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lunes, 19 de marzo de 2018

SAN JOSÉ TAMBIÉN ESTUVO EN EL MILAGRO DEL SOL DE FÁTIMA Y ESTE ES SU SIGNIFICADO


San José también estuvo en el milagro del sol de Fátima y este es su significado
Redacción ACI Prensa





Sobre las apariciones de la Virgen de Fátima en Portugal muchas personas deben haber oído hablar del “Milagro del Sol” de 1917, pero pocos conocen que San José también estuvo presente en la visión de Sor Lucía.

La Sierva de Dios y vidente de Fátima, Sor Lucía, describió la aparición en sus Memorias: “Desaparecida Nuestra Señora en la inmensa lejanía del firmamento, vimos al lado del sol, a San José con el Niño y a Nuestra Señora vestida de blanco, con un manto azul. San José con el Niño parecían bendecir al mundo, con unos gestos que hacían con la mano en forma de cruz”.

“Esto reitera la importancia del papel de San José dentro de la Iglesia. Dice tanto para nuestro mundo de hoy. Es el gigante silencioso, el amigo olvidado que está constantemente presente”, explicó Mike Wick, director ejecutivo del Institute on Religious Life, apostolado que promueve y apoya el crecimiento, desarrollo y renovación de la vida consagrada.

Además, Wick dijo que la presencia de la Sagrada Familia en la última aparición de Fátima es un “recordatorio oportuno” de que la Iglesia debe ser “la familia de Dios”.

“San José, que es jefe de la Sagrada Familia, nos da una gran instrucción sobre el plan de Dios”, añadió.

En ese sentido, Mons. Joseph Cirrincione, estudioso por más de 40 años de las apariciones de Fátima, detalló en su libro “St. Joseph, Fatima and Fatherhood” (1989) que las apariciones definitivamente son un recordatorio de la importancia de la paternidad.

“La paternidad de San José, como con todos los padres humanos, es el reflejo en una criatura de la paternidad de Dios Padre. La visión de San José y del Niño Jesús bendiciendo al mundo, con María al lado del sol, que no ha dejado su lugar, es la seguridad de Dios de que, aunque el hombre pueda rechazarlo, Dios nunca rechazará al hombre”, enfatizó.

Cuando la pacífica escena familiar es interrumpida por los giros del sol durante el Milagro del Sol, Mons. Cirrincione cree que se trata de “un presagio siniestro de las consecuencias para el mundo, que seguramente se sentirán si la verdadera paternidad de Dios y el tradicional papel fuerte del padre de la familia son rechazados por la humanidad”.

“El Milagro del Sol representa no tanto una amenaza de males venideros, sino un presagio del destronamiento de Dios Padre y una indicación de las terribles consecuencias que seguirán”, resaltó.

Mons. Cirrincione explicó “que la paternidad humana, como reflejo de la paternidad de Dios, fue diseñada para ser el pilar de la familia” y que la “desaparición de la estima por la paternidad ha llevado al colapso de ese pilar y a la desintegración de la familia”.

En el siglo IX, el Papa León XIII consagró el mes de octubre a la Virgen del Rosario –título con el que María se llamaría a sí misma en Fátima–, y en su encíclica Quamquam Pluries (Devoción a San José) de 1889, el Papa pidió “que el pueblo cristiano invoque continuamente, con gran piedad y confianza, junto con la Madre de Dios, a su casto esposo San José”.

Debido a que era “de gran importancia la devoción a San José” este Papa escribió y ofreció una oración al Santo Custodio para que fuera recitada después del Rosario durante el mes de octubre.

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 19 MARZO 2018 - SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ


Lecturas de hoy San José
Hoy, lunes, 19 de marzo de 2018



Primera lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (7,4-5a.12-14a.16):

En aquellos días, recibió Natán la siguiente palabra del Señor:
- «Ve y dile a mi siervo David: "Esto dice el Señor: Cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. El cons¬truirá una casa para mi nombre, y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre." ».

