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lunes, 5 de junio de 2017

NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DÍA, 5


Nardo del 5 de Junio:
¡Oh Sagrado Corazón, qué tierno sos!

Meditación: Dicen que una vez la Santísima Virgen a un niño se le presentó, le habló del Amor y de su Corazón, pero el niño que sorprendido la escuchaba se atrevió a preguntarle por el Niño Dios. De tal modo, una conversación parecida a ésta se escuchó:
Perdón, Virgen María, ¿pero si voy al Cielo voy a poder jugar con el Niño Jesús?. La Virgen sonriendo contestó: "Sí, en el Cielo se te da todo lo que buscas con un corazón de niño". El pequeño prosiguió: ¿Al fútbol también podré jugar con El?. La Virgen contestó: Si así lo deseáis... El niño: Ah, pero siempre va a ganar Jesús, porque El es el mejor, es Dios. La Virgen, llena de ternura, contestó: "No, mi amor, porque en el Cielo no hay competencia y mi Jesús siempre deja ganar…". A lo que el niño, poniéndose a llorar respondió: "Entonces yo no quiero ganar, sólo quiero ser como Jesús...".
¡Qué lección la de la Madre de Dios!. Ella nos muestra la humildad y la ternura del Corazón de Su Hijo, que todo nos da, nos deja hasta querer ¨ganar¨ para que podamos aprender a ser como El, y ver que el Rey, todo Poder, trabaja en la pequeñez. ¿Qué nos queda entonces a nosotros?.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Que tratemos de ser niños guiados por la voz de nuestra Madre, practicando la humildad.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 5 DE JUNIO


Los cinco minutos de María
Junio 5



San Lucas nos habla de los primeros cristianos que formaron las primitivas comunidades eclesiales, y nos dice de ellos que “perseveraban unánimes en la oración con María, la Madre de Jesús” (Hech 1,14).

Hoy, como entonces, hay una sola forma de promover auténticas comunidades cristianas, haciendo de ellas primariamente comunidades de oración. Y que esa oración sea presidida, animada y vitalizada por María, la Madre de Jesús.

La Palabra y la oración son el alimento de la comunidad creyente.
Santa María, abogada nuestra, ayúdanos a perseverar en la oración y en la comunión con los hermanos.


* P. Alfonso Milagro

ORACIONES DIVERSAS A SAN ANTONIO DE PADUA



Trece minutos con San Antonio

Arrodillados ante su imagen (o estampa) le diremos con ternura:

Trece minutos que estaré a tus pies, padre mío San Antonio, para ofrecer mi invocación sentida ante tu imagen milagrosa, de quien tanto espero, pues bien se ve que tú tienes poderosas fuerzas divinas para llegar a Dios. Así lo revelan tus patentes milagros, padre mío San Antonio, pues cuando acudimos a ti en horas de tribulaciones, siempre somos prontamente escuchados.

Hoy que es un día tan grande, llegarán a ti, miles de almas, que son tus fervientes devotos, a pedirte, porque sabemos que nos harás grandes concesiones, poniendo en primer turno a los más necesitados para que reciban tus favores. ¡Qué consolado me siento al entregarte mis penas!

Espero Santo mío me concedas la gracia que deseo y si me la concedes, te prometo contribuir con una limosna para tus niños pobres.

Tres grandes gracias te concedió el Señor; que las cosas perdidas fueran aparecidas, las olvidadas recordadas y las propuestas aceptadas. ¡Cuántos devotos llegarán a ti, diariamente a pedirte alguna de las tres, y tú jamas te niegas a concederlas! ¡Qué llegue hoy a ti lo mío que tan necesitado pone a tus pies éste humilde devoto.

Tres Padrenuestros, Avemaría y Gloria.


Una oración breve a San Antonio de Padua


Ampárame en esta hora,
¡oh San Antonio amado!
Bajo tu acción bienhechora,
halla alivio el desgraciado.
El enfermo y el desvalido
y el que en la cárcel se ve
son por ti favorecidos
cuando te invocan con fe.
Yo, con toda confianza,
te invoco en esta ocasión,
y vivo con la esperanza
de obtener tu protección.



Oración de Liberación de San Antonio

Haciendo la señal de la cruz dirás con mucho fervor:

He aquí la Cruz del Señor,+
Huid, potestades enemigas:+
El león Judà, descendiente de David,+
Ha vencido. Aleluya.

Este exorcismo usado frecuentemente por San Antonio es muy eficaz contra las tentaciones del demonio, como lo prueban muchísimos ejemplos. Constituyen esas palabras el breve o carta de San Antonio que él mismo escribió y entregó a una devota suya para librarla de una fuerte y tenaz tentación. 

