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lunes, 20 de abril de 2020

LA HISTORIA DE LA MUJER QUE QUISO SER ENTERRADA CON UN TENEDOR EN LA MANO


La historia de la mujer que quiso ser enterrada 
con un tenedor en la mano
Sabía que algo mejor estaba por venir... ¡Algo maravilloso y sustancioso!


Por: Historias Urbanas | Fuente: aciprensa.com




Había una mujer que había sido diagnosticada con una enfermedad incurable y a la que le habían dado sólo tres meses de vida. Así que empezó a poner sus cosas "en orden".

Contactó a su sacerdote y lo citó en su casa para discutir algunos aspectos de su última voluntad.

Le dijo cuáles canciones quería que se cantaran en su misa de cuerpo presente, qué lecturas hacer y con qué traje deseaba ser enterrada.

La mujer también solicitó ser enterrada con su Biblia favorita. Todo estaba en orden y el sacerdote se estaba preparando para irse cuando la mujer recordó algo muy importante para ella. "Hay algo más", dijo ella exaltada. "¿Qué es?" respondió el sacerdote. "Esto es muy importante", continuó la mujer. "Quiero ser enterrada con un tenedor en mi mano derecha." El sacerdote se quedó impávido mirando a la mujer, sin saber exactamente qué decir. "Eso lo sorprende, ¿o no?" preguntó la mujer.

"Bueno, para ser honesto, estoy intrigado con la solicitud", dijo el sacerdote.

La mujer explicó: "En todos los años que he asistido a eventos sociales y cenas de compromiso, siempre recuerdo que cuando se retiraban los platos del platillo principal, alguien inevitablemente se agachaba y decía, 'Quédate con tu tenedor'. Era mi parte favorita porque sabía que algo mejor estaba por venir... como pastel de chocolate o dulce de manzana. ¡Algo maravilloso y sustancioso!

Así que quiero que la gente me vea dentro de mi ataúd con un tenedor en mi mano y quiero que se pregunten '¿Qué hará con ese tenedor?'. Después quiero que usted les diga: 'Se quedó con su tenedor porque lo mejor está por venir'.."

Los ojos del sacerdote se llenaron de lágrimas de alegría mientras abrazaba a la mujer despidiéndose. Él sabía que ésta sería una de las últimas veces que la vería antes de su muerte. Pero también sabía que la mujer tenía un mejor concepto del Cielo que él mismo. Ella sabía que algo mejor estaba por venir.

En el funeral la gente pasaba por el ataúd de la mujer y veían el precioso vestido que llevaba, su Biblia favorita y el tenedor puesto en su mano derecha.

Una y otra vez el sacerdote escuchó la pregunta: "¿Qué hará con el tenedor?" y una y otra vez él sonrió. Durante su mensaje el sacerdote le platicó a las personas la conversación que había tenido con la mujer poco tiempo antes de que muriera. También les habló acerca del tenedor y qué era lo que simbolizaba para ella. El sacerdote les dijo a las personas cómo él no podía dejar de pensar en el tenedor y también que probablemente ellos tampoco podrían dejar de pensar en él. Estaba en lo correcto.

Así que la próxima vez que tomes en tus manos un tenedor, déjalo recordarte que lo mejor está aún por venir.

PAPA FRANCISCO: SER BUEN CRISTIANO NO ES SOLAMENTE CUMPLIR MANDAMIENTOS



Papa Francisco: Ser buen cristiano no es solamente cumplir mandamientos
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
Foto: Vatican Media




El Papa Francisco señaló que “ser cristiano no es solamente cumplir los mandamientos” sino permitir que el Espíritu Santo conduzca con docilidad y libertad.

“Ser cristiano no es solamente cumplir los mandamientos: hay que cumplirlos, eso es verdad; pero si te detienes allí, no eres un buen cristiano. Ser buen cristiano es dejar que el Espíritu entre en nosotros y te conduzca donde Él quiere. Esta es la libertad del Espíritu. Que el Señor nos ayude a ser siempre dóciles al Espíritu Santo”, así lo indicó el Santo Padre durante su homilía de la Misa en la Casa Santa Marta este lunes 20 de abril.


