Páginas

lunes, 25 de febrero de 2019

LA FUERZA DE LOS DÉBILES: LA FE


La fuerza de los débiles: la fe
El secreto está en fiarse de Dios, en saber descubrirlo en las mil sorpresas de la vida.


Por: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net 




¿Cuál es la mayor fuerza de los débiles? Dar el paso de la fe. ¿Cuál es la mayor debilidad de los fuertes? Cerrar las puertas a la fe.

Estamos acostumbrados a medir la fuerza y la debilidad de las personas según parámetros equivocados. Medimos el dinero, la belleza, las energías físicas, las influencias, el contar con amigos poderosos, para juzgar si una persona es fuerte, si triunfa en la vida.

Nos olvidamos que esos y otros aspectos son pasajeros y mudables. Brillan durante días, meses o años. Luego, en un momento, o poco a poco, dejan de valer.

Lo que importa, lo realmente grande, lo que da fuerzas a cualquier ser humano, es la fe. Saber que Dios nos ama, que nuestra vida vale mucho para Él, que sueña con perdonarnos los pecados, que anhela poder abrazarnos, son riquezas, son poderes, que no se adquieren ni con el dinero, ni con la salud, ni con una multitud de aplausos.

El secreto está en fiarse de Dios, en saber descubrirlo en las mil sorpresas de la vida. Verlo presente en el amor de unos padres buenos, en unos educadores que nos dan el testimonio de su fe sincera, en un sacerdote que nos enseña a orar y a confiar en el Padre de los cielos.

Nuestra energía, nuestro poder, está en Dios y en su Amor. Aunque lluevan críticas al Papa, a los obispos, a la Iglesia. Aunque nos señalen con el dedo y nos excluyan de la vida pública. Aunque perdamos un puesto de trabajo por dar nuestro “sí” a Cristo y nuestro “no” a la falsedad, al robo, a la envidia, al miedo.

Todo lo podemos apoyados en Dios. Como los millones de santos sencillos, humildes, potentes, que han llenado de luz y de esperanza nuestro planeta bañado de lágrimas por culpa de la soberbia de los engreídos. Santos que rezan y cambian la historia del mundo. Santos que alegran el corazón de Dios y dan fuerzas a los atribulados, los abatidos, los enfermos. Santos que hacen que la misericordia avance, que el amor triunfe en corazones anhelantes de consuelo.

Santos que, sin dinero, sin aplausos, sin sables, son potentes simplemente porque se apoyan en Dios. Ese Dios que vence la muerte, borra los pecados, da vida a los jilgueros, pinta de verde los castaños, y nos repite “confiad, yo he vencido al mundo” (Jn 16,33).

PAPA FRANCISCO: CATÓLICOS Y ORTODOXOS PUEDEN COLABORAR EN FAVOR DE LAS FAMILIAS


Católicos y ortodoxos pueden colaborar en favor de las familias, afirma el Papa
Redacción ACI Prensa
Foto: Vatican Media




El Papa Francisco hizo un llamado a católicos y ortodoxos a seguir caminando juntos “respetando las respectivas tradiciones espirituales” para colaborar de forma activa en la promoción en contextos nacionales e internacionales de “actividades y propuestas que conciernen a las familias y a los valores familiares”.

Francisco hizo esta petición durante la audiencia que concedió a la delegación de la Diaconía Apostólica de la Iglesia de Grecia este lunes 25 de febrero en el Vaticano.

En su discurso, el Santo Padre destacó que “la colaboración entre la Diaconía Apostólica y el Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos dura desde hace más de quince años”. Durante este tiempo “han visto la luz muchos proyectos culturales y educativos dignos de elogio”.


“Es un buen ejemplo de lo fructuoso que es que católicos y ortodoxos trabajen juntos. En el camino recorrido, quienes organizaron las iniciativas y quienes se han beneficiado de ellas, principalmente los jóvenes estudiantes de nuestras Iglesias, han experimentado que lo que tenemos en común es mucho más que lo que nos mantiene alejados”.

Por ello, “hacer cosas juntos ayuda a redescubrirse como hermanos. Los jóvenes nos enseñan a no permanecer prisioneros de las diferencias, sino a encender el deseo de caminar juntos, soñando con superar las dificultades que impiden la plena comunión”.

“Depende de nosotros continuar caminando juntos, haciendo juntos, para redescubrirnos hermanos. Paso a paso, en las cosas que hacemos, podemos vislumbrar, con la ayuda de Dios, su presencia de amor que nos une en una comunión cada vez más fuerte”.

El Pontífice pidió la gracia de caminar “no cada uno por su senda, persiguiendo sus propias metas, como si el otro fuera solo uno que la historia ha puesto a mi lado, sino como hermanos que la Providencia ha hecho que se encontraran y que avanzasen juntos hacia el único Señor, llevando los unos los pesos de los otros, alegrándose los  unos por los pasos de los otros

El Papa señaló que también la pastoral familiar puede favorecerse de esa colaboración entre ortodoxos y católicos y, al mismo tiempo, convertirse en un campo fecundo a esa cooperación, para lo cual “requiere ser cultivado con pasión y urgencia”.


“En esta época, caracterizada por cambios muy rápidos en la sociedad, que repercuten en una creciente fragilidad interior, las familias cristianas, a pesar de pertenecer a diferentes áreas geográficas y culturales, se ven afectadas por muchos desafíos similares”.

“Y nosotros estamos llamados a estar cerca de ellas, a ayudar a las familias a redescubrir el don del matrimonio y la belleza de custodiar el amor, que se renueva cada día en un intercambio sincero y paciente y en la fuerza humilde de la oración”.

