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sábado, 20 de julio de 2019

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY SÁBADO 20 DE JULIO DE 2019


Lecturas de hoy Sábado de la 15ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, sábado, 20 de julio de 2019


Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo (12,37-42):

En aquellos días, los israelitas marcharon de Ramsés hacia Sucot: eran seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños; y les seguía una multitud inmensa, con ovejas y vacas y enorme cantidad de ganado. Cocieron la masa que habían sacado de Egipto, haciendo hogazas de pan ázimo, pues no había fermentado, porque los egipcios los echaban y no los dejaban detenerse; y tampoco se llevaron provisiones. La estancia de los israelitas en Egipto duró cuatrocientos treinta años. Cumplidos los cuatrocientos treinta años, el mismo día, salieron de Egipto las legiones del Señor. Noche en que veló el Señor para sacarlos de Egipto: noche de vela para los israelitas por todas las generaciones. 

Palabra de Dios


Salmo
Sal 135,1.23-24.10-12.13-15

R/. Porque es eterna su misericordia

En nuestra humillación, se acordó de nosotros. R/.

Y nos libró de nuestros opresores. R/. 

Él hirió a Egipto en sus primogénitos. R/.

Y sacó a Israel de aquel país. R/.

Con mano poderosa, con brazo extendido. R/.

Él dividió en dos partes el mar Rojo. R/.

Y condujo por en medio a Israel. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (12,14-21):

En aquel tiempo, los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús. Pero Jesús se enteró, se marchó de allí, y muchos le siguieron. Él los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran. Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: «Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, mi predilecto. Sobre él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho; en su nombre esperarán las naciones.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy sábado, 20 de julio de 2019
 Juan Lozano, cmf


Querido amigo/a:

¿Qué ha hecho Dios por ti? ¿Serías capaz de hacer una lista de todas aquellas acciones amorosas de Dios a través de las cuales te ha ido cuidando desde el seno materno? No. De todas no puedes porque no eres consciente. ¿Serías capaz de recordar algunos acontecimientos de salvación, de traer a la memoria a algunos ángeles (personas) que han sido mensajeros de Dios y que te ayudaron a encontrarte con Él, que fueron guías y luces en tu vida? Estoy seguro que si te pusieras en oración prolongada, un día de retiro, de desierto y orases con esta intención: “Señor ayúdame a ser consciente de todo aquello que has hecho por mi”, te llevarías alguna sorpresa agradable.

Fíjate en el salmo 135 que nos propone hoy la liturgia de la Palabra. Va enumerando los distintas situaciones en las que Dios ha sido amoroso con su pueblo: En nuestra humillación se acordó de nosotros; nos libró de nuestros opresores; con mano poderosa, con brazo extendido… Y la antífona va contestando: Porque es eterna su misericordia. Te propongo que en tu oración de hoy escribas tu propio salmo trayendo a la memoria y al corazón las acciones amorosas que Dios ha ido haciendo en ti desde que tienes uso de razón, y alábale orando con la antífona del salmo … porque es eterna su misericordia.

La lectura del Éxodo es lo que hace, recordar la acción amorosa de Dios para con su pueblo al liberarlo de la esclavitud. Y el Evangelio nos recuerda la última y mayor acción amorosa que Dios nos ha hecho: darnos a su Hijo. Así reza el evangelista Mateo parafraseando al profeta Isaías: Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, mi predilecto. Sobre él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho; en su nombre esperarán las naciones.

Hoy es sábado. Que María Madre de Jesús y Madre nuestra interceda por nosotros para que tengamos un corazón agradecido que sepa cantar las maravillas del Señor en nuestra vida como ella hizo en el Magníficat.

Vuestro hermano en la fe:  
Juan Lozano, cmf.

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