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ARRIÉSGATE


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Valentía es admitir tus temores y enfrentarlos cara a cara. Es tener la fortaleza de pedir ayuda y la humildad de aceptarla. Valentía es defender tus principios sin preocuparte por lo que otros dirán. Es escuchar tu corazón, vivir tu vida y no aceptar sino lo que para ti es lo mejor. (Sigue abajo).

Reír es arriesgarse a parecer un tonto. Llorar es arriesgarse a parecer un sentimental. Buscar al otro es arriesgarse a comprometerse. Exponer los sueños ante una multitud es arriesgarse a ser ridículo. Amar es arriesgarse a no ser correspondido. Avanzar ante obstáculos abrumadores es arriesgarse a fracasar. Pero se deben correr los riesgos porque el peligro más grande en la vida es no arriesgar nada. La persona que no arriesga nada, no hace nada, no tiene nada, no es nada. Podrá evitar el sufrimiento y la tristeza, pero no puede aprender, sentir, cambiar, crecer ni amar.

Valentía es intentar lo que nadie supo hacer jamás y todos creen imposible. Valentía es mantener el ánimo en los desencantos, y considerar las derrotas como un nuevo comienzo. Como a Josué el Señor te dice: “No temas ni te acobardes, porque yo estaré contigo dondequiera que vayas. Sé fuerte y valiente”.


* Enviado por el P. Natalio 

PAPA FRANCISCO: TRATA DE PERSONAS ES AUTÉNTICO CRIMEN CONTRA LA HUMANIDAD


Papa Francisco: Trata de personas es auténtico crimen contra la humanidad
Por Miguel Pérez Pichel
Foto Daniel Ibáñez (ACI Prensa)



VATICANO, 07 Nov. 16 / (ACI).- El Papa Francisco condenó la trata de seres humanos, un fenómeno que está repuntando en Europa debido a la mala gestión del fenómeno de los migrantes y refugiados, al que consideró un “auténtico crimen contra la humanidad”.

“Una de las heridas más dolorosas de nuestro tiempo es la herida abierta de la trata de seres humanos, una moderna forma de esclavitud que viola la dignidad, don de Dios, de tantos de nuestros hermanos y hermanas y se constituye en un auténtico crimen contra la humanidad”, afirmó el Pontífice ante religiosos y religiosas de la asociación Religious in Europe Networking against Trafficking and Exploitation (RENATE).

El Santo Padre recibió en audiencia en el Palacio Apostólico a los miembros de esta organización que desarrolla actividades de sensibilización contra la trata de seres humanos en el viejo continente.

Francisco destacó que “si bien se ha avanzado mucho para conocer la gravedad y la extensión de este fenómeno, aún queda bastante por hacer para aumentar el nivel de concienciación pública sobre este tema, y establecer una mejor coordinación en los esfuerzos de los gobiernos, el poder judicial, el legislativo y los trabajadores sociales”.

“Como bien saben, uno de los retos de este trabajo de sensibilización, de educación, de coordinación, es una cierta indiferencia e incluso de complicidad, una tendencia por parte de muchos a mirar a otro lado, donde existen poderosos intereses económicos y redes de delincuencia”.

“Por esta razón –afirmó el Papa–, expreso mi agradecimiento por sus esfuerzos para sensibilizar al público sobre el alcance de este flagelo, el cual afecta especialmente a mujeres y niños”. 

“De manera muy especial, les doy las gracias por su testimonio fiel del Evangelio y de la misericordia, como demuestra su compromiso con la recuperación y la rehabilitación de las víctimas”.

El Santo Padre destacó el trabajo de esta asociación: “su actividad en esta área nos recuerda ‘los enormes y muchas veces silenciosos esfuerzos que han hecho durante muchos años las congregaciones religiosas, especialmente las congregaciones de mujeres’, para cuidar a los heridos por su experiencia y devolverles la dignidad”.

