lunes, 20 de febrero de 2017

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 20 DE FEBRERO


Los cinco minutos de María
Febrero 20



Aunque neguemos a María, y nos olvidemos de ella, María no desaparecerá. Ella seguirá cumpliendo amorosamente su rol maternal.

Los que perderemos seremos nosotros; nos veremos privados de luz, de fuerzas, de entusiasmo, del calor de su regazo materno, de las bondades de su Corazón.

Lo orfandad es triste, pero es inmensamente más triste si la elegimos nosotros. Si no conocer a la madre es causa de amarga pena, ¡cuánto más amargo será no querer reconocerla y aceptarla!
María, ilumina nuestra vida con la luz del Evangelio.


* P. Alfonso Milagro

CONOZCAMOS AL BEATO FRANCISCO MARTO


Beato Francisco Marto



Francisco era de carácter dócil y condescendiente. Le gustaba pasar el tiempo ayudando al necesitado. Todos lo reconocían como un muchacho sincero, justo, obediente y diligente.

Las palabras del Ángel en su tercera aparición: "Consolad a vuestro Dios", hicieron profunda impresión en el alma del pequeño pastorcito.

El deseaba consolar a Nuestro Señor y a la Virgen, que le había parecido estaban tan tristes.

Jacinta y Francisco siguieron su vida normal después de las apariciones. Lucia empezó a ir a la escuela tal como la Virgen se lo había pedido, y Jacinta y Francisco iban también para acompañarla. Cuando llegaban al colegio, pasaban primero por la Iglesia para saludar al Señor. Mas cuando era tiempo de empezar las clases, Francisco, conociendo que no habría de vivir mucho en la tierra, le decía a Lucia, "Vayan ustedes al colegio, yo me quedaré aquí con Jesús Escondido. ¿Qué provecho me hará aprender a leer si pronto estaré en el Cielo?" Dicho esto, Francisco se iba tan cerca como era posible del Tabernáculo.

Cuando Lucia y Jacinta regresaban por la tarde, encontraban a Francisco en el mismo lugar, en profunda oración y adoración.

De los tres niños, Francisco era el contemplativo y fue tal vez el que más se distinguió en su amor reparador a Jesús en la Eucaristía. Después de la comunión recibida de manos del Ángel, decía: "Yo sentía que Dios estaba en mi pero no sabía cómo era." En su vida se resalta la verdadera y apropiada devoción católica a los ángeles, a los santos y a María Santísima. Él quedó asombrado por la belleza y la bondad del ángel y de la Madre de Dios, pero él no se quedó ahí. Ello lo llevó a encontrarse con Jesús. Francisco quería ante todo consolar a Dios, tan ofendido por los pecados de la humanidad. Durante las apariciones, era esto lo que impresionó al joven.

Mas que nada Francisco quería ofrecer su vida para aliviar al Señor quien él había visto tan triste, tan ofendido. Incluso, sus ansias de ir al cielo fueron motivadas únicamente por el deseo de poder mejor consolar a Dios. Con firme propósito de hacer aquello que agradase a Dios, evitaba cualquier especie de pecado y con siete años de edad, comenzó a aproximarse, frecuentemente al Sacramento de la Penitencia.

Una vez Lucia le preguntó, "Francisco, ¿qué prefieres más, consolar al Señor o convertir a los pecadores?" Y él respondió: "Yo prefiero consolar al Señor. ¿No viste que triste estaba Nuestra Señora cuando nos dijo que los hombres no deben ofender más al Señor, que está ya tan ofendido? A mí me gustaría consolar al Señor y después, convertir a los pecadores para que ellos no ofendan más al Señor." Y siguió, "Pronto estaré en el cielo. Y cuando llegue, voy a consolar mucho a Nuestro Señor y a Nuestra Señora."

En su enfermedad, Francisco confió a su prima: "¿Nuestro Señor aún estará triste? Tengo tanta pena de que El este así. Le ofrezco cuanto sacrificio yo puedo."