El Papa finalizó su discurso afirmando que “estamos llamados a estar cerca también allí donde la vida familiar no se desarrolla según la plenitud del ideal evangélico y no se lleva a cabo en la paz y la alegría”.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY LUNES 25 DE FEBRERO 2019


Lecturas de hoy Lunes de la 7ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, lunes, 25 de febrero de 2019



Primera lectura
Comienzo del libro del Eclesiástico (1,1-10):

TODA sabiduría viene del Señor
y está con él por siempre.
La arena de los mares, las gotas de la lluvia
y los días del mundo, ¿quién los contará?
La altura de los cielos, la anchura de la tierra
y la profundidad del abismo, ¿quién las escrutará?
¿Quién ha escrutado la sabiduría de Dios, que es anterior a todo?
Antes que todo fue creada la sabiduría,
y la inteligencia prudente desde la eternidad.
La fuente de la sabiduría es la palabra de Dios en las alturas
y sus canales son mandamientos eternos.
La raíz de la sabiduría, ¿a quién fue revelada?
y sus recursos, ¿quién los conoció?
La ciencia de la sabiduría, ¿a quién fue revelada?
y su mucha experiencia, ¿quién la conoció?
Uno es el Altísimo, creador todopoderoso.
Uno solo es sabio, temible en extremo:
el que está sentado en su trono.
El Señor mismo creó la sabiduría, la vio, la midió
y la derramó sobre todas sus obras.
Se la concedió a todos los vivientes
y se la regaló a quienes lo aman.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 92,1ab.1c-2.5

R/. El Señor reina, vestido de majestad

V/. El Señor reina, vestido de majestad;
el Señor, vestido y ceñido de poder. R/.

V/. Así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno. R/.

V/. Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,14-29):

EN aquel tiempo, Jesús y los tres discípulos bajaron del monte y volvieron a donde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor y a unos escribas discutiendo con ellos.
Al ver a Jesús, la gente se sorprendió y corrió a saludarlo. El les preguntó:
«¡De qué discutís?».
Uno de la gente le contestó:
«Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no lo deja hablar; y cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen y no han sido capaces».
Él, tomando la palabra, les dice:
«Generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo».
Se lo llevaron.
El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; este cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos.
Jesús preguntó al padre:
«Cuánto tiempo hace que le pasa esto?».
Contestó él:
«Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua para acabar con él. Si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos».
Jesús replicó:
«Si puedo? Todo es posible al que tiene fe».
Entonces el padre del muchacho se puso a gritar:
«Creo, pero ayuda mi falta de fe».
Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo:
«Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él».
Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió.
El niño se quedó como un cadáver, de modo que muchos decían que estaba muerto.
Pero Jesús lo levantó cogiéndolo de la mano y el niño se puso en pie.
Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas:
«Por qué no pudimos echarlo nosotros?».
El les respondió:
«Esta especie solo puede salir con oración».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy lunes, 25 de febrero de 2019
 Juan Lozano, cmf


Querido amigo/a:

“Todo es posible para el que tiene fe”, contesta Jesús a la pregunta de si podía curar al niño que estaba poseído por un espíritu inmundo. El poder del Señor es eficaz, siempre lo utiliza para curar, liberar y ayudar a todo aquel que se lo pide y nunca lo usa para hacer exhibición de su condición de Hijo de Dios, pues bien sabía Él que ello podía alejar a la gente de verdadera imagen de Dios que quiere dar a conocer. Pero en esta liberación, Jesús nos enseña a confiar en el poder de la fe y en el poder de la oración cuando sus discípulos le vuelven a preguntar por qué ellos no han podido curar al niño. “Esta especie sólo puede salir con oración”, les dice.

Bastaría en nuestra oración de hoy meditar y repetir interiormente esta sentencia de Jesús: “todo es posible para el que tiene fe”. Y preguntarme en qué momento de mi vida estoy ahora; ponerme el termómetro de la fe para medir mi nivel de confianza en mi Dios y Señor, en Aquel que también quiere derramar su fuerza amorosa y su gracia en mí, para liberarme de aquellas ataduras que no me dejan ser libre, o que amargan mi existencia.

Señor, quiero vivir en la libertad de sentirme amado por ti, de saber que nada me falta si Tú estás conmigo, de sentir el alivio y la alegría que debió sentir aquel niño cuando Tú lo curaste de aquella terrible atadura. Que en esta jornada que me regalas pueda vivir todos los acontecimientos con confianza, con fe, sabiendo que, mirando la realidad con estas gafas, la mirada es más profunda, me acerco a ver cómo Tú ves los acontecimientos y a las personas. Gracias Señor por decirme hoy: “todo es posible, si tienes fe”.

Vuestro hermano en la fe:
Juan Lozano, cmf

viernes, 22 de febrero de 2019

COMENTARIO DEL EVANGELIO DEL DOMINGO 24 DE FEBRERO 2019


Comentario al Evangelio del domingo, 24 de febrero de 2019
 Fernando Torres cmf


Amar sin medida y sin condiciones

      En un día como éste hay que centrarse en el Evangelio. En él Jesús habla del amor. En nuestra sociedad se habla también mucho de amor. Pero el amor parece casi como un instrumento que usamos para sentirnos mejor. Tanto nos hemos acostumbrado a vivir en una sociedad de consumo, en la que todo se compra para sentirnos mejor, para hacer nuestra vida más cómoda y más confortable, que el amor y las relaciones humanas también se piensan desde la misma perspectiva. La persona y su bienestar se han colocado de tal manera en el centro de la existencia que todo lo demás, incluidas las otras personas, giran a su alrededor. Todo se contempla desde una perspectiva egoísta. La persona mira continuamente por sus derechos. Y los otros se ponen al servicio de mis necesidades y deseos. Cuánto más placer, comodidad y bienestar consigue la persona, más valiosa será su vida. En la medida en que no consigo un buen coche, una buena casa, un buen salario y/o una persona que me ame, mi vida pierde valor. Ese es el planteamiento actual. 

      Jesús hace un planteamiento tan radicalmente diferente que no se puede decir siquiera que sea opuesto. Es, sencillamente, otra cosa. Entenderlo es entrar en una sabiduría diferente. Vivirlo es tener la posibilidad de alcanzar la felicidad y la dicha más honda. Jesús, de entrada, invita a amar a los enemigos, a que hagamos el bien a los que nos odian. Ahí es donde se nos rompen los esquemas. Ni entendemos ni queremos entender. ¿Cómo voy a hacer el bien al que me hace daño? ¿Voy a hacer un regalo al terrorista que me puso una bomba? ¿Perdono la vida al delincuente que me amenazó con su cuchillo? Esas ideas suenan a imposibles. Después Jesús habla del mérito. Nos dice que, si queremos tener algún mérito, tenemos que hacer precisamente eso porque amar a los que nos aman es demasiado fácil. En el fondo, se ríe de todos los que se pasan la vida haciendo cosas para conseguir otras. Esos tampoco se han enterado de nada. 

