jueves, 24 de mayo de 2018

6 DATOS SOBRE MARÍA AUXILIADORA


6 datos que quizás no conocías de María Auxiliadora
Redacción ACI Prensa





Este jueves 24 de mayo la Iglesia conmemora a María Auxiliadora, llamada también antiguamente “María, Auxilio de los Cristianos”.

Aquí algunos datos que quizás no conocías sobre María Auxiliadora.

1. Era llamada “Auxiliadora” por los primeros cristianos

Los primeros cristianos en Grecia, Egipto, Antioquía, Éfeso, Alejandría y Atenas acostumbraban llamar a la Santísima Virgen con el nombre de “Auxiliadora”, que en griego es “Boetéia” y significa “La que trae auxilios venidos del cielo”.

El primer Padre de la Iglesia que llamó a la Virgen María con el título de “Auxiliadora” fue San Juan Crisóstomo en al año 345, en Constantinopla.

El Santo dijo: “Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios”. También la reconocieron con este nombre Proclo en el 476 y Sebas de Cesarea en el 532.

2. Intercedió en las batallas de Lepanto y Viena


En el año 1572, el Papa San Pío V, después de la victoria del ejército cristiano sobre los turcos musulmanes en la batalla de Lepanto, ordenó celebrar el 7 de octubre la fiesta del Santo Rosario, y que en las letanías se invocara a “María Auxilio de los cristianos”. Ese año Nuestra Señora libró prodigiosamente a toda la cristiandad de ser destruida por un ejército mahometano de 282 barcos y 88.000 soldados.

En 1683 los turcos atacaron Viena durante el Pontificado de Inocencio XI. Bajo el mando del rey de Polonia, Juan Sobieski, venció al ejército turco confiando en la ayuda de María Auxiliadora, inclusive con un ejército inferior en fuerzas. Al poco tiempo fundaron la asociación de María Auxiliadora, la cual existe hoy en más de 60 países.

3. Su fiesta nació en tiempos de la Revolución Francesa

La historia de la fiesta de María Auxiliadora se remonta a los años siguientes a la Revolución Francesa, la cual había propinado un duro golpe a la Iglesia.

El Papa Pío VII fue apresado en el Palacio de Fontainebleau por el emperador francés Napoleón Bonaparte y dedicó sus oraciones a María Auxiliadora para que protegiera a la Iglesia.

Los ruegos del Papa fueron escuchados y en 1814 Napoleón firmó su abdicación. En 1815, cuando la Iglesia había recuperado su posición y poder espiritual, el Papa instituyó la fiesta de María Auxiliadora el 24 de mayo para perpetuar el recuerdo de su regreso a Roma tras el cautiverio.

4. Su fiesta se celebraba en Ucrania desde el siglo XI

El nombre de “Auxiliadora” le fue dado a la Virgen María en Ucrania desde el año 1030 por haber liberado aquella región de la invasión de tribus paganas. Desde entonces, en ese país, la Iglesia Ortodoxa celebra la fiesta de María Auxiliadora cada 1 de octubre.

5. Se apareció ante San Juan Bosco

San Juan Bosco fue un gran propagador del amor a esta advocación mariana, porque la misma Virgen se le apareció en 1860 para señalarle el lugar en Turín (Italia) donde debía ser construido un templo en su honor. Asimismo, pidió ser honrada bajo el título de “Auxiliadora”.


En 1863 San Juan Bosco inició la construcción de la iglesia con unos cuantos centavos, pero con la intercesión de María Santísima, el 9 de junio de 1868, solo 5 años después, tuvo lugar la consagración del templo.

El Santo solía decir: "Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen", desde aquel Santuario comienza a extenderse por el mundo la devoción a María bajo el título de Auxiliadora de los Cristianos.

6. Tres Papas le tuvieron devoción

El Papa San Juan XXIII cultivó una especial devoción a la Auxiliadora, cuya imagen, tomada de un número del Boletín Salesiano, colgaba en la pared cerca de su cama. La proclamó Patrona del Concilio con los títulos de Auxilium Christianorum y Auxilium Episcoporum.

El 28 de mayo de 1963, ya gravemente enfermo, bendijo con profunda emoción las dos coronas destinadas al cuadro de la Virgen en la Basílica del Sagrado Corazón de Roma.

Por su parte, San Juan Pablo II solía acudir y orar en la capilla de María Auxiliadora de la iglesia de San Estanislao de Kostka (Cracovia) entre 1938 y 1944. En esta iglesia, el 3 de noviembre de 1946 celebró una de sus primeras Misas como sacerdote.

El Papa Francisco, durante su visita apostólica a Turín en 2015 por los 200 años del nacimiento San Juan Bosco, contó que durante su infancia fue educado en un colegio salesiano donde aprendió a amar a María Auxiliadora.

“Yo allí aprendí a amar a la Virgen, los salesianos me formaron en la belleza, en el trabajo, y esto creo que es un carisma suyo, me formaron en la afectividad y esto era una característica de Don Bosco”, dijo.

