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miércoles, 12 de diciembre de 2018

CUÁL ES EL MENSAJE DE LA VIRGEN DE GUADALUPE PARA EL MUNDO ACTUAL?


¿Cuál es el mensaje de la Virgen de Guadalupe para el mundo actual?
Para nuestro mundo todo el acontecimiento guadalupano trae armonía, paz, justicia, amor, en una palabra: Jesucristo


Por: David Ramos | Fuente: ACI Prensa 




A 13 años de que se cumpla medio milenio de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, ¿cuál puede ser su mensaje e importancia para el mundo de hoy?

El P. Eduardo Chávez, uno de los mayores expertos en las apariciones de Santa María en el cerro del Tepeyac de Ciudad de México, destacó que el mensaje de la Virgen de Guadalupe es de “armonía de todos los pueblos en esta única civilización del amor de Dios”.

En diálogo con ACI Prensa, el P. Chávez, canónigo de la Basílica de Guadalupe y director del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos, señaló que la Virgen “hace esa perfecta inculturación” en medio del pueblo indígena, “tomando a Jesús y poniéndolo en lo más profundo del ser humano”.

La Virgen de Guadalupe se apareció ante el indígena San Juan Diego en el cerro del Tepeyac, del 9 al 12 de diciembre de 1531, expresándole su deseo de que se construya un templo católico en el llano, al pie de la montaña.

Por encargo de la Virgen, Juan Diego llevó el pedido al primer Obispo de México, el franciscano Fray Juan de Zumárraga. Como prueba de la veracidad de las apariciones, el indio llevó las flores cortadas de un rosal que apareció milagrosamente en el Tepeyac.

Al abrir su tilma para presentarle las flores, vieron que la imagen de la Virgen de Guadalupe se encontraba impregnada en la tela.

La tilma de San Juan Diego se conserva actualmente en la Basílica de Guadalupe, en Ciudad de México.

El P. Chávez destacó que la Virgen de Guadalupe tomó “las cosas buenas, positivas, esas semillas del Verbo que ya Dios sembró” en América, para luego “darles pleno desarrollo en su Hijo, Jesucristo”.

“Siempre es Jesús el centro del acontecimiento guadalupano”, subrayó.

La Virgen de Guadalupe, añadió, “toma lo más pobre, como el hecho de ser mestiza, porque los mestizos en el tiempo de la Santísima Virgen de Guadalupe eran despreciados tanto por los españoles como los indígenas y buscaban en los basureros para ver qué comer”.

“Para nuestro mundo es muy importante en esta época todo lo que es el acontecimiento guadalupano, porque precisamente la Virgen de Guadalupe trae armonía, paz, justicia, amor, en una palabra: Jesucristo, Nuestro Señor, al mundo entero”.

“Y lo sigue trayendo como en aquel momento único y trascendente”, añadió.

Santa María, señaló, lleva a aquel hombre “que tiene violencia en su corazón, el hombre traidor, criminal, que desgraciadamente se destruye y destruye al ser humano y a este mundo”, y lo lleva a Jesucristo “para sanar, para salvar”.

ORACIONES A LA VIRGEN DE GUADALUPE


Oraciones a la Virgen de Guadalupe
Fuente: Aciprensa




Oración I

¡Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús, único redentor nuestro.

Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todos nuestro ser y todo nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y madre nuestra.

Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa.

Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.

Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorga abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y celosos dispensadores de los misterios de Dios.


Oración II

Dios de poder y de misericordia, bendeciste las Américas en el Tepeyac con la presencia de la Virgen María de Guadalupe. Que su intercesión ayude a todos, hombres y mujeres, a aceptarse entre sí como hermanos y hermanas.

Por tu justicia, presente en nuestros corazones, reine la paz en el mundo. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.