      Jesús hace una propuesta clara: amen y háganlo sin esperar nada a cambio. Sin esperar siquiera que Dios los ame y recompense por ello. Ahí está el gran misterio del amor. Y sólo entonces se recibirá la recompensa de la vida y la dicha. Cuando la persona se entrega, sin límites, al amor. Cuando se agota en ese amor. Sin medida. Sin condiciones. Entonces y sólo entonces experimentaremos el amor de Dios que nos envuelve y nos llena. A eso es a lo que Jesús nos invita a todos los cristianos. 



Para la reflexión

      ¿He justificado alguna vez el odio y la venganza? ¿Ayudan a construir un mundo mejor esas actitudes? ¿Sería posible vivir el amor sin condiciones que Jesús nos propone? ¿Qué consecuencias tendría para nuestra vida?

LECTURAS BÍBLICAS DEL DOMINGO 24 DE FEBRERO 2019


Lecturas del Domingo 7º del Tiempo Ordinario - Ciclo C
 Domingo, 24 de febrero de 2019



Primera lectura
Lectura del primer libro de Samuel (26,2.7-9.12-13.22-23):

En aquellos días, Saúl emprendió la bajada hacia el páramo de Zif, con tres mil soldados israelitas, para dar una batida en busca de David. David y Abisay fueron de noche al campamento; Saúl estaba echado, durmiendo en medio del cercado de carros, la lanza hincada en tierra a la cabecera. Abner y la tropa estaban echados alrededor. 
Entonces Abisay dijo a David: «Dios te pone el enemigo en la mano. Voy a clavarlo en tierra de una lanzada; no hará falta repetir el golpe.» 
Pero David replicó: «¡No lo mates!, que no se puede atentar impunemente contra el ungido del Señor.» 
David tomó la lanza y el jarro de agua de la cabecera de Saúl, y se marcharon. Nadie los vio, ni se enteró, ni se despertó: estaban todos dormidos, porque el Señor les había enviado un sueño profundo. 
David cruzó a la otra parte, se plantó en la cima del monte, lejos, dejando mucho espacio en medio, y gritó: «Aquí está la lanza del rey. Que venga uno de los mozos a recogerla. El Señor pagará a cada uno su justicia y su lealtad. Porque él te puso hoy en mis manos, pero yo no quise atentar contra el ungido del Señor.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 102,1-2.3-4.8.10.12-13

R/. El Señor es compasivo y misericordioso

Bendice, alma mía, al Señor, 
y todo mi ser a su santo nombre. 
Bendice, alma mía, al Señor, 
y no olvides sus beneficios. R/. 

Él perdona todas tus culpas 
y cura todas tus enfermedades; 
él rescata tu vida de la fosa 
y te colma de gracia y de ternura. R/. 

El Señor es compasivo y misericordioso, 
lento a la ira y rico en clemencia; 
no nos trata como merecen nuestros pecados 
ni nos paga según nuestras culpas. R/.

Como dista el oriente del ocaso, 
así aleja de nosotros nuestros delitos; 
como un padre siente ternura por sus hijos, 
siente el Señor ternura por sus fieles. R/.


Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (15,45-49):

El primer hombre, Adán, fue un ser animado. El último Adán, un espíritu que da vida. No es primero lo espiritual, sino lo animal. Lo espiritual viene después. El primer hombre, hecho de tierra, era terreno; el segundo hombre es del cielo. Pues igual que el terreno son los hombres terrenos; igual que el celestial son los hombres celestiales. Nosotros, que somos imagen del hombre terreno, seremos también imagen del hombre celestial.

Palabra de Dios


Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,27-38):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «A los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian. Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores lo hacen. Y si prestáis sólo cuando esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo. ¡No! Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; tendréis un gran premio y seréis hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desagradecidos. Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis, la usarán con vosotros.»

Palabra del Señor



LECTURAS BÍBLICAS DEL SÁBADO 23 DE FEBRERO 2019



Lecturas de hoy Sábado de la 6ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, sábado, 23 de febrero de 2019



Primera lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (11,1-7):

HERMANOS:
La fe es fundamento de lo que se espera, y garantía de lo que no se ve.
Por ella son recordados los antiguos.
Por la fe sabemos que el universo fue configurado por la palabra de Dios, de manera que lo visible procede de lo invisible.
Por la fe, Abel ofreció a Dios un sacrificio mejor que Caín; por ella, Dios mismo, al recibir sus dones, lo acreditó como justo; por ella sigue hablando después de muerto.
Por la fe fue arrebatado Henoc, sin pasar por la muerte; no lo encontraron, porque Dios lo había arrebatado; en efecto, antes de ser arrebatado se le acreditó que había complacido a Dios, y sin fe es imposible complacerlo, pues el que se acerca a Dios debe creer que existe y que recompensa a quienes lo buscan.
Por la fe, advertido Noé de lo que aún no se veía, tomó precauciones y construyó un arca para salvar a su familia; por ella condenó al mundo y heredó la justicia que viene de la fe.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 144,2-3.4-5.10-11

R/. Bendeciré tu nombre; Señor, por siempre

V/. Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R/.

V/. Una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas. R/.

V/. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,2-13):

EN aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.
Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:
«Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».
No sabía qué decir, pues estaban asustados.
Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube:
«Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo».
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos.
Le preguntaron:
«¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?».
Les contestó él:
«Elías vendrá primero y lo renovará todo. Ahora, ¿por qué está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? Os digo que Elías ya ha venido y han hecho con él lo que han querido, como estaba escrito acerca de él».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy sábado, 23 de febrero de 2019
 Luis Manuel Suarez, cmf



Queridos amigos:

En el camino de la vida, hay momentos de oscuridad y tiempos de luz.

En el camino del seguimiento de Jesús, hay momentos de confusión y tiempos de ser reconfortado.

Hoy la Palabra nos habla de un momento de luz de los discípulos. A partir de su camino con el Maestro, desde la luz de la Pascua, los más cercanos descubren su verdadera identidad: Jesús es el Profeta que, siguiendo la tradición de Moisés y Elías, viene a traer la Palabra definitiva del Padre. Jesús es el Hijo amado de Dios, en quien el Padre nos la ha dado todo. Él es el Camino que nos lleva a Dios, la Verdad más auténtica sobre la existencia y el mundo, la Vida que nos abre horizontes insospechados, que se prolongan incluso más allá de la muerte. El Agua que sacia toda sed. La Luz que ilumina toda oscuridad. El Pan que alimenta en todo cansancio. La Palabra que da sentido… incluso a la cruz.