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 88,2-3.4-5.27.29

R/. Su linaje será perpetuo

Cantaré eternamente las misericordias del Señor, 
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno, 
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» R.

Sellé una alianza con mi elegido, 
jurando a David, mi siervo:
«Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades.» R.

El me invocará: «Tú eres mi padre, mi Dios, 
mi Roca salvadora.»
Le mantendré eternamente mi favor, 
y mi alianza con él será estable. R.

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Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
 (4,13.16-18):

Hermanos:
No fue la observancia de la Ley, sino la justificación obtenida por la fe, la que obtuvo para Abrahán y su
descendencia la promesa de heredar el mundo.
Por eso, como todo depende de la fe, todo es gracia; así, la promesa está asegurada para toda la descendencia, no solamente para la descendencia legal, sino también para la que nace de la fe de Abrahán, que es padre de todos nosotros. Así, dice la Escritura: «Te hago padre de muchos pueblos.»
Al encontrarse con el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia lo que, no existe, Abrahán
creyó.
Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza, que llegaría a ser padre de muchas naciones, según lo que se le había dicho: «Así será tu descendencia.»

Palabra de Dios

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Lectura del santo evangelio según san Mateo (1,16.18-21.24a):

Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
- «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy lunes, 19 de marzo de 2018
Jaime Aceña Cuadrado, cmf



Queridos hermanos:

El Martirologio Romano hace este elogio: "Solemnidad de S. José, esposo de la Bienaventurada Virgen María, varón justo, nacido de la estirpe de David, que hizo las veces de padre para con elHijo de Dios, Cristo Jesús, el cual quiso ser llamado hijo de José y le estuvo sujeto como un hijo a su padre. La Iglesia lo venera con especial honor como patrón, a quien el Señor constituyó sobre su familia". El patrocinio de S.José es ejemplo de vida entregada a la voluntad Dios para los cristianos de siempre.  Resaltamos: -José es "varón justo": La promesa gratuita de Dios a Abraham llega a realizarse por la fe del patriarca; la fe es la respuesta del "justo" a Dios. La promesa hecha a Abraham se cumple en la persona de José descendiente del patriarca (2ª lectura); del mismo modo que Abrahám creyó a las palabras de Yavéh, José creyó en las palabras del ángel que le anunciaban el misterio realizado en la concepción virginal del Hijo de su esposa María (Evangelio).

-La llamada de Dios a José le pilló por sorpresa; su plan de casarse con María queda hecho añicos cuando su "novia" queda embarazada antes de vivir juntos. José sufre un terremoto interior: está enamorado, es buen judío y debe denunciar a María para cumplir la ley...decide repudiarla en secreto. Pero "el ángel del Señor le dijo: José, hijo de David, no tengas reparo en recibir a María, tu mujer, porque la criatura que hay en Ella viene del Espíritu Santo". ¡Qué diálogo de enamorados creyentes mantuvieron José y María para seguir juntos!; la fe no les allanó el camino pero les dio fuerza para obedecer a Dios y amarnos a todos nosotros.

-Contemplemos a José en su itinerario vocacional, volcado en acoger y proteger el Misterio del Hijo nacido de María y la maternidad de su esposa: José otorga al hijo de María su linaje, le hace descendiente de David; atiende a María en el parto del niño en circunstancias de extrema pobreza; le pone por nombre Jesús; huye a Egipto para salvarle del tirano Herodes; a la muerte del tirano regresa y se establece en Nazaret; trabaja para atender al sustento de su familia; cuando Jesús tiene 12 años le pierden en Jerusalem y acompañando a María le encuentra discutiendo con los doctores del Templo, después de tres días de búsqueda angustiosa. Y luego, cumplidas las etapas de su vocación, que incluye aceptar la libertad de Jesús para cumplir su Misión,  desaparece del Evangelio.