MAYO, MES DE MARÍA, DÍA 24


Vigésimo cuarto día: Explicación de las letanías



Consolatrix afflictorum

Consoladora de los afligidos. ¿No tenemos incontables efectos de los milagrosos efectos de la protección de María? ¿No hay una gran cantidad de monumentos erigidos en su honor como reconocimiento de los desventurados que auxilió? ¿Existe algún hombre que haya reclamado su asistencia en vano? Su caridad es tan solícita que nos asiste, a menudo, en nuestras necesidades, sin esperar que la invoquemos, un solo pensamiento, un solo deseo de implorarla basta para que comience a asistirnos.

Auxilium christianorum

Auxilio de los cristianos. El gratitud  que los cristianos tienen a María, favorecidos en todo tiempo con su protección, les ha inspirado llamarla su auxilio, compararla con una torre fortificada, y mirarla como asilo seguro contra todos sus enemigos. Y la Iglesia, aprobando este testimonio de su gratitud hacia su protección, y considerando los poderosos auxilios que el pueblo cristiano ha recibido siempre de la Virgen, le dirige las palabras que se lee en el capítulo IV del Cantar de los cantares. Tu cuello es como la torre de David que está edificada con bulevares; mil escudos cuelgan de ella, y todas las armas de los más valientes.

Ejemplo

Fue delante de una imagen de la Santísima Virgen y merced a su protección que San Francisco de Sales obtuvo la liberación de una pena interior, la más grande que se pueda experimentar. Mientras estaba en su período de estudios, pensó que era un réprobo que estaría por siempre desterrado de la vista de Dios; era como si estuviese persuadido. Uno pude imaginar qué tormento tan cruel debía ser este pensamiento para un alma tan cercana a Dios como la suya. Se consumía a ojos vista, enflaquecía y palidecía enes tremo. En esa situación tan afligida, recurrió a la Santísima Virgen; se prosternó delante de su imagen, formó estos generosos sentimientos. “si soy tan desventurado para merecer estar siempre en la desgracia de mi Dios, quiero al menos tener el consuelo de amarlo con todo el corazón durante mi vida entera: sí, mi Dios, si no puedo amarte después de mi muerte, quiero amarte doblemente mientras viva. Estando en estos pensamientos, ni bien miró la pintura de la Madre de Gracia para interesarla en su destino, en el mismo momento, se sintió aliviado y totalmente liberado de su pena, de suerte que su rostro retomó los colores y su serenidad en el lugar mismo de la oración.

Hacia fines del siglo XVI, la cristiandad estuvo amenazada por los turcos con una desolación general, y el Papa Pío V alentó  a los fieles a poner toda su confianza en María. Toda Europa se puso a orar y se acudió de todos los lugares a Nuestra Señora de Loreto, para implorar la asistencia de la Madre de Dios. Desde entonces el piadoso pontífice no dudo en la victoria. Fue una de las más gloriosas y completas. El Papa que había recibido  una revelación, estaba personalmente persuadido de que era efecto de la protección de la Santísima Virgen, que instituyó para esta ocasión una nueva fiesta en su honor, que es la del Rosario, e hizo agregar a las letanía la invocación: Auxilium christianorum.

En las aflicciones y en las  dificultades, recurramos a Nuestra Madre del cielo.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 24 MAYO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
24 mayo



Jesús no tuvo ningún inconveniente en comer y alternar con publicanos y pecadores; tú no debes considerarte justo o mejor que los otros; a nadie debes juzgar peor que tú; eso es algo reservado para Dios y únicamente para él.

Trata con todos, no excluyas a nadie de tu trato, pero busca que en tu troto hallen ellos respeto y comprensión por un lado, e interés por su bien espiritual por otro; ambas cosas deben conservarse y buscarse siempre con todos.

No desesperes de nadie, no tengas a nadie por imposible o ya reprobado; la Biblia nos habla de que Dios es un Dios paciente, que no apaga la mecha que aún humea, sino que siempre espera, desea y busca que el pecador se convierta y viva.


P. Alfonso Milagro

BUENOS DÍAS




miércoles, 23 de mayo de 2018

MAYO, MES DE MARÍA, DÍA 23


Vigésimo tercer día: Explicación de las letanías




Salus infirmorun

Salud de los enfermos. Para rendir homenaje al poder de María, se la llama Salud de los enfermos, porque teniendo todo poder ante aquel de quien el profeta dijo en el salmo CII: Es el que cura todas la enfermedades, el que devuelve la salud a los enfermos que lo invocan; porque si Jesucristo dio a los apóstoles el poder de curar a los hombres de toda clase de enfermedades, ¿quién dudará que la Madre de Dios, de quien dice el Salmo LXXXVI: Se ha dicho de ti cosas gloriosas, ¡Oh ciudad de Dios!  Tenga el mismo poder? ¿Quién dudará en creer que su poder sea igual a la gloria que goza en el cielo?

Refugium peccatorum

Refugio de los pecadores. Es cierto que los pecadores, según san Juan, encuentran en Jesucristo un abogado delante del Padre celeste, que compadecido de nuestras enfermedades intercede por ellos, pero como después de haber ofendido al mismo Jesucristo, temen la cólera de Cristo, no les queda sino María como refugio en su desventurado estado. Es lo que ella parece ofrecer, siguiendo las palabras del salmo LXXXVI, que se pone en sus labios. Me acordaré de Rahab  de Babilonia, que me conocerán. Promesa verdaderamente consoladora para los pecadores que han sido figurados mediante los nombres de estas dos ciudades. Abrochémonos a ella con confianza, reconozcamos su ternura, y encomendándonos a su recuerdo, pidámosle que nos obtenga el perdón de nuestros pecados.