Oración III

Santa María de Guadalupe, Mística Rosa, intercede por la Iglesia, protege al Soberano Pontífice, oye a todos los que te invocan en sus necesidades. Así como pudiste aparecer en el Tepeyac y decirnos: "Soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios", alcánzanos de tu Divino Hijo la conservación de la Fe. Tú eres nuestra dulce esperanza en las amarguras de esta vida. Danos un amor ardiente y la gracia de la perseverancia final. Amén.


Oración IV

Virgen Santísima de Guadalupe, Madre de Dios, Señora y Madre nuestra. Venos aquí postrados ante tu santa imagen, que nos dejaste estampada en la tilma de Juan Diego, como prenda de amor, bondad y misericordia. Aún siguen resonando las palabras que dijiste a Juan con inefable ternura: "Hijo mío queridísimo, Juan a quien amo como a un pequeñito y delicado," cuando radiante de hermosura te presentaste ante su vista en el cerro del Tepeyac.

Haz que merezcamos oír en el fondo del alma esas mismas palabras. Sí, eres nuestra Madre; la Madre de Dios es nuestra Madre, la más tierna, la más compasiva. Y para ser nuestra Madre y cobijarnos bajo el manto de tu protección te quedaste en tu imagen de Guadalupe.

Virgen Santísima de Guadalupe, muestra que eres nuestra Madre. Defiéndenos en las tentaciones, consuélanos en las tristezas, y ayúdanos en todas nuestras necesidades. En los peligros, en las enfermedades, en las persecuciones, en las amarguras, en los abandonos, en la hora de nuestra muerte, míranos con ojos compasivos y no te separes jamás de nosotros.


Oración V

Virgen de Guadalupe, Madre de América. Tiende tu protección sobre todas las naciones del Continente y renueva su fidelidad a Cristo y a la Iglesia. Suscita propósitos de equidad y rectitud en sus gobernantes. Protege a los hermanos de Juan Diego para que no sufran discriminación. Cuida a los niños. Guarda la unidad de las familias... Que desde esta tu Imagen manifiestes siempre tu clemencia, tu compasión y tu amparo. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



Oración VI

Virgen Santísima de Guadalupe, Madre y Reina de nuestra patria. Aquí nos tienes humildemente postrados ante tu prodigiosa imagen. En Ti ponemos toda nuestra esperanza. Tú eres nuestra vida y consuelo. Estando bajo tu sombra protectora, y en tu maternal regazo, nada podremos temer. Ayúdanos en nuestra peregrinación terrena e intercede por nosotros ante tu Divino Hijo en el momento de la muerte, para que alcancemos la eterna salvación del alma. Amén.

FELIZ FIESTA DE LA VIRGEN DE GUADALUPE!! 12 DE DICIEMBRE


¡Feliz Fiesta de la Virgen de Guadalupe!
POR ABEL CAMASCA | ACI Prensa





“No se entristezca tu corazón… ¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?”, le dijo la Virgen de Guadalupe al afligido Juan Diego un 12 de diciembre de 1531. Ella, la Emperatriz de América y Patrona de México, quiso dejar su imagen desde ese día en una sencilla “tilma” como señal del Amor de Dios para creyentes y no creyentes.

Con motivo de esta gran celebración, las puertas de Basílica de San Pedro se abrirán hoy para que el Papa Francisco junto a miles de fieles latinoamericanos y 750 sacerdotes concelebrantes festejen una gran Misa criolla en castellano.

La historia de la Virgen del Tepeyac

Solo diez años después de la conquista de México, los misioneros tenían poco éxito en la evangelización y conversión de los nuevos pueblos, en gran parte por el mal ejemplo de los que llamándose cristianos, abusaban de los nativos.

El 9 de diciembre de 1531 la Virgen se le apareció a un humilde indio, convertido al cristianismo, llamado Juan Diego, en un lugar denominado Tepeyac. María se presentó como “la perfecta siempre Virgen Santa María, Madre del verdadero Dios”.

