LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
1 mayo
Algo que debe preocuparnos hondamente es la unidad que ha de reinar en la Iglesia y entre todos los hermanos.
Unidos en la fe y unidos en la caridad. Ese debe ser nuestro lema y ahí deben converger todos nuestros esfuerzos.
Manteniendo las diferencias que hacen a la personalidad de cada uno, vivir unidos en el amor del Señor.
Ha de ser el amor del Señor el que haga que esas diferencias no lleguen al corazón y no se manifiesten en las obras.
El cristiano no puede dar a sus hermanos el antitestimonio de una desintelingencia, de la desunión, de la ausencia de la caridad. Cristo ha de ser el adhesivo de los corazones de los hermanos y ese adhesivo en ninguna parte se halla mejor que en la oración; es muy difícil, por no decir imposible, que dos hermanos que oren juntos con sinceridad, no se vuelvan a unir en el amor del Señor.
P. Alfonso Milagro
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