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sábado, 15 de febrero de 2020

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY SÁBADO 15 DE FEBRERO DE 2020


Lecturas de hoy Sábado de la 5ª Semana del Tiempo Ordinario
Hoy, sábado, 15 de febrero de 2020



Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (12,26-32;13,33-34):

En aquellos días, Jeroboán pensó para sus adentros: «Todavía puede volver el reino a la casa de David. Si la gente sigue yendo a Jerusalén para hacer sacrificios en el templo del Señor, terminarán poniéndose de parte de su señor, Roboán, rey de Judá; me matarán y volverán a unirse a Roboán, rey de Judá.»
Después de aconsejarse, el rey hizo dos becerros de oro y dijo a la gente: «¡Ya está bien de subir a Jerusalén! ¡Éste es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto!»
Luego colocó un becerro en Betel y el otro en Dan. Esto incitó a pecar a Israel, porque unos iban a Betel y otros a Dan. También edificó ermitas en los altozanos; puso de sacerdotes a gente de la plebe, que no pertenecía a la tribu de Leví. Instituyó también una fiesta el día quince del mes octavo, como la fiesta que se celebraba en Judá, y subió al altar que había levantado en Betel, a ofrecer sacrificios al becerro que había hecho. En Betel estableció a los sacerdotes de las ermitas que había construido. Jeroboán no se convirtió de su mala conducta y volvió a nombrar sacerdotes de los altozanos a gente de la plebe; al que lo deseaba lo consagraba sacerdote de los altozanos. Este proceder llevó al pecado a la dinastía de Jeroboán y motivó su destrucción y exterminio de la tierra.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 105, 6 7a. 19-20. 21-22

R/. Acuérdate de mí, Señor,
por amor a tu pueblo

Hemos pecado con nuestros padres,
hemos cometido maldades e iniquidades.
Nuestros padres en Egipto
no comprendieron tus maravillas. R/.

En Horeb se hicieron un becerro,
adoraron un ídolo de fundición;
cambiaron su gloria por la imagen
de un toro que come hierba. R/.

Se olvidaron de Dios, su salvador,
que había hecho prodigios en Egipto,
maravillas en el pais de Cam,
portentos junto al mar Rojo. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del Evangelio según san Marcos (8,1-10):

Uno de aquellos días, como había mucha gente y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discipulos y les dijo: «Me da lástima de esta gente; llevan ya tres dias conmigo y no tienen qué comer, y, si los despido a sus casas en ayunas, se van a desmayar por el camino. Además, algunos han venido desde lejos.»
Le replicaron sus discípulos: «¿Y de dónde se puede sacar pan, aqui, en despoblado, para que se queden satisfechos?»
Él les preguntó: «¿Cuántos panes tenéis?»
Ellos contestaron: «Siete.»
Mandó que la gente se sentara en el suelo, tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discipulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente. Tenían también unos cuantos peces; Jesús los bendijo, y mandó que los sirvieran también. La gente comió hasta quedar satisfecha, y de los trozos que sobraron llenaron siete canastas; eran unos cuatro mil. Jesús los despidió, luego se embarcó con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy sábado, 15 de febrero de 2020
Alejandro Carbajo Olea, cmf



Queridos hermanos, paz y bien. Terminamos la semana como la empezamos, contemplando a Jesús ocupándose de los que más lo necesitan. No se conforma solo con hablar de lo que significa el Reino de Dios, sino que procura que a sus oyentes no les falte de nada. Alimento espiritual y alimento corporal. Porque la salvación de la persona es íntegra, no se puede separar el alma del cuerpo.

A Jesús le da lástima de la gente. Aquí se puede ya hacer una primera pregunta, ¿tengo yo compasión de la gente? ¿Me preocupo por los que tengo alrededor?

Cristo quiere que las cosas mejoren, que les vaya bien, que no pasen hambre. Y se lo cuenta a los Discípulos. Y pretende que sus amigos ayuden, que les den de comer ellos. A los Discípulos les resulta imposible. Mucha gente, en un lugar despoblado. Pero se produce el milagro. De lo poco que tienen, comen todos. Es cuestión de compartir. Segunda pregunta, ¿comparto lo que tengo, sea poco o mucho? ¿Ayudo con mis capacidades, o soy de los que creen que “en comunidad, no muestres tu habilidad”?

Comen, quedan satisfechos, y recogen siete canastos. Y después sigue su camino. Como se dice ahora, sale de su zona de confort. Quizá a esto se refiere el papa Francisco, al hablar de la “Iglesia en salida”. Va a llevar la Buena Noticia a todos los que lo necesitan. Tercera pregunta. ¿Me cuesta mucho salir de mí, ir al encuentro de los otros, hablar de lo que a mí me llena? ¿Soy capaz de hablar de Cristo en mi entorno, en mi trabajo, en mi universidad…? Esto lo podemos hacer con nuestras palabras, o con nuestras obras. Pero hay que hacerlo. Hay que compartir lo que tenemos, y hacerlo con valentía, como Jesús.

Vuestro hermano en la fe, Alejandro, C.M.F.

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