Al contemplarle, todo cobra un nuevo sentido. A veces, nos gustaría quedarnos ahí, haciendo tres tiendas… Aunque, como a Pedro, también a nosotros nos invita a bajar de la montaña, al valle donde está la vida de cada día, para vivir desde esa luz y con ese horizonte que hemos recibido de su Persona.

En medio de tus luces y tus sombras, en la mitad del camino de tu vida, también Jesús quiere mostrar su ser Hijo y Hermano para, mostrándote la meta, hacer más fácil el recorrido. Que tú también puedas experimentar, como aquellos primeros discípulos, la fuerza que da saberse amado y enviado.

Vuestro hermano en la fe:           
Luis Manuel Suárez CMF (@luismanuel_cmf)

jueves, 21 de febrero de 2019

GOTITAS ESPIRITUALES - JUEVES 21 DE FEBRERO 2019







Lecturas de hoy Jueves de la 6ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, jueves, 21 de febrero de 2019



Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (9,1-13):

DIOS bendijo a Noé y a sus hijos diciéndoles:
«Sed fecundos, multiplicaos y llenad la tierra. Todos los animales de la tierra y todas las aves del cielo os temerán y os respetarán; todos los reptiles del suelo y todos los peces del mar están a vuestra disposición. Todo lo que vive y se mueve os servirá de alimento: os lo entrego todo, lo mismo que los vegetales.
Pero no comáis carne con sangre, que es su vida. Pediré cuentas de vuestra sangre, que es vuestra vida; se las pediré a cualquier animal. Y al hombre le pediré cuentas de la vida de su hermano.
Quien derrame la sangre de un hombre,
por otro hombre será su sangre derramada;
porque a imagen de Dios hizo él al hombre.
Vosotros sed fecundos y multiplicaos, moveos por la tierra y dominadla».
Dios dijo a Noé y a sus hijos:
«Yo establezco mi alianza con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañan, aves, ganados y fieras, con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Establezco, pues, mi alianza con vosotros:
el diluvio no volverá a destruir criatura alguna ni habrá otro diluvio que devaste la tierra».
Y Dios añadió:
«Esta es la señal de la alianza que establezco con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las generaciones: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi alianza con la tierra».

Palabra de Dios
_____________________

Salmo
Sal 101,16-18.19-21.29.22-23

R/. El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra

V/. Los gentiles temerán tu nombre;
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sion,
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R/.

V/. Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R/.

V/. Los hijos de tus siervos vivirán seguros,
su linaje durará en tu presencia.
Para anunciar en Sion el nombre del Señor,
y su alabanza en Jerusalén,
cuando se reúnan unánimes los pueblos
y los reyes para dar culto al Señor. R/.

_________________________

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (8,27-33):

EN aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino preguntó a sus discípulos:
«¿Quién dice la gente que soy yo?».
Ellos le contestaron:
«Unos, Juan el Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas».
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy?».
Tomando la palabra Pedro le dijo:
«Tú eres el Mesías».
Y les conminó a que no hablaran a nadie acerca de esto.
Y empezó a instruirlos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días».
Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro:
«Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».

Palabra del Señor






Comentario al Evangelio de hoy jueves, 21 de febrero de 2019
 Luis Manuel Suarez, cmf



Queridos amigos:

La vida es un camino en el que hasta el último día podemos aprender cosas nuevas.

Así también el discipulado cristiano: seguir al Maestro es un continuo aprendizaje. Es verdad que hay un primer momento de formación más intensa. Pero nunca llegamos a saberlo todo, y siempre hemos de estar abiertos a la sorpresa.

Hoy los discípulos tienen esa experiencia. Jesús les va instruyendo por el camino. Y en esta ocasión utiliza el método de las preguntas. Quiere saber qué dicen de Él. Qué piensan otros, y qué piensan los discípulos. Pedro parece dar la respuesta correcta: en su convivencia con el Maestro comienza a intuir lo que representa… pero no le da el auténtico significado. Jesús lo intuye, y por eso les instruye sobre el tipo de Mesías que Él quiere encarnar: su mesianismo pasa por la cruz, en la esperanza de la resurrección.

Entonces Pedro muestra que no ha entendido nada. Quiere él marcar las pautas, dictar el modo, señalar el camino. Y ante ello, Jesús dice las palabras más duras que encontramos en el Evangelio para uno de los suyos: “¡Quítate de mi vista, Satanás!...”. Es mucho lo que está en juego. Él no quiere ser mal interpretado. Por eso, desde el amor a Pedro, es también capaz de corregirle con firmeza, para que corrija la visión que tenía de su misión.

Hoy es un buen día para reflexionar sobre nuestra imagen de Jesús. Es muy fácil quedarse solamente con una de sus facetas. Jesús, según la Palabra, es el enviado del Padre, el Hijo del hombre -hermano de todos-, el Maestro de vida, el sanador de los necesitados, el cordero entregado y el Señor del mundo. Todo eso, como puente hacia el Padre y como inaugurador del Reino.
Después de veintiún siglos, Él quiere seguir instruyendo a sus discípulos, por el camino, para que continuemos su misión en nuestros días.

Vuestro hermano en la fe:           
Luis Manuel Suárez CMF (@luismanuel_cmf)




Hoy se celebra a San Pedro Damián, Doctor de la Iglesia
Redacción ACI Prensa




“Tras la tristeza, espera con alegría el gozo que vendrá”, decía el benedictino San Pedro Damián, Doctor de la Iglesia. En una dura época, ayudó con sus escritos y legaciones a la reforma eclesiástica y clerical. Damián significa “el que doma su cuerpo” y su fiesta se celebra cada 21 de febrero.

“Que la esperanza te levante ese gozo, que la caridad encienda tu fervor. Así tu mente, bien saciada, será capaz de olvidar los sufrimientos exteriores y progresará en la posesión de los bienes que contempla en su interior”, decía San Pedro Damián.

