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sábado, 16 de septiembre de 2017

LOS MISTERIOS LUMINOSOS DEL SANTO ROSARIO






LOS NUEVOS MISTERIOS DEL ROSARIO



Su Santidad Juan Pablo II El 16 de Octubre de 2002, fue presentada la carta apostólica del Papa Juan Pablo II «Rosarium Virginis Mariae» («El Rosario de la Virgen María»). El punto más destacado fue la inclusión de cinco nuevos misterios en el Rosario.

El Papa, al explicar esta decisión en el documento, define el Rosario como un «compendio del Evangelio» orientado «a la contemplación del rostro de Cristo» con los ojos de María a través de la repetición del «avemaría». 

Ahora bien, constata, en los quince misterios del Rosario (cada día se contemplan cinco misterios rezando en cada uno diez avemarías) faltaban hasta ahora momentos decisivos de la vida de Cristo. 


Por este motivo, considera «oportuna una incorporación que, si bien se deja a la libre consideración de los individuos y de la comunidad, les permita contemplar también los misterios de la vida pública de Cristo desde el Bautismo a la Pasión». 

Explica que los llama «misterios de la luz» (los otros eran «misterios de dolor», «misterios de gozo», y «misterios de gloria»), pues en su vida pública, Cristo se manifiesta como «misterio de luz»: «Mientras estoy en el mundo, soy luz del mundo» (Juan 9, 5). 

Juan Pablo II presenta el enunciado de cada uno de los cinco «misterios luminosos» sobre la vida pública de Jesús: 

1. El Bautismo en el Jordán; 

2. La autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná; 

3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión; 

4. La Transfiguración; 

5. La institución de la Eucaristía. 

La carta apostólica explica después el misterio que contempla el cristiano en cada uno de estos pasajes de la vida pública de Jesús. 

«Misterio de luz es ante todo el Bautismo en el Jordán --constata--. En él, mientras Cristo, como inocente que se hace 'pecado' por nosotros (cf. 2 Co 5, 21), entra en el agua del río, el cielo se abre y la voz del Padre lo proclama Hijo predilecto (cf. Mt 3, 17 par.), y el Espíritu desciende sobre Él para investirlo de la misión que le espera». 

«Misterio de luz --añade la carta-- es el comienzo de los signos en Caná (cf. Jn 2, 1-12), cuando Cristo, transformando el agua en vino, abre el corazón de los discípulos a la fe gracias a la intervención de María, la primera creyente». 

«Misterio de luz es la predicación con la cual Jesús anuncia la llegada del Reino de Dios e invita a la conversión (cf. Mc 1, 15), perdonando los pecados de quien se acerca a Él con humilde fe (cf. Mc 2. 3-13; Lc 47-48), iniciando así el ministerio de misericordia que Él continuará ejerciendo hasta el fin del mundo, especialmente a través del sacramento de la Reconciliación confiado a la Iglesia», sigue aclarando. 

«Misterio de luz por excelencia es la Transfiguración --subraya al explicar el cuarto misterio añadido--, que según la tradición tuvo lugar en el Monte Tabor. La gloria de la Divinidad resplandece en el rostro de Cristo, mientras el Padre lo acredita ante los apóstoles extasiados para que lo "escuchen"». 

«Misterio de luz es, por fin, la institución de la Eucaristía, en la cual Cristo se hace alimento con su Cuerpo y su Sangre bajo las especies del pan y del vino, dando testimonio de su amor por la humanidad "hasta el extremo" (Jn13, 1) y por cuya salvación se ofrecerá en sacrificio». 

El Papa sugiere --respetando la libertad del creyente en este campo-- que los «misterios luminosos» sean contemplados el jueves. Propone, entonces, que el lunes y el sábado los cristianos recen a partir de ahora los «misterios gozosos»; el martes y el viernes los «dolorosos»; el miércoles, y el domingo los «gloriosos».
Juan Pablo II ha proclamado el período comprendido entre Octubre de 2002 hasta Octubre de 2003, Año del Rosario. Aclaró que esta convocatoria celebra tres momentos significativos: los 25 años de su pontificado; los 120 años del aniversario de la encíclica «Supremi apostolatus officio» de León XIII que comenzó una serie de documentos sobre el Rosario; y el apéndice del Año Santo de 2000. 

