Fortaleza en la lucha
Sufrir tentaciones o pruebas es una situación normal del hombre. Surgen de nuestra naturaleza inclinada al mal, o también del enemigo de Dios o de ese mundo que vive al margen de la ley divina. La tentación es una incitación a pecar. También los santos pasaron por tentaciones. Pero lucharon y triunfaron.
Abba Poimén contaba que el famoso ermitaño Juan Colobos había rogado a Dios que le quitara sus pasiones y lo convirtiera en un ser libre de toda inquietud. Y le fue concedido. Pero, después de un tiempo fue a ver a un Anciano para decirle: —Yo me veo descansando, sin tener ningún combate. Y el Anciano le aconsejó: —Ve y suplica a Dios para combatir nuevamente con la misma aflicción y la misma humildad que tenías antes, ya que es a través de los combates como progresa el alma. Entonces suplicó a Dios y, cuando se produjo el combate, ya no rogó para que lo eximiera de la lucha, sino que le rogó: —Señor, dame fortaleza en los combates.
Las tentaciones te ofrecen una ocasión favorable para vivir la fe en el Señor, acrecentar la humildad y expresarle tu gratitud. Son oportunidad de crecimiento. Aprovéchalas, pero no las busques. “Quien busca el peligro, en él perecerá”. Sé valiente y ten ánimo, con el Señor triunfarás.
* Enviado por el P. Natalio