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sábado, 3 de junio de 2017

LA DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


Devoción al Sagrado Corazón de Jesús



Santa Margarita María de Alacoque era una religiosa de la Orden de la Visitación. Tenía un gran amor por Jesús. Y Jesús tuvo un amor especial por ella.

Se le apareció en varias ocasiones para decirle lo mucho que la amaba a ella y a todos los hombres y lo mucho que le dolía a su Corazón que los hombres se alejaran de Él por el pecado.

Durante estas visitas a su alma, Jesús le pidió que nos enseñara a quererlo más, a tenerle devoción, a rezar y, sobre todo, a tener un buen comportamiento para que su Corazón no sufra más con nuestros pecados.

El pecado nos aleja de Jesús y esto lo entristece porque Él quiere que todos lleguemos al Cielo con Él. Nosotros podemos demostrar nuestro amor al Sagrado Corazón de Jesús con nuestras obras: en esto precisamente consiste la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.



Las promesas del Sagrado Corazón de Jesús:

Jesús le prometió a Santa Margarita de Alacoque, que si una persona comulga los primeros viernes de mes, durante nueve meses seguidos, le concederá lo siguiente:

1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado (casado, soltero, viudo o consagrado a Dios).
2. Pondré paz en sus familias.
3. Los consolaré en todas las aflicciones.
4. Seré su refugio durante la vida y, sobre todo, a la hora de la muerte.
5. Bendeciré abundantemente sus empresas.
6. Los pecadores hallarán misericordia.
7. Los tibios se harán fervorosos.
8. Los fervorosos se elevarán rápidamente a gran perfección.
9. Bendeciré los lugares donde la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada.
10. Les daré la gracia de mover los corazones más endurecidos.
11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón y jamás será borrado de Él.
12. La gracia de la penitencia final: es decir, no morirán en desgracia y sin haber recibido los Sacramentos.

MEDITACIÓN DEL PAPA FRANCISCO SOBRE EL ESPÍRITU SANTO


El Espíritu Santo convierte hombres temerosos en valientes cristianos, asegura el Papa
Por Eduardo Berdejo





VATICANO, 03 Jun. 17 / 01:28 pm (ACI).- Durante la Vigilia Ecuménica de Pentecostés, el Papa Francisco aseguró que “la obra del Espíritu Santo transforma hombres cerrados a causa del miedo en valientes testigos de Jesús”, como hizo por ejemplo con el apóstol Pedro, quien había negado tres veces a Cristo.

El Santo Padre presidió la vigilia en el Circo Máximo de Roma y en la que participaron más de 30 mil personas, la gran mayoría miembros de la Renovación Carismática Católica Mundial que este 2017 celebra su 50° aniversario de fundación.

Las celebraciones por el Jubileo de Oro de la Renovación Carismática se iniciaron en la Santa Sede el 31 de mayo con simposios, visitas a los centros de oración, entre otras actividades, y culminarán mañana con la Misa de Pentecostés que presidirá el Pontífice.

Ante los miles de fieles y miembros de otras confesiones cristianas, el Santo Padre recordó el pasaje de los Hechos de los Apóstoles que narra la llegada del Espíritu Santo al cenáculo, donde estaban reunidos los discípulos de Jesús. “Hoy estamos aquí como en un cenáculo pero a cielo abierto porque no tenemos miedo. A cielo abierto, con el corazón abierto a la promesa del Padre. Todos reunidos, todos aquellos que profesamos que Jesús es el Señor”, afirmó.

El Pontífice recordó que la misión de los discípulos de Jesús es anunciar la Buena Nueva del Evangelio a todos los pueblos y que la paz es posible. Esto, afirmó, “es posible si estamos en paz entre nosotros” los cristianos, pero no lo será si “acentuamos las  diferencias y estamos en guerra entre nosotros”.

El Papa señaló que “es obvio que tenemos diferencias, pero deseamos ser una diversidad reconciliada”. En ese sentido, recordó que la Renovación Carismática Católica, a la que llamó “una corriente de gracia del Espíritu”, “nació ecuménica porque el Espíritu Santo es el que crea la unidad”.

En ese sentido, el Santo Padre señaló que se escogió el Circo Máximo para celebrar la Vigilia de Pentecostés “porque aquí durante las persecuciones fueron martirizados muchos cristianos, por la diversión de aquellos que estaban mirando”.