En la víspera de su muerte se confesó y comulgó con los más santos sentimientos. Después de 5 meses de casi continuo sufrimiento, el 4 de abril de 1919, primer viernes, a las 10:00 a.m., murió santamente el consolador de Jesús.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 19 DE FEBRERO


Los cinco minutos de María
Febrero 19



La madre es la lágrima que llora todas nuestras penas, la sonrisa que alegra todas nuestras dichas, el perdón que se nos ofrece para nuestras culpas, la mano siempre tendida para ayudarnos, el corazón siempre latiendo por nosotros, amándonos como sólo una madre puede y sabe amar, la oración elevada a los cielos por nuestras necesidades, el pensamiento que siempre nos tiene presentes.

Eso es una madre y esa es María y todo eso hace María con nosotros. Cuando uno toma conciencia de que es hijo de María, la vida se transforma.

María, te pedimos que en cada uno de nuestros hogares permanezca encendido “el fuego” de la familia de Nazaret.



* P. Alfonso Milagro

BEATOS FRANCISCO Y JACINTA, VIDENTES DE FÁTIMA, 20 DE FEBRERO


Hoy 20 de febrero se celebra a los Beatos Francisco y Jacinta, videntes de la Virgen de Fátima
Por Abel Camasca

(ACI).- "Contemplar como Francisco y amar como Jacinta", fue el lema con el que estos dos videntes de la Virgen de Fátima fueron beatificados por San Juan Pablo II y cuya memoria se celebra el 20 de febrero.

Entérate de lo que pasó con ellos después de las apariciones, por quiénes ofrecieron sus sufrimientos y sus últimos consejos.


"Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores, pues muchas almas van al infierno porque no hay quien se sacrifique y pida por ellas", les pidió la Virgen de Fátima a Francisco, Jacinta y Lucía.

Francisco nació en 1908 y Jacinta, dos años des pués. Desde pequeños aprendieron a cuidarse de las malas compañías y por eso preferían estar con su prima Lucía, quien solía hablarles de Jesús. Los tres cuidaban las ovejas, jugaban y rezaban juntos.

Del 13 de mayo al 13 de octubre de 1917 la Virgen se les apareció en varias ocasiones en Cova de Iría (Potugal). Durante estos sucesos, soportaron con valentía las calumnias, injurias, malas interpretaciones, persecuciones y la prisión. Ellos decían: “Si nos matan, no importa; vamos al cielo”.

Luego de las apariciones, Jacinta y Francisco siguieron su vida normal. Lucía fue a la escuela, tal como se lo pidió la Virgen, y era acompañada por Jacinta y Francisco. De camino pasaban por la Iglesia y saludaban a Jesús Eucaristía.

Francisco, sabiendo que no viviría mucho tiempo, le decía a Lucía: “Vayan ustedes al colegio, yo me quedaré aquí con Jesús Escondido”. A la salida del colegio, las chicas lo encontraban lo más cerca posible del Tabernáculo y en recogimiento.

El pequeño Francisco era el más contemplativo y quería consolar a Dios, tan ofendido por los pecados de la humanidad. En una ocasión Lucía le preguntó: "Francisco, ¿qué prefieres más, consolar al Señor o convertir a los pecadores?" Él respondió: "Yo prefiero consolar al Señor”.


“¿No viste qué triste estaba Nuestra Señora cuando nos dijo que los hombres no deben ofender más al Señor, que está ya tan ofendido? A mí me gustaría consolar al Señor y después, convertir a los pecadores para que ellos no ofendan más al Señor." Y siguió, "Pronto estaré en el cielo. Y cuando llegue, voy a consolar mucho a Nuestro Señor y a Nuestra Señora."

Jacinta participaba diariamente de la Santa Misa y tenía gran deseo de recibir la Comunión en reparación de los pobres pecadores. Le atraía mucho el estar con Jesús Sacramentado. "Cuánto amo el estar aquí, es tanto lo que le tengo que decir a Jesús", repetía.

