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domingo, 28 de mayo de 2017

TE VAS SEÑOR..


Te vas Señor 


Te vas, Señor, pero te quedas en el Evangelio
Te vas, Señor, pero vives en los que te amamos
Te vas, Señor, pero hablas en los que dan testimonio de Ti
Te vas, Señor, pero te dejas comer en la Eucaristía
Te vas, Señor, pero te haces audible por la oración
Te vas, Señor, pero te dejas adorar en el Sagrario
Te vas, Señor, pero te dejas abrazar en el prójimo
Te vas, Señor, pero te dejas ver en el que sufre
Te vas, Señor, pero te haces visible en el amor
Te vas, Señor, pero gritas en el que habla en tu nombre
Te vas, Señor, pero vendrás en un nuevo soplo del Espíritu
Te vas, Señor, pero nos enviarás la fuerza de tu presencia
Te vas, Señor, pero nos darás el hálito de tu vivir
Te vas, Señor, pero andarás en los pies de tus enviados
Te vas, Señor, pero tu nombre será universalmente conocido
Te vas, Señor, pero vivirás en los que guardan tus mandamientos
Te vas, Señor, pero tu Iglesia es signo de tu presencia
Te vas, Señor, pero tu partida nos hace madurar
Te vas, Señor, pero tu Ascensión es suerte que nos aguarda
Te vas, Señor, pero tu vida en el cielo es plenitud de felicidad
Te vas, Señor, pero tu estar en el cielo, 
es garantía y seguridad de todo lo que nos espera
cuando se vive, como Tú lo has hecho, primero en la tierra
Te vas, Señor, pero más que nunca…vemos que te quedas.
Amén.


P. Javier Leoz

HOY ES LA FIESTA DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR, 28 DE MAYO


Construyendo un cielo; La Ascensión del Señor
Reflexión del evangelio de la misa del Domingo 28 de mayo de 2017

¡Ah! No olvidemos, Cristo promete: “y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”.


Por: Mons. Enrique Diaz, Obispo de la Diócesis de Irapuato | 



Lecturas:

Hechos 1, 1-11: “Serán mis testigos… hasta en los rincones de la tierra”.

Salmo 46: “Dios asciende entre aclamaciones”.

Efesios 1, 17-23: “La esperanza a la que ustedes han sido llamados”

San Mateo 28, 19-20: “Vayan a todas las naciones”



México se ha caracterizado en los últimos tiempos por una tendencia escandalosa al suicidio, sobre todo de adolescentes y jóvenes. “No le encuentro sentido a mi vida. Todo me parece oscuro, difícil. ¿Para qué seguir viviendo esta vida estúpida? Todo se desmorona, todo se cae a pedazos”. Son, en resumen, las confesiones de un adolescente que me presentan unos agobiados padres. Varias veces ha intentado suicidarse de diferentes maneras y constantemente se hace daño cortándose en diferentes partes del cuerpo. Tiene miedo a vivir, tiene miedo a todo. Nada le entusiasma. ¿Cómo darle sentido a su vida?

La vida es difícil, muy difícil para muchas personas. Cuando hacemos un análisis serio de la realidad, con frecuencia terminamos agobiados por los graves problemas que se nos presentan: creciente narcotráfico, crímenes horrendos que nos hacen estremecer,  profecías que auguran desabasto de alimentos, pérdida de valores, crecientes conflictos individuales y entre las naciones, y, lo más triste, sólo unos cuantos parecen estar contentos con esta situación y salir beneficiados. La mayoría de las personas se sienten cada vez más agobiados, más inseguros, sin perspectivas en su vida.  Esto provoca más violencia y más tensión. Muchos se repiten esa pregunta: “¿Vale la pena seguir viviendo, seguir luchando?”. Hoy, al celebrar la Ascensión del Señor, tenemos una gran oportunidad de descubrir el verdadero sentido de nuestra vida,  reflexionar sobre nuestra situación,  examinar hacia dónde se dirigen nuestros pasos y  llenarnos de esperanza.

Cristo se nos presenta triunfante y glorioso. Lleno de símbolos de victoria: la nube, las alturas, el ascender, pero todo esto después de haber asumido con valentía y generosidad la misión que Dios le había confiado. Sí, el Cristo que se ha encarnado, que ha asumido nuestro dolor y nuestra muerte, que comprende nuestro caminar, hoy es exaltado y elevado a los cielos. El libro de Los Hechos de los Apóstoles nos narra con un sentido de Pascua como Jesús es ha sido introducido en un ámbito de trascendencia  y en el mundo de lo divino. Y en el Evangelio Jesús mismo asume que le ha sido dado todo poderío: “Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra”. Sí, el crucificado, el ignorado, el despreciado, ahora es reconocido como el Rey de cielo y tierra. No en el sentido del poderío humano que destruye y traga todo, que lo somete todo, sino en el sentido del Rey que da vida, que armoniza y que humaniza y al mismo tiempo diviniza. Los discípulos no lo entienden y preguntan si ahora sí va a restablecer la soberanía de Israel. ¡Qué lejos están todavía de entender el reinado de Jesús!

