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miércoles, 28 de febrero de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 28 DE FEBRERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
28 de Febrero




Jesús ha sufrido muchos fracasos en su misión profética; humanamente hablando, Jesús fracasó entre los suyos.

También tú, como apóstol del Señor fracasarás en algunas ocasiones y quizá el fracaso sea en alguna ocasión condición indispensable para el éxito de tu misión; de todas formas, el ejemplo de Jesús nos ha de enseñar a saber fracasar y a no desanimarnos por el fracaso.

No temas al fracaso del apostolado, que en no pocas ocasiones es el abono para que la semilla germine; pero sí ten miedo al fracaso del apóstol, cuando éste no ha cumplido debidamente su misión.

* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 28 FEBRERO 2018


Lecturas de hoy Miércoles de la 2ª semana de Cuaresma
 Hoy, miércoles, 28 de febrero de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías (18,18-20):

ELLOS dijeron:
«Venga, tramemos un plan contra Jeremías porque no faltará la ley del sacerdote, ni el consejo del sabio, ni el oráculo del profeta. Venga, vamos a hablar mal de él y no hagamos caso de sus oráculos».
Hazme caso, Señor,
escucha lo que dicen mis oponentes.
¿Se paga el bien con el mal?,
¡pues me han cavado una fosa!
Recuerda que estuve ante ti,
pidiendo clemencia por ellos,
para apartar tu cólera.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 30,5-6.14.15-16

R/. Sálvame, Señor, por tu misericordia

V/. Sácame de la red que me han tendido,
porque tú eres mi amparo.
A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás. R/.

V/. Oigo el cuchicheo de la gente,
y todo me da miedo;
se conjuran contra mí
y traman quitarme la vida. R/.

V/. Pero yo confío en ti, Señor;
te digo: «Tú eres mi Dios».
En tu mano están mis azares:
líbrame de los enemigos que me persiguen. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (20,17-28):

EN aquel tiempo, subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo por el camino:
«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará».
Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos y se postró para hacerle una petición.
Él le preguntó:
«¿Qué deseas?».
Ella contestó:
«Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».
Pero Jesús replicó:
«No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber?».
Contestaron:
«Podemos».
Él les dijo:
«Mi cáliz lo beberéis; pero sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra los dos hermanos. Y llamándolos, Jesús les dijo:
«Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo.
Igual que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 28 de febrero de 2018
Carlos Latorre, Misionero Claretiano
Queridos amigos:

Había una reunión de familia con muchos invitados a la mesa. Como podéis imaginar trabajo no faltaba. Fue una oportunidad inesperada para conocer las maneras y forma de ser de los comensales, pues mientras unos apenas se movían de sus sillas otros apenas se sentaban, porque había mucho que preparar y servir. ¡Y eso que todos eran parientes!

Algo parecido nos cuenta el evangelio que sucedió entre los apóstoles. Jesús anunció la pasión y las humillaciones que tendría que sufrir, pero algunos discípulos no escuchaban. Estaban pensando en los puestos que conseguirían, en el poder que el Señor les daría en ese reino de felicidad que se acercaba. Creían que Jesús iba a tener un reinado glorioso en la tierra, y les interesaba asegurarse el puesto más destacado. Jesús rechaza esos deseos mundanos y pide a sus discípulos que no caigan en esa trampa. En la nueva comunidad que Él inicia en esta tierra la autoridad es servicio, no gloria.

¿Qué pasa hoy día en algunas comunidades cristianas? ¿No se convierten tal vez en escenario de ambiciones y rivalidad, buscando cómo sobresalir y conseguir ventajas?

La enseñanza de la Palabra de Dios es fuerte. Y nos puede molestar esta insistencia en el servicio. Pero esa es la verdadera palabra de Jesús; no lo que a nosotros nos gustaría. Es decir que lo importante en el reinado de Dios no es tener un puesto de honor, sino seguirle a Él, Jesús, en su camino de entrega y servicio a los más necesitados, a los “descartados”, como dice el Papa Francisco.