Cierto día, poco después de la cuarta aparición, Jacinta encontró una cuerda y acordaron partirla en tres y ponérsela a la cintura, sobre la carne, como sacrificio. Esto los hacía sufrir mucho, contaría Lucía después. La Virgen les dijo que Jesús estaba muy contento con sus sacrificios, pero que no quería que durmieran con la cuerda. Así lo hicieron.



A Jacinta se le concedió la visión de ver los sufrimientos del Sumo Pontífice. "Yo lo he visto en una casa muy grande, arrodillado, con el rostro entre las manos, y lloraba. Afuera había mucha gente; algunos tiraban piedras, otros decían imprecaciones y palabrotas", contó ella.

Por esto y otros hechos, los niños tenían presente al Santo Padre y ofrecían tres Ave María por él después de cada Rosario. Asimismo, las familias acudían a ellos para que intercedieran por sus problemas.

En una ocasión, una madre le rogó a Jacinta que le pidiera por su hijo que se había ido como el hijo pródigo. Días después, el joven regresó a casa, pidió perdón y le contó a su familia que después de haber gastado todo lo que tenía, robado y estado en la cárcel, huyó a unos bosques desconocidos.

Cuando se halló completamente perdido, se arrodilló llorando, y rezó. En eso, vio a Jacinta que lo tomó de la mano y lo condujo hasta un camino. Así pudo regresar a casa. Luego interrogaron a Jacinta si se había encontrado con el muchacho y ella dijo que no, pero que sí había rogado mucho a la Virgen por él.

El 23 de diciembre de 1918, francisco y Jacinta enfermaron de una terrible epidemia de bronco-neumonía. Francisco se fue deteriorando poco a poco durante los meses posteriores. Pidió recibir la Primera Comunión  y para ello se confesó y guardó ayuno. La recibió con gran lucidez y piedad. Luego pidió perdón a todos.

“Yo me voy al Paraíso; pero desde allí pediré mucho a Jesús y a la Virgen para que os lleve también pronto allá arriba”, le dijo a Lucía y Jacinta. Al día siguiente, el 4 de abril de 1919, partió a la casa del Padre con una sonrisa angelical.

Jacinta sufrió mucho por la muerte de su hermano. Más adelante su enfermedad se complicó. Fue llevada al hospital de Vila Nova, pero regresó a casa con una llaga en el pecho. Luego le confiaría a su prima: "Sufro mucho; pero ofrezco todo por la conversión de los pecadores y para desagraviar al Corazón Inmaculado de María".


Antes de ser llevada al hospital de Lisboa le dijo a Lucía: “Ya falta poco para irme al cielo… Di a toda la gente que Dios nos concede las gracias por medio del Inmaculado Corazón de María. Que las pidan a Ella, que el Corazón de Jesús quiere que a su lado se venere el Inmaculado Corazón de María, que pidan la paz al Inmaculado Corazón, que Dios la confió a Ella”.

Operaron a Jacinta, le quitaron dos costillas del lado izquierdo y quedó una llaga ancha como de una mano. Los dolores eran espantosos, pero ella invocaba a la Virgen y ofrecía sus dolores por la conversión de los pecadores.

El 20 de febrero de 1920 pidió los últimos sacramentos, se confesó y rogó que le llevaran el Viático porque pronto moriría, pero poco después partió a la Casa del Padre con diez años de edad. Entre las cosas que le dictó a su madrina están:

Los pecados que llevan más almas al infierno son los de la carne

Las guerras son consecuencia del pecado del mundo. Es preciso hacer penitencias para que se detengan.

No hablar mal de nadie y huir de quien habla mal.

Tener mucha paciencia porque la paciencia nos lleva al cielo.