Ejemplo

El V.P. Bernard, ese célebre sacerdote tan célebre en París en el siglo XIX, por su caridad hacia los prisioneros, y por su devoción a la Santísima Virgen, conducía al patíbulo a un hombre condenado a ser colgado: este desventurado, a sus crímenes anteriores, agregaba ahora horribles blasfemias contra Dios. Aunque hubiese colmado la paciencia de aquellos que lo habían exhortado, el Padre Bernard no se desalienta; sube con él hasta el cadalso, y empeña con él todo el celo posible, y como quiso abrazarlo, el malvado lo rechazó de un puntapié, y furioso, lo arrojó al pie de la escalera, sobre el empedrado. El Padre Bernard, aunque herido, se levanta, se arrodilla y en invoca a su potente Mediatriz, por su oración ordinaria: Memorare, o piisima! Etc. ¡Admirable efecto de su protección! La oración no había terminado y se vio al sentenciado estallar en lágrimas de penitencia, convertirse, pedir perdón, confesarse y edificar con su arrepentimiento, tanto como había horrorizado por su obstinación.

Si tenemos la desventura de ofender a Dios, recurramos a María, refugio de los pecadores, roguemos por la conversión de las almas que nos son queridas.


Traducido del francés por José Gálvez Krüger para ACI Prensa

MAYO, MES DE MARÍA, DÍA 22


Vigésimo segundo día: Explicación de las letanías



Janua coeli

Puerta del cielo. Los fieles, llamando a María la Puerta del cielo, hablando siguiendo a los Padres de la Iglesia que le dieron es nombre. Esta cualidad le conviene tan perfectamente, que es en el dichoso momento en el que el Verbo divino se dignó encarnar en su casto seno que nos convertimos en los herederos del cielo y los coherederos de Jesucristo. Por eso, los patriarcas y los justos del Antiguo Testamento, detenidos en los limbos hasta el momento en que debían ser introducidos en el cielo por el vencedor del pecado y de la muerte, exclamaron sin cesar delante de María, según las palabras de San Agustín: “Virgen perpetua” Abre tu seno que es bermejo como una rosa, porque es tu fe la que abre y cierra los cielos”.

Stella matutina

Estrella de la mañana. Par conocer el motivo de dar a María el título de Estrella de la mañana, consideremos que al igual que las sombras de la noche huyen al momento en que esta estrella aparece y anuncia el nacimiento del sol; igualmente, María, mil veces más brillante que la aurora, apareció para anunciar el nacimiento del Sol de justicia  y para dar al mundo a aquel que debía traer la luz y la verdad, y disipar las tinieblas de la idolatría y de la ignorancia que cubrían casi todo el universo antes del nacimiento de su divino Hijo

Ejemplo

San Francisco de Sales, Obispo de Ginebra, cuya rara modestia y vida ejemplar eran una imagen semejante a la de María, había recibido, desde su juventud, una prueba milagrosa de la protección de esta divina virgen, por la liberación súbita de una tentación de desesperanza espantosa. Su confianza en esta tierna Madre se redobló desde entonces, y no dejó de testimoniar su reconocimiento. Aunque encargado de dirigir una gran diócesis, ocupado de la predicación, de la dirección de almas, en la composición de las bellas obras con que enriqueció a la Iglesia, no se dispensaba de rezar diariamente el rosario. Una vez que se vio obligado a posponerlo hasta muy tarde, su vicario le hizo la observación que tenía una extrema necesidad de descanso, y que debía pasarlo para la mañana siguiente. Mi máxima, le contestó el fiel servidor de María, es no dejar nunca para el día siguiente lo que se puede hacer en el momento, y continuó su rosario hasta el final.

Recemos a menudo el rosario y la Santísima Virgen, después de nuestra muerte, nos introducirá en el cielo.


Traducido del francés por José Gálvez Krüger para ACI Prensa

MAYO, MES DE MARÍA, DÍA 21


Vigésimo primer día: Explicación de las letanías



Domus aurea

Casa de oro. Aunque esta comparación esté muy por debajo de la dignidad y de las virtudes de la Madre de Dios, no deja de tener el mérito de la justeza: ¿no se puede llamar Casa de oro a María, cuyo seno fue el tabernáculo del Hijo de Dios vivo? ¿Aquella que es la obra maestra de la Omnipotencia? Y como el oro es el símbolo de la pureza, María que es por siempre pura y está exenta de pecado, ¿no merece el título de Casa de oro?

Foederis arca

Arca de la Alianza. El arca de la alianza que siempre fue para los judíos el monumento más respetable de su religión, tiene tantas relaciones con María que la Iglesia la mira como una figura de la Madre de Dios. Efectivamente, trayendo a la memoria algunos objetos de comparación, hacemos notar que como las tablas de la antigua ley fueron conservadas en el Arca, el legislador de la nueva, Jesucristo, quiso estar durante nueve meses en el casto seno de María. Y si el Arca traía a los Israelitas los recuerdos de la Alianza que Dios había celebrado con ellos, María nos recuerda, también, la nueva alianza, que el hijo de Dios nos hizo contraer con su Padre, tomando en el seno de María la vida que entregó generosamente para rescatarnos.

