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lunes, 26 de febrero de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 26 DE FEBRERO



LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
26 de febrero



En el Evangelio, Jesús nos quiere enseñar tres cosas:

No hay que poner la confianza en las riquezas, que son causa de muchos vicios y conducen fácilmente a la condenación eterna. Los pobres son"los predilectos de Dios"; la Iglesia los ama con "amor preferencial"; medita sobre ellos y recapacita sobre tu actitud frente a la injusticia. Aprovecha más al hombre la verdadera justicia, fundada en la fe y en la penitencia, que las riquezas y los placeres.

Lo temporal -las riquezas y la pobreza- pasa muy pronto, como pasa el tiempo; lo eterno -la otra vida- permanecerá para siempre; lógico y prudente será asegurar lo eterno con el recto uso de lo temporal.


* P. Alfonso Milagro

PAPA FRANCISCO: EN LOS MOMENTOS BUENOS Y EN LOS FEOS, JESÚS SIEMPRE TE GUÍA


Papa Francisco: En los momentos buenos y en los feos, Jesús siempre te guía
Redacción ACI Prensa
Foto: ACI Prensa





Bajo una intensa lluvia, el Papa Francisco se reunió en la tarde de este domingo 25 de febrero con un grupo de niños y jóvenes de catecismo y del grupo de “Oratorio” de la parroquia romana de San Gelasio I Papa, en el barrio de Ponte Mammolo, a los que animó a dejarse guiar por Jesús, “porque Jesús permanece siempre con nosotros, en los tiempos buenos y en los tiempos malos”.

El Pontífice comenzó así su visita a esta parroquia de la Diócesis de Roma, de la que es Obispos, acompañado por el Arzobispo Vicario Mons. Angelo de Donatis; el Obispo Auxiliar para sector Norte, Mons. Guerino di Tora; el párroco don Giuseppe Raciti; el Vice-párroco don Alfio Carbonaro; y el colaborador parroquial don Miguel Porres Prieto.

A su llegada, el Santo Padre se reunió con los jóvenes en las instalaciones deportivas de la parroquia. Dos niños de catequesis de Primera Comunión y dos jóvenes del grupo del “Oratorio”, que le hicieron algunos regalos.

Uno de ellos le dijo que le esperaban con alegría. Francisco quiso bromear y contestó: “Dicen que me esperaban con alegría. No es verdad, me esperaban con lluvia”.

A continuación, firmó un balón de fútbol que le ofrecieron los jóvenes y les preguntó: “¿Desde qué hora estáis esperando aquí? ¿Desde las 14,00? ¡Pero si son las 16,00! ¡Os habéis empapado! Pues gracias, gracias por la paciencia”.

“Escuchad esto –continuó el Papa–. La vida se parece a esta tarde. Porque en ocasiones hay sol, pero en otras ocasiones hay nubes, hay lluvia y viene el tiempo feo. Sabed que en la vida hay tiempos buenos y tiempos feos. El cristiano debe ir adelante con valentía en los tiempos buenos y en los tiempos feos. A veces hay tempestades en la vida, pero sigue adelante, Jesús te guía. Y a veces hay momentos luminosos, sigue adelante, Jesús te guía”.

El Obispo de Roma animó a los jóvenes a preguntarse: “¿Me dejó llevar de la mano por Jesús? Siempre Jesús está con nosotros, y si yo comento un error en la vida, Jesús no se va, permanece. ¿Pero permanece contento? ¡No! No está contento, pero permanece igualmente con nosotros porque nos quiere bien”.

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 26 FEBRERO 2018


Lecturas de hoy Lunes de la 2ª semana de Cuaresma
 Hoy, lunes, 26 de febrero de 2018




Primera lectura
Lectura de la profecía de Daniel (9,4b-10):

