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domingo, 14 de mayo de 2023

EL PAPA FRANCISCO REZÓ A LA VIRGEN MARÍA POR LAS MADRES DEL MUNDO EN SU DÍA

  


El Papa Francisco rezó a la Virgen María por las madres del mundo en su día
Por Ary Waldir Ramos Díaz
14 de mayo de 2023 / 6:39 a. m.



Tras la oración del Regina Caeli, el Papa Francisco pidió oraciones por las mamás vivas o en el cielo este domingo 14 de mayo, cuando en más de 90 países se celebra el Día de la Madre. 

"Hoy, en tantos países, se celebra la fiesta de la mamá. Recordemos con gratitud y afecto a todas las madres, a aquellas que todavía están entre nosotros y aquellas que subieron al cielo. Las confiamos a la Virgen María, madre de Jesús, ¡y por favor para ellas un fuerte aplauso!", afirmó el Papa Francisco, asomado desde la ventana del Palacio Apostólico. 

Ante los fieles y peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro, después de presidir la oración mariana, el Papa Francisco pidió por el fin de la violencia entre israelíes y palestinos, porque con las armas "se destruye toda esperanza”. 

Recordando que hoy es el Día de la Madre, el Pontífice dijo que "en los últimos días hemos vuelto a ser testigos de enfrentamientos armados entre israelíes y palestinos, en los que han perdido la vida personas inocentes, entre ellas mujeres y niños”. 

Por eso, afirmó que "la tregua que se acaba de alcanzar se estabilice, que las armas callen, porque con las armas nunca se conseguirá la seguridad y la estabilidad, sino que, por el contrario, se seguirá destruyendo cualquier esperanza de paz”. 

El Papa, entonces, recordando a todas las madres "que todavía están entre nosotros y a las que se han ido al cielo", las encomendó a María, pensando en el teatro de otra dramática guerra, la de Ucrania. 

"A ti nos dirigimos pidiéndote que alivies el sufrimiento de la atormentada Ucrania y de todas las naciones heridas por la guerra y la violencia", expresó. Apenas ayer el Santo Padre recibió la visita en el Vaticano del presidente de Ucrania. 

Por último, el Papa saludó a Caritas Internationalis, que ayer eligió a su nuevo presidente, invitado por Francisco a avanzar "con valentía por el camino de las reformas". 


TENEMOS UN DEFENSOR



TENEMOS UN DEFENSOR


La verdad es que los seres humanos somos bastante complejos. Cada individuo es un mundo de deseos y frustraciones, ambiciones y miedos, dudas e interrogantes. Con frecuencia no sabemos quiénes somos ni qué queremos. Desconocemos hacia dónde se está moviendo nuestra vida. ¿Quién nos puede enseñar a vivir de manera acertada?

Aquí no sirven los planteamientos abstractos ni las teorías. No basta aclarar las cosas de manera racional. Es insuficiente tener ante nuestros ojos normas y directrices correctas. Lo decisivo es el arte de actuar día a día de manera positiva, sana y creadora.

Para un cristiano, Jesús es siempre su gran maestro de vida, pero ya no le tenemos a nuestro lado. Por eso cobran tanta importancia estas palabras del evangelio: «Yo le pediré al Padre que os dé otro Defensor que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad».

Necesitamos que alguien nos recuerde la verdad de Jesús. Si la olvidamos, no sabremos quiénes somos ni qué estamos llamados a ser. Nos desviaremos del evangelio una y otra vez. Defenderemos en su nombre causas e intereses que tienen poco que ver con él. Nos creeremos en posesión de la verdad al mismo tiempo que la vamos desfigurando.

Necesitamos que el Espíritu Santo active en nosotros la memoria de Jesús, su presencia viva, su imaginación creadora. No se trata de despertar un recuerdo del pasado: sublime, conmovedor, entrañable, pero recuerdo. Lo que el Espíritu del Resucitado hace con nosotros es abrir nuestro corazón al encuentro personal con Jesús como alguien vivo. Solo esta relación afectiva y cordial con Jesucristo es capaz de transformarnos y generar en nosotros una manera nueva de ser y de vivir.

Al Espíritu se le llama en el cuarto evangelio «defensor» o «paráclito», porque nos defiende de lo que nos puede destruir. Hay muchas cosas en la vida de las que no sabemos defendernos por nosotros mismos. Necesitamos luz, fortaleza, aliento sostenido. Por eso invocamos al Espíritu. Es la mejor manera de ponernos en contacto con Jesús y vivir defendidos de cuanto nos puede desviar de él. 


Evangelio Comentado por:

José Antonio Pagola

Gruposdejesus.com

Jn (14,15-21) 

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 14 DE MAYO DE 2023 - VI DOMINGO DE PASCUA 2023

 


Domingo 6 (A) de Pascua

Domingo 14 de mayo de 2023




1ª Lectura (Hch 8,5-8.14-17): En aquellos días, Felipe bajó a la ciudad de Samaría y les predicaba a Cristo. El gentío unánimemente escuchaba con atención lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los signos que hacía, y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad se llenó de alegría.

Cuando los apóstoles, que estaban en Jerusalén, se enteraron de que Samaría había recibido la palabra de Dios, enviaron a Pedro y a Juan; ellos bajaron hasta allí y oraron por ellos, para que recibieran el Espíritu Santo; pues aún no había bajado sobre ninguno; estaban solo bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo.