Ejemplo

San Bernardo, célebre Abad de Clervaux, y el último de los Padres de la Iglesia, parece haber asumido el trabajo de reunir, en sus piadosos escritos, todo lo que en los siglos precedentes se había dicho de más bello y conmovedor sobre la Santísima Virgen, como si reuniera en su corazón todas las tiernos afectos de sus más fervientes servidores. No se puede leer lo que compuso en alabanza de la la Virgen sin sentirse penetrado de respeto, de confianza y de amor por ella; y él mismo, lo estaba de tal manera, que el recuerdo de sus grandezas y sobre todo de su bondad, le hacía caer en éxtasis. Esta buena madre quiso mostrar sensiblemente en su persona cuánto atrae las bendiciones el coraje de abandonar los afectos de la naturaleza, en especial sobre aquellos que se parecía abandonar ya que toda su famili, primeramente tan opuesta a su retito, terminó por compartir con él sus santas dulzuras.

Roguemos a María llenar nuestros corazones de cariad con el fin de que sean una morada agradable a Jesús cuando baje a él en la Santa Comunión.


Traducido del francés por José Gálvez Krüger para ACI Prensa

FRASES DE LOS SANTOS EN HONOR A LA VIRGEN MARÍA


¿Conocías las frases de estos santos en honor a la Virgen María?
Redacción ACI Prensa





Desde el inicio del cristianismo, los santos han dejado notables frases que explican la importancia de la Virgen María como modelo a seguir en la historia de la salvación.

A continuación, varias frases de santos famosos sobre la Madre de Dios.

1. San Juan Pablo II

“Nos has dado a tu Madre como nuestra para que nos enseñe a meditar y adorar en el corazón. Ella, recibiendo la Palabra y poniéndola en práctica, se hizo la más perfecta Madre”, es una de las frases sobre María del Papa de la familia. 

2. San Agustín de Hipona

 “María fue bienaventurada, porque, antes de dar a luz a su maestro, lo llevó en su seno. María es dichosa también porque escuchó la palabra de Dios y la cumplió; llevó en su seno el cuerpo de Cristo, pero más aún guardó en su mente la verdad de Cristo”, dijo el Padre y Doctor de la Iglesia. 

3. San Francisco de Asís

“Dios os salve, María, Madre de Dios. En vos está y estuvo todo la plenitud de la gracia y todo bien”, dijo el fundador de los Franciscanos.

4. San Maximiliano Kolbe

“Nunca tengas miedo de amar demasiado a la Virgen. Jamás podrás amarla más que Jesús”.


5. Santa Teresa de Calcuta

“La grandeza de María reside en su humildad. Jesús, quien vivió en estrechísimo contacto con ella, parecía querer que nosotros aprendiéramos de él y de ella una lección solamente: ser mansos y humildes de corazón”.

6. San Pío de Pietrelcina

“Cuando se pasa ante una imagen de la Virgen hay que decir: Te saludo, María. Saluda a Jesús de mi parte”, dijo el santo de los estigmas.

7. Santa Teresa de Lisieux

“Con la práctica fiel de las virtudes más humildes y sencillas, has hecho Madre mía, visible a todos el camino recto del Cielo”, dijo la Doctora de la Iglesia y Patrona de las misiones.

8. San Juan Bosco

“La devoción y el amor a María Santísima es una gran protección y un arma poderosa contra las asechanzas del demonio”, dijo el gran propagador de la devoción a María Auxiliadora.

9. Santa Teresa de Jesús

“Gran cosa es lo que agrada a Nuestro Señor cualquier servicio que se haga a su Madre”, mística y Doctora de la Iglesia.

10. San Juan María Vianney (Cura de Ars)

“Si yo no tuviera a la Madre de Dios que me defiende a cada paso de los peligros del alma, ya habría caído el poder de Satanás”.

11. San Buenaventura

“No temen tanto los soldados un copioso ejército de enemigos como teme el poder del infierno al oír el nombre de María”.

12. San Alfonso María de Ligorio,


“El Eterno se enamoró de vuestra incomparable hermosura, con tanta fuerza, que se hizo como desprenderse del seno del Padre y escoger esas virginales entrañas para hacerse Hijo vuestro. ¿Y yo, gusanillo de la tierra, no he de amaros? Sí, dulcísima Madre mía, quiero arder en vuestro amor y propongo exhortar a otros a que os amen también”, son las palabras del Doctor de la Iglesia y patrono de confesores y moralistas.

11. San Luis María Griñón de Monfort

“A quien Dios quiere hacer muy santo, lo hace devoto de la Virgen María”, dijo en una ocasión el autor de varios libros marianos entre los que se encuentra el Tratado de la verdadera devoción a la Virgen María.   

12. San Bernardo de Claraval

“Si se levanta la tempestad de las tentaciones, si caes en el escollo de las tristezas, eleva tus ojos a la Estrella del Mar: ¡invoca a María!”, dijo este Doctor de la Iglesia.