Os invito a meditar el “TESTIMONIO DE MASSIMILIANO”.

Sucedió en Roma el 19 de agosto del 2000 con ocasión de la XV Jornada Mundial de la Juventud ante dos millones de jóvenes reunidos en la Vigilia de oración en Tor Vergata con el Papa S. Juan Pablo II.

Massimiliano, nacido en Roma, explicó en su testimonio que había nacido en una sociedad «donde todo se puede comprar» y «en la que tengo de todo». “Tengo una familia unida, en casa no me falta de nada, tengo estudios en la Universidad, tengo asegurado mi puesto de trabajo. No he conocido la guerra ni las deportaciones ni el control de la libertad como muchos de los jóvenes que aquí están... Me considero un joven privilegiado. Pero un día leyendo el Evangelio de Jesús encontré estas palabras que me impresionaron muchísimo –las que Jesús dijo al joven rico- : “Una cosa te falta...”

Era cierto ME FALTABA EL AMOR A LOS POBRES... Y en ese momento he sentido el llamamiento a dar lo que tenía a los pobres y a seguir a Cristo. “Procuro hacerme amigo de ellos: ellos ya conocen mi nombre y yo conozco el nombre de algunos de ellos.  Y todo esto no lo hago yo sólo, pues estoy con un grupo de amigos que tienen los mismos  ideales que yo”.

Este es el camino de Jesús que este joven intenta seguir no para llamar la atención o recibir algún premio, sino por hacer realidad lo que Jesús nos enseñó a todos sus amigos.

Vuestro hermano en la fe
Carlos Latorre
Misionero Claretiano
carloslatorre@claretianos.es

ORACIONES PARA EL PRIMER VIERNES DE MARZO 2018, SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


PRIMER VIERNES DEL MES DE MARZO
DEDICADO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS 


Breve consideración.- Jesús a su confidente Margarita María de Alacoque:

"Tengo una sed abrasadora de ser honrado en el Santísimo Sacramento del Altar ¡ay!, y casi no encuentro quien, cediendo a mis deseos, mitigue esa sed con una correspondencia generosa a mi Corazón. Sírveme tú de asilo..., recíbeme en la Sagrada Comunión y, entronizando en tu alma, adórame, ofreciéndote al Padre, para obtener piedad por los pobres pecadores. No olvides que una alma santa, y que me pertenezca de veras, puede obtener el perdón de mil y más criminales."


ORACIÓN:

¡Oh Corazón abrasado de amor! ¡Oh santuario de la divinidad, templo de la majestad soberana, altar de la caridad divina, Corazón que ardes en llamas de amor por Dios y por mi! Yo te adoro, y desfallezco de amor en tu presencia. Yo me uno a tus santas intenciones, yo quiero, sí, yo quiero abrazarme en tus ardores y vivir de tu vida. ¡Cuánto huelgo de verte feliz en tus triunfos y en tu gloria! ¡Cuán de veras querría yo padecer y morir antes que desagradarte! ¡Oh corazón mío, si obras, sea tan sólo por los impulsos del Corazón de Jesús; muere, en silencio, delante de Él a todo lo que es natural o humano! ¡Oh Corazón divino!, a Ti me adhiero, en Ti me pierdo, y sólo de Ti quiero vivir. Así, toda mi ocupación será, Señor, enmudecer y adorar anonadado delante de Ti, como una lámpara encendida que se consume delante del Sagrario. ¡Amar, padecir y morir por tu Sagrado Corazón!

(De Santa Margarita María de Alacoque)



TERCERA PROMESA:

"Los consolaré en todas sus aflicciones"


(Agradezcamos esta promesa y pidamos que Jesús la cumpla con nosotros en nuestros  continuos pesares, recitando las:

 LETANÍAS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros
Jesucristo óyenos.
Jesucristo, escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.

Trinidad Santa, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.