Salmo responsorial: 65

R/. Aclamad al Señor, tierra entera.

Aclamad al Señor, tierra entera; tocad en honor de su nombre, cantad himnos a su gloria. Decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!».

Que se postre ante ti la tierra entera, que toquen en tu honor, que toquen para tu nombre. Venid a ver las obras de Dios, sus temibles proezas en favor de los hombres.

Transformó el mar en tierra firme, a pie atravesaron el río. Alegrémonos en él. Con su poder gobierna eternamente.

Los que teméis a Dios, venid a escuchar, os contaré lo que ha hecho conmigo. Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica ni me retiró su favor.

2ª Lectura (1Pe 3,1.15-18): Queridos hermanos: Glorificad a Cristo el Señor en vuestros corazones, dispuestos siempre para dar explicación a todo el que os pida una razón de vuestra esperanza, pero con delicadeza y con respeto, teniendo buena conciencia, para que, cuando os calumnien, queden en ridículo los que atentan contra vuestra buena conducta en Cristo. Pues es mejor sufrir haciendo el bien, si así lo quiere Dios, que sufrir haciendo el mal. Porque también Cristo sufrió su pasión, de una vez para siempre, por los pecados, el justo por los injustos, para conduciros a Dios. Muerto en la carne pero vivificado en el Espíritu.

Versículo antes del Evangelio (Jn 14,23): Aleluya. Si alguno me ama, guardará mi palabra, dice el Señor; y mi Padre le amará y vendremos a él. Aleluya.

Texto del Evangelio (Jn 14,15-21): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si me amáis, guardaréis mis mandamientos; y yo pediré al Padre y os dará otro Paráclito, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros. No os dejaré huérfanos: volveré a vosotros. Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero vosotros sí me veréis, porque yo vivo y también vosotros viviréis. Aquel día comprenderéis que yo estoy en mi Padre y vosotros en mí y yo en vosotros. El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él».




«Yo le amaré y me manifestaré a él»

P. Julio César RAMOS González SDB

(Mendoza, Argentina)


Hoy, Jesús —como lo hizo entonces con sus discípulos— se despide, pues vuelve al Padre para ser glorificado. Parece ser que esto entristece a los discípulos, que aún le miran con la sola mirada física, humana, que cree, acepta y se aferra a lo que únicamente ve y toca. Esta sensación de los seguidores, que también se da hoy en muchos cristianos, le hace asegurar al Señor que «no os dejaré huérfanos» (Jn 14,18), pues Él pedirá al Padre que nos envíe «otro Paráclito» (Auxiliador, Intercesor: Jn 14,16), «el Espíritu de la verdad» (Jn 14,17); además, aunque el mundo no le vaya a “ver”, «vosotros sí me veréis, porque yo vivo y también vosotros viviréis» (Jn 14,19). Así, la confianza y la comprensión en estas palabras de Jesús suscitarán en el verdadero discípulo el amor, que se mostrará claramente en el “tener sus mandamientos” y “guardarlos” (cf. v. 21). Y más todavía: quien eso vive, será amado de igual forma por el Padre, y Él —el Hijo— a su discípulo fiel le amará y se le manifestará (cf. v. 21).

¡Cuántas palabras de aliento, confianza y promesa llegan a nosotros este Domingo! En medio de las preocupaciones cotidianas —donde nuestro corazón es abrumado por las sombras de la duda, de la desesperación y del cansancio por las cosas que parecen no tener solución o haber entrado en un camino sin salida— Jesús nos invita a sentirle siempre presente, a saber descubrir que está vivo y nos ama, y a la vez, al que da el paso firme de vivir sus mandamientos, le garantiza manifestársele en la plenitud de la vida nueva y resucitada.

Hoy, se nos manifiesta vivo y presente, en las enseñanzas de las Escrituras que escuchamos, y en la Eucaristía que recibiremos. —Que tu respuesta sea la de una vida nueva que se entrega en la vivencia de sus mandamientos, en particular el del amor. 

ERES EL MEJOR REGALO!!! - FELIZ DÍA DE LA MADRE!!!



Aunque las flores sean más bonitas que tú y huelan mejor que tú, el mejor regalo para mamá, siempre serás tú y sin duda, ella para ti. Pues Dios lo hace todo bien.

Cuando de pequeños le preguntábamos a mamá, qué quería de regalo, ella nos decía, “que se porten bien”. Y es que cuando el corazón de una madre está lleno del amor de sus hijos, ya no pide nada, porque nada se compara con esa primera palabra que dijimos un día, “MAMÁ”.

La Santísima Virgen María, dijo al ángel, “hágase en mí, según tu palabra”, aceptando y asumiendo en ese momento su compromiso de ser la madre del hijo de Dios. Y eso mismo resonó en su corazón cuando Jesús le dijo “mujer, he ahí a tu hijo”, y otra vez, aceptó y asumió desde ese momento su papel de madre para la humanidad. Y aunque ingratos, ahí tenemos a nuestra madre, la misma que Dios escogió para su hijo.

Y Dios se lució, nos dio a una mamá que no le quedó grande el traje; una mamá que supo serlo hasta el calvario; una mamá que se hizo pequeña para que el hijo se hiciera grande; una madre que soportó todo al mismo tiempo que el hijo.

Dios bendiga a tu mamá y a mi mamá, para que a ejemplo de María sepan ser hijas predilectas de Dios, siervas de su Divina Voluntad y reinas del hogar.



!Felices Días Mamá!