Los cuerpos de Francisco y Jacinta fueron trasladados al Santuario de Fátima. Cuando abrieron el sepulcro de Francisco, vieron que el Rosario que le colocaron sobre su pecho estaba enredado entre los dedos de sus manos. Mientras que el cuerpo de Jacinta, 15 años después de su muerte, estaba incorrupto.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 18 DE FEBRERO


Los cinco minutos de María
Febrero 18




Jesús es la Verdad y la Vida. Por eso la Madre de Jesús es la Madre de la Verdad y la Vida.

Madre de la Verdad, porque nos conduce a la Verdad, que es Jesús.
Quien está en Jesús permanece en la Verdad y está ciertamente con María.

María se convierte así en el camino más rápido y seguro para llegar a la Verdad y a la Vida.

María, que consagraste tu vida a la obra de tu Hijo, ayúdanos a comprometernos en el servicio a nuestros hermanos.


* P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 17 DE FEBRERO


Los cinco minutos de María
Febrero 17



La Iglesia pone en los labios de la Virgen estas palabras: “Yo soy la Madre del buen Consejo”. Sin embargo, tal vez ella pueda reprendernos diciéndonos: “Soy la Madre del Buen consejo, pero no me piden mi parecer”.

Acertaríamos mucho más en nuestras determinaciones, serían mucho más prudentes nuestras decisiones, si antes de tomarlas consultáramos con nuestra Madre del cielo.

Cuando una madre aconseja a su hijo, siempre está acertada; pero cuando esa madre es la misma Madre de Dios, estamos absolutamente seguros de estar en la verdad.

María, confiamos en tu consejo para que él nos guíe a Jesús, en todo tiempo y circunstancia de nuestra vida.



* P. Alfonso Milagro

FELIZ SEMANA!!!


jueves, 16 de febrero de 2017

EL VALOR DE LA SANTA MISA



El valor de la Santa Misa




A la hora de tu muerte, tu mayor consolación será las Misas que durante tu vida oíste.

Cada Misa que a la que asististe te acompañará al Tribunal Divino y abogará para que alcances el perdón.

Con cada Misa puedes disminuir el castigo temporal que debas por tus pecados, en proporción con el fervor con el que participes.

Con la asistencia devota a la Santa Misa rindes el mayor homenaje a la Humanidad Santísima de Nuestro Señor. La Santa Misa bien vivida suple tus mayores negligencias y omisiones.

Por la Santa Misa bien vivida se te perdonan todos los pecados veniales que estás resuelto a evitar, y muchos otros de que ni siquiera te acuerdas. Por ella pierde también el demonio el dominio sobre ti.

Además, ofreces el mayor consuelo a las almas benditas del Purgatorio.

Una Misa en la que has estado presente mientras vives te aprovechará mucho más que muchas que ofrezcan por ti después de tu muerte.

Te libras de muchos peligros y desgracias, en los cuales quizás caerías si no fuera por la Santa Misa.

Acuérdate también de que con ella acortas tu purgatorio.

Con cada Misa aumentas tus grados de gloria en el Cielo. En ella recibes la bendición del Sacerdote, que Dios ratifica en el cielo.

Durante la Misa te arrodillas en medio de una multitud de ángeles que asisten invisiblemente al Santo Sacrificio con suma reverencia.

Consigues bendiciones en tus negocios y asuntos temporales.

Cuando vamos a Misa en honor de algún Santo Particular, dando gracias a Dios por los favores pedidos a este Santo no podemos menos de ganarnos su protección y especial amor, por el primer gozo y felicidad que de nuestra buena obra se le sigue.

Todos los días que vamos a Misa estaría bien que, además de las otras intenciones, tuviéramos la de honrar al Santo del día.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 16 DE FEBRERO


Los cinco minutos de María
Febrero 16



Encontrarse con María, descubrir la persona de María, llegar a conocer la función maternal de María y su misión salvadora, es provechosísimo y de honda consolación para sus devotos.