Al reflexionar en el pasaje del Evangelio de San Juan (Jn 3:1-8) que relata el encuentro de Jesús con Nicodemo, el Pontífice comentó que “en nuestra vida cristiana, muchas veces nos detenemos como Nicodemo, delante el ‘por lo tanto’, no sabemos qué paso dar, no sabemos cómo hacerlo, no tenemos la confianza en Dios para dar ese paso y dejar entrar al Espíritu”.

Por ello, el Papa Francisco invitó a “nacer de nuevo, dejar que el Espíritu Santo entre en nosotros y que sea el Espíritu para guiar y no yo, y aquí, libre, con esta libertad del Espíritu que nunca sabrás dónde acabarás”.

“El salto que la confesión que Nicodemo debe hacer es (…) él no sabe cómo hacerla, porque el Espíritu es imprevisible, la definición del Espíritu que Jesús da aquí es interesante: el viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu, es decir, libre, persona que se deja llevar de una parte a la otra por el Espíritu Santo. Esta es la libertad del Espíritu y quien hace esto es una persona dócil, y aquí se habla de la docilidad al Espíritu”, advirtió.


En esta línea, el Papa describió que cuando “los apóstoles estaban en el cenáculo, cuando vino el Espíritu, salieron a predicar esa valentía, con aquella franqueza, no sabían que esto iba a suceder; y lo hicieron, porque el Espíritu los estaba guiando”.

“El cristiano no debe nunca detenerse solamente en el cumplimiento de los Mandamientos: hay que cumplirlos, pero, ir más allá, hacia este nacimiento nuevo, que es el nacimiento en el Espíritu y te da la libertad del Espíritu”, afirmó.

Además, el Santo Padre comentó también la primera lectura de los Hechos de los Apóstoles (Hechos 4:23-31) para referir que “esto es lo que sucedió a esta comunidad cristiana, en la primera lectura, después de que Juan y Pedro regresaron de aquel interrogatorio que tuvieron con los sacerdotes”.

“Fueron a ver a sus hermanos en esta comunidad y reportaron lo que los jefes de los sacerdotes y los ancianos les había dicho. Y la comunidad, cuando escucharon esto, todos juntos, se asustaron un poco ¿Y qué hicieron? Rezaron. No se detuvieron en las medidas de precaución, ‘no, hagamos esto ahora, vayamos un poco más tranquilos’: no. Rezar”.

En este sentido, el Papa aconsejó: “dejar que sea el Espíritu quien les diga qué hacer. Levantaron sus voces a Dios diciendo: ‘Señor’ y rezaron. Esta hermosa oración de un momento obscuro, de un momento en el que tienen que tomar decisiones y no saben qué hacer. Quieren nacer del Espíritu, abrir sus corazones al Espíritu: que sea Él quien lo diga… Y preguntan: ‘Señor, Herodes y Poncio Pilato con las naciones y los pueblos de Israel se han aliado contra tu Espíritu Santo y contra Jesús’. Cuentan la historia y dicen: ¡Señor, haz algo!”

“Y ahora, Señor, dirige tu mirada a aquel grupo de sacerdotes, aquel el de las amenazas y concede a tus siervos, de proclamar, con toda franqueza tu palabra, piden la franqueza, la valentía, el no tener miedo, extendiendo su mano hasta que se realicen ‘curaciones, señales y prodigios en el nombre de Jesús’. Y cuando terminaron su oración, el lugar donde estaban reunidos tembló, y todos quedaron llenos del Espíritu Santo y predicaron la Palabra de Dios con franqueza. Un segundo Pentecostés ocurrió aquí”, expresó.

