella la creatura más perfecta hasta entonces nacida, concebida sin pecado original, a quien le fue dada, desde el primer instante de su ser, una superabundancia de gracias.
De esta manera se comprende, la afirmación de que María Santísima está para Nuestro
Señor, así como la luna para el sol: Ella representa la suave y amena luminosidad de la luna, y Él, la omnipotente y deslumbrante claridad del sol.
Hay sin duda, inmensa belleza en el despuntar del día del fulgurante astro. No obstante, en ciertas ocasiones, el aparecimiento de la luna tiene su encanto también, su poesía y su grandeza. La natividad de Nuestra Señora fue, para toda la humanidad, como un magnífico nacer de la luna: sol de las sombras, sol del reposo, sol de las largas meditaciones y de los extensos ejercicios del espíritu...
El cumpleaños del padre o de la madre son siempre un motivo de alegría que reúne a toda la familia para celebrarlo. Cada uno deja sus ocupaciones y trata de hacer feliz al festejado. Este signo externo trata de reflejar un sentimiento más profundo como es la gratitud y el amor. A nuestros padres debemos la vida. Ellos fueron el instrumento de Dios para concebirnos. Hoy celebramos el cumpleaños de nuestra madre del cielo, la Santísima Virgen María.
Como toda buena familia, la Iglesia se reúne para celebrar, festejar y agasajar a María.
Cuántas veces en nuestra vida familiar se suceden acontecimientos que, humanamente, carecen de una explicación lógica.
Cuántas veces en nuestras vidas no vemos claro, nos falta luz. Y sin embargo, Dios está ahí, como estuvo hace dos mil años en la vida de la Sagrada Familia de Nazaret.
Propósito
Celebrando el cumpleaños de la Virgen María, aprovechemos para renovar nuestra fe. Unámonos en familia en torno a ella y pidámosle que nos ayude a descubrir siempre la mano de Dios en nuestra vida. Que al igual que María y José, sepamos confiar en la Providencia buscando en todo servir y agradar a Dios.
Diálogo con Cristo
Gracias Jesús por dejarnos a María como madre y modelo de santidad. Quiero acercarme más a Ella para poder seguir mejor su ejemplo y así lograr que todo momento de mi existencia sea un paso para crecer en el amor a Dios y a mis hermanos.
Según la liturgia, fue en el mes de septiembre que, hace más de veinte siglos, vino al mundo la Mujer destinada a ser Madre del Divino Salvador. Al recordar este nacimiento, venturoso entre todos para el género humano, lo invitamos a meditarlo en breve reflexión.
El nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo representó una honra incomparable para toda la humanidad. Guardadas las proporciones, también la venida de la Santísima Virgen al mundo dotó de particular nobleza al género humano. Fue Ella la creatura más perfecta hasta entonces nacida, concebida sin pecado original, a quien le fue dada, desde el primer instante de su ser, una superabundancia de gracias.
De esta manera se comprende, la afirmación de que María Santísima está para Nuestro
Señor, así como la luna para el sol: Ella representa la suave y amena luminosidad de la luna, y Él, la omnipotente y deslumbrante claridad del sol.
Hay sin duda, inmensa belleza en el despuntar del día del fulgurante astro. No obstante, en ciertas ocasiones, el aparecimiento de la luna tiene su encanto también, su poesía y su grandeza. La natividad de Nuestra Señora fue, para toda la humanidad, como un magnífico nacer de la luna: sol de las sombras, sol del reposo, sol de las largas meditaciones y de los extensos ejercicios del espíritu...
El cumpleaños del padre o de la madre son siempre un motivo de alegría que reúne a toda la familia para celebrarlo. Cada uno deja sus ocupaciones y trata de hacer feliz al festejado. Este signo externo trata de reflejar un sentimiento más profundo como es la gratitud y el amor. A nuestros padres debemos la vida. Ellos fueron el instrumento de Dios para concebirnos. Hoy celebramos el cumpleaños de nuestra madre del cielo, la Santísima Virgen María.
Como toda buena familia, la Iglesia se reúne para celebrar, festejar y agasajar a María.
Cuántas veces en nuestra vida familiar se suceden acontecimientos que, humanamente, carecen de una explicación lógica.
Cuántas veces en nuestras vidas no vemos claro, nos falta luz. Y sin embargo, Dios está ahí, como estuvo hace dos mil años en la vida de la Sagrada Familia de Nazaret.
Propósito
Celebrando el cumpleaños de la Virgen María, aprovechemos para renovar nuestra fe. Unámonos en familia en torno a ella y pidámosle que nos ayude a descubrir siempre la mano de Dios en nuestra vida. Que al igual que María y José, sepamos confiar en la Providencia buscando en todo servir y agradar a Dios.
Diálogo con Cristo
Gracias Jesús por dejarnos a María como madre y modelo de santidad. Quiero acercarme más a Ella para poder seguir mejor su ejemplo y así lograr que todo momento de mi existencia sea un paso para crecer en el amor a Dios y a mis hermanos.