Oración

A ti, Antonio, dechado de amor a Dios y a los hombres que tuviste la dicha de estrechar entre tus brazos al Niño-Dios, a ti lleno de confianza, recurro en la presente tribulación que me acongoja………….

Te pido también por mis hermanos más necesitados, por los que sufren, por los oprimidos, por los marginados, por los que hoy más necesiten de tu protección.

Haz que nos amemos todos como hermanos, que en el mundo haya amor y no odios. Ayúdanos a vivir el mensaje cristiano.

Tú, en presencia ya del Señor, no ceses de interceder por El, con El, y en El, a favor nuestro ante El Padre. Amén.


Oración diaria para los devotos de San Antonio de Padua


Te saludo San Antonio y me regocijo en los favores que nuestro Señor libremente te ha otorgado. Te recuerdo en especial tu momento de dicha cuando el Divino Niño Jesús condescendió abrazarte con ternura. ¡Oh, que gran felicidad y alegría llenaría tu corazón en esa ocasión! Por esta especial prerrogativa y por la alegría de tu beatifica visión, que ahora le tienes a El cara a cara, te ruego, te suplico y te imploro Oh querido San Antonio, que me ayudes en mis aflicciones, problemas y ansiedades, particularmente concerniente a (aquí menciona tu problema, tu petición). Oh, deja que tu corazón se conmueva para interceder por mí, para escuchar y responderme. Dile al Señor de los deseos y necesidades de tu devoto (a) cliente. Una palabra, una mirada de tu corazón que tanto ama el Niño Jesús, coronara mi éxito y me llenara de alegría y de gratitud. Amén.

San Antonio a quien el Niño Jesús amo y honró, concédeme lo que te pido.
San Antonio, poderoso en palabra y acción, concédeme lo que te pido.
San Antonio, siempre dispuesto a ayudar a los que te invocan, concédeme mi petición. Amén.

V. Ruega por nosotros San Antonio.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oración

Oh Dios, que te dignaste escoger a San Antonio como modelo de todas las virtudes para la bendición de toda la humanidad, y has convertido a muchas almas a través de sus sermones y buen ejemplo, concédeme que por sus méritos e intercesión pueda real y verdaderamente convertirme, renunciar al pecado y a todo deseo de pecar, y hacerme cada vez más y más del agrado de Dios por la practica de la verdadera virtud. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración eficaz a San Antonio para cualquier necesidad


Acordaos ¡oh, glorioso San Antonio! amigo del Niño Jesús e hijo querido de María Inmaculada, que jamás se oyó decir que alguno de cuantos han recurrido a vos, implorando vuestra protección, haya sido abandonado. Animado de igual confianza, vengo a vos, ¡oh fiel consolador de los afligidos! y gimiendo bajo el peso de mis pecados me postro a vuestros pies y pecador como soy me atrevo a comparecer delante de vos. No desechéis, pues, mis súplicas, vos que sois tan poderosos cerca del Corazón de Jesús, antes bien, escuchadla favorablemente y dignaos acceder a ella. Amén.


Oración en una necesidad a San Antonio

¡Oh bendito San Antonio de Padua! Como uno de tus devotos me dirijo a ti en este día. A tí elevo mis débiles oraciones. Tu protección imploro y bajo ella espero merecer del Altísimo el ser socorrido en mis necesidades.

Bien ves, santo mío, que, llenos de amor, de respeto y de confianza, claman a ti todos cuantos se ven en alguna necesidad o peligro; a ti clama el enfermo en el lecho del dolor, el encarcelado desde su lóbrego calabozo, el cautivo desde su mazmorra, el sencillo pastor desde su rústica cabaña, el peregrino en su largas y penosas expediciones, el navegante entre las espumosas olas del mar.

Unos y otros esperan vencer con tu amparo los obstáculos que se oponen a su felcidiad en el camino de la vida; unos y otros esperan ver satisfechos sus deseos; todos en fín, confían por tu mediación verse remediados en sus necesidades.

Séalo yo al presente, ¡oh milagroso Santo! Alcance yo por tu mediación el poderoso auxilio del cielo, que puede en nuestras tribulaciones sacarnos ilesos y triunfantes. Amén.


Oración infalible a San Antonio

Oh bendito San Antonio, él más gentil de todos los santos, tu amor por Dios y tu caridad por sus criaturas te hicieron merecedor, cuando estabas aquí en la tierra, de poseer poderes milagrosos. Los milagros esperaban tu palabra, que tu estabas siempre dispuesto a hablar por aquellos con problemas o ansiedades. Animado por este pensamiento, te imploro obtengas para mí… 

(menciona tu petición)

. La respuesta a mi rezo puede que requiera un milagro, pero aun así tú eres el santo de los milagros.


