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miércoles, 10 de marzo de 2021

DOLORES Y GOZOS A SAN JOSÉ

  


 

DOLORES Y GOZOS A SAN JOSÉ

Fuente: Oblatos de San José

Provincia "Santo Toribio de Mogrovejo" - Perú



1. Purísimo esposo de María, glorioso San José, mucho sufriste por motivo de la divina maternidad de tu esposa. Pero también gozaste inmensamente, cuando el ángel te reveló ser voluntad divina que te quedaras con María y le hicieras de padre de Jesús.

- Por este dolor y este gozo, consuélanos con la gracia de una vida santa y una muerte dichosa como la tuya entre Jesús y María.

Después de cada oración rezar el Gloria al Padre o cantar:

Salve, padre del Señor, 

oh guardián del Redentor,

salve, esposo de María,

fue tu huésped mi Jesús.

2.- Gran patriarca San José, la pena que experimentaste al ver nacer a Jesús e tanta pobreza, se cambió en gozo al estrechar en tus brazos a Aquel a quien los ángeles proclamaban Salvador de los hombres.

- Por este dolor y este gozo, concédenos que, al terminar nuestra vida, nos podamos unir al coro de los ángeles y disfrutar para siempre de la gloria celestial.

3.- Glorioso San José, fiel cumplidor de la voluntad de Dios, la sangre preciosa de Jesús derramada en su circuncisión te entristeció; pero el nombre de Jesús, que le impusiste por orden divina, te colmó de alegría.

- Por este dolor y este gozo, concédenos que, después de haber purificado nuestra vida de todo pecado, podamos morir invocando el santo nombre de Jesús.

4.- Santo fidelísimo, glorioso San José, que llegaste a conocer el misterio de nuestra redención; la profecía de Simeón que preanunciaba los sufrimientos que Jesús y María iban a padecer, te sumió en el dolor. Pero te alegraste al conocer que por aquellos dolores las almas se salvarían.

- Por este dolor y este gozo, haz que también nosotros pertenezcamos al número de aquellos que, por los méritos de Jesús y la intercesión de María, resucitarán para la vida eterna.

5.- Solícito custodio del Hijo de Dios, glorioso San José, mucho tuviste que sufrir para defender y sustentar a Jesús, especialmente en la huida y permanencia en Egipto; pero también te llenaba el alma de consuelos el tener siempre a tu lado la confortadora presencia de Jesús y María.

- Por este dolor y este gozo, consíguenos que, victoriosos delas insidias del mundo y de las asechanzas del demonio, en unión con Jesús y María, consagremos nuestra vida al servicio de Dios y de los hermanos.

6.- Glorioso San José, protector de los hogares, tu alegría al retorno de Egipto fue conturbada por el temor de Arquelao; pero te causó mucho alivio la apacible residencia en Nazaret, donde Jesús quiso ser por ti educado a una vida de trabajo y obediencia.

- Por este dolor y este gozo, alcánzanos ser librados de todo temor y angustia, para poder así cumplir nuestros deberes en la intimidad de la familia y en el trabajo, bajo la mirada amorosa de Dios.

7.- Glorioso San José, modelo acabado de toda santidad, durante tres días con inmenso dolor buscaste a Jesús extraviado sin culpa tuya; pero experimentaste suma alegría al encontrarlo en el templo entre los doctores.

- Por este dolor y este gozo, te suplicamos, nos ayudes a no apartarnos nunca de Jesús por el pecado. Si por nuestra desgracia le perdiésemos, haz que con humildad le busquemos hasta encontrarlo, especialmente de nuestra muerte, para gozar contigo en el cielo.




ORACIÓN FINAL:

V. EL Señor lo constituyó protector de su casa.

R. Y dispensador de todos sus bienes.


ORACIONES A SAN JOSÉ

¡Oh San José!

estamos aquí todos para ti

y tú sé todo para nosotros.

Tú indícanos el camino, 

sostennos a cada paso,

condúcenos adonde

la Divina Providencia quiere que

lleguemos; sea largo o corto el

camino, fácil o difícil, se vea o

no se vea con ojos humanos

la meta, deprisa o despacio,

nosotros contigo estamos

seguros de caminar siempre

bien. Amén


(San José Marello)




Salve, custodio del Redentor

y esposo de la Virgen María.

A ti Dios confió a sus hijo,

en ti María depositó su confianza,

contigo Cristo se forjó como hombre.

Oh, bienaventurado San José,

muéstrate padre también a nosotros

y guíanos en el camino de la vida.

Concédenos gracia, misericordia

y valentía, y defiéndenos de todo mal.

Amén.


(Papa Francisco)


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