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viernes, 9 de marzo de 2018

VIVIR LA CUARESMA CON LA VIRGEN MARÍA

Vivir la Cuaresma con la Virgen María
Caminemos en compañía de María la senda que nos conduce a Jesús


Por: n/a | Fuente: Mercaba.org // Multimedios.org 




De la misma manera que el antiguo pueblo de Israel marchó durante cuarenta años por el desierto para poder ingresar a la Tierra Prometida, la Iglesia, Nuevo Pueblo de Dios, se prepara para vivir y celebrar la Pascua del Señor. A lo largo de cuarenta días nos vamos disponiendo para acoger cada vez más profundamente en nuestras vidas el misterio central de nuestra fe. A este tiempo especial de preparación para la Pascua lo llamamos "Cuaresma".

En efecto, la Cuaresma no es un viejo residuo de anticuadas prácticas ascéticas. Tampoco es un tiempo depresivo y triste. Se trata de un momento especial de purificación, para poder participar con mayor plenitud del misterio pascual del Señor (cf. Rm 8,17).


Tiempo de conversión

La Cuaresma es un tiempo privilegiado para intensificar el camino de la propia conversión. Este camino supone cooperar con la gracia para dar muerte al hombre viejo que actúa en nosotros. Se trata de romper con el pecado que habita en nuestros corazones, alejarnos de todo aquello que nos aparta del Plan de Dios y, por consiguiente, de nuestra felicidad y realización personal.

En efecto, la vida cristiana no es otra cosa que hacer eco en la propia existencia de aquel dinamismo bautismal, que nos selló para siempre: morir al pecado para nacer a una vida nueva en Jesús, el Hijo de María (cf. Jn 12,24). Esa es la opción del cristiano: la opción radical, coherente y comprometida, desde la propia libertad, que nos conduce al encuentro con Aquel que es Camino, Verdad y Vida (cf. Jn 14,6), encuentro que nos hace auténticamente libres y nos manifiesta la plenitud de nuestra humanidad.

Todo esto supone una verdadera renovación interior, un despojarse del hombre viejo para revestirse del Señor Jesús. En palabras de Pablo VI: "Solamente podemos llegar al reino de Cristo a través de la metanoia, es decir, de aquel íntimo cambio de todo el hombre –de su manera de pensar, juzgar y actuar– impulsados por la santidad y el amor de Dios, tal como se nos ha manifestado a nosotros este amor en Cristo y se nos ha dado plenamente en la etapa final de la historia".

Esta es la gran aventura de ser cristiano, a la cual todo hijo de María está invitado. Camino que no está libre de dificultades y tropiezos, pero que vale la pena emprender, pues sólo así el ser humano da respuesta a sus anhelos más profundos, y encuentra su propia felicidad.


Viviendo la Cuaresma

Durante este tiempo especial de purificación, contamos con una serie de medios concretos que la Iglesia nos propone y que nos ayudan a vivir la dinámica cuaresmal. Ante todo, está la vida de oración, condición indispensable para el encuentro con Dios. En la oración, el creyente ingresa en el diálogo íntimo con el Señor, deja que la gracia divina penetre su corazón y, a semejanza de Santa María, se abre a la acción del Espíritu cooperando a ella con su respuesta libre y generosa (cf. Lc 1,38).

Asimismo, también debemos intensificar la escucha y meditación atenta a la Palabra de Dios, la asistencia frecuente al sacramento de la Reconciliación y la Eucaristía, lo mismo que la práctica del ayuno, según las posibilidades de cada uno (cf. SC,110).

La mortificación y la renuncia en las circunstancias ordinarias de nuestra vida, también constituyen un medio concreto para vivir el espíritu de Cuaresma. No se trata tanto de crear ocasiones extraordinarias, sino más bien, de saber ofrecer aquellas circunstancias cotidianas que nos son molestas, de aceptar con humildad, gozo y alegría, los distintos contratiempos que se nos presentan a diario. De la misma manera, el renunciar a ciertas cosas legítimas nos ayuda a vivir el desapego y desprendimiento.

