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martes, 21 de enero de 2020

EL TESORO DE LOS PROBLEMAS


El tesoro de los problemas
Te abruman tantos problemas, parece que no hay salida. Oras y oras y parece que tu oración no es escuchada...


Por: Abraham Soto | Fuente: Catolicos Con Acción




Seguramente la noche anterior no has podido dormir pensando en cómo solucionar el problema que tienes ahora mismo. Das vuelta de un lado al otro y no sabes cómo salir de el y menos cuándo acabará.

De la misma manera están tus compañeros de clase, de trabajo o familiares. Todos tenemos problemas en la casa, con los amigos, en el trabajo, en fin… Si los problemas se convirtieran en un tesoro, pronto serías rico.

Oras y oras y parece que tu oración no es escuchada por Dios, pues los problemas empeoran y día a día se te suman más. Y la fe pronto se va debilitando hasta que te alejas de Dios.

A lo mejor estás leyendo este artículo desde una cama de enfermo, o desde tu oficina en medio de miles de actividades y regaños de tu jefe o quizá desde la universidad y ya no puedes con la carga académica. O tal vez en tu casa en medio de los problemas económicos de la familia y por qué no en medio de los conflictos en tu noviazgo.

¿Por qué a mi? es la pregunta que frecuentemente repites. Ahora te pregunto: ¿Acaso no has deseado alguna vez ser rico? ¿Recuerdas cuando arriba escribí “si los problemas se convirtieran en un tesoro, pronto serías rico?

Hoy te propongo una buena idea, a lo mejor no la perfecta, pero sí la que te ayudará a sobrellevar los problemas. En cada problema, identifica lo positivo. Cada problema trae consigo un tesoro, ese que aún no has descubierto porque sigues empeñado en quejarte.

Tómate un par de minutos. Piensa. Reflexiona. Pregúntate: ¿Cuál es el tesoro de mi problema? ¿Cuál es el lado positivo? ¿De qué me está salvando Dios?

Muchas veces nosotros queremos que las cosas ya sucedan, que los problemas se solucionen o que simplemente no existan. Dios sí existe y sus pensamientos no son iguales a los tuyos, ni tampoco a los míos. Su pensamiento y amor es divino, todo tiene un propósito, un tesoro.

¿Y María? Ella te ama diciéndote: “No se entristezca tu corazón ni te llenes de angustia. ¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre? ¿Acaso no soy tu ayuda y protección?”.

¡Ánimo! ¡Dios tiene un gran tesoro para ti!

PAPA FRANCISCO PIDE COLOCAR A LA PERSONA HUMANA AL CENTRO DE LA POLÍTICA


Papa Francisco pide colocar a la persona humana al centro de la política
Redacción ACI Prensa





El Papa Francisco recordó la obligación moral de “situar a la persona humana -en lugar de la mera búsqueda de poder o beneficio- en el centro de la política pública”.

Así lo indicó el Santo Padre al enviar un mensaje al Presidente Ejecutivo del Foro Económico Mundial (FEM), Klaus Schwab, con ocasión de la reunión anual que se lleva a cabo del 21 al 24 de enero en Davos – Klosters (Suiza).

En el mensaje entregado por el prefecto del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral, Cardenal Peter Turkson, quien es el representante de la Santa Sede en este evento, el Pontífice pide a los participantes “tener presente la alta responsabilidad moral que incumbe sobre cada uno de nosotros a la hora de buscar el desarrollo integral de todos nuestros hermanos y hermanas, incluidos los de las generaciones futuras”. 

“La consideración primordial, que nunca debe olvidarse, es que todos somos miembros de la única familia humana.  La obligación moral de cuidar unos de otros surge de este hecho, así como el principio correlativo de situar a la persona humana -en lugar de la mera búsqueda de poder o beneficio- en el centro de la política pública”, señaló el Pontífice.


A continuación, el mensaje completo del Papa Francisco:

Mientras el Foro Económico Mundial celebra su 50 aniversario, envío mis saludos y mis buenos deseos a todos los que participan en la reunión de este año.  Les agradezco su invitación a participar y he pedido al Cardenal Peter Turkson, Prefecto del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral, que asista como representante de la Santa Sede.

En estos años, el Foro Económico Mundial ha representado una oportunidad para que los diversas stakeholders se comprometieran a explorar formas innovadoras y eficaces de construir un mundo mejor.  También ha proporcionado un escenario para que la voluntad política y la cooperación mutua se orientasen y reforzasen para superar el aislamiento, el individualismo y la colonización ideológica que tristemente caracteriza buena parte del debate actual.

