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lunes, 31 de agosto de 2020

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 31 DE AGOSTO DE 2020


Lecturas de hoy Lunes de la 22ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, lunes, 31 de agosto de 2020


Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (2,1-5):

Yo, hermanos, cuando vine a vosotros a anunciaros el misterio de Dios, no lo hice con sublime elocuencia o sabiduría, pues nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado. Me presenté a vosotros débil y temblando de miedo; mi palabra y mi predicación no fue con persuasiva sabiduría humana, sino en la manifestación y el poder del Espíritu, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 118,97.98.99.100.101.102

R/. ¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!

¡Cuánto amo tu voluntad!:
todo el día estoy meditando. R/.

Tu mandato me hace más sabio que mis enemigos,
siempre me acompaña. R/.

Soy más docto que todos mis maestros,
porque medito tus preceptos. R/.

Soy más sagaz que los ancianos,
porque cumplo tus leyes. R/.

Aparto mi pie de toda senda mala,
para guardar tu palabra. R/.

No me aparto de tus mandamientos,
porque tú me has instruido. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,16-30):

En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.»
Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.»
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»
Y Jesús les dijo: «Sin duda me recitaréis aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo"; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún.»
Y añadió: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy lunes, 31 de agosto de 2020
Fernando Torres, cmf



El Evangelio de este día ya lo dice todo. Es un pequeño compendio de la vida de Jesús en una sola historia: la historia del momento en que vuelve a su pueblo y allí expone lo fundamental de su mensaje. Como hacen los políticos y los que asumen un cargo al comienzo de su mandato, también Jesús puso de manifiesto lo que quería ser y hacer en su vida. Lo suyo se expresaba perfectamente en las palabras del profeta Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.” Tan bien expresado estaba que a continuación pronunció la homilía más breve de la historia: “Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.”

No había necesidad de decir más. Su pueblo (Nazaret, Israel o el mundo entero) le escuchaba. Y no se hizo esperar la reacción habitual. ¡Cómo iba a ser éste el Mesías! Le conocían. Conocían a su familia. No podía ser. El Mesías, el enviado de Dios, se tenía que presentar no en medio de la normalidad sino de lo extraordinario. Con algún milagro portentoso. Con una luz alrededor como un aura. Con mejores vestidos y con una corte alrededor. En conclusión: rodeado de poder y gloria. 

Pero Jesús no estuvo rodeado de poder y gloria. Para nada. Lo suyo fue la normalidad. Uno más entre nosotros. Tocando a los enfermos, hablando con todos –también con los oficialmente impuros y pecadores–, mostrando incluso en ocasiones su debilidad. Jesús es Dios que se hace carne con todas las limitaciones que eso conlleva. Y eso no lo podían aceptar. No podían entender que Dios no se manifestase según la idea que ellos tenían de Dios. No estaban a abiertos a la sorpresa que siempre es Dios, porque va más allá de todo lo que podamos imaginar. 

Conviene que releamos el texto de Isaías. En él reconocemos a Jesús. En él reconocemos a los verdaderos discípulos, a los verdaderos profetas. Son los que, como Jesús, como Dios, están cerca de los que sufren de cualquier manera, son los que trabajan por la justicia y por la libertad, por la reconciliación y el perdón. Ahí está presente Jesús, ahí está Dios. Ahí está la salvación que se nos regala en Jesús.

HOY 31 DE JULIO SE CELEBRA A LA VIRGEN DE LAS LÁGRIMAS QUE LLORA E INTERCEDE POR EL MUNDO


Hoy se celebra a la Virgen de las Lágrimas que llora e intercede por el mundo
POR WALTER SÁNCHEZ SILVA | ACI Prensa





Hoy se celebra a la Virgen de las Lágrimas, advocación surgida en Siracusa (Italia), donde una imagen del Corazón Inmaculado de María derramó lágrimas de “dolor y esperanza” por el mundo, como señaló san Juan Pablo II.

El hecho se produjo en 1953, en la humilde casa de los esposos Angelo Lannuso y Antonina Lucia Giusti. Ambos tenían en su dormitorio una imagen de la Virgen María, hecha en relieve sobre yeso. La imagen derramó lágrimas por cuatro días, entre el 29 de agosto y el 1 de septiembre.

La imagen había sido un regalo de bodas y, cuando lloró, la primera en verla fue Antonina -en ese momento embarazada de su primer hijo-.

Las autoridades eclesiásticas fueron muy prudentes con lo ocurrido. El párroco Giuseppe Bruno llegó hasta la casa de los Lannuso acompañado de varios expertos, entre los cuales se encontraba el doctor Michele Cassola, abiertamente ateo.


En el lugar, los expertos -que serían luego parte de la comisión investigadora- fueron testigos directos del milagro. Después de este episodio la imagen no derramó más lágrimas.

