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jueves, 5 de mayo de 2016

CULTIVEMOS LA DEVOCIÓN A MARÍA REZANDO EL ROSARIO, INVITA EL PAPA FRANCISCO


Cultivemos la devoción a María rezando el Rosario, invita el Papa Francisco


(ACI/EWTN Noticias).- Al término de la Audiencia General de este miércoles, el Papa Francisco recordó que el mes de mayo está dedicado a la Virgen María y exhortó a los jóvenes, enfermos y matrimonios a cultivar la devoción a la Madre de Dios rezando diariamente el Rosario.

“Queridos jóvenes, cultiven la devoción a la Madre de Dios con el rezo cotidiano del Rosario; queridos enfermos, sientan la cercanía de María de Nazaret, en especial en la hora de cruz; y ustedes, queridos recién casados, récenle para que nunca falte en su hogar el amor y el respeto recíproco”, expresó el Pontífice, cuya catequesis estuvo centrada en la parábola del Buen Pastor.


Francisco también se dirigió a un grupo de peregrinos venidos desde Polonia, tierra natal de San Juan Pablo II.

“Saludo cordialmente a los peregrinos polacos. Ayer, en su país han celebrado a la Bienaventurada Virgen María, Reina de Polonia. La colecta de la Santa Misa de esta Solemnidad nos recuerda que Dios ha dado a su nación, en María Virgen, una admirable ayuda y protección, con el fin de que, gracias a su intercesión, la fe gozara de libertad continua y que su patria se desarrollara en la paz. Uniéndome a esta oración, bendigo de corazón a Polonia y a cada uno de ustedes”.

El Santo Padre aseguró que en María estamos “en buenas manos” y en que “Jesús es el único verdadero Pastor, que nos da vida en abundancia”.

“Él nos acompaña, camina con nosotros. Escuchemos su Palabra con mente y corazón abiertos, para alimentar nuestra fe, iluminar nuestra conciencia y seguir las enseñanzas del Evangelio. Jesús nunca nos deja solos. Ésa es la expresión fundamental de su misericordia. Que la presencia del Señor en sus vidas los haga cada vez más alegres misioneros del amor de Cristo”, señaló.

OCHO CONSEJOS PARA VIVIR EL MES DE MAYO, MES DE MARÍA


8 consejos para vivir el mes de María
Por Abel Camasca

 (ACI).- “Gran cosa es lo que agrada a Nuestro Señor cualquier servicio que se haga a su Madre”, decía Santa Teresa de Jesús. Por ello en mayo, mes de María, aquí algunos consejos que podrán ayudarte a vivir más intensamente estos días marianos.

1. Ambientar un lugar

Lo primero es ambientar la casa, la oficina o el lugar donde uno se encuentre. Hay hogares o centros de trabajo católicos que suelen armar un altar, en un lugar especial, con una estatua o cuadro de la Virgen, adornado de flores y telas.

En la oficina se puede poner una estampa al lado del teclado o una imagen de nuestra Señora como fondo de pantalla de la computadora y también del celular.

2. Lectura sobre la Virgen

Para profundizar más en las maravillas que Dios ha obrado y sigue obrando en la Virgen, es recomendable leer algunos pasajes bíblicos como la Anunciación, el Nacimiento de Jesús, la presentación del niño en el templo, y María al pie de la cruz.

Por otra parte, un hecho que también contiene muchos mensajes para el mundo y de labios de la propia Madre de Dios es la aparición de la Virgen de Fátima a los tres pastorcitos, cuya fiesta es el próximo 13 de mayo.

3. Rezo del Rosario

Como se sabe, el rezo del Santo Rosario es una de las oraciones predilectas de la Iglesia que la misma Santísima Virgen le enseñó a rezar a Santo Domingo de Guzmán.

Dentro de las promesas de la Reina del Rosario tomadas de los escritos del Beato Alano de la Rupe están: prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario; el alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.

4. Participar de procesiones

Una costumbre que aún se vive en algunos pueblos es el rezo de la aurora, en el que un grupo de fieles sale en procesión por las calles a tempranas horas con una imagen de la Virgen e invocando el auxilio de María con el Rosario, oraciones marianas y cantos.

5. Recibir los sacramentos

Asimismo, no puede haber verdadera devoción a la Virgen si no se participa de los sacramentos, especialmente de la Reconciliación y la Eucaristía donde Jesús espera a sus hermanos con los brazos abiertos.