Algunos han pasado al lado de María sin reconocerla; el trato que han tenido con ella ha sido un trato frío, poco menos que diplomático; hasta que un día descubrieron que ella es su Madre y, como tal, los protege y los guía.

Desde entonces su vida cambió fundamentalmente. Como huérfanos que un día felicísimos encontraron a su Madre y comenzaron a vivir con ella, una muy sentida alegría inundó su corazón.

María, “causa de nuestra alegría”, gracias por darnos a Jesús que nos comunica su vida.


* P. Alfonso Milagro

QUIÉN ES JESUCRISTO? Y PARA TI.. QUIÉN ES?


¿Quién es Jesucristo? Y para ti... ¿Quién es...?
Conoce el amor y la misericordia de Dios sobre ti, y no habrá nada más importante en tu vida.


Por: P. Enrique Cases | Fuente: Catholic.net 




La respuesta la da San Pedro cuando contesta: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo»

Viniendo Jesús a la región de Cesárea de Filipo, preguntó a sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre? Ellos contestaron: Unos, que Juan el Bautista; otros, que Ellas; otros, que Jeremías u otro de los profetas. Y El les dijo: Y vosotros: ¿Quién decís que soy yo? Tomando la palabra Simón Pedro, dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. (Mt. 16, 13-16)

No ha habido en la historia de la humanidad persona tan controvertida como Jesucristo.

Ya se ve claro en la respuesta que dan los discípulos a la pregunta del Maestro: Para unos es un personaje importante: Juan el Bautista, Elías, Jeremías u otro de los profetas. Nunca ha negado nadie -salvo algún fanático sectario- que Jesús ha sido un hombre importante en la historia humana. Alguien con una personalidad capaz de arrastrar tras sí a la gente, no sólo en su tiempo, sino siempre.

Lo que no todos son capaces de descubrir es la razón íntima por la que Jesús atrae. La respuesta la da San Pedro cuando contesta: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo» Para ello hace falta -como Jesús le dice a Pedro- que lo revele el Padre eterno. Hace falta la fe, que es un don de Dios.

No se puede entender a Jesucristo si no se cree que ese hombre, que llamamos Jesús de Nazaret, encierra en sí mismo un misterio: La Segunda Persona divina, el Verbo, sin dejar de ser Dios, se hizo hombre al asumir la naturaleza humana.

Ya sabemos que en la mentalidad del judaísmo de la época de Jesús se estaba esperando próximamente al Mesías. La mujer samaritana -que no era ninguna mujer culta- le dice a Jesús: sé que está para venir el Mesías. La profecía de Daniel y otras sobre el tiempo de la venida del Mesías coincidía aproximadamente con estos años.

En estas circunstancias aparece en Galilea Jesús de Nazaret. Juan el Bautista, que tenía un gran prestigio entre todos los judíos de su tiempo -hasta Herodes le escuchaba con gusto-, da testimonio a favor de Jesús. Le llama «el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. Este es de quien yo dije: Detrás de mí viene un hombre que es más que yo, porque existía antes que yo Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y permanecer sobre él, ése es el que ha de bautizar en el Espíritu Santo. Y yo he visto y atestiguo que él es el Hijo de Dios» (Jn. 1, 30-34)

Comienza Jesús a predicar y su predicación está llena de misericordia para con todos. Su doctrina es una doctrina de perdón y compasión. Enseña que Dios ama a todos los hombres y que incluso los pecadores pueden alcanzar el amor de Dios, si se convierten. El pueblo piensa y dice de él, que «nunca nadie ha hablado como este hombre» (Jn. 7, 46) porque hablaba con autoridad, no como los escribas y fariseos. Y es el mismo Jesús quien en la sinagoga de Nazaret, después de leer una profecía de Isaías referente a los tiempos del Mesías, dice: «Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír» (Lc. 4, 21) Su doctrina va acompañada de abundantes milagros, movido por la compasión que sentía: sanar enfermedades, resucitar muertos, multiplicar la comida, etcétera.

