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viernes, 23 de septiembre de 2016

ORACIÓN A SAN PÍO DE PIETRELCINA


Oración al Padre Pío



Bienaventurado P. Pío, testigo de fe y de amor. Admiramos tu vida como fraile Capuchino, como sacerdote y como testigo fiel de Cristo. El dolor marcó tu vida y te llamamos "Un crucificado sin Cruz".

El amor te llevó a preocuparte por los enfermos, a atraer a los pecadores, a vivir profundamente el misterio de la Eucaristía y del perdón.

Fuiste un poderoso intercesor ante Dios en tu vida, y sigues ahora en el cielo haciendo bien e intercediendo por nosotros.

Queremos contar con tu ayuda. Ruega por nosotros.

Lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 23 DE SEPTIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Setiembre 23


Los días van pasando; una tras otra se van arrancando las hojas del calendario; cada día faltan menos hojas por arrancar.
Los días son semejantes a ese puñado de agua que se nos escurre entre las manos, por más que lo queramos retener.

La vida va pasando, nosotros vamos pasando, pero hay algo que queda; la vida tiene una proyección que permanece; lo bueno y lo malo que en la vida hagamos deja una estela, tanto en nosotros como en los demás.

No podemos decir, con verdad, que lo que hagamos en la vida sea algo sin importancia; nada es pequeño e insignificante si trasciende al tiempo y tiene repercusión en la eternidad.

“Y por medio de Él, ofrezcamos sin cesar a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios, que celebran su Nombre. Hagan siempre el bien y compartan lo que poseen, porque esos son los sacrificios que agradan a Dios” (Heb 13,15-16). No ofrezcamos a Dios los sacrificios que nos agradan a nosotros; ofrezcámosle los que le agradan a Él. “yo quiero amor, y no sacrificios; conocimiento de Dios más que holocaustos” (OS 6,6).


* P. Alfonso Milagro

LA BILOCACIÓN DEL PADRE PÍO DE PIETRELCINA


Bilocación del P. Pío



La bilocación es la presencia de una persona en dos lugares distintos. Muchos santos tuvieron este fenómeno místico, entre ellos: san Francisco de Asís, san Antonio de Padua, santa Ludwina, san Martín de Porres, san José de Cupertino, san Alfonso de Ligorio, san Juan Bosco, etc. No es fácil explicarlo. Hay varias teorías al respecto.

Una vez el cardenal Merry del Val contó al papa Pío XII que había visto al padre Pío rezando en la basílica de San Pedro frente a la tumba de san Pío X, el día de la canonización de santa Teresita. El papa preguntó al beato Don Orione qué pensaba del asunto. Don Oriorie respondió: “Yo también lo vi. Estaba arrodillado rezando a san Pío X. Me miró sonriente y luego desapareció”.

Sucede –explican– que en el lugar de partida la presencia del místico es física, pero en un estado de reposo absoluto; mientras que en el lugar de llegada está sólo en espíritu pero visualizado en una aparición. O viceversa: en el lugar de partida hay una presencia espiritual, y en el de llegada, corporal. ¡Qué maravilloso es el poder de Dios!


* Enviado por el P. Natalio

SAN PÍO DE PITRELCINA, 23 DE SEPTIEMBRE


San Pío de Pietrelcina
23 de septiembre


El padre Francesco Forgione nació en Pietrelcina, provincia de Benevento, el 25 de mayo de 1887. Sus padres fueron Horacio Forgione y María Giuseppa. Creció dentro de una familia humilde, pero como un día él mismo dijo, nunca careció de nada.

Fue un niño muy sensible y espiritual. En la Iglesia Santa María de los Ángeles, la cual se podría decir fue como su hogar, fue bautizado, hizo la Primera Comunión y la Confirmación. También en esta misma Iglesia fue donde a los cinco años se le apareció el Sagrado Corazón de Jesús. Más adelante empieza a tener apariciones de la Virgen María que durarían por el resto de su vida.

Ingresó a la Orden de los Frailes Menores Capuchinos en Morcone en enero de 1903. El día anterior de entrar al Seminario, Francisco tuvo una visión de Jesús con su Santísima Madre. En esta visión Jesús puso su mano en el hombro de Francisco, dándole coraje y fortaleza para seguir adelante. La Virgen María, por su parte, le habló suave, sutil y maternalmente penetrando en lo más profundo de su alma.

Fue ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1910 en la Catedral de Beneveto, y en febrero de ese año se estableció en San Giovanni Rotondo, donde permaneció hasta su muerte, el 23 de setiembre de 1968.