-Bebamos en sus fuentes para recorrer nuestra vocación: "Y pues que el mundo entero te mira y se pregunta, dí tú cómo se junta ser santo y carpintero, la gloria y el madero, la gracia y el afán, tener propicio a Dios y escaso el pan". (Himno de Vísperas). Y una oración por nuestros Seminarios Diocesanos: que nuestros seminaristas encuentren en S. José el modelo para acoger, vivir, celebrar y  anunciar el Misterio de Jesús-Salvador. Que la familia de Nazaret sea la escuela de su formación para servir.

Fraternalmente:

Jaime Aceña Cuadrado, cmf    
(jacenacu@yahoo.es).

SAN JOSÉ, 19 DE MARZO, SOLEMNIDAD


SAN JOSÉ
ESPOSO DE MARÍA y PADRE VIRGINAL DE JESUS
FIESTA: 19 de marzo



Modelo de padre y esposo, patrón de la Iglesia universal, de los trabajadores, de infinidad de comunidades religiosas y de la buena muerte.







A San José Dios le encomendó la inmensa responsabilidad y privilegio de ser esposo de la Virgen María y custodio de la Sagrada Familia. Es por eso el santo que más cerca esta de Jesús y de la Stma. Virgen María.

Nuestro Señor fue llamado "hijo de José" (Juan 1:45; 6:42; Lucas 4:22) el carpintero (Mateo 12:55).

No era padre natural de Jesús (quién fue engendrado en el vientre virginal de la Stma. Virgen María por obra del Espíritu Santo y es Hijo de Dios), pero José lo adoptó y Jesús se sometió a el como un buen hijo ante su padre. ¡Cuánto influenció José en el desarrollo humano del niño Jesús! ¡Qué perfecta unión existió en su ejemplar matrimonio con María!

San José es llamado el "Santo del silencio" No conocemos palabras expresadas por él, tan solo conocemos sus obras, sus actos de fe, amor y de protección como padre responsable del bienestar de su amadísima esposa y de su excepcional Hijo. José fue "santo" desde antes de los desposorios. Un "escogido" de Dios. Desde el principio recibió la gracia de discernir los mandatos del Señor.

Las principales fuentes de información sobre la vida de San José son los primeros capítulos del evangelio de Mateo y de Lucas. Son al mismo tiempo las únicas fuentes seguras por ser parte de la Revelación. 

San Mateo (1:16) llama a San José el hijo de Jacob; según San Lucas (3:23), su padre era Heli.  Probablemente nació en Belén, la ciudad de David del que era descendiente. Pero al comienzo de la historia de los Evangelios (poco antes de la Anunciación), San José vivía en Nazaret.

Según San Mateo 13:55 y Marcos 6:3, San José era un "tekton". La palabra significa en particular que era carpintero. San Justino lo confirma (Dial. cum Tryph., lxxxviii, en P. G., VI, 688), y la tradición ha aceptado esta interpretación.

Si el matrimonio de San José con La Stma. Virgen ocurrió antes o después de la Encarnación aun es discutido por los exegetas. La mayoría de los comentadores, siguiendo a Santo Tomás, opinan que en la Anunciación, la Virgen María estaba solo prometida a José.  Santo Tomás observa que esta interpretación encaja mejor con los datos bíblicos.

Los hombres por lo general se casaban muy jóvenes y San José tendría quizás de 18 a 20 años de edad cuando se desposó con María. Era un joven justo, casto, honesto, humilde carpintero...ejemplo para todos nosotros.

La literatura apócrifa, (especialmente el "Evangelio de Santiago", el "Pseudo Mateo" y el "Evangelio de la Natividad de la Virgen María", "La Historia de San José el Carpintero", y la "Vida de la Virgen y la Muerte de San José) provee muchos detalles pero estos libros no están dentro del canon de las Sagradas Escrituras y no son confiables.