13. San Ireneo

“El nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María; lo que ató la virgen Eva por la incredulidad, la virgen María lo desató por la fe”, es una de las frases de este Padre de la Iglesia de los primeros siglos que combatió herejías. 

14. Santa Teresa de los Andes

“María, eres la Madre del Universo. ¿Quién no se anima al verte tan tierna, tan compasiva, a descubrir sus íntimos tormentos? Si es pecador, tus caricias lo enternecen. Si es tu fiel devoto, tu presencia solamente enciende la llama viva del amor divino”, dijo la carmelita descalza latinoamericana. 

15. San Josemaría Escrivá de Balaguer

“Antes, solo, no podías. Ahora, has acudido a la señora, y, con ella, ¡qué fácil!.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 23 MAYO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
23 mayo



El mundo de hoy pide el pan de la fe, el pan de la  verdad, el pan del amor a Jesucristo; todos los que conoce están ansiosos, hambrientos de Jesucristo, y a todos les puedes llevar el conocimiento y el amor de Jesucristo.


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 22 MAYO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
22 mayo



Aprende de Jesús a retirarte con frecuencia a la soledad, al silencio, a la oración; sobre todo cuando tengas entre manos algún asunto serio o debas tomar alguna decisión que gravite en tu vida o en la de los demás.

Y no olvides que siempre tienes entre manos el asunto extremadamente grave y decisivo de tu propia santificación; por eso te urge la necesidad de frecuentar esos momentos de soledad y silencio, para poder conocer cuál es la voluntad de Dios sobre ti.

Ciertas realidades espirituales solamente se las ve en toda su verdadera dimensión en el silencio y en la soledad, porque solamente en esas circunstancias se revela Dios al hombre.


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 21 MAYO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
21 mayo



Busca tú a Jesús y búscalo en todos los momentos de tu vida; busca conocer más a Jesús, busca servirlo cada vez con mayo entrega, para amarlo con toda tu alma, pues, si lo buscas, encontrarás con él y en él la gracia, la paz, la alegría del corazón, la infinita felicidad.




P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 23 MAYO 2018


Lecturas de hoy Miércoles de la 7ª semana del Tiempo Ordinario
 Hoy, miércoles, 23 de mayo de 2018


Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol Santiago (4,13-17):

Vosotros decís: «Mañana o pasado iremos a esa ciudad y pasaremos allí el año negociando y ganando dinero». Y ni siquiera sabéis qué pasará mañana. Pues, ¿qué es vuestra vida? Una nube que aparece un momento y en seguida desaparece. Debéis decir así: «Si el Señor lo quiere y vivimos, haremos esto o lo otro.» En vez de eso, no paráis de hacer grandes proyectos, fanfarroneando; y toda jactancia de ese estilo es mala cosa. Al fin y al cabo, quien conoce el bien que debe hacer y no lo hace es culpable.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 48,2-3.6-7.8-10.11

R/. Dichosos los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos

Oíd esto, todas las naciones; 
escuchadlo, habitantes del orbe: 
plebeyos y nobles, ricos y pobres. R/. 

¿Por qué habré de temer los días aciagos, 
cuando me cerquen y acechen los malvados, 
que confían en su opulencia 
y se jactan de sus inmensas riquezas? R/. 

Si nadie puede salvarse ni dar a Dios un rescate. 
Es tan caro el rescate de la vida, 
que nunca les bastará 
para vivir perpetuamente sin bajar a la fosa. R/.

Mirad: los sabios mueren, 
lo mismo que perecen los ignorantes y necios, 
y legan sus riquezas a extraños. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,38-40):

En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.» 
Jesús respondió: «No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 23 de mayo de 2018
 Martínez de la Lama-Noriega, cmf


NO ES DE LOS NUESTROS


     ¡Pobres discípulos (y pobre Jesús)!  Es que no dan una. Para una vez que Juan, el hijo del Trueno, abre la boca en este Evangelio, es para desencadenar un chaparrón. Es la vieja pretensión-tentación de tener la verdad en exclusiva y sentirse con el «poder» de controlar a todos los demás, repartiendo patentes de ortodoxia, de pertenencia... 

     Era la vieja mentalidad de tener una serie de códigos, pistas y condiciones para definir correctamente quiénes estaban a un lado de una línea (con Dios de su parte) y los que estaban -¡pobrecillos!- dejados de la mano de Dios, perdidos, confundidos. Pero la novedad del Reino de Jesús no va por ahí.  Fuera de la Iglesia sí hay salvación, y hay Espíritu, y gentes buenas de las que tenemos que aprender mucho. 

     «En la Iglesia Católica -escribía San Agustín- hay quienes no son católicos. Pero también se pueden encontrar católicos fuera de la Iglesia.  Muchos que parecen estar fuera, están dentro; muchos de lo que parecen estar dentro están fuera».  

     El católico es aquel que tiene un espíritu universal, que eso es lo que significa esta palabra, y sabe descubrir lo valioso en los otros, el que se sabe siempre en búsqueda de la Verdad, y los otros tienen mucho que enseñarle. 