El fluido recogido fue sometido a diversos análisis por una comisión científica dirigida por Cassola. Se hizo una comparación de la muestra con lágrimas humanas -de un niño y un adulto-. El doctor Cassola no tenía explicación científica para lo que revelaron los estudios: el líquido derramado por la imagen mariana correspondía a lágrimas humanas. El informe final de la comisión se dio a conocer el 9 de septiembre de 1953 y fue contundente al respecto.

Tres meses después, el 12 de diciembre de 1953, día en que la Iglesia celebra a la Virgen de Guadalupe, los obispos de la región de Sicilia unánimemente declararon que efectivamente la imagen de la Madre de Dios había llorado.

El 17 de octubre de 1954, el Papa Pío XII se refirió a este hecho prodigioso y, en un radiomensaje al congreso mariano regional de Sicilia, dijo: “¿Comprenderán los hombres el arcano lenguaje de estas lágrimas? ¡Oh, las lágrimas de María? En el Gólgota eran lágrimas de dolor por Jesús y de tristeza por el pecado del mundo. ¿Todavía llora por las nuevas llagas en el Cuerpo místico de Jesús?... ¿O llora por tantos hijos en quienes el error y la culpa han extinguido la vida de gracia y ofenden gravemente la majestad divina? ¿O son lágrimas de espera por el regreso ya tarde de otros hijos, que un día fueron fieles y que ahora son arrastrados por falsos espejismos entre las huestes de los enemigos de Dios?”

La gran cantidad de fieles que iba a venerar la milagrosa imagen hizo que se edificara un santuario en 1968, que luego fue renovado en 1994. Ese año, San Juan Pablo II realizó la consagración del lugar, el día 6 de noviembre. En el marco de su visita pastoral a Catania y Siracusa, el Papa peregrino dijo que las lágrimas de la Virgen “testimonian la presencia de la Madre Iglesia en el mundo”. “Son lágrimas de dolor por cuantos rechazan el amor de Dios, por las familias separadas o que tienen dificultades, por la juventud amenazada por la civilización de consumo y a menudo desorientada, por la violencia que provoca aún tanto derramamiento de sangre, y por las incomprensiones y los odios que abren abismos profundos entre los hombres y los pueblos”, añadió.

El 5 de mayo de 2016, el Papa Francisco presidió la vigilia de oración “Para secar las lágrimas” en el marco del Jubileo de la Misericordia, ocasión por la cual fue llevado el relicario de la Virgen de las lágrimas hasta el Vaticano. En esa oportunidad, el Santo Padre resaltó que “al lado de cada cruz siempre está la Madre de Jesús. Con su manto, ella enjuga nuestras lágrimas. Con su mano nos ayuda a levantarnos y nos acompaña en el camino de la esperanza”.

Dos años después, el 25 de mayo de 2018, Francisco presidió nuevamente una liturgia en presencia del relicario con las lágrimas de la Virgen. Aquella vez, desde la capilla de la Casa Santa Marta donde reside, el Santo Padre afirmó: “Han traído desde Siracusa la reliquia de las lágrimas de la Virgen. Hoy están aquí, y rezamos a la Virgen para que nos dé a nosotros y también a la humanidad, porque tenemos necesidad, el don de las lágrimas, que nosotros podamos llorar por nuestros pecados y por tantas calamidades que hacen sufrir al pueblo de Dios y a los hijos de Dios”.

El Santuario Mariano de Siracusa recibe aproximadamente un millón de personas que llegan en peregrinación.


INTENCIONES DE ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO PARA EL MES DE SEPTIEMBRE


VIDEO#09 intención de oración 2020: El Papa Francisco pide rezar por bienes del planeta
Redacción ACI Prensa


El Vaticano publicó el video con la intención de oración del Papa Francisco para el mes de septiembre de 2020 en el que pide rezar para que “los bienes del planeta no sean saqueados, sino que se compartan de manera justa y respetuosa”.

En esta edición del video del Papa con la intención mensual de oración, el Santo Padre advierte que “estamos exprimiendo los bienes del planeta” y añade que se están exprimiendo “como si fuera una naranja”.

Además, el Papa Francisco alerta sobre “la deuda ecológica” causada por “países y empresas del Norte que se han enriquecido explotando dones naturales del Sur” y cuestionó “¿Quién va a pagar esa deuda?”.

En esta línea, el Santo Padre dijo que tal deuda ecológica “se agranda cuando multinacionales hacen fuera de sus países lo que no se les permite hacer en los suyos” por lo que añadió que “es indignante”.

Por ello, el Papa agregó que “hoy, no mañana, hoy, tenemos que cuidar la Creación con responsabilidad”.

“Recemos para que los bienes del planeta no sean saqueados, sino que se compartan de manera justa y respetuosa”, pidió el Papa quien reiteró “no al saqueo, sí al compartir”.

En esta línea, la cuenta oficial de Twitter @Pontifex compartió este 31 de agosto la nueva edición del video del Papa.