Amor virginal

Algunos libros apócrifos cuentan que San José era un viudo de noventa años de edad cuando se casó con la Stma. Virgen María quien tendría entre 12 a 14 años. Estas historias no tienen validez y San Jerónimo las llama "sueños". Sin embargo han dado pie a muchas representaciones artísticas. La razón de pretender un San José tan mayor quizás responde a la dificultad de una relación virginal entre dos jóvenes esposos. Esta dificultad responde a la naturaleza caída, pero se vence con la gracia de Dios. Ambos recibieron extraordinarias gracias a las que siempre supieron corresponder. En la relación esposal de San José y la Virgen María tenemos un ejemplo para todo matrimonio.  Nos enseña que el fundamento de la unión conyugal está en la comunión de corazones en el amor divino. Para los esposos, la unión de cuerpos debe ser una expresión de ese amor y por ende un don de Dios.  San José y María Santísima, sin embargo, permanecieron vírgenes por razón de su privilegiada misión en relación a Jesús.  La virginidad, como donación total a Dios, nunca es una carencia; abre las puertas para comunicar el amor divino en la forma mas pura y sublime. Dios habitaba siempre en aquellos corazones puros y ellos compartían entre sí los frutos del amor que recibían de Dios.

El matrimonio fue auténtico, pero al mismo tiempo, según San Agustín y otros, los esposos tenían la intención de permanecer en el estado virginal. (cf.St. Aug., "De cons. Evang.", II, i in P.L. XXXIV, 1071-72; "Cont. Julian.", V, xii, 45 in P.L.. XLIV, 810; St. Thomas, III:28; III:29:2).

Pronto la fe de San José fue probada con el misterioso embarazo de María. No conociendo el misterio de la Encarnación y no queriendo exponerla al repudio y su posible condena a lapidación, pensaba retirarse cuando el ángel del Señor se le apareció en sueño:

"Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto. Así lo tenía planeado, cuando el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Despertado José del sueño, hizo como el Angel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer." (Mat. 1:19-20, 24). 

Unos meses mas tarde, llegó el momento para S. José y  María de partir hacia Belén para apadrinarse según el decreto de Cesar Augustus. Esto vino en muy difícil momento ya que ella estaba en cinta. (cf. Lucas 2:1-7).

En Belén tuvo que sufrir con La Virgen la carencia de albergue hasta tener que tomar refugio en un establo. Allí nació el hijo de la Virgen. El atendía a los dos como si fuese el verdadero padre. Cual sería su estado de admiración a la llegada de los pastores, los ángeles y mas tarde los magos de Oriente. Referente a la Presentación de Jesús en el Templo, San Lucas nos dice: "Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él".(Lucas 2:33).

Después de la visita de los magos de Oriente, Herodes el tirano, lleno de envidia y obsesionado con su poder, quiso matar al niño. San José escuchó el mensaje de Dios transmitido por un ángel: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle.» Mateo 2:13.  San José obedeció y tomo responsabilidad por la familia que Dios le había confiado.

San José tuvo que vivir unos años con la Virgen y el Niño en el exilio de Egipto.   Esto representaba dificultades muy grandes: la Sagrada familia, siendo extranjera, no hablaba el idioma, no tenían el apoyo de familiares o amigos, serían víctimas de prejuicios, dificultades para encontrar empleo y la consecuente pobreza. San José aceptó todo eso por amor sin exigir nada. 

Una vez mas por medio del ángel del Señor, supo de la muerte de Herodes: "«Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y ponte en camino de la tierra de Israel; pues ya han muerto los que buscaban la vida del niño.»  El se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y entró en tierra de Israel.  Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí; y avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea". Mateo 2:22.

Fue así que la Sagrada Familia regresó a Nazaret. Desde entonces el único evento que conocemos relacionado con San José es la "pérdida" de Jesús al regreso de la anual peregrinación a Jerusalén (cf. Lucas 2, 42-51).  San José y la Virgen lo buscaban por tres angustiosos días hasta encontrarlo en el Templo.  Dios quiso que este santo varón nos diera ejemplo de humildad en la vida escondida de su sagrada familia y su taller de carpintería.