El Santo nació en el 1007 en Ravena (Italia). Perdió a sus padres cuando era niño y quedó al cuidado de un hermano suyo que lo trató como esclavo. Otro hermano, arcipreste de Ravena, se compadeció y se encargó de su educación. Al sentirse como un hijo, Pedro tomó de su hermano el nombre de Damián.

San Pedro desde joven se acostumbró a la oración, vigilia, ayuno, invitaba a los pobres a su mesa y les servía personalmente. Ingresó a la vida monacal con los benedictinos de la reforma de San Romualdo.


Para dominar sus bajas pasiones, se colocaba correas con espinas (cilicio) debajo de su camisa, se azotaba y ayunaba con pan y agua. Pero su cuerpo, al no estar acostumbrado, se debilitó y empezó a sufrir de insomnio.

Es así que comprendió que estos castigos no debían ser tan severos y que la mejor penitencia es la paciencia con las penas que Dios permite que nos lleguen. Esta experiencia le sirvió más adelante para acompañar espiritualmente a otros.

Cuando murió el Abad, Pedro asumió por obediencia la dirección de la comunidad. Fundó otras cinco comunidades de ermitaños y en todos los monjes buscaba que se fomente el espíritu de retiro, caridad y humildad. De ellos surgieron Santo Domingo Loricato y San Juan de Lodi.

Varios Papas acudían a San Pedro por sus consejos. En 1057 fue ordenado Cardenal y Obispo de Ostia, aun cuando el santo siempre prefirió su vida de ermitaño. Más adelante se le concedería el deseo de volver al convento como simple monje, pero con la condición de que se le podía emplear en el servicio de la Iglesia.

Se dedicó a enviar cartas a muchos Pontífices y personas de alto rango para que se erradique la simonía, que era la compra o venta de lo que es espiritual por bienes materiales, incluyendo cargos eclesiásticos, sacramentos, sacramentales, reliquias y promesas de oración.

Escribió el “libro Gomorriano” (haciendo alusión a la ciudad de Gomorra del Antiguo Testamento) y habló en contra de las costumbres impuras de aquel tiempo. De igual manera escribía sobre los deberes de los clérigos, monjes y recomendaba la disciplina más que ayunos prolongados.

Solía decir: “Es imposible restaurar la disciplina una vez que ésta decae; si nosotros, por negligencia, dejamos caer en desuso las reglas, las generaciones futuras no podrán volver a la primitiva observancia. Guardémonos de incurrir en semejante culpa y transmitamos fielmente a nuestros sucesores el legado de nuestros predecesores”.

Era una persona severa, pero sabía tratar a los pecadores con indulgencia y bondad cuando la prudencia y caridad lo requerían. En sus ratos libres, acostumbraba hacer cucharas de madera y otros utensilios para no permanecer ocioso.

El Papa Alejandro II envió a San Pedro Damián para que resolviera un problema con el Arzobispo de Ravena, que estaba excomulgado por ciertas atrocidades que cometió. Lamentablemente el Santo llegó cuando el Prelado había fallecido, pero convirtió a los cómplices, a quienes les impuso una justa penitencia.

De regreso a Roma, cae enfermo por una aguda fiebre en un monasterio de las afueras de Faenza. Partió a la Casa del Padre el 22 de febrero de 1072. Dante Alighieri, en el canto XXI del Paraíso, coloca a San Pedro Damián en el cielo de Saturno, destinado a los espíritus contemplativos. Fue declarado Doctor de la Iglesia en 1828.



Quien ama a la Iglesia sabe perdonar, dice el Papa Francisco
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco aseguró que “quien ama a la Iglesia sabe perdonar, porque sabe que él mismo es pecador y necesita el perdón de Dios” porque “no se puede vivir toda una vida acusando a la Iglesia”. Así lo dijo a fieles de la diócesis italiana de Benevento, tierra natal del Padre Pío.

Esta audiencia, en la que participaron 2.500 peregrinos, se realizó en la Basílica de San Pedro antes de que el Santo Padre presidiera la tradicional audiencia general de los miércoles llevada a cabo en el Aula Pablo VI del Vaticano.

El motivo de la peregrinación fue devolver la visita que el Papa Francisco realizó a Pietrelcina el 17 de marzo de 2018 por el 50º aniversario de la muerte de San Pio y centenario de las apariciones de los estigmas. Acerca de esa visita papal, el Pontífice renovó “su vivo agradecimiento por la calurosa acogida” que recibió y aseguró que “no olvida ese día” y que la visita “permanece en su corazón”.

En esta línea, el Papa invitó a los fieles de Benevento que “el recuerdo de aquel evento, cargado de significado eclesial y espiritual, reviva en todos el deseo de profundizar la vida de fe, siguiendo las enseñanzas de su ilustre y santo paisano Padre Pío”.


Sobre San Pio, el Santo Padre dijo que se distinguió por tener una “firme fe en Dios, firme esperanza en las realidades celestiales, generosa dedicación a la gente, fidelidad a la Iglesia, que siempre ha amado con todos sus problemas y sus adversidades”.

“Él amó la Iglesia, con tantos problemas que tiene la Iglesia, con tantas adversidades, con tantos pecadores. Porque la Iglesia es santa, es la esposa de Cristo, pero nosotros, los hijos de la Iglesia somos todos pecadores, ¡y algunos grandes! pero él amaba a la Iglesia tal como era, no la destruyó con la lengua, ya que está de moda hacerlo ahora”, afirmó el Papa.

De este modo, el Pontífice aseguró que “el que ama a la Iglesia sabe cómo perdonar, porque sabe que él mismo es un pecador y necesita el perdón de Dios. Sabe cómo arreglar las cosas, porque el Señor quiere arreglar las cosas bien pero siempre con perdón: no podemos vivir una vida entera acusando, acusando, acusando a la Iglesia”, dijo.

El acusador es el demonio

En este sentido, el Santo Padre preguntó: “¿De quién es el oficio de acusador? ¿Quién es aquel que la Biblia llama el gran acusador? Y respondió que “el demonio y los que pasan la vida acusando, acusando, acusando, son: no diré hijos, porque el diablo no tiene ninguno, sino amigos, primos y familiares del diablo”.


