Páginas

viernes, 8 de mayo de 2020

HOY ES LA FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN, 8 DE MAYO


Nuestra Señora de Luján
Patrona de Argentina


Por: n/a | Fuente: ACI Prensa




A 60 kilómetros al oeste de Buenos Aires se halla la villa de Luján. En 1630 no había en aquel paraje ningún rastro de población y sólo era frecuentado por las caravanas de carretas y las rescuas de mulas tucumanas que bajaban o subían del puerto de Buenos Aires.

Sucedió que un portugués dueño de una estancia, a cuarenta leguas de la ciudad, trató de erigir en ella una modesta capilla dedicada a la Inmaculada Concepción de la Virgen. Para esto le pidió a un amigo de Brasil que le envíe una imagen pequeña de la Virgen en aquel misterio. Su amigo le envió dos imágenes en bulto: una que representaba a María en su Inmaculada Concepción y que hoy se venera en el santuario de Luján y otra que tenía en sus brazos al Niño Jesús y ahora es venerada en Sumampa.

Partió entonces de Buenos Aires el encargado de conducir las imágenes. En la tarde del tercer día se detuvo la caravana para pasar la noche y al día siguiente el conductor de las imágenes preparó los bueyes para proseguir el viaje pero éstos no se movían. Vinieron en su ayuda troperos y peones pero no tuvieron suerte. Finalmente juzgaron que era necesario aliviar el peso de la carreta. Descargaron las imágenes y en ese momento los bueyes pudieron moverse con facilidad. Queriendo cerciorarse si el obstáculo provenía de las imágenes las pusieron nuevamente en la carreta y no se pudo mover. Entonces viendo que las imágenes se querían quedar en aquel lugar decidieron que una de ellas permaneciera en la Cañada y la entregaron al dueño de esas tierras. La fama del prodigio corrió hasta Buenos Aires y no faltaron quienes emprendieron un viaje a Luján para contemplar la imagen.

En 1887 la imagen fue coronada canónicamente por el Papa León XIII

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY 8 DE MAYO DE 2020


Lecturas de hoy Viernes de la 4ª semana de Pascua
Hoy, viernes, 8 de mayo de 2020



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (13,26-33):

EN aquellos días, cuando llegó Pablo a Antioquía de Pisidia, decía en la sinagoga:
«Hermanos, hijos del linaje de Abrahán y todos vosotros los que teméis a Dios: a nosotros se nos ha enviado esta palabra de salvación. En efecto, los habitantes de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a Jesús ni entendieron las palabras de los profetas que se leen los sábados, pero las cumplieron al condenarlo. Y, aunque no encontraron nada que mereciera la muerte, le pidieron a Pilato que lo mandara ejecutar. Y, cuando cumplieron todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del madero y lo enterraron. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos. Durante muchos días, se apareció a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo. También nosotros os anunciamos la Buena Noticia de que la promesa que Dios hizo a nuestros padres, nos la ha cumplido a nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús. Así está escrito en el salmo segundo:
“Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy”».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 2,6-7.8-9.10-11

R/. Tu eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy

«Yo mismo he establecido a mi Rey
en Sión, mi monte santo».
Voy a proclamar el decreto del Señor;
él me ha dicho: «Tú eres mi Hijo:
yo te he engendrado hoy. R/.

Pídemelo:
te daré en herencia las naciones,
en posesión, los confines de la tierra:
los gobernarás con cetro de hierro,
los quebrarás como jarro de loza». R/.

Y ahora, reyes, sed sensatos;
escarmentad, los que regís la tierra:
servid al Señor con temor,
rendidle homenaje temblando. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (14,1-6):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, os lo habría dicho, porque me voy a prepararos un lugar. Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino».
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?».
Jesús le responde:
«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy viernes, 8 de mayo de 2020
Óscar Romano, cmf


A la paz de Dios:

Muchos días en casa. A veces disfrutando, otras sufriendo. Otros no tienen casa donde resguardarse de la pandemia. Hay casas soleadas y casas grises. Casas y hogares. En unas hay paz, en otras una violencia que salta en chispazos a cada momento. Quédate en casa.

Cada uno en su casa, y Dios en la de todos. La casa de Dios tiene muchas estancias. La casa de Dios, que es la Iglesia, también tiene muchas estancias. Caben los abuelos que cada día van a misa, y quien la pisa solo en contadas ocasiones. Caben esas personas que saben que allí son acogidas, cuando tantas veces en otros lugares pasan de ellos. Cabe quien escucha y quien se siente escuchado. En esta casa caben las alegrías de los niños, las rebeldías de los jóvenes, las dudas de los inquietos, los pecados y pecadillos de todos. Una Iglesia que se hace más casa en estos días.

Todos tenemos ganas de volver a esa nueva normalidad. Ganas de ponernos en camino. Pero conviene recordar que aquel que no sabe adónde va siempre acaba en otra parte. Jesús hoy se presenta como el camino que nos conduce al Padre, como la verdad que ilumina la vida de los pueblos (al Padre se llega como pueblo o no se llega), como la vida de un mundo que ha quedado en suspenso. Pues eso, hasta su casa con Él: Camino, Verdad, Vida.