Lo mas probable es que San José haya muerto antes del comienzo de la vida pública de Jesús ya que no estaba presente en las bodas de Canaá ni se habla mas de él. De estar vivo, San José hubiese estado sin duda al pie de la Cruz con María. La entrega que hace Jesús de su Madre a San Juan da también a entender que ya San José estaba muerto.

Según San Epifanius, San José murió en sus 90 años y la Venerable Bede dice que fue enterrado en el Valle de Josafat. Pero estas historias son dudosas. 



La devoción a San José se fundamenta en que este hombre "justo" fue escogido por Dios para ser el esposo de María Santísima y hacer las veces de padre de Jesús en la tierra.  Durante los primeros siglos de la Iglesia la veneración se dirigía principalmente a los mártires. Quizás se veneraba poco a San José para enfatizar la paternidad divina de Jesús. Pero, así todo, los Padres (San Agustín, San Jerónimo y San Juan Crisóstomo, entre otros), ya nos hablan de San José.  Según San Callistus, esta devoción comenzó en el Oriente donde existe desde el siglo IV, relata también que la gran basílica construida en Belén por Santa Elena había un hermoso oratorio dedicado a nuestro santo.

San Pedro Crisólogo: "José fue un hombre perfecto, que posee todo género de virtudes" El nombre de José en hebreo significa "el que va en aumento. "Y así se desarrollaba el carácter de José, crecía "de virtud en virtud" hasta llegar a una excelsa santidad.

En el Occidente, referencias a (Nutritor Domini) San José aparecen  en el siglo IX en martirologios locales y en el 1129 aparece en Bologna la primera iglesia a él dedicada.  Algunos santos del siglo XII comenzaron a popularizar la devoción a San José entre ellos se destacaron San Bernardo, Santo Tomás de Aquino, Santa Gertrudiz y Santa Brígida de Suecia. Según Benito XIV (De Serv. Dei beatif., I, iv, n. 11; xx, n. 17), "La opinión general de los conocedores es que los Padres del Carmelo fueron los primeros en importar del Oriente al Occidente la laudable práctica de ofrecerle pleno culto a San José".

En el siglo XV, merecen particular mención como devotos de San José los santos Vicente Ferrer (m. 1419), Pedro d`Ailli (m. 1420), Bernadino de Siena (m. 1444) y Jehan Gerson (m. 1429).  Finalmente, durante el pontificado de Sixto IV (1471 - 84), San José se introdujo en el calendario Romano en el 19 de Marzo. Desde entonces su devoción ha seguido creciendo en popularidad.  En 1621 Gregorio XV la elevó a fiesta de obligación. Benedicto XIII introdujo a San José en la letanía de los santos en 1726.

San Bernardino de Siena  "... siendo María la dispensadora de las gracias que Dios concede a los hombres, ¿con cuánta profusión no es de creer que enriqueciese de ella a su esposo San José, a quién tanto amaba, y del que era respectivamente amada? " Y así, José crecía en virtud y en amor para su esposa y su Hijo, a quién cargaba en brazos en los principios, luego enseñó su oficio y con quién convivió durante treinta años.

Los franciscanos fueron los primeros en tener la fiesta de los desposorios de La Virgen con San José. Santa Teresa tenía una gran devoción a San José y la afianzó en la reforma carmelita poniéndolo en 1621 como patrono, y en 1689 se les permitió celebrar la fiesta de su Patronato en el tercer domingo de Pascua. Esta fiesta eventualmente se extendió por todo el reino español. La devoción a San José se arraigo entre los obreros durante el siglo XIX.  El crecimiento de popularidad movió a Pío IX, el mismo un gran devoto, a extender a la Iglesia universal la fiesta del Patronato (1847) y en diciembre del 1870 lo declaró Santo Patriarca, patrón de la Iglesia Católica. San Leo XIII y Pío X fueron también devotos de San José. Este últimos aprobó en 1909 una letanía en honor a San José.