“Y no, esto no va, debemos señalar los defectos a corregir, pero en el momento en que se señalan los defectos, se denuncian los defectos, se ama a la Iglesia. Sin amor, eso es del diablo. Ambas cosas tenía San Padre Pío, amaba a la Iglesia con todos sus problemas y sus adversidades, con los pecados de sus hijos. No olviden eso”, invitó.

Por ello, el Papa los animó a “comprender y acoger siempre más el amor de Dios, fuente y motivo de nuestra verdadera alegría” y aseguró que “estamos llamados a donar este amor que cambia la vida, sobre todo a las personas más débiles y necesitadas. Cada uno de nosotros, difundiendo la caridad divina, contribuye a un mundo más justo y solidario”.

“Siguiendo el ejemplo del Padre Pío, por favor, no se cansen de confiar en Cristo y de anunciar su bondad y misericordia con el testimonio de su vida. Esto es lo que los hombres y mujeres en nuestro tiempo esperan de los discípulos del Señor. Testimonio”, afirmó el Papa.

Al finalizar, el Santo Padre invitó a recordar el consejo de San Francisco a sus discípulos “Vayan, den testimonio, no son necesarias las palabras” y explicó que “a veces se debe hablar pero se debe comenzar con el testimonio, vivan como cristianos, testimoniando que el amor es más bello del odio, que la amistad es más bella de la enemistad, que la fraternidad entre todos nosotros es más bella que la guerra”, concluyó.




Papa Francisco pide curar las graves heridas causadas por el escándalo de la pedofilia
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
 Foto: Vatican Media


El Papa Francisco inauguró este 21 de febrero el encuentro con los obispos del mundo sobre la protección de menores que se llevará a cabo en el Vaticano hasta el próximo 24 de febrero y animó a buscar con valentía “curar las graves heridas del escándalo de la pedofilia” en la Iglesia.

Después de la oración matutina en el Aula Nueva del Sínodo, el Santo Padre explicó que “ante el flagelo del abuso sexual perpetrado por hombres de la Iglesia que han dañado a los menores” decidió convocar a Patriarcas, Cardenales, Arzobispos, Obispos, Superiores Religiosos y otros responsables de algunos Dicasterios vaticanos, para que “juntos escuchemos al Espíritu Santo y con docilidad escuchemos el clamor de los pequeños que piden justicia”.

De este modo, el Papa recordó a los 190 participantes del encuentro, “el peso de la responsabilidad pastoral y eclesial, que nos obliga a discutir juntos, de manera sinodal, sincera y profunda sobre cómo enfrentar este mal que aflige a la Iglesia y a la humanidad”.


“El santo pueblo de Dios nos mira y espera de nosotros no solo condenas simples y obvias, sino medidas concretas y efectivas", exclamó.

En esta sentido, el Pontífice alentó a comenzar este “camino armado con la fe y el espíritu de máxima parresía, valentía y concreción” y para ello, los participantes recibieron un documento preparado por diversas Comisiones y Conferencias Episcopales, sobre el cual el Papa explicó que son importantes criterios “líneas guías para ayudar a nuestra reflexión” que son “un punto de partida” que no quita “la creatividad que debe haber en este encuentro”.

Asimismo, el Papa Francisco agradeció a la Pontificia Comisión para la protección de menores, la Congregación para la Doctrina de la Fe y a los miembros del Comité organizador “por el excelente trabajo desarrollado con gran compromiso para preparar este encuentro”. “¡Muchas gracias!”, expresó.


Al finalizar, el Santo Padre pidió al Espíritu Santo “sostenernos en estos días y ayudarnos a transformar este mal en una oportunidad de conciencia y de purificación” y a la Virgen María para que los “ilumine para buscar curar las graves heridas que el escándalo de la pedofilia ha causado, sea en los pequeños que en los creyentes”, concluyó.

El programa del encuentro prevé que de jueves a sábado haya tres relaciones cada día, la primera fue realizada por el Cardenal Luis Antonio Tagle con el título “El olor de las ovejas. Saber su dolor y curar sus heridas está en el corazón de la tarea del pastor”. Diariamente también los participantes tendrán espacio para las preguntas, trabajos en diferentes grupos lingüísticos y oración por la tarde con el testimonio de una víctima de abusos.

El sábado por la tarde se llevará a cabo una liturgia penitencial y el domingo por la mañana una Concelebración Eucarística, ambos eventos serán en la Sala Regia del Vaticano. Al finalizar la Misa, el Papa Francisco pronunciará su discurso final.




¿Cómo enseñar el amor a los hijos?
El amor no solo se expresa con palabras sino principalmente con hechos hacia los demás


Por: Francisco Mario Morales | Fuente: Catholic.net 




Para iniciar debemos considerar algo elemental.
Todo ser humano desde el momento de nacer comenzamos a aprender y asimilar experiencias.

Cuando nos convertimos en papás, una  de nuestras principales responsabilidades es enseñar a nuestros hijos a expresarse con palabras, a dar sus primeros pasos, a controlar sus movimientos y ser precavidos, a alimentarse y comenzar a ser autónomos, y algo muy importante a conocer, a sentir, a vivir el amor, y aprender a dar amor.

En la mayoría de las veces creemos que el amor es algo que cada uno de nuestros hijos irá descubriendo poco a poco a medida que vaya creciendo. San Francisco de Sales, nos enseña algo muy importante para la enseñanza del amor: “No sólo amar a los demás, sino que los demás sientan y se den cuenta que sí los amamos”.

Los hijos tienen que aprender a ver el amor. El verdadero amor no es pasión desbordada y fugaz. El amor lo aprenderá por la veces que los padres se lo digamos, el amor tenemos que enseñarlo. Tenemos que enseñarles a amarse así mismos y también amar a los demás, y que además sepan como demostrarlo. La salud afectiva se enseña y todos nuestros hijos deben aprenderla, y esto desde los primeros meses de vida.

¿Cuántos de nosotros exigimos amor, pero no sabemos cómo amar a los demás? El amor se demuestra respetando, obedeciendo, siendo agradecidos y tolerantes, también corrigiendo. El amor se demuestra perdonando, con un abrazo sincero y un beso sano.

El amor no solo se expresa con palabras sino principalmente con hechos hacia los demás. Los hijos poco creen en el amor porque los padres lo hemos distorsionado con el ejemplo.