No es de extrañar, por tanto, que la gente sencilla y los de corazón abierto le tuvieran por el Mesías esperado. Efectivamente, ¿qué mejor rey se podía tener que uno para quien no habrá problema de carestía ni de hambres? ¿Qué mejor rey que quien puede curar a los enfermos y resucitar a los muertos? ¿Quién puede gobernar mejor a un país, que un hombre que da muestras de tal sabiduría? Por todo esto no es de extrañar que en una ocasión, después de haber dado de comer a cinco mil hombres con unos pocos panes y peces, quieran proclamarle rey.

Indudablemente, a Jesús le seguía la masa del pueblo, compuesta en su mayoría por gente sencilla y humilde: ¿Acaso algún magistrado o fariseo ha creído en Él? Pero esta gente que ignora la Ley, son unos malditos(Jn. 7, 48-49) Es verdad que también algunos personajes importantes le siguieron, y aunque al principio con miedo, luego no tuvieron reparo en confesarse amigos suyos a la hora de su muerte. Así fueron Nicodemo, José de Arimatea y otros.

Estas gentes sencillas, que frecuentemente eran despreciadas por los orgullosos fariseos, ven con buenos ojos la doctrina de Jesús. Unos le seguían, efectivamente, movidos por su doctrina aunque no la entendían plenamente, como pasó con sus discípulos. Otros le seguían porque les daba de comer; otros porque hacía milagros.

Posiblemente algunos también le seguían por gratitud, al haber sido curados.

Ciertamente su bondad, su trato exquisito para con los débiles del mundo y severo para con los que obraban injustamente, serían motivos para que las masas le siguiesen.

¿Quién es para ti Jesucristo? Hoy te hace la misma pregunta que a los apóstoles y lo único que quiere es oir tu respuesta de amor. Conoce el amor y la misericordia de Dios sobre ti, y no habrá nada más importante en tu vida.

FELIZ JUEVES!!


miércoles, 15 de febrero de 2017

TERMINA FASE DIOCESANA DE CAUSA DE BEATIFICACIÓN DE SOR LUCÍA, VIDENTE DE FÁTIMA


Sor Lucía, última vidente de Fátima: Termina fase diocesana de causa de beatificación
 Foto: Sitio web de la causa de beatificación de Sor Lucía



COIMBRA, 14 Feb. 17 / 03:58 pm (ACI).- La fase diocesana del proceso de beatificación de Sor Lucía, la última de los tres videntes de la Virgen de Fátima, concluyó este lunes 13 de febrero en Coimbra, Portugal.

La sesión solemne para la conclusión de la fase diocesana del proceso se realizó en el Carmelo de Santa Teresa de Coimbra, donde la religiosa vivió durante décadas y donde falleció en el año 2005.


Ahora, las más de 15 mil páginas de documentación pasarán al estudio de la Congregación para las Causas de los Santos en el Vaticano.

En el proceso diocesano han intervenido 2 obispos, 2 postuladores, 3 vicepostuladores, 8 personas que integran una comisión histórica y 61 testimonios: entre ellos los de 1 cardenal, 4 obispos y 34 laicos, cuyas declaraciones y trabajos han quedado plasmados en 15.483 páginas.

El Obispo de Coimbra, Mons. Virgílio Antunes, presidió la sesión que “era ardientemente deseada por muchas personas del mundo católico” ya que Sor Lucía es una “persona notable en la historia de Fátima”.

“La investigación que hoy se cierra es fruto de mucho trabajo, generosidad y mucho amor a la Iglesia”, indicó el Prelado según señala el sitio web del Santuario de Fátima.

El sacerdote carmelita y uno de los postuladores de la causa, P. Romano Gambalunga, destacó algunas características de Sor Lucía como “su grandes, humildad, y la simplicidad de dejarse guiar, la libertad de espíritu, a la luz de la oración, y la alegría de saberse en gracia de Dios”.