La Reina del Cielo le encomendó que en su nombre le pidiese al Obispo Capitalino, el franciscano Juan de Zumárraga, la construcción de una Iglesia en el lugar de la aparición.

El Obispo no aceptó la idea y la Virgen le pidió que insistiera. Al día siguiente, Juan Diego volvió a encontrar al Prelado, quien lo examinó en la doctrina cristiana y le pidió pruebas objetivas del prodigio.

El martes 12 de diciembre, la Virgen se le presentó y consoló a Juan Diego diciéndole “No temas…”  porque su tío ya estaba curado. Luego lo invitó a subir a la cima de la colina del Tepeyac para que recogiera flores y se las trajera.

A pesar de la estación invernal y la aridez del lugar, San Juan Diego encontró flores muy hermosas y la colocó en su “tilma”. La Virgen entonces le mandó que se las presentara al Obispo.

Estando frente al Prelado, el Santo abrió su “tilma” y dejó caer las flores. En el tejido apareció la imagen de la Virgen de Guadalupe y el Obispo y demás presentes cayeron de rodillas con gran asombro. Luego el Obispo pidió perdón.

Al día siguiente fueron al monte del Tepeyac, donde de inmediato la gente se ofreció para elevar el templo. Juan Diego pidió permiso y fue presurosamente a ver a su tío Juan Bernardino, que había estado muy grave de salud, y al llegar vio que su pariente estaba recuperado.

Allí Juan Diego le contó lo sucedido y el tío respondió diciendo que la Virgen también se le había aparecido y que Ella le había pedido que contara lo de su curación al Obispo.

Con el manto, la Virgen trajo reconciliación entre nativos y españoles porque con los símbolos que allí aparecen, las dos culturas podían entender perfectamente el mensaje del Cielo. De igual modo, les ayudó a comprender que la fe cristiana no es propiedad de nadie, sino un don de amor para todos.

En los 7 años después de las apariciones, hubo una conversión de 8 millones de nativos. Lo que es un promedio de 3 mil hombres diarios y que hace recordar a la predicación de San Pedro en el día de Pentecostés, en el que también se convirtieron 3 mil hombres aquella fecha.

Cada año se acercan a la venerada imagen alrededor de 20 millones de fieles y en el día de su fiesta, se calcula que casi tres millones acuden al santuario.

“Mucho quiero, ardo en deseos de que aquí tengan la bondad de construirme mi templecito, para allí mostrárselo a ustedes, engrandecerlo, entregárselo a Él, a Él que es todo mi amor, a Él que es mi mirada compasiva, a Él que es mi auxilio, a Él que es mi salvación”, dijo la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego.

“Porque en verdad yo me honro en ser madre compasiva de todos ustedes, tuya y de todas las gentes que aquí en esta tierra están en uno, y de los demás variados linajes de hombres, mis amadores, los que a mí clamen, los que me busquen, los que me honren confiando en mi intercesión. Porque allí estaré siempre dispuesta a escuchar su llanto, su tristeza, para purificar, para curar todas sus diferentes miserias, sus penas, sus dolores”, añadió la Madre de las Américas.

PAPA FRANCISCO: LA VIRGEN DE GUADALUPE NOS ENSEÑA A NO BUSCAR SOLUCIONES MÁGICAS PARA AMÉRICA


Virgen de Guadalupe enseña a no buscar soluciones mágicas para América, dice el Papa
POR MIGUEL PÉREZ PICHEL | ACI Prensa
Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)




El Papa Francisco destacó el papel de la Virgen María como “pedagoga”, como maestra del pueblo de Dios, y en especial, subrayó la importancia de las enseñanzas que se transmiten en la historia de la Virgen de Guadalupe para el pueblo que peregrina en América Latina.

