jueves, 2 de abril de 2020

LOS MILAGROS EUCARÍSTICOS

Los milagros eucarísticos
Ciertamente el milagro no es necesario, pero Dios lo hace para los no creyentes y para quienes han perdido la Fe


Por: Baltasar Sosa Chávez | Fuente: Foro Internacional de Fe y Ciencia (UAG)




“Eucaristía” proviene del griego y significa “acción de gracias”. Con esta palabra significamos las gracias enviadas del Cielo por el amor de Cristo. Tanto en el plano místico como en el humano es el máximo regalo, es el sacramento más sublime; por ello se le llama el “Santísimo Sacramento del Altar”.

La Eucaristía puede entenderse sencillamente como un alimento sobrenatural. Pues así como el cuerpo absorbe el alimento natural sin darnos cuenta y lo aprovecha, así ocurre con la nutrición sobrenatural, que nos dirige a la santidad. De tal manera, comulgar en pecado mortal es una gran sacrilegio. Para que una falta sea pecado mortal se requiere: que la falta sea grave, que se conozca y que se cometa con pleno consentimiento.

Ante el pecado tenemos el remedio en la confesión; sin embargo algunos no comulgan por negarse, porque no conciben arrodillarse ante un humano o porque dicen que van a volver a pecar. Pero así como cuando caemos nos levantamos lo más pronto posible, así también si pecamos hemos de acudir a la penitencia, pues Dios perdona a quienes confiesan llanamente sus pecados y una vez perdonados, podemos acercarnos a la Sagrada Comunión dignamente y para nuestra salud espiritual.

En la Sagrada Eucaristía ocurre un milagro que se llama transubstanciación, el cual es un milagro metafísico, no visible, que se da en cada Misa, por lo que podemos afirmar que el Milagro Eucarístico es un hecho sobrenatural que ha ocurrido constantemente.

Ciertamente el milagro no es necesario, pero Dios lo hace para los no creyentes y para quienes han perdido la Fe.

Los Milagros Eucarísticos son muchos y se ordenan en cuatro grupos:

Milagros Eucarísticos Históricos:

En estos no interviene la ciencia pero se documentan en la historia; por ejemplo, el milagro de Tolosa en 1225, donde San Antonio de Padua consagró una hostia que fue adorada por un burro y así se convirtió el pueblo entero.

Otro ejemplo es el de Santa Clara de Asís, quien estando enferma y desesperada usó la custodia para defender a su convento de los invasores musulmanes. De esta custodia salieron rayos de luz cegadores que vencieron a los atacantes.

Milagros Eucarísticos Apologéticos:

En este grupo se ubican los Milagros Eucarísticos que permanecen hasta hoy, que pueden verse y que han sido estudiados por la ciencia. Son hostias consagradas sin corromperse. La más antigua está en Zamora, consagrada en 1159 y sigue tan blanca hoy como en aquel día.

En Siena, Italia, fueron profanadas algunas hostias el 15 de Agosto de 1730 al ser robado un copón. Estas hostias fueron iluminadas y encontradas por sacerdotes tres días después y hoy en día siguen intactas como cuando fueron robadas.

Milagros Eucarísticos sucedidos a Sacerdotes que han perdido la Fe:

En el tercero y cuarto grupo se ubican los Milagros Eucarísticos sucedidos a Sacerdotes que han perdido la Fe en la presencia real de Nuestro Señor Jesucristo y que en sus manos la hostia se ha convertido en carne y el vino en sangre.

La multitud de Milagros Eucarísticos hace imposible presentarlos todos durante un breve artículo, pero hemos de señalar la gran cantidad de milagros sucedidos en toda Europa que muestran la constancia de la Gracia que Nuestro Señor desea hacernos para afirmar nuestra Fe.

Espero que esta plática nos transforme para asistir a Misa con devoción y no dejar de comulgar.

