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viernes, 9 de febrero de 2018

PAPA FRANCISCO RESPALDA LA LUCHA CONTRA LAS ESCLAVITUDES MODERNAS


El Papa Francisco respalda la lucha contra las esclavitudes modernas
POR MIGUEL PÉREZ PICHEL | ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




El Papa Francisco recibió en audiencia a los integrantes del Grupo Santa Marta este viernes 9 de febrero y mostró su respaldo a la lucha contra las modernas esclavitudes, como es la trata de personas, la explotación laboral o la explotación sexual, e implicó a la Iglesia en el compromiso contra esta lacra.

El Santo Padre se reunió con los miembros de esta organización, constituida por una alianza internacional de jefes de policía y de Obispos para erradicar el tráfico de personas y la esclavitud, en la conclusión de la Conferencia que celebraron para proporcionar una perspectiva mundial sobre la trata de seres humanos y sobre las modernas formas de esclavitud.

“Según mi experiencia –señaló el Santo Padre–, estas jornadas de reflexión y de intercambio de experiencias aportan una luz clara a la interacción de las problemáticas globales y locales de la trata de personas humanas. La experiencia muestra que dichas formas modernas de esclavitud están más difundidas de lo que se puede imaginar, incluso, para nuestra vergüenza y escándalo, en el interior de las sociedades más prósperas”.

Francisco explicó que “el grito de Dios a Caín, que se encuentra en las primeras páginas de la Biblia, ‘¿Dónde está tu hermano?’, nos incita a examinar seriamente las diferentes formas de complicidad con las cuales la sociedad tolera y anima, en especial las dedicadas a la trata con fines sexuales, la explotación de hombres, mujeres y niños vulnerables”.

“Las iniciativas destinadas a combatir la trata de personas humanas con el objetivo concreto de desmantelar redes criminales, deben siempre considerar los más amplios sectores relacionados, como por ejemplo el uso responsable de las tecnologías y de los medios de comunicación, por no hablar del estudio de las implicaciones éticas de los modelos de crecimiento económico que privilegian el beneficio a las personas”, reflexionó.

El Pontífice animó a los miembros del Grupo Santa Marta a implicarse en la ayuda a las víctimas: “Confío en que vuestros debates en estos días ayuden también a incrementar el conocimiento de la creciente necesidad de ayudar a las víctimas de estos criminales, acompañándoles en un camino de reintegración en la sociedad y en el restablecimiento de su dignidad humana”.

En este sentido, recordó que “la Iglesia agradece todo esfuerzo para llevar un bálsamo de misericordia divina a aquellos que sufren, porque esto representa también un paso esencial para la curación y la renovación de la sociedad en su conjunto”.

Finalmente, agradeció a todos los implicados en esta organización y en sus proyectos por su trabajo en la lucha contra la esclavitud: “En calidad de líderes de las fuerzas del orden, de la investigación, de las políticas públicas y de la asistencia pastoral, ofrecéis una contribución esencial para afrontar las causas y los efectos de este moderno flagelo que continúa causando indecibles sufrimientos humanos”.

CÓMO VIVÍA UN DÍA JESÚS?

¿Cómo vivía un día Jesús?
En la vida de una persona no puede faltar el ejercicio de la interioridad, de la oración personal y del encuentro a solas con Dios


Por: Don Ángel Moreno de Buenafuente | Fuente: https://la-oracion.com/ 




Estamos en invierno, cuando los días son más cortos y la noche domina; en la oscuridad, cabe que sintamos el vértigo de la tristeza, del cansancio y hasta desesperanza, como exclama Job: “Mi herencia son meses baldíos, me asignan noches de fatiga; al acostarme pienso: ¿cuándo me levantaré?”

El salmista alivia la posible crisis cuando asegura que el Señor “sana los corazones destrozados, venda sus heridas”. En los momentos recios, es de gran ayuda encontrar unos parámetros que nos saquen de nosotros mismos y nos sirvan de apoyo para atravesar cada jornada con esperanza.

Hoy el Evangelio nos expone de manera concentrada un programa posible si nos fijamos en el de Jesús. El evangelista ubica al Nazareno a lo largo del día, en cuatro espacios diferentes: la sinagoga, la casa de Simón Pedro, la puerta de la casa y el descampado.

Los cuatro lugares corresponden a relaciones y actividades distintas, pero viéndolos con mirada global, explicitan las dimensiones esenciales de la persona, como es la trascendencia, la alteridad amiga y laboral, y la interioridad. De que se sepan llevar a cabo diferentes relaciones depende el desarrollo maduro de la persona.

En la sinagoga acontece el encuentro comunitario religioso, donde se leen las Escrituras y se comentan, extrayendo enseñanzas para la vida. En el judaísmo se celebra especialmente el sábado, día en que se cumple el deber de piedad para con Dios. En el cristianismo esto corresponde a la celebración dominical, donde se escucha la Palabra de Dios, se participa en la mesa santa, y se convive con los hermanos en la fe.