+  ¿Tú verdad? no, la verdad;  y ven conmigo a buscarla. La tuya guárdatela. (A Machado)

+   La verdad no está de parte de quién grite más (R Tagore)

+  Cree a aquellos que buscan la verdad, duda de los que la han encontrado (André Gide)

+ No poseemos la verdad ni el bien nada más que en parte, y mezclados con la falsedad y con el mal (B Pascal)

     El buscador y defensor de la verdad no le cierra la boca al que tiene otras ideas, ni lo trata como enemigo, ni le prohíbe seguir pensando, investigando o expresándose.  No convierte al distinto en enemigo, sino que hace mucha mayor gala de los principios del diálogo, entre los cuales no está el creerse ya, como punto de partida, con toda la razón. Es verdad que en tiempos de relativismo, de fuertes cambios, y de confusión hay la fuerte tentación de subrayar lo propio, cerrar filas, acallar disonancias, estar muy pendientes de los posibles errores y abusos, y encontrar donde sea enemigos para plantarles cara.

     Pues no va con el estilo de Jesús ese empeño de algunos grupos, movimientos y personas que pretenden tener la exclusiva de la verdad, de la salvación, de la fe, de la revelación divina e imponérsela a los otros. No va con Jesús lo de excluir, precisamente él que fue un excluido por la ortodoxia judía, y que fue durante toda su vida rodeándose de excluidos, heterodoxos y personas de mala fama.  Sino más bien, buscar puntos de encuentro, tender la mano a todos los colaboradores que quieran luchar contra los demonios de nuestro mundo, reconocer la bondad ajena, tener mucha paciencia...

     No encontramos en ningún lugar del Evangelio una preocupación o intención por parte de Jesús por ser muchos, ni por mostrar el poder de los números de la gente que le seguía, ni siquiera puso las cosas fáciles para que «se le apuntaran» más. Pocos, pero levadura. Pocos, pero sal. Poca llama, pero iluminando desde el candelero. Pocas ramas en el árbol, pero con capacidad para acoger a las aves que quieran anidar en él.

Con palabras del entonces Cardenal Joseph Ratzinger:

Cada empresa tiene el derecho de promocionar su producto.  Pero la Iglesia no es una empresa. Sólo debe anunciar a Cristo.  No debe atraer hacia sí, ni engrandecer su rebaño, ni procurarse clientes, sino mostrar el rostro de Jesús.  La fe no es una mercancía, ni propiedad de un grupo en expansión.  Nosotros no poseemos nada. La Iglesia anuncia a Cristo, no busca consenso. No se puede presentar como misión lo que no es otra cosa que burda propaganda sectaria o parcial.

El mensaje de Cristo debe ser anunciado incluso allí donde no gusta.  La Iglesia es Iglesia de mártires, no Iglesia que martiriza. Una Iglesia tolerante, que no persigue a sus adversarios.

     Cuando los grupos se miran a sí mismos... acaban ocupados exclusivamente de sí mismos. Cuando los grupos se miran de frente unos a otros... acaban enfrentados. El asunto es que donde hay que mirar es... al mundo, al sufrimiento de las gentes, a la defensa de lo humano... y encontrarnos allí con cualquiera que se sienta llamado a hacer el bien. No es tarea de la Iglesia hacer aceptos, ni tampoco adoctrinar... sino ser testigo del Evangelio, salir al encuentro del hombre siendo cauce del amor, la acogida y la misericordia de Dios. Con aquellos que ni siquiera mencionen a Dios, o tengan «otro Dios». 

Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf 

BIENVENIDOS




domingo, 20 de mayo de 2018

LA FIESTA DE PENTECOSTÉS - DOMINGO 20 MAYO 2018


La Fiesta de Pentecostés


Por: Redacción | Fuente: aciprensa.com y iglesia.cl 




“Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo”.
Hechos de los Apóstoles 2, 1-5


Fiesta de Pentecostés

Originalmente se denominaba “fiesta de las semanas” y tenía lugar siete semanas después de la fiesta de los primeros frutos (Lv 23 15-21; Dt 169). Siete semanas son cincuenta días; de ahí el nombre de Pentecostés (= cincuenta) que recibió más tarde. Según Ex 34 22 se celebraba al término de la cosecha de la cebada y antes de comenzar la del trigo; era una fiesta movible pues dependía de cuándo llegaba cada año la cosecha a su sazón, pero tendría lugar casi siempre durante el mes judío de Siván, equivalente a nuestro Mayo/Junio. En su origen tenía un sentido fundamental de acción de gracias por la cosecha recogida, pero pronto se le añadió un sentido histórico: se celebraba en esta fiesta el hecho de la alianza y el don de la ley.

En el marco de esta fiesta judía, el libro de los Hechos coloca la efusión del Espíritu Santo sobre los apóstoles (Hch 2 1.4). A partir de este acontecimiento, Pentecostés se convierte también en fiesta cristiana de primera categoría (Hch 20 16; 1 Cor 168).


¿Quién es el Espíritu Santo?

Según el Catecismo de la Iglesia Católica, el Espíritu Santo es la "Tercera Persona de la Santísima Trinidad". Es decir, habiendo un sólo Dios, existen en Él tres personas distinas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta verdad ha sido revelada por Jesús en su Evangelio.

El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo de la historia hasta su consumación, pero es en los últimos tiempos, inaugurados con la Encarnación, cuando el Espíritu se revela y nos es dado, cuando es reconocido y acogido como persona. El Señor Jesús nos lo presenta y se refiere a Él no como una potencia impersonal, sino como una Persona diferente, con un obrar propio y un carácter personal.