Sor Lucía de Jesús fue una de las tres videntes de las apariciones de la Virgen de Fátima en la Cova de Iría entre mayo y octubre de 1917. Vivió como carmelita durante 57 años. Sus restos mortales están enterrados en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario en el Santuario de Fátima.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 15 DE FEBRERO


Los cinco minutos de María
Febrero 15



Es enternecedor el cuadro que nos muestra a María enseñando a Jesús a dar los primeros pasos. ¡Y pensar que la Virgen enseñó a Dios a caminar, a comer, a calzarse las sandalias…!

Si Dios hecho niño se subordinó a María para aprender algunas cosas, ¿cómo nosotros no vamos a aprender de ella muchas cosas? Sobre todo aprenderemos a caminar hacia Dios; ella nos tomará de su mano maternal y llegaremos con certeza a nuestro Padre Dios.
No nos olvidemos, pues, de aferrarnos cada día a las manos de María. Invoquémosla, recémosle, acudamos a ella con confianza y amor de verdaderos hijos.

María, modelo de la fe, enséñanos a vivir el Evangelio de tu Hijo.


* P. Alfonso Milagro

BUENAS NOCHES


martes, 14 de febrero de 2017

ORACIÓN DE LOS NOVIOS A LA VIRGEN MARÍA


Oración de los novios a la Virgen María

Madre Nuestra:

En tu nombre hemos unido nuestros corazones. Queremos que presidas nuestro amor; que defiendas, conserves y aumentes nuestra ilusión. Quita de nuestro camino cualquier obstáculo que haga nacer la sombra o las dudas entre los dos.

Apártanos del egoísmo que paraliza el verdadero amor.

Líbranos de la ligereza que pone en peligro la Gracia de nuestras almas.
Haz que, abriéndonos nuestras almas, merezcamos la maravilla de encontrar a Dios el uno en el otro.

Haz que nuestro trabajo sea ayuda y estímulo para lograrlos plenamente. Conserva la salud de nuestros cuerpos. Resuelve necesidades materiales.

Y haz que el sueño de un hogar nuevo y de unos hijos nacidos de nuestro amor y del cuerpo, sean realidad y camino que nos lleve rectamente a tu Corazón. Amén.

SAN VALENTÍN, PATRONO DE LOS ENAMORADOS, 14 DE FEBRERO


Hoy 14 de febrero es la Fiesta de San Valentín,
 patrono de los enamorados



 (ACI).- Cada 14 de febrero se recuerda a San Valentín, patrono de los enamorados. Según la tradición, durante la persecución a los cristianos el Santo ponía en riesgo su vida para unir a las parejas en matrimonio.

Todos los santos se caracterizan por haber llevado su amor a Dios al extremo de dar su vida por Él en el prójimo. Incluso hay quienes han sido asesinados por odio a este amor, por Jesucristo y su Iglesia, los cuales son llamados mártires.


No obstante, de todos ellos, solo a San Valentín se le suele relacionar con el amor de pareja. Su celebración fue asociada con la creencia común en la Edad Media, generalmente en Inglaterra y Francia, de que el 14 de febrero (es decir, a mediados del segundo mes del año) las aves comienzan a aparearse.

Los tres mártires San Valentín

En antiguos martirologios se menciona en la fecha del 14 de febrero al menos a tres santos de nombre Valentín, todos ellos mártires.

A uno se le describe como sacerdote de Roma, a otro como obispo en Interamna (actualmente Terni). Ambos al parecer fueron martirizados en la segunda mitad del siglo III y sepultados en la Via Flaminiana, pero en diferentes lugares de la ciudad.

De ambos San Valentines se conserva algún tipo de acta, pero son de fechas relativamente posteriores y sin valor histórico. Acerca del tercer San Valentín, fuera de que fue martirizado en África junto con un cierto número de sus compañeros.






