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lunes, 22 de junio de 2020

A MARÍA POR JESÚS


A María por Jesús



El título de esta reflexión no es un error de escritura, sino la pura verdad. Porque estamos acostumbrados a oír decir: “A Jesús por María”, y es una gran verdad también, porque por María se va a Jesús, y por Jesús se va al Padre eterno.

Pero queremos demostrar que el reverso de la moneda también se cumple, es decir, que por Jesús se va a María. ¿Acaso Jesús no confió su Madre al apóstol más amado? Efectivamente quien tiene mucho amor y devoción a la Virgen es porque Jesús se lo ha sugerido, se lo ha infundido en el alma, y porque es un alma muy amada de Jesús quien tiene gran devoción a María.

Decimos que cuando pedimos algo a Jesús, se lo podemos pedir por María. Y es cierto también que si queremos obtener algo de la Virgen, que es la Omnipotencia suplicante, se lo debemos pedir por Jesús, en atención a su Jesús, que Ella ama tan profundamente y, diríase casi infinitamente.

Así que si queremos obtener infaliblemente algo de la Santísima Virgen, debemos pedírselo por Jesús, a quien Ella ama tanto, y lo conseguiremos.

Si tenemos mucho amor a María, agradezcamos a Jesús que nos ha regalado ese amor, pues fue Él quien nos ha implantado en el corazón esa devoción mariana.

En esta imagen que acompaña este artículo, podemos ver a Nuestra Señora de la Confianza, que ilustra esta verdad que queremos demostrar. Efectivamente vemos en este cuadro al Divino Niño Jesús en brazos de María, y señalando con su dedito divino a la Virgen. Con esto sobran las palabras, pues es el mismo Hijo de Dios quien nos indica a la Virgen y nos lleva hacia Ella.

Los hijos más amados del Señor, los predilectos de Él, son también muy amantes de la Virgen, pues es Jesús mismo quien los ha llevado a María.

¡Ave María purísima! ¡Sin pecado concebida!



* Sitio Santísima Virgen

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 22 DE JUNIO DE 2020


Lunes de la duodécima semana del Tiempo Ordinario
Lunes 22 de junio de 2020




Segundo Libro de los Reyes 17,5-8.13-15a.18.

Salmanasar, rey de Asiria, invadió todo el país, subió contra Samaría y la sitió durante tres años.
En el noveno año de Oseas, el rey de Asiria conquistó Samaría y deportó a los israelitas a Asiria. Los estableció en Jalaj y sobre el Jabor, río de Gozán, y en las ciudades de Media.
Esto sucedió porque los israelitas pecaron contra el Señor, su Dios, que los había hecho subir del país de Egipto, librándolos del poder del Faraón, rey de Egipto, y porque habían venerado a otros dioses.
Ellos imitaron las costumbres de las naciones que el Señor había desposeído delante de los israelitas, y las que habían introducido los reyes de Israel.
El Señor había advertido solemnemente a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y videntes, diciendo: "Vuelvan de su mala conducta y observen mis mandamientos y mis preceptos, conforme a toda la Ley que prescribí a sus padres y que transmití por medio de mis servidores los profetas".
Pero ellos no escucharon, y se obstinaron como sus padres, que no creyeron en el Señor, su Dios.
Rechazaron sus preceptos y la alianza que el Señor había hecho con sus padres, sin tener en cuenta sus advertencias.
El Señor se irritó tanto contra Israel, que lo arrojó lejos de su presencia. Sólo quedó la tribu de Judá.



Salmo 60(59),3.4-5.12-13.
R/. Que tu mano salvadora, Señor, nos responda.


¡Tú nos has rechazado, Señor, nos has deshecho!
Estabas irritado: ¡vuélvete a nosotros!

Hiciste temblar la tierra, la agrietaste:
repara sus grietas, porque se desmorona.

Impusiste a tu pueblo una dura prueba,
nos hiciste beber un vino embriagador.
Tú, Señor, nos has rechazado
y ya no sales con nuestro ejército.

Danos tu ayuda contra el adversario,
porque es inútil el auxilio de los hombres.


Evangelio según San Mateo 7,1-5.

Jesús dijo a sus discípulos:
No juzguen, para no ser juzgados.
Porque con el criterio con que ustedes juzguen se los juzgará, y la medida con que midan se usará para ustedes.
¿Por qué te fijas en la paja que está en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que está en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano: 'Deja que te saque la paja de tu ojo', si hay una viga en el tuyo?
Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano.
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.




Santa Teresa de Calcuta (1910-1997)
fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad

No Greater Joy (Nadie tiene amor más grande)
“Os medirá con la medida con que hayáis medido a los demás.”
Para cada enfermedad existen varios medicamentos y varios tratamientos. Pero mientras que no se ofrezca una mano llena de ternura y un corazón generoso, dispuestos a amar con cariño, no creo que se pueda curar nadie de esa terrible enfermedad que es la falta de amor.

    Nadie de entre nosotros tiene el derecho de condenar a nadie, sea quien sea. Y esto es verdad, aunque veamos gentes hundirse por el motivo que fuera. ¿No nos invita Jesús mismo a no juzgar a nadie? A lo mejor somos responsables de que esta gente esté donde esté. Debemos comprender que son hermanos y hermanas nuestras. Este leproso, este borracho, este enfermo son hermanos nuestros porque ellos también han sido creados para un amor más grande. ¡No lo olvidemos nunca! Jesucristo se identifica con ellos cuando dice: “...cuando lo hicisteis con uno de esos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis.” (Mt 25,40) Tal vez esta gente se encuentra en la calle, sin amor alguno y sin atención de ninguna clase porque nosotros les hemos negado nuestra ayuda, nuestro cariño. Sé cariñoso, infinitamente cariñoso con el pobre que sufre. No sabemos nada de sus sufrimientos. Lo más duro es saber que uno no es aceptado.