Vuestro hermano y amigo
Óscar Romano

EN LOS MOMENTOS MALOS, EL PAPA FRANCISCO INVITA A DEJARSE CONSOLAR POR EL SEÑOR


En los momentos malos, el Papa invita a dejarse consolar por el Señor
Redacción ACI Prensa
Foto: Vatican Media



El Papa Francisco reconoció, durante la Misa celebrada este viernes 8 de mayo en la Casa Santa Marta, que en los momentos malos “no es fácil dejarse consolar por el Señor y nos enfadamos con el Señor”. Sin embargo, invitó a dejar que venga “y nos hable con dulzura, con cercanía, con ternura, con verdad y con esperanza”.

Cercanía, verdad y esperanza son los tres trazos que, según el Santo Padre, caracterizan la consolación del Señor.

Para explicarlo, el Pontífice recurrió a la escena que tiene lugar justo después de la última cena, cuando Jesús está todavía a la mesa con sus discípulos y conversan: “Jesús está triste y todos están tristes. Jesús había dicho que iba a ser traicionado pro uno de ellos, y todos perciben que algo malo iba a suceder”.

Entonces, “el Señor comienza a consolar a los suyos. Uno de los oficios del trabajo del Señor es consolar. El Señor consuela a sus discípulos, y aquí vemos cómo es el modo de consolar de Jesús”: con cercanía, sinceridad y esperanza.

Cercanía

El Papa explicó que Jesús “siempre está”. “Sabemos que él está, muchas veces en silencio”. “La cercanía es el estilo de Dios también en la encarnación. Hacerse cercano a nosotros”.


Subrayó que “el Señor consuela en cercanía. Y no usa palabras vacías. De hecho, prefiere el silencio. La fuerza de la cercanía, de la presencia, y habla poco, pero es cercano”.

Verdad

Un segundo trazo del modo de consolar de Jesús es la verdad. “Jesús es sincero. No dice cosas formales que son mentiras. ‘No, estad tranquilos, todo pasará, no sucederá nada, las cosas pasan…’. No. Dice la verdad”.

“No esconde la verdad, porque Él mismo dice ‘Yo soy la verdad’. Y la verdad es ‘Yo me voy’, es decir, ‘Yo me moriré’. Estamos ante la muerte, es la verdad. Y lo dice sencillamente, y también con delicadeza, sin herir, pero estamos ante la muerte. No esconde la verdad”.

Esperanza

El tercer trazo: Jesús consuela con esperanza. “Sí, es un momento duro, pero ‘no se turbe vuestro corazón’. ‘Creed también en mí’. Os digo una cosa: ‘En la casa de mi Padre hay muchas mansiones’. ‘Voy a prepararos un puesto’. Primero va a abrir las puertas, las puertas de aquel puesto, por el cual nosotros pasaremos todos. Espero. Luego, ‘volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros’”.

“El Señor regresa cada vez que alguno de nosotros se encuentra en camino para marcharse de este mundo. ‘Vendré y os tomaré’. Esa es la esperanza: vendrá, nos tomará de la mano y nos llevará. No dice, ‘no, bueno, no pasa nada, no sufriréis’. No, dice la verdad: ‘Estoy cercano a vosotros, esta es la verdad, un momento malo, de peligro, de muerte, pero que no se turbe vuestro corazón. Permaneced en la paz que está en la base de todo consuelo. Porque yo vendré, os tomaré de la mano y os llevaré donde estoy yo’”.

El Papa Francisco concluyó pidiendo “la gracia de aprender a dejarnos consolar por el Señor. La consolación del Señor es sincera, no es anestesia, no, pero es cercana, verdadera, y nos abre la puerta de la esperanza”.

Evangelio comentado por el Papa Francisco:

Juan 14:1-6

1 «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí.

2 En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar.

3 Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros.

4 Y adonde yo voy sabéis el camino.»

5 Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»

6 Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 8 DE MAYO


Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro
8 de mayo




San Pedro cayó en el pecado de negar al Maestro; pero luego consiguió el arrepentimiento y, tras el arrepentimiento, alcanzó el perdón.

No nos cuesta mucho imaginar que San Pedro acudió a la Madre de Jesús para que ella le alcanzara el perdón de su divino Hijo, y tampoco nos cuesta imaginar el afecto y la ternura con que fue recibido el apóstol pecador, arrepentido y lloroso.

Ese y no otro debe ser el camino que nosotros debemos seguir, si en alguna oportunidad caemos en pecado; no debemos desesperar del perdón, pues conocemos las entrañas de misericordia con que Dios nos espera, pero haremos muy bien en acudir a la Madre del perdón, para que sea ella la que nos presente al divino Redentor.

Madre del amor, suscita en nosotros el arrepentimiento sincero de nuestras culpas.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 7 DE MAYO


Los cinco minutos de María
Mayo 7



El amor que María tuvo a Dios fue un amor verdaderamente perfecto, porque amó a Dios con toda su intensidad y esa intensidad llegó a tal grado que nunca jamás ningún ser creado pudo ni de lejos igualar.

Ella sola cumplió al pie de la letra el precepto de amar a Dios con todo el corazón, con todas las fuerzas, con toda la mente y con toda el alma.

La medida de nuestro amor a Dios la dará el hecho de amarlo sin medida, sin límites, sin restricciones ni excepciones de ninguna clase.

Como afirma San Pablo, nada nos podrá separar del amor de Cristo: ni el hambre, ni la persecución, ni la muerte, ni ninguna otra cosa; siempre estaremos unidos a Él con los vínculos de la caridad.
Madre de la que hemos recibido el fruto de la vida, que no perdamos esa vida.



* P. Alfonso Milagro