De entre las distintas prácticas cuaresmales que nos propone la Iglesia, la vivencia de la caridad ocupa un lugar especial. Así nos lo recuerda San León Magno: "Estos días cuaresmales nos invitan de manera apremiante al ejercicio de la caridad; si deseamos llegar a la Pascua santificados en nuestro ser, debemos poner un interés especialísimo en la adquisición de esta virtud, que contiene en sí a las demás y cubre multitud de pecados".

Esta vivencia de la caridad debemos vivirla de manera especial con aquel a quien tenemos más cerca, en el ambiente concreto en el que nos movemos. De esta manera, vamos construyendo en el otro "el bien más precioso y efectivo, que es el de la coherencia con la propia vocación cristiana" (Juan Pablo II).


María modelo y compañera

En este camino que nos prepara para acoger el misterio pascual del Señor, no puede estar ausente la Madre. María está presente durante la Cuaresma, pero lo está de manera silenciosa, oculta, sin hacerse notar, como premisa y modelo de la actitud que debemos asumir.

Durante este tiempo de Cuaresma, es el mismo Señor Jesús quien nos señala a su Madre. Él nos la propone como modelo perfecto de acogida a la Palabra de Dios. María es verdaderamente dichosa porque escucha la Palabra de Dios y la cumple (cf. Lc 11,28).

Caminemos en compañía de María la senda que nos conduce a Jesús. Ella, la primera cristiana, ciertamente es guía segura en nuestro peregrinar hacia la configuración plena con su Hijo.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 9 DE MARZO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
9 de marzo


Los discípulos del Señor en su seguimiento no pueden vivir de manera distinta que su Maestro; y él nos redimió con dolor y quiso asociar al suyo nuestro propio dolor. Así quiso el Padre que colaboráramos con Cristo Redentor.

Pero quizá no caemos en la cuenta de que es eso precisamente lo que en el nivel teológico da sentido a nuestro dolor: el hecho de que Cristo quiera asociar al suyo nuestro dolor, a fin de que también nosotros contribuyamos, primeramente, a nuestra propia redención y, en segundo lugar, a la redención de los demás.


* P. Alfonso Milagro

PAPA FRANCISCO EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER


Este fue el homenaje del Papa Francisco en el Día Internacional de la Mujer
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media




El Papa Francisco ha querido rendir un pequeño homenaje a las mujeres en su Día Internacional a través de su cuenta en la red social Twitter y cuyos mensajes se difunden en nueve idiomas.

“¡Muchas gracias a todas las mujeres que cada día tratan de construir una sociedad más humana y acogedora!”, dijo el Pontífice a través de @Pontifex_es.

En varias ocasiones el Papa ha hablado sobre la dignidad de la mujer. Por ejemplo, en una de sus homilías en la Casa de Santa Marta, afirmó que “el hombre no trae la armonía, la trae ella. Es ella la que trae la armonía, que nos enseña a valorar, a amar con ternura, y que hace que el mundo sea una cosa hermosa”.

El Papa también dijo que la mujer no está “para lavar platos. No: la mujer está para aportar armonía. Sin mujer no hay armonía”.

En otra ocasión, durante una Audiencia General de los miércoles, en enero de 2017, afirmó con rotundidad que “las mujeres son más valientes que los hombres”.

EL EVANGELIO DE HOY 9 DE MARZO 2018

Lecturas de hoy Viernes de la 3ª semana de Cuaresma
Hoy, viernes, 9 de marzo de 2018



Primera lectura
Lectura de la profecía de Oseas (14,2-10):

ESTO dice el Señor:
«Vuelve, Israel, al Señor tu Dios,
porque tropezaste por tu falta.
Tomad vuestras promesas con vosotros,
y volved al Señor.
Decidle: “Tú quitas toda falta,
acepta el pacto.
Pagaremos con nuestra confesión:
Asiria no nos salvará,
no volveremos a montar a caballo,
y no llamaremos ya ‘nuestro Dios’
a la obra de nuestras manos.
En ti el huérfano encuentra compasión”.
“Curaré su deslealtad,
los amaré generosamente,
porque mi ira se apartó de ellos.
Seré para Israel como el rocío,
florecerá como el lirio,
echará sus raíces como los cedros del Líbano.
Brotarán sus retoños
y será su esplendor como el olivo,
y su perfume como el del Líbano.
Regresarán los que habitaban a su sombra,
revivirán como el trigo,
florecerán como la viña,
será su renombre como el del vino del Líbano.
Efraín, ¿qué tengo que ver con los ídolos?
Yo soy quien le responde y lo vigila.
Yo soy como un abeto siempre verde,
de mí procede tu fruto”.
¿Quién será sabio, para comprender estas cosas,
inteligente, para conocerlas?
Porque los caminos del Señor son rectos:
los justos los transitan,
pero los traidores tropiezan en ellos».