A la luz de los desafíos cada vez más numerosos e interrelacionados que afectan a nuestro mundo (cf. Laudato Si', 138 ss.), el tema elegido para este año -Stakeholders para un mundo coherente y sostenible- apunta a la necesidad de un mayor compromiso en todos los ámbitos para abordar con más eficacia las diversas cuestiones que enfrenta la humanidad.  A lo largo de los últimos cinco decenios, hemos sido testigos de transformaciones geopolíticas y cambios significativos, desde la economía y los mercados laborales hasta la tecnología digital y el medio ambiente.  Muchos de estos acontecimientos han beneficiado a la humanidad, mientras que otros han tenido efectos adversos y han creado importantes lagunas de desarrollo.  Si por una parte los desafíos de hoy no son los mismos que los de hace medio siglo, hay una serie de características que siguen siendo relevantes al comenzar una nueva década.

La consideración primordial, que nunca debe olvidarse, es que todos somos miembros de la única familia humana.  La obligación moral de cuidar unos de otros surge de este hecho, así como el principio correlativo de situar a la persona humana -en lugar de la mera búsqueda de poder o beneficio- en el centro de la política pública.  Este deber incumbe, además, tanto a los sectores empresariales como a los gobiernos, y es indispensable en la búsqueda de soluciones equitativas a los desafíos que enfrentamos.  Por consiguiente, es necesario ir más allá de los enfoques tecnológicos o económicos a corto plazo y tener plenamente en cuenta la dimensión ética en la búsqueda de soluciones a los problemas actuales o en la propuesta de iniciativas para el futuro.

Con demasiada frecuencia, las visiones materialistas o utilitarias, a veces ocultas, a veces aplaudidas, conducen a prácticas y estructuras, motivadas en gran parte o incluso únicamente por el interés propio,  que consideran a los demás como un medio para alcanzar un fin y conllevan una falta de solidaridad y de caridad que a su vez da lugar a una verdadera injusticia, mientras que un desarrollo humano verdaderamente integral puede prosperar solamente cuando todos los miembros de la familia humana están incluidos en la búsqueda del bien común y contribuyen a él.  Cuando se busca el verdadero progreso, no hay que olvidar que atropellar la dignidad de otra persona es, de hecho, debilitar el propio valor.

En mi carta encíclica Laudato Si', llamaba la atención sobre la importancia de una "ecología integral" que tenga en cuenta la totalidad de las implicaciones de la complejidad y de las interconexiones de nuestra casa común.  Este enfoque ético renovado e integrado requiere un humanismo “que de por sí convoca a los distintos saberes, también al económico, hacia una mirada más integral e integradora”.

Reconociendo los logros de los últimos cincuenta años, espero que los participantes en el Foro de hoy, y en los que se celebrarán en el futuro, tengan presente la alta responsabilidad moral que incumbe sobre cada uno de nosotros a la hora de buscar el desarrollo integral de todos nuestros hermanos y hermanas, incluidos los de las generaciones futuras.  Ojalá sus discusiones conduzcan a un aumento de la solidaridad, especialmente con los más necesitados, que experimentan la injusticia social y económica y cuya existencia misma está incluso amenazada.

A los participantes en el Foro renuevo mis fervientes deseos de un encuentro fructífero e invoco sobre todos ustedes las bendiciones divinas de sabiduría.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MARTES 21 DE ENERO DE 2020


Lecturas de hoy Martes de la 2ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, martes, 21 de enero de 2020



Primera lectura
Lectura del primer libro de Samuel (16,1-13):