El Santo Padre concluyó indicando que el Rosario es una oración "tan fácil y, al mismo tiempo tan rica, que merece de veras ser recuperada por la Comunidad Cristiana". Y finalizó pidiéndonos con su habitual solicitud y fuerza: "¡ Que este llamamiento mío no sea en balde!"

PAPA FRANCISCO PIDE A RELIGIOSOS NO CAER EN EL CLERICALISMO Y EVANGELIZAR A LOS ALEJADOS


El Papa pide a religiosos no caer en el clericalismo y evangelizar a los alejados
Por Álvaro de Juana
 Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 16 Sep. 17 / 07:07 am (ACI).- El Papa Francisco recibió a los participantes en el Capítulo General de los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús y les pidió continuar escuchando las necesidades de la gente y evangelizar donde haga falta.

“En actitud de escucha de cuanto el Espíritu dice hoy a su Iglesia y abiertos a lo que pide la humanidad, ustedes sabrán tomar de la fuente genuina e inextinguible de su carisma un nuevo impulso, opciones valientes, expresiones creativas de la misión que se les ha confiado”, afirmó Francisco.

“Enviándolos como misioneros en el mundo, éste es el primer evangelio que la Iglesia les encomienda: mostrar en sus propias personas y con sus obras el amor apasionado y tierno de Dios para con los pequeños, los últimos, los indefensos, los descartados de la tierra”, añadió.

Por otro lado, el Papa destacó la importancia de la educación y de “acompañar a las nuevas generaciones a aprender los valores humanos y a cultivar una visión evangélica de la vida y de la historia”.

Pero además les pidió no ceder al mal del clericalismo: “los hermanos son una gracia, en una congregación los hermanos son una gracia del Señor. No cedan al mal del clericalismo que aleja al pueblo y especialmente a los jóvenes de la Iglesia, como ya pude recordar otras veces”.

7 RASGOS DEL SANTO NOMBRE DE LA VIRGEN MARÍA


7 rasgos del Santo Nombre de la Virgen
¿Te llamas María?


Por: Redacción | Fuente: ACI Prensa 




A mediados del siglo XVIII los jansenistas empezaron a divulgar que la devoción a la Santísima Virgen era una superstición. San Alfonso María de Ligorio, Doctor de la Iglesia, salió en defensa de la Madre de Dios y publicó su famoso libro “Las Glorias de María”.

En dicha obra, capítulo X, se leen 7 importantes rasgos del Santo Nombre de María que todo cristiano siempre debe recordar:

1.- Nombre Santo

“El augusto nombre de María, dado a la Madre de Dios, no fue cosa terrenal, ni inventado por la mente humana o elegido por decisión humana, como sucede con todos los demás nombres que se imponen. Este nombre fue elegido por el cielo y se le impuso por divina disposición, como lo atestiguan San Jerónimo, San Epifanio, San Antonino y otros”.

2.- Lleno de dulzura





“El glorioso San Antonio de Papua, reconocía en el nombre de María la misma dulzura que San Bernardo en el nombre de Jesús. ‘El nombre de Jesús’, decía éste; ‘el nombre de María’, decía aquél, ‘es alegría para el corazón, miel en los labios y melodía para el oído de sus devotos’… Se lee en el Cantar de los Cantares que, en la Asunción de María, los ángeles preguntaron por tres veces: ‘¿Quién es ésta que sube del desierto como columnita de humo? ¿Quién es ésta que va subiendo cual aurora naciente? ¿Quién es ésta que sube del desierto rebosando en delicias?’ (Ct 3, 6; 6, 9; 8, 5)”.

“Pregunta Ricardo de San Lorenzo: ‘¿Por qué los ángeles preguntan tantas veces el nombre de esta Reina?’ Y él mismo responde: ‘Era tan dulce para los ángeles oír pronunciar el nombre de María, que por eso hacen tantas preguntas’. Pero no quiero hablar de esta dulzura sensible, porque no se concede a todos de manera ordinaria; quiero hablar de la dulzura saludable, consuelo, amor, alegría, confianza y fortaleza que da este nombre de María a los que lo pronuncian con fervor”.