Visitar a los enfermos, compartir el alimento, ayudar a las personas en sus necesidades extremas, solidarizarse con los vecinos cuantas veces sea necesario, estar dispuestos a apoyar a quien lo necesite, interés de bienestar de los demás,  de esta manera se expresa  y se hace sentir el amor no solo con palabras sino con hechos, y además es una forma de enseñar el amor y la forma de amar a los demás. Todo esto debe comenzar y vivir desde la familia

El verdadero amor, que tanta falta hace en los hogares, requiere de dar ejemplo de sacrificio para beneficiar a muchas personas que necesitan de nuestro amor.

Tenemos que ayudar a alejar la ignorancia, orientar a quien lo desee y necesite, dentro de lo posible ayudar a corregir errores, perdonar, consolar, tolerar con medida y acercar a Dios a quien lo necesite.

Porque el amor no sólo es recibir, el amor se satisface al dar y ver el bien que podemos hacer a los  demás (no solo buscar ser amados). No solo debemos sentirnos amados, sino hacer que los demás sientan y se den cuenta de nuestro amor por ellos.

Es necesario salir del egoísmo en el que estamos inmersos y que nos impide vivir el amor verdadero y enseñarlo con el ejemplo a nuestros hijos. ¡Hay que enseñar a vivir el amor!

El verdadero amor es el que da sentido a la vida. Vivir con soberbia, egoísmo y envidia es no saber vivir.  Nuestros hijos deben aprender lo que es el amor, viéndolo a través de nosotros, diciéndoselos y enseñándoselos con nuestro propio ejemplo.

El odio y el rencor son veneno letal para quienes viven con ellos en lugar del amor.





Ser católico siempre y en todo momento, no solamente los domingos
La conversión personal es cuestión de un instante, pero la santidad a la que estamos llamados es tarea que nos ocupa toda la vida


Por: Vicente Franco Gil | Fuente: ForumLibertas.com 




Es cierto que vivimos en un mundo globalizado, en donde a veces es difícil encontrar unos espacios de tiempo en los que podamos encontrar calma y tranquilidad.

También es cierto que los avances tecnológicos junto con el dinamismo que trae consigo la vida misma han transformado, de alguna forma, nuestra manera de actuar e incluso nos atreveríamos a decir que nuestra forma de pensar, pues evidentemente estamos sometidos a ese vaivén que, en mayor o menor medida, agita nuestro entorno.

No obstante, para quienes libre y conscientemente hemos abrazado la fe en Cristo Jesús, tenemos que esforzarnos por gozar en todo momento y lugar del beneficio de su paz.

Necesitamos abrazar esa paz para ponderar y meditar las cosas que nos acaecen en lo más hondo de nuestro corazón, mirando a Santa María, la madre de Dios, como hijos pequeños y tan necesitados que buscan su auxilio y su protección, por ser ella el modelo más excelso de la gracia.

Por experiencia sabemos sobradamente que la conversión personal es cuestión de un instante, pero la santidad a la que estamos llamados es tarea que nos ocupa toda la vida.

Así las cosas, debemos emplearnos a fondo con todos los medios y en todas las jornadas de nuestra existencia para dar cumplimiento a este mandato evangélico:

"Sean, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre Dios que está en los cielos es perfecto" (Mt. 5, 48)

Dado que de él se desprende que nuestro obrar debe ser autentico, de una pieza, sin doblez, coherente con nuestras creencias y convicciones, sin temer al qué dirán, e incluso remando contra corriente si fuera necesario.

Tengamos en cuenta que el Evangelio (que es palabra de Dios) y la doctrina que nos proporciona el Magisterio de la Santa Madre Iglesia son la savia que nutre nuestra vida espiritual, la cual va inseparablemente unida a nuestra vida humanamente cotidiana, sea en el trabajo, en la familia, en el ocio adecuado y, cómo no, en la vida de piedad.

Desde esta perspectiva, como católicos responsables que un día decidimos voluntariamente seguir a Cristo, no podemos conformarnos con una entrega minimalista y rutinaria, un tanto superficial, como quienes quieren cubrir su expediente  justificando así el contenido de sus actos.


A tal efecto, sabido es que la vida espiritual es como un plano inclinado en el que o se avanza o irremediablemente se desciende, y a veces hasta tal punto que el alma se enfría tanto que deja de amar.

Por tal motivo, en la lucha ascética no sirven las medias tintas, ni los razonamientos vagos, ni las especulaciones baratas. 

Desde que nacimos a la vida de la gracia por medio del bautismo, nos jugamos mucho en esta efímera vida terrenal llena de oportunidades para merecer día a día y a cada instante los bienes necesarios para alcanzar el cielo.

Nuestra misión y nuestro compromiso consisten en identificarnos con Cristo, ser otros Cristos, los mismos Cristos, una laboriosa y heroica tarea a la que todos estamos llamados sin excepción.

Y para amar a Cristo no hay otro camino que tratarle para llegar a conocerle, y de esta forma cobijarle en nuestro interior para que presida nuestro obrar. Por ello tenemos la oportunidad de participar de los medios que pone a nuestro alcance la Iglesia como remedio para nuestra salvación eterna.

Con todo, debemos ser almas de oración continua, en medio del trabajo, hablando con nuestras amistades, al lado de nuestra familia, haciendo de la vida cotidiana aparentemente sin brillo una sinfonía espiritual exultante.

Desde hace dos mil años Jesús nos espera en el Sagrario, para contarle nuestras cosas, lo que va y lo que no funciona. También nos espera en la Eucaristía, para que comulguemos frecuentemente y mantener el latido contemplativo saludable.

Asimismo lo encontramos en el sacramento de la reconciliación, pidiéndole perdón por nuestras faltas, animados por su infinita misericordia.

Por consiguiente, no podemos seguir a Jesús unos instantes únicamente los domingos, quizá buscando la misa más corta y orquestada para que nos sea más "amena", sin caer en la cuenta de que el Sacrificio del Altar es el centro y razón de nuestra vida cristiana.

Y porque Jesucristo habita en nosotros le debemos la más alta consideración, pues sin Él nada podemos hacer. 

Meditemos por un instante cuántos minutos dedicamos al día en leer el Evangelio, en leer algún libro de lectura espiritual, en leer documentos provenientes del Vaticano, o en estar informados de las últimas noticias acerca del Santo Padre. Examinemos también cuánto tiempo empleamos en nuestro apostolado, o en hacer obras de caridad.