En aquellos dias, el Señor dijo a Samuel: «¿Hasta cuándo vas a estar lamentándote por Saúl, si yo lo he rechazado como rey de Israel? Llena la cuerna de aceite y vete, por encargo mío, a Jesé, el de Belén, porque entre sus hijos me he elegido un rey.»
Samuel contestó: «¿Cómo voy a ir? Si se entera Saúl, me mata.»
El Señor le dijo: «Llevas una novilla y dices que vas a hacer un sacrificio al Señor. Convidas a Jesé al sacrificio, y yo te indicaré lo que tienes que hacer; me ungirás al que yo te diga.»
Samuel hizo lo que le mandó el Señor. Cuando llegó a Belén, los ancianos del pueblo fueron ansiosos a su encuentro: «¿Vienes en son de paz?»
Respondió: «Sí, vengo a hacer un sacrificio al Señor. Purificaos y venid conmigo al sacrificio.»
Purificó a Jesé y a sus hijos y los convidó al sacrificio. Cuando llegó, vio a Eliab y pensó: «Seguro, el Señor tiene delante a su ungido.»
Pero el Señor le dijo: «No te fijes en las apariencias ni en su buena estatura. Lo rechazo. Porque Dios no ve como los hombres, que ven la apariencia; el Señor ve el corazón.»
Jesé llamó a Abinadab y lo hizo pasar ante Samuel; y Samuel le dijo: «Tampoco a éste lo ha elegido el Señor.»
Jesé hizo pasar a Samá; y Samuel le dijo: «Tampoco a éste lo ha elegido el Señor.»
Jesé hizo pasar a siete hijos suyos ante Samuel; y Samuel le dijo: «Tampoco a éstos los ha elegido el Señor.»
Luego preguntó a Jesé: «¿Se acabaron los muchachos?»
Jesé respondió: «Queda el pequeño, que precisamente está cuidando las ovejas.»
Samuel dijo: «Manda por él, que no nos sentaremos a la mesa mientras no llegue.»
Jesé mandó a por él y lo hizo entrar: era de buen color, de hermosos ojos y buen tipo.
Entonces el Señor dijo a Samuel: «Anda, úngelo, porque es éste.»
Samuel tomó la cuerna de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. En aquel momento, invadió a David el espiritu del Señor, y estuvo con él en adelante. Samuel emprendió la vuelta a Ramá.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 88,20.21-22.27-28

R/. Encontré a David, mi siervo

Un dia hablaste en visión a tus amigos:
«He ceñido la corona a un héroe,
he levantado a un soldado sobre el pueblo.» R/.

«Encontré a David, mi siervo,
y lo he ungido con óleo sagrado;
para que mi mano esté siempre con él
y mi brazo lo haga valeroso.» R/.

«Él me invocará: "Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora";
y yo lo nombraré mi primogénito,
excelso entre los reyes de la tierra.» R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (2,23-28):

Un sábado, atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas.
Los fariseos le dijeron: «Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?»
Él les respondió: «¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros.»
Y añadió: «El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado.»

Palabra del Señor





Comentario al Evangelio de hoy martes, 21 de enero de 2020
José Luis Latorre, cmf


“El sábado es para el hombre, no el hombre para el sábado”

Queridos amigos

Esta es una de las frases redondas de Jesús. Seguramente quedó muy gravada en la memoria de sus discípulos y orientó con claridad la vida y el comportamiento de las comunidades cristianas que vivían inmersas en el judaísmo y el paganismo, y que ha orientado el devenir de la Iglesia a lo largo de los siglos. Un pensamiento que ayudó –y nos ayuda hoy también- a no absolutizar normas, leyes, costumbres, ritos… sino ponerlos siempre al servicio de la norma suprema: el bien y la vida de la persona. Tanto para David como para Jesús dar de comer al que lo necesita está por delante de todo; solo el amor a Dios y al próximo es lo principal y primero; no hay otra norma suprema.

Hay personas tan obedientes a Dios que al final van contra su voluntad más clara. Son tan estrictas en el cumplimiento de las normas y leyes de la Iglesia que dejan en segundo lugar el amor, la misericordia, el perdón, la comprensión y el respeto a la persona. Son como los fariseos que daban más importancia a la Ley que a sus valores, porque para ellos lo escrito y mandado era lo que había que hacer y cumplir olvidando la Palabra del Señor: “este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí”. La Ley y sus valores están al servicio de la persona, la libertad, la alegría y la comunidad. ¡Cuidado con los fundamentalismos, moralismos y ritualismos! Todos los extremos son peligrosos; de ahí la importancia de este gran principio de comportamiento de Jesús.

Jesús encarnado procuró el bien, la felicidad, la alegría, la paz para todos, y la unidad de la comunidad. Él mismo dice: “Yo he venido para que tengan vida y ésta en abundancia”. Jesús privilegia siempre la vida e insiste en el valor de la persona; un valor que es preciso recuperar hoy, primero frente a una religión tan organizada que sea una máquina de exclusión, y segundo frente a una sociedad que privilegia a los fuertes y excluye a los débiles.

Si este principio de Jesús orientó la vida de los primeros cristianos en una sociedad y religión excluyente, también hoy debe orientar la vida de los cristianos en nuestras comunidades y sociedades. No podemos quedarnos tranquilos viendo cómo niños, jóvenes, adultos y ancianos son marginados, excluidos, maltratados e ignorados. Un cristiano y una comunidad cristiana debe alzar la voz y actuar en consecuencia con la Palabra de Jesús: “El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado”.

José Luis Latorre, Misionero Claretiano