3.- Alegra e inspira amor

“Tu nombre, oh Madre de Dios –como dice San Metodio– está lleno de gracias y de bendiciones divinas. De modo que –como dice San Buenaventura– no se puede pronunciar tu nombre sin que aporte alguna gracia al que devotamente lo invoca. Búsquese un corazón empedernido lo más que se pueda imaginar y del todo desesperado; si éste te nombra, oh benignísima Virgen, es tal el poder de tu nombre –dice el Idiota– que él ablandará su dureza, porque eres la que conforta a los pecadores con la esperanza del perdón y de la gracia”.

4.- Da fortaleza



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“Los demonios, afirma Tomás de Kempis, temen de tal manera a la Reina del cielo, que al oír su nombre, huyen de aquel que lo nombra como de fuego que los abrasara. La misma Virgen reveló a santa Brígida, que no hay pecador tan frío en el divino amor, que invocando su santo nombre con propósito de convertirse, no consiga que el demonio se aleje de él al instante”.

“Y otra vez le declaró que todos los demonios sienten tal respeto y pavor a su nombre que en cuanto lo oyen pronunciar al punto sueltan al alma que tenían aprisionada entre sus garras. Y así como se alejan de los pecadores los ángeles rebeldes al oír invocar el nombre de María, lo mismo –dijo la Señora a santa Brígida– acuden numerosos los ángeles buenos a las almas justas que devotamente la invocan”.

5.- Promesas de Jesús

“Son maravillosas las gracias prometidas por Jesucristo a los devotos del nombre de María, como lo dio a entender a santa Brígida hablando con su Madre santísima, revelándole que quien invoque el nombre de María con confianza y propósito de la enmienda, recibirá estas gracias especiales: un perfecto dolor de sus pecados, expiarlos cual conviene, la fortaleza para alcanzar la perfección y al fin la gloria del paraíso. Porque, añadió el divino Salvador, son para mí tan dulces y queridas tus palabras, oh María, que no puedo negarte lo que me pides”.

“En suma, llega a decir San Efrén, que el nombre de María es la llave que abre la puerta del cielo a quien lo invoca con devoción”.

6.- Brinda consuelo

“San Camilo de Lelis, recomendaba muy encarecidamente a sus religiosos que ayudasen a los moribundos con frecuencia a invocar los nombres de Jesús y de María como él mismo siempre lo había practicado; y mucho mejor lo practicó consigo mismo en la hora de la muerte, como se refiere en su biografía; repetía con tanta dulzura los nombres, tan amados por él, de Jesús y de María, que inflamaba en amor a todos los que le escuchaban”.

“Y finalmente, con los ojos fijos en aquellas adoradas imágenes, con los brazos en cruz, pronunciando por última vez los dulcísimos nombres de Jesús y de María, expiró el santo con una paz celestial”.

7.- Buena aventura

“Roguemos pues, mi devoto lector, roguemos a Dios nos conceda esta gracia, que en la hora de la muerte, la última palabra que pronunciemos sea el nombre de María, como lo deseaba y pedía San Germán”.

“Concluyamos con esta tierna plegaria de San Buenaventura: ‘Para gloria de tu nombre, cuando mi alma esté para salir de este mundo, ven tú misma a mi encuentro, Señora benditísima, y recíbela’. No desdeñes, oh María –sigamos rezando con el santo– de venir a consolarme con tu dulce presencia. Sé mi escala y camino del paraíso. Concédele la gracia del perdón y del descanso eterno. Y termina el Santo diciendo: ‘Oh María, abogada nuestra, a ti te corresponde defender a tus devotos y tomar a tu cuidado su causa ante el tribunal de Jesucristo’”.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 16 SEPTIEMBRE


Los cinco minutos de María
Setiembre 16


Cada bautizado ha de ser una encarnación de Jesús; este proceso de reproducción de los rasgos de Cristo en nosotros lo realiza el Espíritu mediante la colaboración de María; nadie se ha dejado modelar con tanta perfección  como ella.
Ningún molde mejor para que nosotros vayamos haciéndonos cristianos que el regazo maternal en el que el mismo Espíritu formó la naturaleza humana de Jesucristo.
Virgen purísima, que elevaste siempre los ojos al cielo y juntaste tus manos en oración, haz que mi vida no te pierda de vista, ni a ti, ni a tu cielo.



* P. Alfonso Milagro