Durante la Misa celebrada este miércoles 12 de diciembre en la Basílica de San Pedro del Vaticano con motivo de la fiesta de la Virgen de Guadalupe, el Santo Padre empleó la imagen de la “escuela” para referirse a María e invitó a los latinoamericanos a verla como la “pedagoga del Evangelio”:

“Hijo y hermano latinoamericano, sin miedo, canta y camina como lo hizo tu Madre”.

En su homilía, el Pontífice insistió en que la “Guadalupana no es solamente recordada como indígena, española, hispana o afroamericana. Simplemente es latinoamericana”.

Es “madre de una tierra fecunda y generosa en la que todos, de una u otra manera, nos podemos encontrar desempeñando un papel protagónico en la construcción del Templo santo de la familia de Dios”.

En su homilía, el Santo Padre reflexionó sobre dos palabras con que el Evangelio narra la reacción de la Virgen María después de la anunciación: caminó y cantó.


Caminó

El Papa llamó la atención sobre el hecho de que el Evangelio, tras el anuncio del Ángel, presenta a la Virgen “presurosa, pero no ansiosa”, de camino a la casa de su prima Isabel. También “presurosa caminó hacia Jesús cuando faltó vino en la boda; y ya con los cabellos grises por el pasar de los años, caminó hasta el Gólgota para estar al pie de la cruz: en ese umbral de oscuridad y dolor, no se borró ni se fue, caminó para estar allí”.

Del mismo modo, “caminó al Tepeyac para acompañar a Juan Diego y sigue caminando el Continente cuando, por medio de una imagen o estampita, de una vela o de una medalla, de un rosario o Ave María, entra en una casa, en la celda de una cárcel, en la sala de un hospital, en un asilo de ancianos, en una escuela, en una clínica de rehabilitación ... para decir: ‘¿No estoy aquí yo, que soy tu madre?’”.

La Virgen, “más que nadie sabía de cercanías. Es mujer que camina con delicadeza y ternura de madre, se hace hospedar en la vida familiar, desata uno que otro nudo de los tantos entuertos que logramos generar, y nos enseña a permanecer de pie en medio de las tormentas”.

Francisco explicó que “en la escuela de María aprendemos a estar en camino para llegar allí donde tenemos que estar: al pie y de pie ante tantas vidas que han perdido o le han robado la esperanza”.

También “en la escuela de María aprendemos a caminar el barrio y la ciudad no con zapatillas de soluciones mágicas, respuestas instantáneas y efectos inmediatos; no a fuerza de promesas fantásticas de un seudo-progreso que, poco a poco, lo único que logra es usurpar identidades culturales y familiares, y vaciar de ese tejido vital que ha sostenido a nuestros pueblos, y esto con la intención pretenciosa de establecer un pensamiento único y uniforme”.

Asimismo, “en la escuela de María aprendemos a caminar la ciudad y nos nutrimos el corazón con la riqueza multicultural que habita el Continente”.

Cantó


El Papa señaló que “María camina llevando la alegría de quien canta las maravillas que Dios ha hecho con la pequeñez de su servidora. A su paso, como buena Madre, suscita el canto dando voz a tantos que de una u otra forma sentían que no podían cantar”.

Al final de su homilía, Francisco continuó con la imagen de la escuela de María, donde “aprendemos que su vida está marcada no por el protagonismo sino por la capacidad de hacer que los otros sean protagonistas. Brinda coraje, enseña a hablar y sobre todo anima a vivir la audacia de la fe y la esperanza. De esta manera ella se vuelve transparencia del rostro del Señor que muestra su poder invitando a participar y convoca en la construcción de su templo vivo”.

“Así lo hizo con el indiecito Juan Diego y con tantos otros a quienes, sacando del anonimato, les dio voz, hizo conocer su rostro e historia y los hizo protagonistas de esta, nuestra historia de salvación. El Señor no busca el aplauso egoísta o la admiración mundana. Su gloria está en hacer a sus hijos protagonistas de la creación. Con corazón de madre, ella busca levantar y dignificar a todos aquellos que, por distintas razones y circunstancias, fueron inmersos en el abandono y el olvido”.