Santa Teresa de Jesús   "Tomé por abogado y señor al glorioso San José." Isabel de la Cruz, monja carmelita, comenta sobre Santa Teresa: "era particularmente devota de San José y he oído decir se le apareció muchas veces y andaba a su lado."

"No me acuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que la haya dejado de hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este bienaventurado santo...No he conocido persona que de veras le sea devota que no la vea mas aprovechada en virtud, porque aprovecha en gran manera a las almas que a El se encomiendan...Solo pido por amor de Dios que lo pruebe quien no le creyere y vera por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso patriarca y tenerle devocion..." -Sta. Teresa.

San Alfonso María de Ligorio nos hace reflexionar: "¿Cuánto no es también de creer aumentase la santidad de José el trato familiar que tuvo con Jesucristo en el tiempo que vivieron juntos?" José durante esos treinta años fue el mejor amigo, el compañero de trabajo con quién Jesús conversaba y oraba. José escuchaba las palabras de Vida Eterna de Jesús, observaba su ejemplo de perfecta humildad, de paciencia, y de obediencia, aceptaba siempre la ayuda servicial de Jesús en los quehaceres y responsabilidades diarios. Por todo esto, no podemos dudar que mientras José vivió en la compañía de Jesús, creció tanto en méritos y santificación que aventajó a todos los santos.




Bibliografía: Souvay, Charles L., Saint Joseph, Catholic Encyclopedia,   Encyclopedia Press, Inc. 1913.

SAN JOSÉ, CUSTODIO DE JESÚS Y DE SU CUERPO, LA IGLESIA


San José, custodio de Jesús y de su Cuerpo, la Iglesia
San José custodia y protege el cuerpo místico de Jesucristo, la Iglesia, de la que la Virgen Santa es figura y modelo.


Por: José María Iraburu | Fuente: Infocatolica.com 




San José, custodio amante,
de Jesús y de María,
enséñame a vivir siempre
en tan dulce compañía.

Sé mi maestro y mi guía
en la vida de oración;
dame paciencia, alegría
y humildad de corazón.

No me falte en este día
tu amorosa protección,
ni en mi última agonía
tu piadosa intercesión.

Esta preciosa oración a San José me la dio hace bastantes años en una estampa una religiosa carmelita, que como todas las del Carmelo había heredado de Santa Teresa de Jesús una devoción muy grande al glorioso patriarca San José. Dios le pague el precioso regalo que me hizo. Llevo siempre esa oración en el Breviario, para rezarla todos los días.

* * *

La exhortación apostólicaRedemptoris Custos, de San Juan Pablo II (15-VIII-1989) es uno de los más grandes documentos que el Magisterio apostólica nos ha dado sobre San José. En el día de su solemnidad litúrgica quiero recordarla, tomando de ella aquellos textos en los que, continuando una larga tradición, enseña cómo San José, habiendo sido elegido por Dios para custodiar la vida de Jesús, recibió al mismo tiempo la misión de custodiar la vida del Cuerpo de Jesús, que es la Iglesia.

El texto que sigue recoge, pues, algunos fragmentos de la Redemptoris Custos.

* * *

1. «Llamado a ser el Custodio del Redentor, “José… hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer” (Mt 1,24). Desde los primeros siglos, los Padres de la Iglesia, inspirándose en el Evangelio, han subrayado que San José, al igual que cuidó amorosamente a María y se dedicó con gozoso empeño a la educación de Jesucristo [San Ireneo], también custodia y protege su cuerpo místico, la Iglesia, de la que la Virgen Santa es figura y modelo.