El Espíritu Santo, el don de Dios

"Dios es Amor" (Jn 4,8-16) y el Amor que es el primer don, contiene todos los demás. Este amor "Dios lo ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado". (Rom 5,5).

Puesto que hemos muerto, o al menos, hemos sido heridos por el pecado, el primer efecto del don del Amor es la remisión de nuestros pecados. La Comunión con el Espíritu Santo, "La gracia del Señor Jesucristo, y la caridad de Dios, y la comunicación del Espíritu Santo sean con todos vosotros." 2 Co 13,13; es la que, en la Iglesia, vuelve a dar a los bautizados la semejanza divina perdida por el pecado. Por el Espíritu Santo nosotros podemos decir que "Jesús es el Señor ", es decir para entrar en contacto con Cisto es necesario haber sido atraído por el Espíritu Santo.

Mediante el Bautismo se nos da la gracia del nuevo nacimiento en Dios Padre por medio de su Hijo en el Espíritu Santo. Porque los que son portadores del Espíritu de Dios son conducidos al Hijo; pero el Hijo los presenta al Padre, y el Padre les concede la incorruptibilidad. Por tanto, sin el Espíritu no es posible ver al Hijo de Dios, y, sin el Hijo, nadie puede acercarse al Padre, porque el conocimiento del Padre es el Hijo, y el conocimiento del Hijo de Dios se logra por el Espíritu Santo.

Vida de fe. El Espíritu Santo con su gracia es el "primero" que nos despierta en la fe y nos inicia en la vida nueva. El es quien nos precede y despierta en nosotros la fe. Sin embargo, es el "último" en la revelación de las personas de la Santísima Trinidad.

El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo del Designio de nuestra salvación y hasta su consumación. Sólo en los "últimos tiempos", inaugurados con la Encarnación redentora del Hijo, es cuando el Espíritu se revela y se nos da, y se le reconoce y acoge como Persona.

El Paráclito. Palabra del griego "parakletos", que literalmente significa "aquel que es invocado", es por tanto el abogado, el mediador, el defensor, el consolador. Jesús nos presenta al Espíritu Santo diciendo: "El Padre os dará otro Paráclito" (Jn 14,16). El abogado defensor es aquel que, poniéndose de parte de los que son culpables debido a sus pecados, los defiende del castigo merecido, los salva del peligro de perder la vida y la salvación eterna. Esto es lo que ha realizado Cristo, y el Espíritu Santo es llamado "otro paráclito" porque continúa haciendo operante la redención con la que Cristo nos ha librado del pecado y de la muerte eterna.

Espíritu de la Verdad: Jesús afirma de sí mismo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Jn 14,6). Y al prometer al Espíritu Santo en aquel "discurso de despedida" con sus apóstoles en la Última Cena, dice que será quien después de su partida, mantendrá entre los discípulos la misma verdad que Él ha anunciado y revelado.

El Paráclito, es la verdad, como lo es Cristo. Los campos de acción en que actúa el Espíritu Santo, son el espíritu humano y la historia del mundo. La distinción entre la verdad y el error es el primer momento de dicha actuación.

Permanecer y obrar en la verdad es el problema esencial para los Apóstoles y para los discípulos de Cristo, desde los primeros años de la Iglesia hasta el final de los tiempos, y es el Espíritu Santo quien hace posible que la verdad a cerca de Dios, del hombre y de su destino, llegue hasta nuestros días sin alteraciones.


Símbolos

Al Espíritu Santo se le representa de diferentes formas:

Agua: El simbolismo del agua es significativo de la acción del Espíritu Santo en el Bautismo, ya que el agua se convierte en el signo sacramental del nuevo nacimiento.

Unción: Simboliza la fuerza. La unción con el óleo es sinónima del Espíritu Santo. En el sacramento de la Confirmación se unge al confirmado para prepararlo a ser testigo de Cristo.

Fuego: Simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu.

Nube y luz: Símbolos inseparables en las manifestaciones del Espíritu Santo. Así desciende sobre la Virgen María para "cubrirla con su sombra". En el Monte Tabor, en la Transfiguración, el día de la Ascensión; aparece una sombra y una nube.

Sello: Es un símbolo cercano al de la unción. Indica el carácter indeleble de la unción del Espíritu en los sacramentos y hablan de la consagración del cristiano.

La Mano: Mediante la imposición de manos los Apóstoles y ahora los Obispos, trasmiten el "don del Espíritu".
La Paloma: En el Bautismo de Jesús, el Espíritu Santo aparece en forma de paloma y se posa sobre Él.


El Espíritu Santo y la vida cristiana

A partir del Bautismo, el Espíritu divino habita en el cristiano como en su templo. Gracias a la fuerza del Espíritu que habita en nosotros, el Padre y el Hijo vienen también a habitar en cada uno de nosotros.