En la casa de los discípulos Pedro y Andrés, Jesús vive el clima de familia, donde se puede permanecer de forma distendida e íntima. En esta circunstancia se alude a la acción amistosa de Jesús que produce efectos muy significativos, pues la suegra de Pedro, una vez curada, se levanta y comienza a servir. La amistad rehabilita a las personas, mientras que el aislamiento introvertido empobrece y hasta enferma.

La calle llena de enfermos corresponde a la dimensión pastoral, que el mismo Jesús había anunciado en la Sinagoga de Nazaret: “Los ciegos ven, los cojos andan, a los pobres se les anuncia la buena noticia”. Cada uno tenemos una misión o tarea que debemos ejercer para bien de los demás y para perfección propia.

Por último, el texto señala una dimensión importante al describir que el Maestro se retira de manera discreta a un lugar solitario, donde permanecía en oración. En la vida de una persona no puede faltar el ejercicio de la interioridad, del propio conocimiento, de la oración personal y del encuentro a solas con Dios.

Si aplicamos este programa a nuestra vida, podremos combatir el tedio, porque nos ayuda a celebrar relaciones sociales, familiares, laborales y teologales y así llevar una forma de vida equilibrada y plenificadora.

Job 7, 1-4. 6-7; Salmo 146; 1 Corintios 9, 16-19. 22-23; Marcos 1, 29-39

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 9 DE FEBRERO 2018

Lecturas de hoy Viernes de la 5ª Semana del Tiempo Ordinario
Hoy, viernes, 9 de febrero de 2018



Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (11,29-32;12,19):

Un día, salió Jeroboán de Jerusalén, y el profeta Ajías, de Siló, envuelto en un manto nuevo, se lo encontró en el camino; estaban los dos solos, en descampado. 
Ajías agarró su manto nuevo, lo rasgó en doce trozos y dijo a Jeroboán: «Cógete diez trozos, porque así dice el Señor, Dios de Israel: "Voy a arrancarle el reino a Salomón y voy a darte a ti diez tribus; lo restante será para él, en consideración a mi siervo David y a Jerusalén, la ciudad que elegí entre todas las tribus de Israel."»
Así fue como se independizó Israel de la casa de David hasta hoy.

Palabra de Dios

Salmo
Sal 80,10.11ab.12-13.14-15

R/. Yo soy el Señor, Dios tuyo: 
escucha mi voz

No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor, Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto. R/.

Pero mi pueblo no escuchó mi voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón obstinado,
para que anduviesen según sus antojos. R/.

¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!:
en un momento humillaría a sus enemigos
y volvería mi mano contra sus adversarios. R/.



Lectura del Evangelio según san Marcos (7,31-37):

En aquel tiempo, dejó Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos. Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. 
Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: «Effetá», esto es: «Ábrete.»
Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. 
Y en el colmo del asombro decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy viernes, 9 de febrero de 2018
Imprimir José Luis Latorre, misionero claretiano



Queridos hermanos:

A Jesús le llevan un hombre sordo y tartamudo; un hombre que tenía mucha dificultad para comunicarse y relacionarse; un hombre que prácticamente vive aislado y solo. Y le suplican que le imponga las manos. Jesús lo llevó a parte, metió los dedos en los oídos, le tocó la lengua con saliva y le dijo “Effatha”, ábrete.

Este hombre es reflejo de muchas personas de nuestra sociedad ya que las heridas más graves de mucha gente tienen que ver con las relaciones con los demás y con el mundo. Muchas personas están endurecidas, atrofiadas y paralizadas; viven encerradas en sí mismas y solas entre la gente; son como llaneros solitarios que vagan perdidos en medio de la masa humana; personas aisladas y con miedo al otro que les hace refugiarse en sí mismas y expuestas a no encontrar un sentido a su vida.

Así como Jesús tocó los sentidos del sordo tartamudo y llegó a abrir el corazón y transformarlo en otra persona, también ahora el Señor sigue realizando el cambio de los corazones mediante la escucha de la Palabra y la acción de los Sacramentos; este cambio produce otra actitud ante las cosas,  el mundo y los hombres y entabla una relación verdadera con todos; se produce una verdadera y profunda sanación y liberación que hace que podamos llegar a tender puentes con los demás,  podamos volver a ver la vida con ojos nuevos y podamos descubrir la bondad del mundo que Dios creó.

Comprendamos cuán importante, eficaz y transformadora  es la presencia de Jesús en la vida de los hombres. Así lo expresó la gente llena de asombro cuando vio la curación del sordo tartamudo: “Todo lo hizo bien”. San Juan Pablo II decía: “No tengáis miedo de acoger a Cristo ni de aceptar su poder. No tengáis miedo. Abrid de par en par las puertas a Cristo… Cristo sabe lo que hay dentro del hombre. Solo Él lo sabe… Con gran frecuencia el hombre no sabe hoy lo que lleva dentro, en el fondo de su ánimo, en su corazón… Permitid a Cristo hablar al hombre. Solo Él tiene palabras de vida, sí, de vida eterna”.