A nosotros también nosotros nos pasa: qué lejos estamos de comprender a Jesús.  Equivocamos el camino,  confundimos reino con poder, evangelio con conquista, paz con pasividad y sufrimiento con fracaso. El mismo Cristo que se encarnó, ahora nos muestra el camino del triunfo. Desde la nada hasta la plenitud de la vida. Nosotros queremos triunfar sin seguir el camino. Nos han presentado triunfos fáciles, inflables, aparentes y lo hemos creído. Después cuando creíamos haber llegado al final nos sorprendemos con las manos vacías, con el corazón destrozado, ¡qué desilusión! Cuando descubrimos que el placer no es el amor, que el poder no es la felicidad, que el tener no es esencia del hombre, nos quedamos sin nada y sin deseos de volver a intentarlo.

La Ascensión de Jesús despierta en nosotros la esperanza, nos lanza en búsqueda de las alturas y del cielo, pero fuertemente cimentados en este suelo, partiendo de nuestra realidad. No podemos vivir de angelismo. Cuando se quiere construir un cielo, se comienza con la tarea muy concreta y básica de poner los pies sobre la tierra. Cristo hoy  nos manifiesta la belleza y grandiosidad de ese cielo y nos encomienda la misión de construirlo con nuestras propias fuerzas, con nuestros débiles recursos, pero contando con su presencia. Construir un cielo es posible. No ese cielo pasivo, angelical, donde no se hace nada, donde se tiene todo, donde se vive de recuerdos y de músicas. Sino ese cielo que es presencia plena del amor de Dios que a todos nos hace hermanos. Cristo no promete bienes inalcanzables, sino nos ordena compartir todo con todos, empezando por la gran noticia de su Evangelio. No promete abundancia para unos cuantos, sino pone las bases para una vida integral y plena para todos: un mismo Padre, un mismo Espíritu que habita en nosotros.

San Pablo, uno de sus más entusiastas seguidores, tuvo que caer y transformarse para comprender el verdadero mensaje de Jesús. Ahora, el apóstol incansable, nos anima y nos exhorta: “Le pido a Dios que les ilumine la mente para que comprendan cuál es la esperanza a la que han sido llamados y cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da a los que son suyos”. Toda una trayectoria y todo un proyecto de vida. Saber dónde estamos y saber a dónde vamos. No es podemos seguir vagando sin sentido. Cada persona tiene una misión hermosa, cada no de nosotros hemos sido llamados a participar de la rica herencia de Dios.

Contemplar la Ascensión de Jesús nos invita a poner los pies en la tierra pero mirando el cielo. No en vano se nos presenta la Ascensión con una cumbre, pues debemos subir a lo alto, pero poniendo atención al camino para no tropezar. Al caminar se pisa firme, se mira el suelo, pero no se puede perder de vista la meta trazada para no desviarse. ¡Ah! No olvidemos, Cristo promete: “y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”. El significado de la nube, desde el antiguo testamento, es doble: por un lado significa la trascendencia, pero por otro significa fuertemente la presencia de Dios que camina con su pueblo. “Yo estoy contigo”, nunca caminamos solos. Siempre ha nuestro lado camina Jesús.

¿Qué sentido tiene nuestro diario caminar? ¿Somos los hombres y mujeres de la esperanza? ¿Nos comprometemos en la lucha por la justicia y la igualdad, al mismo tiempo que miramos más de lo terreno? ¿Construimos el cielo aquí en la tierra?

Señor Jesús, en este día de tu Ascensión, te pedimos que no permitas que nos esclavicemos mirando nuestras realidades pero que tampoco nos olvidemos de luchar por la justicia y la verdad ignorando tu Reino. Concédenos que  con una sana esperanza construyamos tu Reino aquí en la tierra pero mirando siempre hacia el cielo donde Tú nos esperas. Amén.

CUÁL ES LA GRAN RESPONSABILIDAD DEL CRISTIANO? PAPA FRANCISCO LO EXPLICA


¿Cuál es la gran responsabilidad del cristiano? El Papa Francisco lo explica
Por Miguel Pérez Pichel
Foto: L'Osservatore Romano



VATICANO, 28 May. 17 / 05:27 am (ACI).- Durante el rezo del Regina Coeli de este domingo, en la plaza de San Pedro en el Vaticano, el Papa Francisco afirmó que todos los bautizados, como miembros de la Iglesia, tenemos una gran responsabilidad establecida por el mismo Jesús: “anunciar el Evangelio en el mundo, hacerlo accesible a la humanidad. ¡Esa es nuestra dignidad, es el más grande honor en la Iglesia!”.

El Santo Padre, con motivo de la Solemnidad de la Ascensión del Señor, explicó el pasaje con el que finaliza el Evangelio de San Mateo en el que se narra la subida de Jesús al cielo.