Finalmente, el Papa subrayó que “ante las dificultades, delante a una puerta cerrada, que no sabían cómo ir hacia adelante, van hacia el Señor, abren sus corazones y el Espíritu viene y les da lo que necesitan y salen a predicar con valentía, y hacia adelante. Esto es nacer del Espíritu, esto no se detiene en el ‘por lo tanto’, en el ‘por lo tanto’ de las cosas que siempre se ha hecho, en el ‘por lo tanto’, después de los Mandamientos, en el ‘por lo tanto’ después de las costumbres religiosas: ¡no! Esto es nacer de nuevo”.

“¿Y cómo se prepara uno para nacer de nuevo? Con la oración. La oración es la puerta que nos abre al Espíritu y nos da esta libertad, esta franqueza, esta valentía del Espíritu Santo. Que nunca sabrás a dónde te llevará, pero es el Espíritu” y concluyó pidiendo al Señor que “nos ayude a estar siempre abiertos al Espíritu, porque será Él quien nos llevará hacia adelante, en nuestra vida de servicio al Señor”.

Lecturas comentadas por el Papa Francisco:
Juan 3:1-8

1 Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, magistrado judío. 2 Fue éste donde Jesús de noche y le dijo: «Rabbí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede realizar las señales que tú realizas si Dios no está con él.» 3 Jesús le respondió: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios.» 4 Dícele Nicodemo: «¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo? ¿Puede acaso entrar otra vez en el seno de su madre y nacer?» 5 Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. 6 Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu. 7 No te asombres de que te haya dicho: Tenéis que nacer de lo alto. 8 El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu.»

Hechos 4:23-31

23 Una vez libres, vinieron a los suyos y les contaron todo lo que les habían dicho los sumos sacerdotes y ancianos.24 Al oírlo, todos a una elevaron su voz a Dios y dijeron: «Señor, tú que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, 25 tú que has dicho por el Espíritu Santo, por boca de nuestro padre David, tu siervo: ¿A qué esta agitación de las naciones, estos vanos proyectos de los pueblos? 26 Se han presentado los reyes de la tierra y los magistrados se han aliado contra el Señor y contra su Ungido. 27 «Porque verdaderamente en esta ciudad se han aliado Herodes y Poncio Pilato con las naciones y los pueblos de Israel contra tu santo siervo Jesús, a quien has ungido, 28 para realizar lo que en tu poder y en tu sabiduría habías predeterminado que sucediera. 29 Y ahora, Señor, ten en cuenta sus amenazas y concede a tus siervos que puedan predicar tu Palabra con toda valentía, 30 extendiendo tu mano para realizar curaciones, señales y prodigios por el nombre de tu santo siervo Jesús.» 31 Acabada su oración, retembló el lugar donde estaban reunidos, y todos quedaron llenos del Espíritu Santo y predicaban la Palabra de Dios con valentía.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY LUNES 20 DE ABRIL DE 2020


Lecturas de hoy Lunes de la 2ª semana de Pascua
Hoy, lunes, 20 de abril de 2020




Primera lectura
Lectura del Libro de los Hechos de los apóstoles (4,23-31):

EN aquellos días, Pedro y Juan, puestos en libertad, volvieron a los suyos y les contaron lo que les habían dicho los sumos sacerdotes y los ancianos.
Al oírlo, todos invocaron a una a Dios en voz alta, diciendo:
«Señor, tú que hiciste el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos; tú que por el Espíritu Santo dijiste, por boca de nuestro padre David, tu siervo:
“¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos planean proyectos vanos? Se presentaron los reyes de la tierra, los príncipes conspiraron contra el Señor y contra su Mesías”.
Pues en verdad se aliaron en esta ciudad Herodes y Poncio Pilato con los gentiles y el pueblo de Israel contra tu santo siervo Jesús, a quien tú ungiste, para realizar cuanto tu mano y tu voluntad habían determinado que debía suceder. Ahora, Señor, fíjate en sus amenazas y concede a tus siervos predicar tu palabra con toda valentía; extiende tu mano para que realicen curaciones, signos y prodigios por el nombre de tu santo siervo Jesús».
Al terminar la oración, tembló el lugar donde estaban reunidos; los llenó a todos el Espíritu Santo, y predicaban con valentía la palabra de Dios.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 2,1-3.4-6.7-9

R/. Dichosos los que se refugian en ti, Señor

¿Por qué se amotinan las naciones
y los pueblos planean un fracaso?
Se alían los reyes de la tierra,
los príncipes conspiran
contra el Señor y contra su Mesías:
«Rompamos sus coyundas,
sacudamos su yugo». R/.