“Pienso, de forma especial, en la importante contribución hecha por las mujeres en el acompañamiento a otras mujeres y niños en un viaje profundamente personal de curación e integración”.

Ayer comenzó en Roma la reunión de la 2° Asamblea Europea de la asociación (RENATE), impulsada por un grupo de religiosas de diferentes congregaciones que trabajan para poner fin a la trata y tráfico de personas en el viejo continente. 

La asamblea se clausurará el próximo sábado 12 de noviembre.

COMPARTE CON GENEROSIDAD


Comparte con generosidad


Encerrarte en ti mismo te dejaría atrofiado y no te realizarías jamás. Una señal de madurez es entregarse más a los demás que a uno mismo. San Pablo insiste que seamos ricos en buenas obras, que demos con generosidad compartiendo las riquezas. “Así —dice— adquirirán para el futuro un tesoro que les permitirá alcanzar la verdadera Vida”, (1 Tm 6, 17-19).

En una ocasión, por la tarde, un hombre vino a contarnos que una familia hindú de ocho hijos no había comido desde hacía varios días. Nos pedía que hiciéramos algo por ellos. Tomé suficiente arroz y fui a verlos. Percibí el hambre en los ojos de los niños. La madre tomó el arroz de mis manos, lo dividió en dos partes y salió. Cuando regresó le pregunté qué había hecho con una de las dos raciones. Me respondió: —Ellos también tienen hambre. 
Sabía que los vecinos musulmanes carecían de alimentos. Quedé muy sorprendida, porque cuando sufrimos, es común no pensar en los demás. En cambo esta mujer maravillosa compartió con generosidad.

Cuando de alguien se dice, “es una buena persona”, se la está calificando con la nota más excelente: la bondad. Ser bueno es ser de nobles sentimientos, honrado, servicial, respetuoso, amable, generoso. La bondad sintetiza aspectos muy valiosos de la personalidad, que generan en los demás, aprecio y admiración.


* Enviado por el P. Natalio 

ES LÍCITO PARA UN CATÓLICO USAR CENIZAS DE UN DIFUNTO EN UNA URNA ECOLÓGICA?


¿Es lícito para un católico usar cenizas de un difunto en una “urna ecológica”?



ROMA, 06 Nov. 16 /  (ACI).- Un experto sacerdote y consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano explica que no es lícito para un católico utilizar las cenizas de un difunto en las llamadas “urnas ecológicas”, recipientes que actualmente ofrecen algunas empresas para conservar así los restos de los muertos.

En los últimos tiempos se ha puesto de moda diferentes modos de usar las cenizas de los difuntos: diamantes, objetos conmemorativos o recipientes ecológicos. Al respecto, el P. Ángel Rodríguez Luño, consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que presentó la instrucción Ad resurgendum cum Christo en el Vaticano el pasado 25 de octubre junto con el Cardenal Gerhard Müller, aseguró a ACI Prensa que “la Iglesia anima a que las cenizas se conserven en el cementerio o en un lugar sagrado”.

Por ello, “la conservación en casas, esparcirlas en el mar o estos nuevos modos de hacer objetos decorativos o plantas con ellas no está de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia y no es coherente con la tradición cristiana”.

Sobre la conservación de las cenizas en casas o su conversión en objetos decorativos, el consultor de la Congregación para la Doctrina de la fe dijo a ACI Prensa que lo que suele suceder es que “la primera generación lo guarda con gran cariño pero para las siguientes generaciones el apego es menor y se convierte en algo parecido a una carga, y en muchas ocasiones las cenizas o los objetos acaban relegados o incluso perdidos”.

Las urnas ecológicas se han puesto de moda a través de varias empresas funerarias que ofrecen estos servicios.

Entre otros se ofrece, insertar las cenizas de la persona difunta en una urna o maceta que se deja en el mar o río para que se biodegraden con el tiempo. También hay urnas hechas de sales efervescentes que al contacto con el agua se disuelven con las cenizas del fallecido en su interior.