No podemos excusarnos diciendo que no tenemos tiempo, aunque esa sea la verdad, porque el Señor sí que tuvo tiempo para redimirnos en la Cruz, obedeciendo en todo al Padre.

Seamos consecuentes al sabernos hijos de Dios, pues Él se desvela por todos nosotros en quienes desde la eternidad piensa el momento justo en que debemos aparecer en escena.

Nuestra gratitud por todo lo que recibimos y por aquello que no poseemos, debe reflejarse permanentemente a lo largo de nuestro recorrido, y una forma tangible de llevarlo a cabo, no solamente los domingos, es demostrando que somos verdaderos hijos de un mismo Padre en cada momento de nuestras vidas.



Pantalones mojados  


Un niño de nueve años está ubicado en su pupitre y, de repente, hay un charco a sus pies y la parte de adelante de sus pantalones está mojada. Piensa que su corazón se va a detener porque no puede imaginarse como esto pudo haber sucedido.

Nunca antes le había pasado. Y sabe que cuando los niños se den cuenta no habrá final. Cuando las niñas se den cuenta, no volverán a hablarle mientras viva...

El niño piensa que su corazón se va a detener; agacha la cabeza y dice esta oración: “Querido Dios, ¡esta es una emergencia! ¡Necesito ayuda ahora! Dentro de cinco minutos estoy muerto”.

Al levantar la cabeza después de su oración ve venir a la maestra con una mirada que dice que ha sido descubierto.

Mientras la profesora camina hacia él, una compañera de nombre Susie va cargando un pez dorado en un acuario lleno de agua. Susie se tropieza frente a la profesora e inexplicablemente derrama toda el agua en el regazo del muchacho.

El niño aparenta estar enojado, pero al mismo tiempo está diciendo dentro de sí: “¡Gracias, Señor! ¡Gracias, Señor!” Ahora, de repente, en lugar de ser ridiculizado, el niño es objeto de simpatía. La profesora lo lleva rápidamente abajo y le hace poner unos shorts de gimnasia mientras se secan sus pantalones. Todos los otros niños están arrodillados limpiando alrededor de su pupitre. La simpatía es maravillosa. Pero como así es la vida, el ridículo que le habría tocado enfrentar fue pasado sobre alguien más: Susie. Ella trata de ayudar, pero le dicen que se quite. “Has hecho suficiente, torpe”.

Al final de la jornada, mientras están esperando el bus, el niño se dirige a Susie y, en un murmullo dice: “Lo hiciste a propósito, ¿verdad?”  Susie le responde, también en un murmullo: “Yo también me oriné en los pantalones una vez”.

Que Dios nos ayude a ver las oportunidades de hacer bien a los que siempre están alrededor de nosotros... Sigamos orando los unos por los otros.




Frutos del perdón


Perdonar es más propio de Dios, que del hombre que se deja arrastrar a la venganza. Pero hay ejemplos de personas que, buscando inspiración y fuerza en Jesús, murieron perdonando a sus verdugos. En el campo de concentración de Robensburg, luego de la Segunda Guerra Mundial se encontró este pasmoso texto:

Acuérdate, Señor, no sólo de los hombres y mujeres de buena voluntad, sino también de los de mala voluntad. No recuerdes tan sólo el sufrimiento que nos han causado; recuerda también los frutos que hemos dado gracias a ese sufrimiento: la camaradería, la lealtad, la generosidad, la humildad, el valor y la grandeza de ánimo que todo ello ha conseguido inspirar. Y cuando los llames a ellos a juicio, haz que esos frutos que hemos dado sirvan para su recompensa y perdón.

Emocionante testimonio de personas creyentes que supieron transformar una situación dura, injusta y terrible, en ocasión de crecimiento espiritual y de fraternidad humana, mientras rogaban a Dios, como Cristo en la cruz, que tuviera misericordia de sus crueles carceleros. Pide al Espíritu Santo derrame el mismo amor de Dios en tu corazón. Ese amor cambiará. Y que él te bendiga.


* Enviado por el P. Natalio





Meditación


Cuando el mundo te deprima, observa lo que te rodea con objetividad.

Avanza de manera positiva; no te dejes caer en una visión negativa.
Mira las cosas tal y como son. No permitas que las trivialidades te distraigan.

Haz lo que puedas, como puedas, con los recursos que tienes a tu disposición.

No menosprecies tus esfuerzos; cuentas con la fortaleza interior para cambiar lo que sea necesario.

Enfréntate a la situación con la intención de remediarla; haz lo que necesites para resolverla y dejarlo atrás.

Avanza en dirección a la felicidad; encamínate hacia tus sueños y alcanza tu estrella. Y recuerda que eres tú, quien lleva las riendas.





ORACIÓN POR LAS VOCACIONES


Señor Jesús, así como llamaste un día a los primeros discípulos para hacerles pescadores de hombres, continúa también ahora haciendo resonar tu invitación: ¡Ven y sígueme!

Da a los jóvenes y a las jóvenes la gracia de responder prontamente a tu voz. Sostén en sus fatigas apostólicas a nuestros obispos, sacerdotes y personas consagradas.

Da la perseverancia a nuestros seminaristas y a todos los que están realizando un ideal de vida totalmente consagrada a tu servicio.

Suscita en nuestra comunidad el espíritu misionero. Manda, Señor, operarios a tu mies y no permitas que la humanidad se pierda por falta de pastores, de misioneros, de personas entregadas a la causa del Evangelio.

María, Madre de la Iglesia, modelo de toda vocación, ayúdanos a decir "sí" al Señor que nos llama a colaborar en el designio divino de la salvación.

Amén





VOCACIONES SACERDOTALES Y RELIGIOSAS


Padre, tú llamas a cada uno de
nosotros por nombre y nos pides
que te sigamos.

 Bendice a tu Iglesia y danos dedicados
y generosos líderes de nuestras familias
y amigos quienes puedan servir a
tu pueblo como religiosas, sacerdotes,
diáconos y ministros laicos. 

Inspíranos mientras crecemos en tu
amor y abre nuestros corazones
para oír tu llamada.
Te lo pedimos en nombre de Cristo.
Amén.