6. Hacer obras de Misericordia

Convencidos del amor de María por la humanidad y fortalecidos con las gracias sacramentales de nuestro Señor Jesucristo, es tiempo de salir a la acción ayudando por ejemplo a alguna madre embarazada en necesidad o visitando el asilo de ancianos, en el que siempre hay alguna mujer mayor que se siente sola e incomprendida.

7. Realizar apostolado

Es importante transmitir esta fe a las futuras generaciones y hace bastante bien a los niños, adolescentes y jóvenes el hablarles de lo mucho que la Virgen los ama como mamá y enseñarles a rezar a la Madre de Dios.

8. Regalar objetos bendecidos

También se recomienda regalar alguna medalla de la Medalla Milagrosa o el Escapulario de la Virgen del Carmen, bendecidos por algún sacerdote, para que siempre que vean la imagen se acuerden de la cercanía de la Madre de Dios y de lo mucho que los estimaba quien la regaló.

LA MADRE QUE PEDÍA LA CONVERSIÓN DE SU HIJO - MEDITACIÓN


La madre que pedía la conversión de su hijo




En uno de los primeros meses del año 1973, en un sanatorio de una ciudad castellana, estaba enferma una señora a la que visitaba todos los días un hijo espiritualmente desgraciado, pues llevaba una vida de completa disipación y total apartamiento de los preceptos religiosos, constituyendo esto la preocupación constante y angustiosa de la madre.

Una religiosa, que también estaba en el Sanatorio y se enteró del caso, entregó a la aludida señora unas estampas sobre la devoción de las tres Avemarías con objeto de que encomendase la solución del asunto a la Santísima Virgen, rezándolas diariamente y dando a su hijo una de esas estampas con la recomendación de que hiciera lo mismo.

Así lo hizo la acongojada madre, suplicando encarecidamente a la Virgen María la conversión de su hijo y obsequiándola con el rezo de las tres Avemarías.

Pasados unos días tuvo conocimiento de que habían sido anunciados unos “Cursillos de Cristiandad” para jóvenes, y con gran ilusión le pidió a su hijo que se inscribiese para asistir a ellos, pero el joven se negó rotundamente, exclamando: “Déjame, madre, de tonterías; deja que viva la vida, que para mí tiene tantos atractivos… ¡Qué tengo que hacer yo en semejantes cursillos!”

La madre del “descaminado”, sollozando por este fracaso, contó a la religiosa que le había dado las estampas de las tres Avemarías lo sucedido, y juntas continuaron rezándolas pidiendo fervorosamente a la Madre de Dios su mediación en favor de esa alma desdichada... Y, cuál no sería su grata sorpresa, cuando, precisamente, el día en que terminaba el plazo para las inscripciones, el hijo dice a la madre: “Bueno, sólo por darte gusto, iré a perder el tiempo en esos inútiles cursillos que tanto empeño tienes en que tome parte...”

Va, al fin, el joven con desgana a inscribirse, y le manifiestan que ya no hay plaza disponible, pues se han cubierto todas. Ante esto, iba a retirarse el interesado (contento en el fondo por liberarse de su compromiso y poder justificarse a ojos de la madre), cuando le mira el Padre Director y le dice que “no sabe por qué, pero que siente que le tiene que admitir”, y en efecto, fue admitido y practicó aquellas jornadas de espiritualidad, con tan feliz resultado que, una vez terminadas, se presentó a su madre como “un hombre nuevo”, completamente regenerado y decidido a no apartarse de la Ley de Dios.

El santo gozo de la madre fue inmenso; y el hijo “revivido” es hoy un entusiasta propagador de la devoción de las tres Avemarías, cuya eficacia proclama reconociendo que por la intervención de la Virgen Santísima obtuvo la gracia de Dios.

MAYO, MES DE MARÍA - DÍA 5 - EXPLICACIÓN DE LAS LETANÍAS


MAYO, MES DE MARÍA
Quinto día: Explicación de las letanías



Christe audi nos

¡Jesucristo óyenos! Como la oración es el canal mediante el cual Dios comunica a nuestra alma sus luces y sus gracias, y es el incienso más dulce que podemos presentar para merecer sus bendiciones, la Iglesia pide a Jesús que escuche su oración, y debemos pedir junto a ella, no sólo que escuche las nuestras, sino que las ofrezca al padre; porque habiendo sido constituido nuestro abogado delante de Él, intercede sin cesar por nosotros, según san Juan, en el capítulo II de su primera Epístola, y según San Pablo en el capítulo VII de la Epístola que dirige a los hebreos.