“Hoy existen más mártires que ayer. Aquellos que matan a los cristianos, no les preguntan si eres ortodoxo, católico, evangélico, luterano o calvinista. No. ‘Tú eres cristiano’ y enseguida lo degollan. Y esto es el ecumenismo de la sangre”, expresó.

Francisco dijo que “hoy es más urgente que antes la unidad de los cristianos. Unidos pero por obra del Espíritu Santo (…), y juntos tratar de explicar las diferencias, pero en camino” porque el Espíritu necesita el camino.

Jubileo de Oro de la Renovación Carismática

En su meditación, el Papa Francisco también se refirió a los 50 años de la fundación de la Renovación Carismática Católica.

El Pontífice indicó que cuando una persona llega a los 50 años las fuerzas empiezan a decaer. Sin embargo, señaló que también “es un momento de la vida para reflexionar. Es el momento de la reflexión, la mitad de la vida, y yo les diría es el momento para ir adelante con más fuerza (…), agradeciendo por lo recibido y enfrentando lo nuevo con confianza en la acción del Espíritu Santo”.

El Pontífice recordó que la Iglesia nace en Pentecostés. “El Espíritu Santo, la promesa del Padre anunciada por Jesucristo es quien hace la Iglesia, la esposa del Apocalipsis. Una única esposa”, afirmó.

Asimismo, alentó a la Renovación Carismática Católica a ser “un lugar privilegiado para transitar el camino hacia la unidad”. “Esta corriente de gracia es para toda la Iglesia, no solo para algunos, y ninguno de nosotros es el patrón y todos los demás servidores. Todos somos siervos, todos somos servidores de esta corriente de gracia”, señaló.

Francisco también destacó “el poder de la oración de alabanza”. “Puede ser que este modo de orar no le guste a algunos, pero es cierto que se inserta plenamente en la tradición bíblica”, afirmó.

El Papa indicó que el cristiano vive en su corazón el gozo del anuncio de la Buena Nueva, pero advirtió que una alabanza profunda sin servicio a los demás “no basta”.

“Les deseo un momento de reflexión, de memoria de los orígenes, para dejar atrás todas las cosas añadidas por el propio yo y transformarlas en una escucha de la acción del Espíritu Santo que sopla donde quiere y como quiere”, invitó Francisco.

Previo a la vigilia, los miles de peregrinos venidos de 127 países recibieron el saludo de Michelle Moran, presidenta de los Servicios de la Renovación Carismática Católica Internacional (ICCRS por sus siglas en inglés); y de Gilberto Barbosa, presidente de la Fraternidad Católica.

Asimismo, escucharon cuatro testimonios sobre la vocación, la familia, la curación y la evangelización; así como la meditación del P. Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia.

En la Vigilia de Pentecostés también estuvieron presentes líderes evangélicos qué durante la mañana fueron recibidos en audiencia por el Papa Francisco.

NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DÍA 3


Nardo del 3 de Junio:
¡Oh Sagrado Corazón, refugio del Niño Dios!

Meditación: En una Doncella latía un Pequeño que renovaría la tierra vacía, ya que en ella sembraría semillas para llenarla de Vida. Aquel pequeño Corazón era el Sol que con Su calor nos enseñaría lo que es el Amor, con Su Luz a no perdernos en la oscuridad, con Su Omnipotencia a aumentar nuestra Fe, con Su silencio el valor de hacernos pequeños y con Su Presencia la Única Senda, pues El es el Rey.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Comulguemos pidiéndole al Señor tener un corazón pequeño, y que sea El nuestro único sustento.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 3 DE JUNIO


Los cinco minutos de María
Junio 3



Durante veinte siglos, la Iglesia ha ido meditando como María, y con su ayuda, la palabra de Dios, el misterio de Cristo; parte integrante de este misterio es María y la misma Iglesia.

El encargo de Jesucristo -“He aquí a tu Madre”- lo ha cumplido la Iglesia, meditando sobre María como parte integrante del Misterio de Cristo y aun como personificación y punto culminante de la misma Iglesia.

Así dice el Concilio: “La Iglesia en la Beatísima Virgen ya llegó a la perfección… Por eso los fieles levantan sus ojos hacia María… como modelo de virtudes” (LG 65).

Santa María, reina de los ángeles, que tus hijos seamos los ángeles de la tierra.


* P. Alfonso Milagro