El don del Espíritu Santo es el que:

- nos eleva y asimila a Dios en nuestro ser y en nuestro obrar;

- nos permite conocerlo y amarlo;

- hace que nos abramos a las divinas personas y que se queden en nosotros.
La vida del cristiano es una existencia espiritual, una vida animada y guiada por el Espíritu hacia la santidad o perfección de la caridad. Gracias al Espíritu Santo y guiado por Él, el cristiano tiene la fuerza necesaria para luchar contra todo lo que se opone a la voluntad de Dios.



Dones

Para que el cristiano pueda luchar, el Espíritu Santo le regala sus siete dones, que son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu. Estos dones son:

Don de Ciencia: es el don del Espíritu Santo que nos permite acceder al conocimiento. Es la luz invocada por el cristiano para sostener la fe del bautismo.

Don de consejo: saber decidir con acierto, aconsejar a los otros fácilmente y en el momento necesario conforme a la voluntad de Dios.

Don de Fortaleza: es el don que el Espíritu Santo concede al fiel, ayuda en la perseverancia, es una fuerza sobrenatural.

Don de Inteligencia: es el del Espíritu Santo que nos lleva al camino de la contemplación, camino para acercarse a Dios.

Don de Piedad: el corazón del cristiano no debe ser ni frío ni indiferente. El calor en la fe y el cumplimiento del bien es el don de la piedad, que el Espíritu Santo derrama en las almas.

Don de Sabiduría: es concedido por el Espíritu Santo que nos permite apreciar lo que vemos, lo que presentimos de la obra divina.

Don de Temor: es el don que nos salva del orgullo, sabiendo que lo debemos todo a la misericordia divina.



Por otro lado, los frutos del Espíritu Santo son:

Caridad.
Gozo.
Paz.
Paciencia.
Longanimidad.
Bondad.
Benignidad.
Mansedumbre.
Fe.
Modestia.
Continencia.
Castidad.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 20 MAYO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
20 mayo




Por mucha que sea nuestra elocuencia, si no hablamos con autoridad que dé nuestra propia vida, no llegaremos a convencer a nadie.

Dice el Evangelio que los que escuchaban a Jesús, todos estaban asombrados de su enseñanza.

Como profeta de Jesucristo no debes buscar tu doctrina, sino que debes transmitir el mensaje de Jesús; ese mensaje es el amor, y si tú predicas a Jesucristo, tienes que predicar el amor; y si lo predicas tú mismo quedarás admirado de la impresión que producirá tu predicación.

Por algo Pablo VI afirmó que el mundo de hoy cree más a los testigos que a los muertos y acepta a éstos sólo cuando previamente se han mostrado como testigos.


P. Alfonso Milagro

MAYO, MES DE MARÍA - DÍA 20


Vigésimo día: Explicación de las letanías



Rosa mystica

Rosa Mística. Como la Rosa es, entre todas las flores, la flor que más gusta universalmente, tanto por su tierno colorido cuanto por su agradable olor, y por esta causa pasa por reina de las flores, de la misma manera María, llamada alegóricamente por la Iglesia Rosa Mística, es la Reina de los ángeles y de los hombres, porque sobrepasa a todas las criaturas, incluso a las más perfectas, por la explosión de su gloria y por el mérito de sus sublimes virtudes.

Turris Davidica

Torre de David. María es comparada con la Torre de David, porque esta torre fue antiguamente el más bello ornamento de Jerusalén por su elevada altura y por la belleza de su estructura. María, igualmente, un edificio espiritual que es, después de Dios, en la celeste Sión, el objeto más elevado y el más elevado por la bondad de sus virtudes. En efecto, considerando la grandeza de su dignidad y de los méritos preciosos de María, se comprende que la gloria de que goza en el cielo les sea proporcional; y que todo debe ser incomparablemente grande en aquella que según Agustín es la obra del eterno consejo, en tanto que, san Epifanes llama misterio del cielo y de la tierra

Torre de marfil

Torre de marfil. Es en  la  expresión del Espíritu Santo, que habla por el órgano de la Sabiduría, que la Iglesia encontró la comparación que se hace de ella, a una torre de marfil. En efecto; por que si comprendemos el sentido figurado, comprenderemos que Salomón escuchó alabar la pureza a María, cuyo brillo y cuya blancura no sólo entran claramente en comparación cola del marfil sino que la supera infinitamente.

Ejemplo

El nacimiento de San Luís Rey de Francia, se debió a María Madre de Dios y a la devoción del Santo Rosario. La piadosa Reina Blanca de Castilla, que fue la madre de este santo rey, lloraba largo tiempo su esterilidad. Santo Domingo, que vivió en la misma época, le aconsejó recurrir a la Santísima Virgen y que practicara el rezo del santo Rosario, y que obligara a las personas más devotas del Reino de hacer frecuentemente en su nombre este homenaje, y le hizo esperar el fruto de bendición de deseaba, por la protección de la Madre de Misericordia. Blanca siguió el consejo con felicidad y fidelidad. En virtud del santo Rosario y de la piedad de la virtuosa princesa obtuvieron pronto el efecto deseado. Tuvo un hijo, y en su hijo un rey, que puso la santidad sobre el trono, que consagró su corona por todas las virtudes cristianas; en una palabra, llevó a su tumba la vestidura de la inocencia bautismal, enriquecida por todos los méritos que hacen  los santos y a los grandes santos.


Traducido del francés por José Gálvez Krüger para ACI Prensa
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