8. «San José ha sido llamado por Dios para servir directamente a la persona y a la misión de Jesús mediante el ejercicio de su paternidad; de este modo él coopera en la plenitud de los tiempos en el gran misterio de la redención y es verdaderamente “ministro de la salvación” [San Juan Crisóstomo]. Su paternidad se ha expresado concretamente “al haber hecho de su vida un servicio, un sacrificio, al misterio de la encarnación y a la misión redentora que está unida a él; al haber hecho uso de la autoridad legal, que le correspondía sobre la Sagrada Familia, para hacerle don total de sí, de su vida y de su trabajo; al haber convertido su vocación humana al amor doméstico con la oblación sobrehumana de sí, de su corazón y de toda capacidad, en el amor puesto al servicio del Mesías, que crece en su casa“ [Pablo VI, 19-III-1966].

«La liturgia, al recordar que han sido confiados “a la fiel custodia de San José los primeros misterios de la salvación de los hombres” [Or. colecta de la Misa], precisa también que “Dios le ha puesto al cuidado de su familia, como siervo fiel y prudente, para que custodiara como padre a su Hijo unigénito” [Prefacio de la Misa]. León XIII subraya la sublimidad de esta misión: “El se impone entre todos por su augusta dignidad, dado que por disposición divina fue custodio y, en la creencia de los hombres, padre del Hijo de Dios. De donde se seguía que el Verbo de Dios se sometiera a José, le obedeciera y le diera aquel honor y aquella reverencia que los hijos deben a su propio padre” [1889,Quamquam pluries].

28. «En tiempos difíciles para la Iglesia, [el Beatto] Pío IX, queriendo ponerla bajo la especial protección del santo patriarca José, lo declaró “Patrono de la Iglesia Católica” [1870, decr. Quemadmodum Deus]. El Pontífice sabía que no se trataba de un gesto peregrino, pues, a causa de la excelsa dignidad concedida por Dios a este su siervo fiel, “la Iglesia, después de la Virgen Santa, su esposa, tuvo siempre en gran honor y colmó de alabanzas al bienaventurado José, y a él recurrió sin cesar en las angustias”.

«¿Cuáles son los motivos para tal confianza? […] José, en su momento, fue el custodio legítimo y natural, cabeza y defensor de la Sagrada Familia (…). Es, por tanto,conveniente y sumamente digno del bienaventurado José que, lo mismo que entonces tuteló santamente en todo momento a la familia de Nazaret, así proteja ahora y defienda con su celeste patrocinio a la Iglesia de Cristo” [León XIII,Quamquam pluries].

31. […] «También hoy tenemos muchos motivos para orar [a San José] con las mismas palabras de León XIII: “Aleja de nosotros, oh padre amantísimo, este flagelo de errores y vicios… Asístenos propicio desde el cielo en esta lucha contra el poder de las tinieblas …; y como en otro tiempo libraste de la muerte la vida amenazada del niño Jesús, así ahora defiende a la santa Iglesia de Dios de las hostiles insidias y de toda adversidad” [Quamquam pluries, in fine]. También hoy existen suficientes motivos para encomendar a todos los hombres a San José.

32. «Que San José obtenga para la Iglesia y para el mundo, así como para cada uno de nosotros, la bendición del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo».

Amén, amén, amén.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 19 MARZO - SAN JOSÉ


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
Fiesta de San José
19 marzo



La justicia de José consiste, sin duda, en que no quiere encubrir con su nombre a un niño cuya filiación ignora, pero también en que, convencido de la virtud de María, se niega a entregar al riguroso procedimiento de la ley este misterio que no comprende.

Como en la vida de San José, también a veces se nos presentan situaciones difíciles y oscuras; dentro de los planes de Dios se hallan con frecuencia las pruebas y las tribulaciones, que sirven para purificarnos y acercarnos más a Dios.

De ahí que a esas pruebas y tribulaciones las debamos recibir como venidas de las manos de Dios y , en consecuencia, como medios para nuestra propia santificación; nunca nos enviaría Dios el dolor y la prueba, si no pudieran redundar en beneficio espiritual nuestro.


P. Alfonso Milagro