Como llegó San Valentín a ser el día de los enamorados

1. Para abolir la costumbre pagana de que los jóvenes sacaran por suerte nombres de jovencitas, en honor de la diosa del sexo y la fertilidad llamada Februata Juno, celebrada el 15 de este mes, algunos pastores substituyeron esta costumbre, escribiendo nombres de santos. Así con el tiempo la fiesta sería cristianizada y se celebraba en vez San Valentín.

2. El 14 de febrero se envían postales los enamorados porque, según la creencia medieval procedente de Inglaterra y Francia, ese día, es decir, a mediados del segundo mes del año, "todas las aves escogen su pareja".

Aunque San Valentín sigue siendo reconocido como verdadero santo de la Iglesia, muy poco se sabe de seguro sobre su vida, fuera del hecho de su martirio. Es por eso que el calendario litúrgico celebra el 14 de febrero a los Santos Cirilo y Metodio en vez de a San Valentín.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 14 DE FEBRERO


Los cinco minutos de María
Febrero 14



Toda la hermosura y toda la bondad de María brotan de su Corazón. La vida íntima de la Virgen se reflejó en su exterior: si sus ojos fueron limpios y puros, fue porque su Corazón fue virginal; si sus obras fueron santas, fue porque su espíritu vivía en santidad.

El cristiano tiene que ser santo y, además, tiene que parecerlo; debe “aparecer” lo que es en realidad; la falsedad y el fingimiento son anticristianos. Si el mayor esfuerzo debe estar puesto en ser más que parecer, también debe cuidar que su vida “hable a los otros de Dios”.

María, que contribuyes con tu presencia a la construcción del Reino de Dios, ayúdanos a buscar ese reino de justicia, de verdad, de amor y de paz.


* P. Alfonso Milagro

FELIZ MARTES


lunes, 13 de febrero de 2017

MIRAR CON ATENCIÓN


Mirar con atención



Gran sabiduría es tomarse un tiempo de meditación cada día: para encontrarnos con nosotros mismos y con lo que realmente pensamos y deseamos. Así despertarás esas energías ocultas e insospechadas que necesitas con urgencia; así darás solidez a tu vida zarandeada por las vicisitudes del trabajo cotidiano.

Cuando estés en dificultades y pienses en desistir, mira para atrás y recuerda los obstáculos que ya superaste. Si al tropezar y caer, te levantaste, y no te quedaste postrado, mira para al frente y olvida lo pasado. Al sentirte orgulloso por alguna realización personal, mira para adentro y sondea tus motivaciones. Antes que el egoísmo te domine, mientras tu corazón sea sensible, mira para los costados y auxilia a los que se te acercan. En la subida rumbo a las altas posiciones, si estás alcanzando concretar tus sueños, mira para abajo y observa si no estás pisando a alguien. En todos los momentos de la vida, sea cual fuere tu actividad, mira para arriba.

La tarea de tus reflexiones consiste en evaluar tus pensamientos habituales, para descartar toda negatividad: tristeza, ansiedad, rabia, odio, abatimiento; y por otra parte, cultivar las actitudes positivas: confianza, serenidad, fortaleza, paciencia, amor. Que te decidas por este precioso hábito de “higiene mental”.


* Enviado por el P. Natalio

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 13 DE FEBRERO


Los cinco minutos de María
Febrero 13



Si el encuentro con Dios produce felicidad, la búsqueda y el encuentro con la Madre del cielo llenan y satisfacen plenamente nuestro corazón.

Como el encuentro de la madre y del hijo es causa de felicidad para ambos, el encuentro y el trato del cristiano con la dulce Madre produce honda satisfacción, tanto en ella como en el cristiano, su hijo.

¡Y qué alegría tan grande y sostenida se vive cuando uno se siente así tan unido a María por el amor, cuando se sabe que ella es nuestra verdadera Madre y nos ama y nos cuida como tal!
Que tu presencia en nuestra vida, María, nos enseñe a dar a luz a Jesús en cada gesto de nuestro día.


* P. Alfonso Milagro
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