(A todas las invocaciones que siguen se responde: “Ten misericordia de nosotros”)


Corazón de Jesús, Hijo del Padre Eterno,
Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo,
Corazón de Jesús, al Verbo de Dios substancialmente unido,
Corazón de Jesús, de majestad infinita,
Corazón de Jesús, Templo santo de Dios,
Corazón de Jesús, Tabernáculo del Altísimo,
Corazón de Jesús, Casa de Dios y puerta del cielo,
Corazón de Jesús, Horno ardiente de caridad,
Corazón de Jesús, Santuario de justicia y de amor,
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor,
Corazón de Jesús, Abismo de todas las virtudes,
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza,
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones,
Corazón de Jesús, en que están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia,
Corazón de Jesús, en que mora toda la plenitud de la divinidad,
Corazón de Jesús, en que el Padre se agradó,
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos nosotros hemos recibido,
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados,
Corazón de Jesús, paciente y muy misericordioso,
Corazón de Jesús, liberal con todos los que te invocan,
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad,
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, colmado de oprobios,
Corazón de Jesús, desgarrado por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte,
Corazón de Jesús, con lanza traspasado,
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo,
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra,
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra,
Corazón de Jesús, víctima por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan,
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren,
Corazón de Jesús, delicias de todos los Santos,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros.
V.- Jesús manso y humilde de corazón.
R.- Haz nuestro corazón conforme al tuyo.

Oremos: Oh Dios todopoderoso y eterno: mira el Corazón de tu amantísimo Hijo y las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores te tributa; y concede aplacado el perdón a éstos que piden tu misericordia en el nombre de tu mismo Hijo Jesucristo. Quien contigo vive y reina en los siglos de los siglos. Amén.


Un Padrenuestro y Avemaría por los agonizantes y pecadores.




Una palabra de Margarita María a sus hermanos asociados: "Si quieres dar un gusto inmenso al Corazón de Jesús, ofrécele, sacrifícale por entero los vuestros un primer viernes, después de comulgar, y prométle en ese instante solemne dos cosas: pertenecerle de veras, amándole sobre todas las cosas, y extender la gloria y el amor de su Sagrado Corazón"

Un Padre Nuestro y Avemaría por los agonizantes y pecadores.



ACTO DE CONSAGRACIÓN
SE SOR MARÍA DEL DIVINO CORAZÓN

Amabilísimo Jesús, yo me consagro de nuevo y sin reserva a tu Divino Corazón. Te consagro mi cuerpo con todos sus sentidos, mi alma con todas sus potencias y mi ser todo entero. Te consagro mis pensamientos, palabras, obras, todos mis sufrimientos y trabajos, todas mis esperanzas, consuelos y alegrías. Especialmente te consagro mi pobre corazón para que no ame sino a Ti y se consuma como víctima en las llamas de tu amor. Acepta, !oh Corazón divino!, el deseo que tengo de consolarte y de pertenecerte para simpre. Toma de tal manera posesión de mí, que yo no tenga otra libertad que la de amarte, ni otra vida que sufrir y morir por Ti. Pongo en Ti toda mi confianza, una confianza sin límites, y espero de tu misericordia infinita perdón de todos mis pecados. Deposito en tus manos todos mis intereses, principalmente el de mi salvación eterna.

Prometo amarte y honrarte hasta el último momento de mi vida, y ayudado de tu divina gracia, prometo propagar con celo ardiente el culto de tu Sacratísimo Corazón. !Oh divino Corazón de Jesús!, dispón de mí como te agrade, no quiero más recompensa que tu mayor gloria y tu santo amor. Concédeme la gracia de hacer mi morada en tu Sacratísimo Corazón; allí es donde quiero pasar los días de mi vida y exhalar mi último suspiro.

Haz también de mi  corazón tu morada y el lugar de tu reposo, para quedarnos así íntimamente unidos, hasta que un día pueda yo alabarte, amarte y poseerte por toda la eternidad y cantar para siempre las misericordias de tu dulcísimo Corazón. Amén


Corazón Divino de Jesús, ten misericordia de nosotros (Tres veces)

Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros.

San José, Ruega por nosotros.

Santa Margarita María de Alacoque, ruega por nosotros.