Christe exaudi nos

¡Cristo escúchanos! Hay que continuar la oración con mayor confianza, ya que sabemos que Jesucristo sólo concede los pedidos de los perseverantes. La importunidad molesta a los hombres y los fatiga; pero el señor no dejará de escucharnos si no dejamos de pedirle. Eso es lo que nos da a entender, en el capítulo XI de San Lucas, por medio de la palabra del padre de familia, cansado de la insistencia de un amigo que le pedía en medio de la noche que le prestara tres panes, y que no se levantó tanto por prestarle sino por poner fin a su visita. Si esto es suficiente para volvernos perseverantes en nuestras oraciones, cuánto más lo serán las palabras que Jesucristo nos dio por prensa en el capítulo antes citado, donde dice: “Pidan y se les dará, busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá”.

Ejemplo

Un niño pequeño, elevado sobre las rodillas de una madre cristiana, aprendía de ella ha hacer sobre su cuerpo, por primera vez, la señal de la Cruz. Como terminaba invocando a las tres personas divinas: “En el nombre del Padre, etc…” se volvió hacia la madre, y levantando los ojos sobre ella dijo: ¡“Mamá, no hay Madre! La naturaleza humana había hablado por boca de ese niño. El autor de esta naturaleza debió haberle alcanzado una respuesta: esta respuesta ¡Es María!

María es nuestra Madre, conjurémosla para que presente nuestras oraciones a Jesús.


Traducido del francés por José Gálvez Krüger para ACI Prensa

PAPA FRANCISCO RECIBE RELICARIO CON LAS LÁGRIMAS DE LA VIRGEN POR EL JUBILEO


El Papa recibe relicario con las “lágrimas de la Virgen” por el Jubileo



 (ACI/EWTN Noticias).- Un relicario con las “lágrimas de la Virgen” –que fueron derramadas por una imagen mariana en Siracusa (Italia)–, será llevado mañana 5 de mayo a la Basílica de San Pedro para acompañar al Papa Francisco durante la vigilia de oración para “enjugar las lágrimas” de todas las personas que sufren y necesitan consuelo.

El evento se realizará a las 6:00 p.m. en el marco del Año Santo 2016. El relicario se trasladará directamente del Santuario de la “Virgen de las Lágrimas” de Siracusa y permanecerá en Roma hasta el 8 de mayo.

De esta manera “todos aquellos que están experimentando en su interior el sufrimiento podrán así recibir el consuelo espiritual”, expresaron los organizadores en el sitio web del Jubileo de la Misericordia.

Indicaron que el evento jubilar “quiere ser signo visible de la misericordiosa mano del Padre”. “Son tantos y tan variados los pequeños y grandes sufrimientos que cada uno lleva en su interior, pero todos llevan en común el desencanto de vivir y, a menudo, la falta de esperanza y de confianza”, señalaron.

Terminada la vigilia de oración, el relicario será trasladado a la iglesia de San Salvatore in lauro, donde permanecerá hasta el domingo 8 de mayo.


Las lágrimas de la Virgen

Los días 29, 30 y 31 de agosto, y el 1 de septiembre de 1953 una imagen de yeso del Inmaculado Corazón de María derramó lágrimas humanas. El cuadro estaba sobre la cabecera de la cama de una pareja de recién casados en Siracusa.

Muchas fueron las personas que vieron con sus propios ojos y tocaron con sus manos las lágrimas que salían de la imagen que estaba en la casa de una pareja de esposos recién casados.

El 1 de septiembre una comisión de médicos y expertos, por encargo del Arzobispo de Siracusa, recogieron este líquido y lo sometieron a análisis microscópicos. La respuesta de la ciencia fue que se trataba de “lágrimas humanas”. Terminada la investigación la imagen dejó de llorar. El Papa Pío XII reconoció el prodigio.

Para los organizadores del evento jubilar, las lágrimas de la Virgen expresan dolor, compasión, cercanía y amor. Recordaron que el Papa Francisco continuamente exhorta a “llorar sobre las heridas y debilidades de nuestra humanidad”.

En ese sentido, las lágrimas de la María testimonian la presencia de la Madre en la Iglesia y en el mundo.