Oración para pedir la Intercesión de San Antonio

¡Oh glorioso San Antonio!,
a quien Dios ha elegido como intercesor nuestro
en los apuros y pérdidas de la vida material,
y como protector de los pobres ante los ricos:
protégenos con tu favor en todas las necesidades
y enredos de nuestra vida,
danos sincero amor de los pobres,
mucha confianza en Dios
y alto aprecio de la vida eterna,
a la cual se ordena toda la vida temporal.
Especialmente suplicamos tu intercesión en este favor que te pedimos.


Oración por los pobres a San Antonio de Padua



Altísimo y Sapientísimo Señor del mundo, de los cielos y de la tierra, que todo lo conoces y todo lo gobiernas suave y fuertemente; excelentísimo Creador de cielos y tierra, que muestras la grandeza de tu poder en las cosas grandes y la perfección de tu gobierno en las cosas pequeñas; vigilantísimo Gobernador del universo, sin cuya anuencia no cae ni un cabello de nuestra cabeza, ni una hoja de nuestros árboles; bondadosísimo Dueño, que vistes de espléndidas galas a las hierbas del campo y das de comer a las aves del cielo; amantísimo Padre, que para que los ricos den su pan a los pobres, los estimulas con tus palabras, los amenazas con tus enemistades y les premias sus caridades con innumerables favores, unas veces advertidos y otras inadvertidos: te suplicamos que atiendas a los ruegos que te dirigimos por medio de tu siervo San Antonio, para que tengas providencia de nosotros para nuestro bien, nos concedas todas las gracias temporales que nos convengan y, sobre todo ordenes nuestra vida, conforme a toda caridad contigo y con tus pobres, para salvación y santificación de nuestras almas.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

NOVENA A SAN ANTONIO DE PADUA, DEL 4 AL 12 DE JUNIO


Novena a San Antonio de Padua
Su vida fue un holocausto de entrañable amor a los hombres. Se reza del 4 al 12 de junio



Por: Redacción | Fuente: www.devocionario.com



 ORACIÓN INICIAL
¡Amadísimo Protector mío, San Antonio! Heme aquí, a tus pies, plenamente confiado en tu poderosa intercesión. Mírame con aquel espíritu de dulce y tierna compasión con que mirabas a los pobres. ¡Pobre soy yo, Santo mío! Me veo lleno de miserias. La vida para mi es continua lucha. Pan de felicidad, de alegría, de salud, de paz, de virtud... ¡cuánto me hace falta y cuánto espero de tu amorosa protección! Otórgamelo, te lo pido humildemente, para que tu nombre de Taumaturgo sea nuevamente glorificado. Creo en tu poder, espero en tu bondad, amo tu corazón de padre y bendigo a Nuestro Señor, que te hizo grande en la tierra y en el cielo. Amén.


ORACIÓN FINAL
Alegre, Señor, a vuestra Iglesia la devota y humilde oración del glorioso San Antonio, vuestro siervo; para que seamos siempre socorridos en esta vida con los auxilios de la gracia y merezcamos conseguir después los gozos eternos de la gloria; por Nuestro Señor Jesucristo, que con Vos y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.

V. Predicador egregio, ruega por nosotros, Antonio beatísimo.
R. Para que por tu intercesión alcancemos los gozos de la vida.
  
 

DÍA PRIMERO
Por la señal ... Oración inicial.

Admirable fe de San Antonio. La vida del santo Taumaturgo es un continuo pregón de la fe cristiana. Por ella, muy joven, ansía derramar su sangre a la vista de los mártires franciscanos de Marruecos. Por ella se entrrga completamente a Dios en vida santa y perfectísima de evangelización que fue pasmo del mundo, rica en portentos y maravillas... ¿Qué vida de fe es la mía?
Tres glorias a la Santísima Trinidad, Padrenuestro, Avemaría y Gloria y luego la oración final.


DÍA SEGUNDO
Por la señal ... Oración inicial.

Esperanza de San Antonio. Amó vivamente el Santo esta virtud. Una vida de sacrificio, en lucha constante contra el infierno, el mundo y las pasiones, sería imposible sin una gran esperanza, hija de una gran confianza en la bondad divina, en la paternal Providencia de Dios y en la ayuda constante de su gracia... Por eso el Santo jamás desmayó en su vida de incesante y penoso esfuerzo. ¡Contaba con Dios! Humillémonos y contemos, no con nuestras fuerzas, sino con las divinas, esperando en Dios.
Tres glorias a la Santísima Trinidad, Padrenuestro, Avemaría y Gloria y luego la oración final.


DÍA TERCERO
Por la señal... Oración inicial.