Además también existen otras que se ofrecen para insertar una planta dentro de la urna, que posteriormente se coloca en algún lugar para que se integre con la naturaleza.

En ese sentido el P. Rodríguez Luño resaltó que “hay que tener en cuenta que la Iglesia no coacciona a nadie y respeta los modos de hacer, pero da las pautas y la información sobre lo que es coherente y no con la tradición cristiana para que cada uno pueda elegir en consecuencia”.

“La tradición cristiana desde siempre ha tenido muy en cuenta la sepultura, por eso los primeros cristianos se enterraban en las catacumbas”, aseguró y precisó la importancia de “tener un lugar físico para que los familiares y todo el que lo desee pueda ir a rezar por esos difuntos cuando pasen los años”.

El P. Rodríguez Luño explicó que históricamente, en grandes batallas con cientos de fallecidos, “siempre se ha hecho un monumento a los caídos, y una vez al año se les lleva una corona de flores, se celebra una misa y se recuerda a aquellos cuyos cadáveres no se ha podido conservar”.

El sacerdote insistió en que al guardarse en un cementerio, columbario o lugar sagrado adaptado facilita que se pueda ir a rezar ante el difunto y se trata “del modo más coherente con la tradición cristiana que guarda el sentido de la Resurrección”.


Instrucción Ad Resurgendum cum Christo

El documento recientemente presentado sobre la sepultura de los difuntos y la conservación de las cenizas en caso de cremación apunta que “la Iglesia no ve razones doctrinales para evitar esta práctica ya que la cremación del cadáver no toca el alma” ni tampoco niega “la doctrina cristiana sobre la inmortalidad del alma y la resurrección del cuerpo”.

Esta instrucción también precisa que la cremación es lícita, pero las cenizas deben conservarse en un lugar sagrado y desde la Congregación para la Doctrina de la Fe insisten en que está totalmente prohibida “la conservación de las cenizas en el hogar”, algo que solo se permite “en casos graves y excepcionales circunstancias, dependiendo de las condiciones culturales de carácter local” y con el permiso del obispo.

Las cenizas, recuerda el documento, “no pueden ser divididas entre los diferentes núcleos familiares y se les debe asegurar el respeto y condiciones adecuadas de conservación”.

La Iglesia también insiste en que no puede permitir “actitudes y rituales que impliquen conceptos erróneos de la muerte, considerada como la anulación definitiva de la persona o como momento de fusión con la Madre naturaleza o con el universo, o como una etapa en el proceso de reencarnación o como la liberación definitiva de la ‘prisión del cuerpo’”.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 7 DE NOVIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Noviembre 7



Hay dos objetos que a menudo usamos y que pueden proporcionarnos hermosa enseñanza para nuestra vida práctica: la cera y el pan.

El pan que a diario comemos... cuando queremos afirmar la bondad de una persona, decimos de ella: "es más buena que el pan"; y con eso decimos todo.

Es que ser pan para los otros es servir de gusto y utilidad a los demás; y después de eso, o precisamente por eso, dejarse cortar, dejarse tostar, desmigajar, masticar y triturar o quizá dejarse tirar.
Para la mansa cera, dar la vida a otros es morir. Y dar la vida a los otros es entregarlo todo por ellos; todo: cansancio, tiempo, preocupaciones, sonrisas, palabras... todo sin excepción.
Y eso lo debemos hacer sin esperar nada de los demás.
La conjugación del todo y de la nada es lo que constituye el secreto de la perfección.

“¡Que el sabio comprenda estas cosas! ¡Que el hombre inteligente las entienda! Los caminos del Señor son rectos: por ellos caminarán los justos, pero los rebeldes tropezarán en ellos” (Os 14,10). No te separes del Señor, sigue siempre sus caminos, observa siempre su santa ley; de esto nunca te podrás arrepentir.


* P. Alfonso Milagro