Páginas
▼
viernes, 27 de mayo de 2016
ORACIÓN DE SAN BERNARDO A LA VIRGEN MARÍA
ORACIÓN DE SAN BERNARDO A LA VIRGEN MARÍA
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María! que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes! Y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, ¡oh Madre de Dios!, mis humildes súplicas, antes bien, inclinad a ellas vuestros oídos y dignaos atenderlas favorablemente.
Amén.
LA PRESENCIA DE DIOS EN LO PEQUEÑO Y COTIDIANO
La Presencia de Dios en lo pequeño y cotidiano
Dios se comunica con nosotros de múltiples maneras, solo hay que saber oírlo y verlo en las pequeñas cosas cotidianas.
Por: Oscar Schmidt
Tomás de Kempis nos aconseja en su inmortal obra "La imitación de Cristo" (escrita varios siglos atrás): "Atender a qué es lo que se dice y no a quién lo dice".
Dios se comunica con nosotros de múltiples maneras, solo hay que saber oírlo y verlo en las pequeñas cosas cotidianas. Muchas veces esperamos grandes manifestaciones, cuando en realidad Dios es el Rey de lo pequeño, lo humilde, cuando actúa aquí en la tierra. Toda la Gloria y Omnipotencia de Dios, se transformó en humildad y pequeñez cuando EL se manifestó, hecho hombre, entre nosotros. Una cueva en Belén, el hogar mas humilde, una vida escondida, todo señala la pequeñez como puerta hacia la Santidad. Los hechos, las obras, las más simples expresiones de nuestra voluntad, son el signo de nuestro estado espiritual. Ni grandes manifestaciones, ni una vida extremadamente visible u ostentosa, nada de eso fue enseñado a nosotros a través del ejemplo dado por Jesús, a lo largo de Su vida en la tierra, como Criatura/Dios. El nos enseñó con los hechos, con Su Palabra. Y quienes lo juzgaron y condenaron, simplemente miraron quien hablaba, olvidando o pasando por alto el mensaje.
¡Se mató al mensajero, en la Cruz!.
¿Cuantas veces en este mundo vemos que se hace lo mismo?. Se da valor a las ideas o a las obras a partir del prestigio del autor, y se descartan enormes mensajes para la humanidad, simplemente por no aceptarse a los mensajeros más humildes, más pequeños, más simples. Pero la trampa es más compleja aún, ya que para llegar a ser respetado se debe adherir a las reglas del mundo: vanidad, egocentrismo, corrupción, envidia, poder, etc.
De este modo, se vuelve muy difícil llegar a difundir las buenas obras, desde mensajeros basados en la humildad, la pequeñez, la sinceridad, el amor, la unión verdadera y la entrega.
¿Cuantos casos como la Madre Teresa pueden pasar los filtros que el mundo pone?.
¿Cuantos quedan en el camino?.
Sepamos escuchar a Dios, El está dentro nuestro, en las cosas pequeñas, en los mensajes de humildad y sencillez. Y sepamos verlo en aquellos a los que el mundo condena por no cumplir con sus estándares, aquellos que solo quieren vivir en la simpleza del día a día. Los modelos a imitar muchas veces están mas cerca de nosotros de lo que pensamos, solo hace falta prestar atención, poner una mirada a nuestro alrededor, y descubrir la Presencia de Dios donde menos la esperamos.
MAYO, MES DE MARÍA - DÍA 27 - REINA CONCEBIDA SIN PECADO ORIGINAL
MAYO, MES DE MARÍA
Vigésimo séptimo día: Explicación de las letanías
Regina sine labe originale concepta
Reina concebida sin pecado original. Amadísimos hermanos, dice Bossuet, ¿que les parece? ¿Qué piensan de esta doctrina?... Para mí, cuando considero al Salvador jesús, nuestro amor y nuestra esperanza, entre los brazos de la Santísima Virgen o tomando su leche virginal, o reposando dulcemente en su seno, o encerrado en sus castas entrañas. Cuando miro lo incomprensible así encerrado y esta Inmensidad como resumida, cuando veo a mi Liberador en esa estrecha y voluntaria prisión, me digo algunas veces: ¿Se podría hacer que Dios abandonara al diablo, aunque no fuese sino un momento ese templo sagrado que destinaba a su Hijo, ese santo tabernáculo, donde tomó un largo y admirable reposo, ese lecho virginal, donde celebró sus nupcias del todo espirituales con nuestra naturaleza? Es de esta manera que hablo conmigo mismo. Luego, volviéndome hacia el Salvador; Niño bendito, redigo, no sufras más, no permitas que tu Madre sea violada! ¡Ah si Satán osara abordarla, mientras que, permaneciendo en ella, haces un paraíso, cuántos rayos harías caer sobre su cabeza! Con qué celo defenderías el honor y la inocencia de tu Madre. Pero ¡Oh Niño bendito!, por quien los siglos fueron hechos, tu estás antes de todos los tiempos. Cuando tu Madre fue concebida, la miraste desde lo más alto de los cielos; tu mismo formaste sus miembros, fuiste tu quien le dio el soplo de vida, que animó esa carne de la que saldría la tuya. ¡Ah! date cuenta, Sabiduría eterna, que en este mismo momento, va a ser infectada con un horrible pecado; va a ser la posesión de Satán. Desvía está desgracia por tu bondad, comienza por honrar a tu Madre, haz que le aproveche tener un Hijo que está antes que ella, porque finalmente, bien entendido todo, ella ya es tu Madre y tú ya eres su Hijo.
Ejemplo
El célebre Alejandro de Halès, que fue una de las lumbreras de la Universidad de París, experimentó, en su persona misma, el interés que la Santísima Virgen tiene en la gloria de su Inmaculada Concepción. Ese gran teólogo, siendo doctor y profesor en París, no se preocupaba por celebrar esta fiesta, porque tenia sus duda acerca de la verdad del misterio de la Concepción inmaculada; pero Dios permitía que cada año, el ocho de diciembre, día de esta fiesta, cayera enfermo y que sufriera grandes dolores. Esto, habiendo ya ocurrido varios años seguidos, fue percibido por sus alumnos como una circunstancia singular, ya que coincidía siempre cada año el mismo día; le aconsejaron abrazar la firme creencia en el misterio de la la Concepción pura y sin mancha de la Madre de Dios. Se resolvió a ello, e hizo el voto que si el Señor le concedía la gracia de librarlo de esta enfermedad anual, escribiría un libro en honor de la Inmaculada Concepción. Este voto detuvo inmediatamente el curso de sus enfermedades. Toda la Facultad de Paris, que fue testigo, se alegró de la salud de su maestro; satisfizo su promesa y compuso una obra en honor de la Santísima Virgen. Se empeñó, particularmente, en sostener el privilegio de su santísima concepción; relató el prodigio ocurrido a su persona; finalmente, se retracto de todo lo que pudo decir o escribir en contra de ese glorioso misterio de María concebida sin pecado.
Conservemos nuestro corazón puro, o purifiquémosle mediante la penitencia, si hemos tenido la desgracia de ofender a Dios; ganaremos así el Corazón de la Virgen Inmaculada.
Traducido del francés por José Gálvez Krüger para Aci Prensa