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lunes, 1 de febrero de 2016
LA MÁS PURA Y MÁS PERFECTA
La más pura y más perfecta
Fray Iñigo de Mendoza
iOh Reina muy soberana,
Madre del Verbo divino,
Estrella de la mañana,
Triaca de la manzana
que dio el primero venino!
Tú de tan lino cendal
al Rey del cielo vestiste,
que en el vientre maternal
de la culpa original
todo el tiempo careciste.
Tu mejor de las mejores,
de la Trinidad electa
para prima de primores
para licor de licores
la mas pura y mas perfecta.
Excelente, singular,
Divino templo sagrado,
nacida, sola sin par,
para sanar y soldar
la caída del pecado.
Tu, Señora, de contino
eres remedio sobrado,
todo el bien de ti nos vino.
tú nos abriste el camino
que Eva tuvo cerrado.
LA MADRE PIADOSA
La Madre piadosa
Himno, Liturgia de las horas
La Madre piadosa estaba
junto a la cruz y lloraba
mientras el Hijo pendía;
cuya alma, triste y llorosa,
traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.
¡Oh cuán triste y cuán aflicta
se vió la Madre bendita,
de tantos tormentos llena!
Cuando triste contemplaba
y dolorosa miraba
del Hijo amado la pena.
Y, ¿cuál hombre no llorará,
si a la Madre contemplara
de Cristo, en tanto dolor?
¿Y quién no se entristeciera,
Madre piadosa, si os viera
sujeta a tanto rigor?
Por los pecados del mundo,
vió a Jesús en tan profundo
tormento la dulce Madre.
Vió morir al Hijo amado,
que rindió desamparado
el espíritu a su Padre.
¡Oh dulce fuente de amor!
hazme sentir tu dolor
para que llore contigo.
Y que, por mi Cristo amado,
mi corazón abrasado
más viva en él que conmigo.
Y, porque a amarle me anime,
en mi corazón imprime
las llagas que tuvo en sí.
Y de tu Hijo, Señora,
divide conmigo ahora
las que padeció por mí.
Hazme contigo llorar
y de veras lastimar
de sus penas mientras vivo;
porque acompañar deseo
en la cruz, donde le veo,
tu corazón compasivo.
¡Virgen de vírgenes santas!
Llore yo con ansias tantas
que el llanto tan dulce me sea;
porque su pasión y muerte
tenga en mi alma, de suerte
que siempre sus penas vea.
Haz que su cruz me enamore
y que en ella viva y more
de mi fe y amor indicio;
porque me inflame y encienda,
y contigo me defienda
en el día del juicio.
Haz que me ampare la muerte
de Cristo, cuando en tan fuerte
trance vida y alma estén;
porque, cuando quede en calma
el cuerpo, vaya mi alma
a su eterna gloria.
LA LLAVE DE MARÍA
La llave de María
Rafael Ángel Marañón
Mi alma que está angustiada
De ansia de amor y verdad,
Acude a ti fiel María
Para a Jesús con piedad
Ver en la noche estrellada
Que la luz de tal aurora
Es por demás tan brillante
Como al sol a mediodía,
Para mirarla radiante
Si no vienes tú, Señora.
De albahacas en derroche
Se adorna tu trono azul,
Que igual que el de Cristo guía
Y reverbera de luz
Para orientarme en la noche.
A tal dechado de gloria
Quiero acercarme esforzado,
Y en tal mérito confía
Mi alma en humilde estado
Hasta alcanzar la victoria
Gracias Santa Virgen Madre
Por llevarme hacia Jesús
Que eres la segura vía
De tu mano y de su cruz
Hacia Dios y eterno Padre.