En la escuela de María también se aprende que “el protagonismo que no necesita humillar, maltratar, desprestigiar o burlarse de los otros para sentirse valioso o importante; que no recurre a la violencia física o psicológica para sentirse seguro o protegido”.

“Es el protagonismo que no le tiene miedo a la ternura y la caricia, y que sabe que su mejor rostro es el servicio. En su escuela aprendemos auténtico protagonismo, dignificar a todo el que está caído y hacerlo con la fuerza omnipotente del amor divino, que es la fuerza irresistible de su promesa de misericordia”, afirmó.

Antes de finalizar la homilía, el Papa subrayó que “con María, el Señor custodia a los creyentes para que no se les endurezca el corazón y puedan conocer constantemente la renovada y renovadora fuerza de la solidaridad, capaz de escuchar el latir de Dios en el corazón de los hombres y mujeres de nuestros pueblos”.

EL EVANGELIO DE HOY 12 DE DICIEMBRE 2018


Lecturas de hoy Miércoles de la 2ª semana de Adviento
Hoy, miércoles, 12 de diciembre de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (40,25-31):

«¿CON quién podréis compararme,
quién es semejante a mi?», dice el Santo.
Alzad los ojos a lo alto y mirad:
¿quién creó esto?
Es él, que despliega su ejército al completo
y a cada uno convoca por su nombre.
Ante su grandioso poder, y su robusta fuerza,
ninguno falta a su llamada.
¿Por qué andas diciendo, Jacob,
y por qué murmuras, Israel:
«Al Señor no le importa mi destino,
mi Dios pasa por alto mis derechos»?
¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído?
El Señor es un Dios eterno
que ha creado los confines de la tierra.
No se cansa, no se fatiga,
es insondable su inteligencia.
Fortalece a quien está cansado,
acrecienta el vigor del exhausto.
Se cansan los muchachos, se fatigan,
los jóvenes tropiezan y vacilan;
pero los que esperan en el Señor
renuevan sus fuerzas,
echan alas como las águilas,
corren y no se fatigan,
caminan y no se cansan.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 102,1-2.3-4.8.10

R/. Bendice, alma mía, al Señor

V/. Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.

V/. Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa,
y te colma de gracia y de ternura. R/.

V/. El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia.
No nos trata como merecen nuestro pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,28-30):

EN aquel tiempo, Jesús tomó la palabra y dijo:
«Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.
Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 
12 de diciembre de 2018
 Imprimir Rosa Ruiz, rmi

Queridos amigos:

A veces Vivimos como si no supiéramos que Dios nos sostiene. Vivimos como si olvidáramos que Dios no se cansa nunca, que actúa siempre, que es infatigable. ¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído, no lo has experimentado?

Si realmente no lo olvidáramos, correríamos sin cansarnos, nos enfrentaríamos al mal sin que nos dañara, no nos vencería el desánimo, no caminaríamos con la cabeza gacha. Y aprenderíamos del corazón de Jesús, un corazón manso y sencillo. Porque no confundiríamos la mansedumbre con la pusilanimidad o cobardía; no mezclaríamos la sencillez con la falta de profundidad.

Nos equivocamos cuando caemos en la tentación de abandonar supuestos yugos (lo que nos ata, nos condiciona, nos compromete, nos cansa) para alcanzar otra supuesta paz. Confundimos el yugo que nos une a Dios y a nuestra propia verdad con otras hipotecas y peajes.

El de Jesús es un yugo y una carga ligera que nos des-carga. ¡No solo eso! Viviendo así descansamos a otros. Y si no, mira a esas personas libres, centradas, fuertes, humildes… Esas personas que nos hacen sentir bien solo con su presencia. Esos que andan en amor, y como decía San Juan de la Cruz, ni cansan ni se cansan.

Vuestra hermana en la fe, Rosa Ruiz