El que habita en el cielo sonríe,
el Señor se burla de ellos.
Luego les habla con ira,
los espanta con su cólera:
«Yo mismo he establecido a mi Rey
en Sion, mi monte santo». R/.

Voy a proclamar el decreto del Señor;
él me ha dicho: «Tú eres mi hijo:
yo te he engendrado hoy.
Pídemelo:
te daré en herencia las naciones;
en posesión, los confines de la tierra:
los gobernarás con cetro de hierro,
los quebrarás con jarro de loza». R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (3,1-8):

HABÍA un hombre del grupo de los fariseos llamado Nicodemo, jefe judío. Este fue a ver a Jesús de noche y le dijo:
«Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él».
Jesús le contestó:
«En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios».
Nicodemo le pregunta:
«¿Cómo puede nacer un hombre siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer?».
Jesús le contestó:
«En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: “Tenéis que nacer de nuevo”; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabemos de dónde viene ni adónde va. Así es todo lo que ha nacido del Espíritu».

Palabra del Señor





Comentario al Evangelio de hoy lunes, 20 de abril de 2020
Eguione Nogeira, Misionero Claretiano


¡Queridos hermanos!

El salmo empieza con un ruido, una sublevación de los reyes, como si la orientación histórica, el futuro de la humanidad, estuviera en manos de los hombres, de los que gobiernan las naciones, incluso en contra de Dios. Lo que estamos viviendo en estos momentos de pandemia nos lleva percibir que el futuro no está garantizado: no somos omnipotentes; nuestros proyectos, programaciones, rutinas… se han escapado de nuestras manos; nuestra finitud se muestra, ahora más que nunca, a flor de piel.

Pero esto no significa que hay que rendirse. El refrán del salmo “Dichosos los que se refugian en ti, Señor” proclama la dicha de quien se acoge a Dios. Buscar refugio o acogida en el Señor es un acto de confianza total en Dios, en cuyas manos están los hilos de la Historia y de nuestra historia particular, de nuestra vida. Lo mismo dice, con la imagen del viento, el Evangelio: “el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabemos de dónde viene ni adónde va”.  Él es el “punto omega” hacia el que se encamina todo lo creado.

Por eso, orar con este salmo es situarse ante Dios, deponer la rebeldía y el deseo de omnipotencia y saberse acogido desde nuestra fragilidad en las manos de Dios. Este es, en el fondo, el tema del dialogo de Jesús con Nicodemo, que nos acompañará en los próximos días: ¿la salvación es fruto del cumplimiento de la Ley o es un don gratuito de Dios?

El Evangelio nos sitúa en la noche. Muchos de nosotros nos sentimos como en una larga noche. Necesitamos una luz que alumbre nuestras preguntas, nuestros miedos, nuestras incertidumbres. Nicodemo, trae consigo muchas dudas, pero busca la respuesta. Y la encuentra. No de la forma que buscaba, en un Mesías poderoso, que todo puede solucionar como por arte de magia, sino en el Hijo del hombre elevado en la cruz, prueba suprema del amor del Padre hacia la humanidad.

Para comprender esto es necesario nacer de lo alto, es decir, aceptar la vida como don, del que no podemos disponer por nosotros mismos. Aceptar nuestra existencia como don es, en definitiva, acoger la filiación divina regalada por el Hijo de Dios y vivirla con en fraternidad, que es consecuencia de esta filiación.    

Vuestro hermano en la fe,

Eguione Nogueira, cmf