Palabra de Dios

Salmo
Sal 80,6c-8a.8bc-9.10-11ab.14.17

R/. Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz

V/. Oigo un lenguaje desconocido:
«Retiré sus hombros de la carga,
y sus manos dejaron la espuerta.
Clamaste en la aflicción, y te libré. R/.

V/. Te respondí oculto entre los truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;
¡ojalá me escuchases, Israel! R/.

V/. No tendrás un dios extraño,
no adorarás un dios extranjero;
yo soy el Señor, Dios tuyo,
que te saqué del país de Egipto. R/.

V/. ¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!
Los alimentaría con flor de harina,
los saciaría con miel silvestre». R/.

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (12,28b-34):

EN aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
«¿Qué mandamiento es el primero de todos?».
Respondió Jesús:
«El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos».
El escriba replicó:
«Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
«No estás lejos del reino de Dios».
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Palabra del Señor


Comentario al Evangelio de hoy viernes, 9 de marzo de 2018
Jaime Aceña, cmf


Queridos hermanos:

Los saduceos no aceptan la enseñanza de Jesús sobre la resurrección de los muertos; sencillamente, no creen. Pero hay uno entre ellos que busca sinceramente la Verdad; asfixiado por las minucias legales le hace a Jesús loa pregunta: "¿cuál es el mandamiento más importante?" Jesús une el amor a Dios y el amor al prójimo; sólo el amor a Dios hace posible el amor al prójimo y sólo en este puede manifestarse aquel.

"Escucha oh Israel, el Señor, nuestro Dios es el único Señor. Amarás al Señor con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas; el segundo es este: amarás a tu prójimo como a ti mismo".

CARTA A DIOS PIDIENDO AMOR:

Padre Dios: quiero expresarte que experiencia tengo de Ti en la verdad profunda de mí mismo. Experimento que eres Amor de Padre, manantial de misericordia que no deja de manar aunque yo vaya a beber a otras fuentes; me amas por pura Gracia. Estás más íntimo a mí que yo mismo (S. Agustín).

Tengo altibajos en mi relación contigo; los quehaceres, las prisas, me hacen perder el sosiego que necesito para reconocer tu presencia, tu cercanía. En esos días hablo contigo deprisa, no te dejo hablar, no te escucho. Cuando tomo conciencia de esta situación te busco y experimento que Tú me has encontrado antes. Con sola tu presencia me sanas y pacificas; me has esperado siempre.

Si yo creyera que estás entrañado en mi historia, nadie me esclavizaría; quedarían sosegadamente integrados mi presente-mi pasado-mi futuro; experimentaría que estoy más seguro en tus manos. Tu voluntad de Padre sería el referente continuo de mi libertad. No quiero vivir mi relación contigo a borbotones, a impulsos.

Cuando estoy en tu presencia me surge la plegaria: te pido que no olvide que siempre me acompañas en todos los caminos. Ten paciencia conmigo; aumentará mi gratitud hacia Ti; mi disponibilidad-dócil será mayor con la experiencia de tu ternura diaria. Voy a dejarte ser Dios en mi vida y no quiero pedirte aclaraciones ni discutir tus métodos. Aceptaré tus silencios y me sorprenderé con tus detalles. Quiero vivir arraigado en Ti, formando parte de tu familia trinitaria y de la comunidad eclesial con mis hermanos, tus hijos...

Me amas por le soy, no por lo que hago, Sé que un día será el último; me hubiera gustado haberte amado más, pero sé que por fin te veré y colmarás con este encuentro mi sed de Ti, mi anhelo de ser feliz. Mi destino es tu Casa. Gracias . Contemplo la cumbre espiritual de Carlos de Foucauld: "Padre, me pongo en tus manos, haz de mí lo que quieras, te doy las gracias"...

Fraternalmente:

Jaime Aceña Cuadrado cmf. 
jacenacu.yahoo.es