“La escena tiene lugar en Galilea, después de que Jesús hubiera llamado a los discípulos a formar el primer núcleo de su nueva comunidad. Ahora que los discípulos habían pasado por el ‘fuego’ de la pasión y de la resurrección, a la vista del Señor resucitado, se postran ante Él, aunque algunos todavía permanecen dudosos”, explicó el Pontífice.

“A esta comunidad asustada –continuó Francisco–, Jesús le encarga su inmensa misión de evangelizar el mundo, y concreta este encargo en la orden de enseñar y de bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”.

El Papa explicó que la Ascensión de Jesús al cielo constituye “el término de la misión que el Hijo había recibido del Padre, y la continuación de tal misión por parte de la Iglesia”.

Desde ese momento, de hecho, “la presencia de Cristo en el mundo se produce mediante la mediación de los discípulos, de aquellos que creen en Él y lo anuncian. Esta misión durará hasta el fin de la historia y gozará, cada día, de la asistencia del Señor resucitado, el cual asegura que ‘estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo’”.

La presencia de Jesús en la vida de los cristianos “da fortaleza en la persecución, consuelo en las tribulaciones, sostén en las dificultades que encontramos en la misión y en el anuncio del Evangelio”.

“La Ascensión nos recuerda esa asistencia de Jesús y de su Espíritu que da confianza y seguridad en nuestro testimonio cristiano en el mundo. Nos revela por qué existe la Iglesia: ¡Para anunciar el Evangelio! ¡La alegría de la Iglesia es anunciar el Evangelio!”.

Y recordó: “La Iglesia somos todos nosotros, los bautizados. Hoy estamos invitados a comprender mejor que Dios nos ha dado la gran dignidad y la responsabilidad de anunciarlo en el mundo, de hacerlo accesible a la humanidad. ¡Esa es nuestra dignidad, es el más grande honor de todos nosotros, bautizados!”.

“En esta fiesta de la Ascensión, mientras dirigimos la mirada hacia el cielo, adonde Cristo ascendió para sentarse a la derecha del Padre, reforzamos nuestros pasos sobre la tierra para proseguir con entusiasmo y con valentía nuestro camino, nuestra misión de testimoniar y de vivir el Evangelio en todos los ambientes”.

El Papa Francisco finalizó su enseñanza señalando que esa gran misión sólo se puede realizar con ayuda de Dios. “Somos muy conscientes de que esa misión no depende de nuestras fuerzas, de la capacidad organizativa y de los recursos humanos. Solo con la luz y la fuerza del Espíritu Santo podemos cumplir eficazmente nuestra misión de dar a conocer y de hacer experimentar a los demás el amor y la ternura de Jesús”.

MAYO, MES DE MARÍA, DÍA 28 - REZAR TODOS LOS DÍAS, PASE LO QUE PASE


Día 28: Rezar todos los días, pase lo que pase



Te copio una noticia del periódico que hace referencia a la operación que Juan Pablo II sufrió en octubre de 1996.

El Papa pasará más días en el hospital de los inicialmente previstos. Una circunstancia que, según el cirujano Francesco Crucitti, se debe a que Juan Pablo II "es un paciente rebelde" y en el Vaticano podría estar más ansioso por retomar sus actividades normales. Ello podría dificultar su recuperación.

Crucitti recordó que el Papa impidió que se adelantara su operación, a pesar que le fue diagnosticada en las Navidades pasadas, porque tenía numerosos compromisos. Ha preferido esperar a un "hueco" en su agenda para acceder a la intervención, aunque esto le haya supuesto más malestares.

Por otra parte, el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls, comentó que el Pontífice se había levantado el día de la operación a las tres de la mañana, que rezó sólo en su capilla particular, contigua a su habitación en el décimo piso del Políclínico, donde leyó el Breviario y rezó parte del rosario.

A las cinco de la mañana concelebró la Misa con su secretario, monseñor Stanislao Dziwisz.

Ayúdame, Madre mía, a rezar todos los días. Que no acepte excusas. Que no deje de dedicarte un rato aunque esté cansado. Quiero que me resulte necesario rezar. Gracias.

Comenta ahora estas cosas con Ella.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 28 DE MAYO


Los cinco minutos de María 
Mayo 28


María oraba y escuchaba la voz de Dios.
Repetidas veces en el Salterio y en el libro del Cantar de los Cantares leemos la invitación de Yahvé: “Escucha, hija mía, mis palabras, abre tu corazón”.
María fue toda oídos, porque fue toda Corazón, fue toda silencio, porque fue toda oídos; fue toda Corazón, porque fue toda amor a su Dios y a los hombres, sus hermanos.
¡Qué importante es saber escuchar a Dios! Eso es orar.
Madre de todos los pueblos y naciones, que no pongamos barreras donde Dios abrió el camino.


* P. Alfonso Milagro