¡AY, mi Señor, Dios grande y terrible, que guarda la alianza y es leal con los que lo aman y cumplen sus mandamientos!
Hemos pecado, hemos cometido crímenes y delitos, nos hemos rebelado apartándonos de tus mandatos y preceptos. No hicimos caso a tus siervos los profetas, que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra.
Tú, mi Señor, tienes razón y a nosotros nos abruma la vergüenza, tal como sucede hoy a los hombres de Judá, a los habitantes de Jerusalén y a todo Israel, a los de cerca y a los de lejos, en todos los países por donde los dispersaste a causa de los delitos que cometieron contra ti.
Señor, nos abruma la vergüenza: a nuestros reyes, príncipes y padres, porque hemos pecado contra ti.
Pero, mi Señor, nuestro Dios, es compasivo y perdona, aunque nos hemos rebelado contra él. No obedecimos la voz del Señor, nuestro Dios, siguiendo las normas que nos daba por medio de sus siervos, los profetas.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 78,8.9.11.13

R/. Señor, no nos trates 
como merecen nuestros pecados

V/. No recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres;
que tu compasión nos alcance pronto,
pues estamos agotados. R/.

V/. Socórrenos, Dios, Salvador nuestro,
por el honor de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados
a causa de tu nombre. R/.

V/. Llegue a tu presencia el gemido del cautivo:
con tu brazo poderoso, salva a los condenados a muerte. R/.

V/. Nosotros, pueblo, ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias siempre,
cantaremos tus alabanzas de generación en generación. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,36-38):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy lunes, 26 de febrero de 2018
Carlos Latorre, Misionero Claretiano



Queridos amigos:

Hemos entrado de lleno en el tiempo de Cuaresma. El mensaje del Santo Padre Francisco nos invita a no desaprovechar estas semanas para fortalecer nuestra vida cristiana dejándonos iluminar y guiar por la Palabra de Dios. No siempre cumplimos al cien por cien lo que nos proponemos  para mejorar  nuestra vida; lo importante es no darse nunca por vencidos.  ¿Quién no tiene deseos de una vida espiritual más auténtica? ¡Ánimo! La gracia del Señor no nos va a faltar.

La lectura del profeta Daniel es una llamada al arrepentimiento por todos los males que aquejan al pueblo desterrado y que resume en estas palabras: “a nosotros nos abruma la vergüenza”. Y en el Salmo repetimos una y otra vez: “Señor, no nos trates  como merecen nuestros pecados”. Confiamos en la infinita bondad divina y no en nuestros méritos.

El evangelio es muy breve, es como un resumen de algunos puntos clave de la vida cristiana. Como solemos ser demasiado propensos a juzgar y condenar a los demás, Jesús nos dice: “no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados”.

Recuerdo todavía lo que un sacerdote le dijo a la persona que se confesaba: 
-Mira, de todos los pecados que confesaste, ¿sabes cuál es el peor?
–Todos, Padre, contestó el penitente. 
Y el confesor le explicó:
-Cuando hablas mal de tu prójimo, lo juzgas y lo condenas: ese sí que es un verdadero pecado mortal.
Por eso Jesús nos dice hoy: “No juzguéis y no seréis juzgados”. 
Dios nos medirá con la misma medida con la que midamos a los demás.

Hay una antigua fábula que dice: 
“El dios Prometeo al modelar a los hombres les colgó dos alforjas, una de defectos ajenos, otra de los defectos propios. La de los ajenos la puso delante, pero la otra la colgó detrás.
Desde entonces les ocurre a los hombres que de lejos ven los defectos ajenos, pero no miran los suyos propios. Esta fábula se refiere al hombre entrometido que, ciego en sus propias cosas, se ocupa de las que no le conciernen”.

En el mensaje para esta Cuaresma el santo Padre nos recomienda el ayuno y dice: “El ayuno debilita nuestra violencia, nos desarma, y constituye una importante ocasión para crecer. Por una parte, nos permite experimentar lo que sienten aquellos que carecen de lo indispensable y conocen el aguijón del hambre; por otra, expresa la condición de nuestro espíritu, hambriento de bondad y sediento de la vida de Dios. El ayuno nos despierta, nos hace estar más atentos a Dios y al prójimo, inflama nuestra voluntad de obedecer a Dios, que es el único que sacia hambre de  nuestro corazón”. El Papa se está refiriendo en primer lugar al control de la comida y la bebida. Pero con toda razón podemos aplicar el mensaje del Papa  al “ayuno de palabras y juicios temerarios que juzgan y condenan a nuestros prójimos”, y que tal vez nos cuesta más practicar.

Vuestro hermano en la fe
Carlos Latorre
Misionero Claretiano
carloslatorre@claretianos.es