Páginas

miércoles, 12 de febrero de 2020

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MIÉRCOLES 12 DE FEBRERO DE 2020


Lecturas de hoy Miércoles de la 5ª Semana del Tiempo Ordinario
Hoy, miércoles, 12 de febrero de 2020




Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (10,1-10):

En aquellos días, la reina de Sabá oyó la fama de Salomón y fue a desafiarle con enigmas. Llegó a Jerusalén con una gran caravana de camellos cargados de perfumes y oro en gran cantidad y piedras preciosas. Entró en el palacio de Salomón y le propuso todo lo que pensaba. Salomón resolvió todas sus consultas; no hubo una cuestión tan oscura que el rey no pudiera resolver.
Cuando la reina de Sabá vio la sabiduría de Salomón, la casa que había construido, los manjares de su mesa, toda la corte sentada a la mesa, los camareros con sus uniformes sirviendo, las bebidas, los holocaustos que ofrecía en el templo del Señor, se quedó asombrada y dijo al rey: «¡Es verdad lo que me contaron en mi país de ti y tu sabiduría! Yo no quería creerlo; pero ahora que he venido y lo veo con mis propios ojos, resulta que no me habían dicho ni la mitad. En sabiduría y riquezas superas todo lo que yo había oído. ¡Dichosa tu gente, dichosos los cortesanos que están siempre en tu presencia, aprendiendo de tu sabiduría! ¡Bendito sea el Señor, tu Dios, que, por el amor eterno que tiene a Israel, te ha elegido para colocarte en el trono de Israel y te ha nombrado rey para que gobiernes con justicia!»
La reina regaló al rey cuatro mil quilos de oro, gran cantidad de perfumes y piedras preciosas; nunca llegaron tantos perfumes como los que la reina de Saba regaló al rey Salomón.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 36,5-6.30-31.39-40

R/. La boca del justo expone la sabiduría

Encomienda tu camino al Señor,
confía en él, y él actuará:
hará tu justicia como el amanecer,
tu derecho, como el mediodía. R/.

La boca del justo expone la sabiduría,
su lengua explica el derecho:
porque lleva en el corazón la ley de su Dios,
y sus pasos no vacilan. R/.

El Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra,
los libra de los malvados y los salva,
porque se acogen a él. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (7,14-23):

En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo: «Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. El que tenga oídos para oír, que oiga.»
Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la parábola. Él les dijo: «¿Tan torpes sois también vosotros? ¿No comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón, sino en el vientre, y se echa en la letrina.»
Con esto declaraba puros todos los alimentos. Y siguió: «Lo que sale de dentro, eso sí mancha al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 12 de febrero de 2020
Alejandro Carbajo Olea, cmf



Queridos amigos, paz y bien.

Siguen las explicaciones de Jesús, para que se le entienda de forma correcta. Para que las normas tengan sentido, para devolver el significado que, con el paso del tiempo, muchas habían perdido.

Y también quiere que pensemos más en nosotros y menos en los demás. Todos los que se oponían a Jesús estaban pendientes de Él, observándole, y buscando cómo atacarle. No tenían ninguna capacidad de reflexión, de autocrítica. Como los adolescentes, no escuchaban lo que Jesús decía. Lo rechazan simplemente porque lo decía Jesús.

Palabras, las de Cristo, pronunciadas hace más de 2000 mil años, pero que siguen siendo muy actuales. Nos cuesta mucho mirar en nuestro interior, y aceptar nuestros errores, nuestras culpas. No sabemos, o no queremos reconocer el motivo profundo de lo que hacemos. Las motivaciones siempre hay que depurarlas. Es bueno pararse, pensar en el motivo que nos lleva a hacer algo.

Estaría muy bien, al final del día, hacer un examen de conciencia. Pensar en lo que hemos hecho, a lo largo de la jornada, y por qué y para qué lo hemos hecho. Dar gracias a Dios por lo bueno que hemos vivido, por el bien que hayamos podido hacer, y pedir perdón por lo que hayamos hecho mal, o por lo que no hayamos hecho. Y si hemos obrado con aviesa intención, por quedar bien o por aparentar, hacer propósito de enmienda, y, como decíamos ayer, procurar hacer todo “por el amor de Dios”.

Quizá nosotros no seamos tan sabios como Salomón, pero podemos avanzar por el camino de la sabiduría, revisando nuestra vida y sabiendo leer nuestras motivaciones. Y, con humildad, reconocer que no siempre lo hacemos todo bien. La sabiduría es un don de Dios, conviene pedirla a menudo. A no ser que lo sepas ya todo. Que me extraña mucho…

Vuestro hermano en la fe, Alejandro, C.M.F.

No hay comentarios:

Publicar un comentario