LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Agosto 27
Testigo es el que testifica, el que testimonia, el que da fe de algo o de alguien; ser testigo es afirmar la veracidad y la rectitud de algo o de alguien, es exponer y comprometer la propia palabra y la propia vida por defender a esa persona o a esa posición.
Todos debemos ser testigos de la verdad y del bien; en todas partes debemos dar testimonio de la verdad y del bien, defenderlos aún a costa de nuestra personalidad, debemos comprometer nuestra rectitud y toda nuestra vida; eso será ser testigo.
Siendo testigos, estaremos dispuestos a sacar siempre la cara por la verdad y por el bien; aunque ello suponga para nosotros ciertas incomodidades, la pérdida de ciertas posiciones o conveniencias, ya que por encima de todo eso, que es nuestro, debemos ubicar la bondad y la verdad.
Debemos pues, ser testigos de la verdad y del bien, pero como Cristo ha dicho que Él es la Verdad y el Bien, debemos ser testigos de Cristo; y eso con todas las consecuencias que antes hemos mencionado.
“Recibirán la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre ustedes y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y hasta los confines de la tierra” (Hch 1,8). No puede haber ningún lugar donde el discípulo de Cristo no se sienta ‘testigo del Señor’, con su voz y con su vida, con su palabra y su testimonio.
* P. Alfonso Milagro
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