Caridad divina de San Antonio. Distinguió a San Antonio el Serafín de Asís, San Francisco, con particular amor. No ignoraba, sin duda, que, como buen hijo suyo, era otro Serafín de caridad. ¿Quién podrá adivinar la ternura de su amor a Jesús? Aquella escena en que el Niño Dios se recrea en los brazos del Santo puede servir para hacernos adivinar sus éxtasis, sus deliquios, sus ternuras seráficas... ¡ Qué ejemplo para mí, frío miserable, pobre pecador.
Tres glorias a la Santísima Trinidad, Padrenuestro, Avemaría y Gloria y luego la oración final.


DÍA CUARTO
Por la señal... Oración inicial.

Caridad fraternal de San Antonio. He aquí un Santo cuya vida fue un holocausto de entrañable amor a los hombres. Puede decirse que toda ella no fue sino una caricia a los pobres pecadores, a los tristes enfermos, a los atormentados por las negruras de la miseria... Y tanto placer debió de encontrar el Santo en este amor fraterno a sus semejantes, que ni la muerte lo interrumpió... Hoy, como en vida, sigue prodigándonos las mismas caricias.. ¡Qué su ejemplo me mueva a compasión de los desgraciados!
Tres glorias a la Santísima Trinidad, Padrenuestro, Avemaría y Gloria y luego la oración final.

DÍA QUINTO
Por la señal... Oración inicial.

Pureza de San Antonio. No en vano lleva el Santo en sus manos un lirio... Fue una azucena de la Iglesia. El demonio quiso mancharla con su baba inmunda, pero el Santo la guardó como un tesoro; la defendió con seto austero e impenetrable de cilicios, vigilias, disciplinas, ayunos, oraciones, trabajos... ¿Qué haces tú para guardar la pureza de tu cuerpo y de tu alma?...
Tres glorias a la Santísima Trinidad, Padrenuestro, Avemaría y Gloria y luego la oración final.


DÍA SEXTO
Por la señal... Oración inicial.

Humildad de San Antonio. También en este Santo, y por manera singular y maravillosa, se cumplió el dicho de Jesucristo: "El que se humille será ensalzado". Se ocultó como una violeta ; buscó el retiro, el silencio y, dotado de altísima sabiduría, la tuvo oculta y sólo la obediencia pudo abrir con su llave de oro aquellos raudales portentosos que hicieron a San Antonio Arca del Testamento…¡De cuántos bienes te priva tu soberbia !…
Tres glorias a la Santísima Trinidad, Padrenuestro, Avemaría y Gloria y luego la oración final.


DÍA SÉPTIMO
Por la señal.. Oración inicial.

Pobreza de San Antonio. Nacido en dorada cuna, ante las sonrisas y halagos del mundo, San Antonio abraza la pobre Orden Franciscana... Se hace hijo de aquel desposado con la dama Pobreza, San Francisco, y, como él, la sigue por abrojos y espinas, privaciones y sufrimientos, contento con sus dolorosas y dulces caricias... Su despego del mundo, le hizo rico en bienes celestiales... Trocó el oro de la tierra por el oro inestimable del amor divino. . Despégate de los bienes terrenos, si verdaderamente quieres salvarte...
Tres glorias a la Santísima Trinidad, Padrenuestro, Avemaría y Gloria y luego la oración final.


DÍA OCTAVO
Por la señal... Oración inicial.

Obediencia de San Antonio. La obediencia es la muerte de la propia voluntad, y cuando el hombre mata a ésta, ha matado a su mayor enemigo. La voluntad divina, manifestada por los legítimos Superiores, obra entonces maravillas en las almas. San Antonio fue obedientísimo. Lo fue tanto, que a un acto suyo de obediencia, predicando cuando le creían un ignorante, debemos el haber descubierto a este nuevo Doctor de las gentes... ¡Obedece, humilla tu amor propio:Dios te ensalzará!…
Tres glorias a la Santísima Trinidad, Padrenuestro, Avemaría y Gloria y luego la oración final.


DÍA NOVENO
Por la señal... Oración inicial.

San Antonio, protector de los que sufren. Todo sufrimiento, en cualquiera de sus manifestaciones, el dolor del pecado, la pérdida de salud, la escasez de recursos, las injustas persecuciones, la ausencia de paz, las hondas preocupaciones, las grandes tristezas…, cuanto puede atenazar el alma..., fue motivo de compasión para el Santo, fue materia de milagros suyos, fue blanco de su misericordia... ¿Qué se ocultó u oculta a su corazón compasivo? Acudamos, pues, a él con vivísima confianza.
Tres glorias a la Santísima Trinidad, Padrenuestro, Avemaría y Gloria y luego la oración final.