6 DATOS QUE TAL VEZ NO SABÍAS DE LA MUERTE DE SAN JUAN PABLO II


6 datos que tal vez no sabías de la muerte de San Juan Pablo II
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media




Este jueves 2 de abril se cumplen 15 años del fallecimiento de San Juan Pablo II, el Papa peregrino que viajó por el mundo y se convirtió en uno de los líderes más influyentes del siglo XX.

El Pontífice permaneció en la Cátedra de San Pedro 26 años y 5 meses, siendo el suyo el tercer pontificado más largo en los más de 2.000 años de historia de la Iglesia.

Aquí 6 cosas que tal vez no sabías sobre su muerte.

1. Juan Pablo II murió de un colapso cardiocirculatorio
San Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005 a las 09:37 p.m. (hora de Roma) en la víspera del Domingo de la Misericordia, una fiesta establecida durante su pontificado. Sufrió un “choque séptico con colapso cardiocirculatorio debido a una infección, ya detectada, de vías urinarias”. Así lo detalló un exhaustivo informe sobre su agonía y muerte realizado en el Vaticano.

Durante la última semana de vida recibió comida procesada a través de un tubo nasal. Los doctores decían que los problemas en la ingesta de alimentos y en la respiración del Papa de 84 años, eran consecuencia de la enfermedad de Parkinson.

2. Su funeral duplicó la población de Roma
A su funeral asistieron 75 jefes de estado, incluyendo presidentes, príncipes, entre otras autoridades. La población de Roma se duplicó durante ese evento y los asistentes esperaron más de 24 horas para verlo en cuerpo presente.

Cuando la Plaza de San Pedro estuvo al tope de su capacidad, todo quedó completamente en silencio.

3. Las últimas palabras de Juan Pablo II fueron en polaco
El informe del Vaticano precisa que seis horas antes de su muerte, Juan Pablo dijo en polaco, “con una voz muy débil y con palabras murmuradas, 'Déjame ir a la casa del Padre'”.

El diario italiano La Repubblica citó a un sacerdote polaco, Jarek Cielecki, diciendo que el Papa murió “un instante” después de pronunciar con gran esfuerzo la palabra “amén”.

4. Escuchaba la oración de los fieles días antes de su muerte
Miles de fieles se reunieron para orar en voz alta y hacer vigilia en la Plaza de San Pedro en los días previos a su muerte.

El entonces Arzobispo de Cracovia y Secretario Personal de Juan Pablo II durante más de 40 años, Cardenal Stanislaw Dziwisz, aseguró que el Papa escuchaba las oraciones de la multitud.

5. Sumamente enfermo, Juan Pablo II dio una última bendición desde su ventana
Tras su fallido y conmovedor intento de dar la bendición “Urbi et Orbi” el último Domingo de Pascua de 2005, que arrancó los aplausos y el llanto de los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa Juan Pablo II –que después de su segunda hospitalización sufría “déficit nutricional y marcada debilidad”– volvió a asomarse a la ventana de su habitación el miércoles 30 de marzo para dar la bendición.

Este nuevo intento tampoco tuvo éxito. Aquella comparecencia “fue la última estación pública de su doloroso Vía Crucis”, dice el documento vaticano.

6. “Concelebró” una Misa en su agonía
El informe del Vaticano detalló que los ojos de Juan Pablo II estaban prácticamente cerrados durante una Misa celebrada al pie de su cama en la tarde del 31 de marzo de 2005.

“Pero en el momento de la consagración, débilmente levantó su mano derecha dos veces, es decir, cuando se eleva el pan y el vino. Hizo un gesto indicando que estaba tratando de golpear su pecho durante la recitación de la oración del Cordero de Dios”.

Ese día el Cardenal Marian Jaworski, amigo íntimo desde que ambos eran jóvenes sacerdotes en Polonia, le administró el sacramento de la unción de los enfermos.

UN DÍA COMO HOY SAN JUAN PABLO II PARTIÓ A LA CASA DEL PADRE


Un día como hoy San Juan Pablo II partió a la Casa del Padre
Redacción ACI Prensa





Un día como hoy San Juan Pablo II partió a la Casa del Padre
Este 2 de abril se conmemoran 15 años del fallecimiento de San Juan Pablo II, el Papa polaco que estuvo al frente de la Iglesia Católica por 26 años y 5 meses. Recordado como el “Papa peregrino”, fue un gran defensor de las familias y amado por los jóvenes.

San Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005 a las 21:37 horas, la noche previa al Domingo de la Divina Misericordia que él mismo instituyó y de la que fue muy devoto.

Pocos minutos después, Mons. Leonardo Sandri, que entonces era el Sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, anunció la noticia a las miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro y al resto del mundo, que seguía las últimas horas del Pontífice a través de los medios de comunicación.

Desde aquella noche hasta el 8 de abril, día en que se celebraron las exequias del difunto pontífice, más de tres millones de peregrinos rindieron homenaje al papa polaco, haciendo incluso 24 horas de cola para poder acceder a la Basílica de San Pedro.

El 28 de abril, Benedicto XVI dispensó del tiempo de cinco años de espera tras la muerte para iniciar la causa de beatificación y canonización de Juan Pablo II. La causa la abrió oficialmente el Cardenal Camillo Ruini, vicario general para la diócesis de Roma, el 28 de junio de 2005.

Benedicto XVI lo beatificó el 1 de mayo de 2011 y fue canonizado por el Papa Francisco el 27 de abril del 2014 junto a San Juan XIII.


San Juan Pablo II lideró el tercer pontificado más largo en los más de 2.000 años de historia de la Iglesia, realizando 104 viajes apostólicos fuera de Italia y 146 en ese país.

Impulsó las Jornadas Mundiales de la Juventud en las que se reunió con millones de jóvenes de todo el mundo e inauguró los Encuentros Mundiales de las Familias.


EL PAPA FRANCISCO OFRECE LA MISA POR LAS PERSONAS SIN HOGAR QUE NO PUEDEN REFUGIARSE DEL CORONAVIRUS



El Papa ofrece la Misa por las personas sin hogar que no pueden refugiarse del coronavirus
Redacción ACI Prensa





El Papa Francisco ofreció la Misa celebrada este jueves 2 de abril en Casa Santa Marta por las personas sin hogar que a pesar de las medidas de confinamiento para evitar nuevos contagios de coronavirus COVID 19 deben permanecer en la calle porque no tienen adónde ir.


“Estos días de dolor y de tristeza evidencian muchos problemas escondidos. En los periódicos, hoy, sale una foto que golpea los corazones: muchas personas sin hogar de una ciudad tirados en un aparcamiento, en observación…, hoy hay muchas personas sin hogar”, dijo el Pontífice.

Por ello, invitó a pedir “a Santa Teresa de Calcuta que despierte en nosotros el sentido de cercanía a muchas personas que en la sociedad, en la vida normal, viven ocultas pero, como las personas sin hogar, en el momento de las crisis se evidencian así”.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY JUEVES 2 DE ABRIL DE 2020


Lecturas de hoy Jueves de la 5ª semana de Cuaresma
Hoy, jueves, 2 de abril de 2020



Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (17,3-9):

EN aquellos días, Abrán cayó rostro en tierra y Dios le habló así:
«Por mi parte, esta es mi alianza contigo: serás padre de muchedumbre de pueblos.
Ya no te llamarás Abrán, sino Abrahán, porque te hago padre de muchedumbre de pueblos. Te haré fecundo sobremanera: sacaré pueblos de ti, y reyes nacerán de ti.
Mantendré mi alianza contigo y con tu descendencia en futuras generaciones, como alianza perpetua. Seré tu Dios y el de tus descendientes futuros. Os daré a ti y a tu descendencia futura la tierra en que peregrinas, la tierra de Canaán, como posesión perpetua, y seré su Dios».
El Señor añadió a Abrahán:
«Por tu parte, guarda mi alianza, tú y tus descendientes en sucesivas generaciones».

Palabra de Dios

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Salmo
Sal 104,4-5.6-7.8-9

R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente

V/. Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca. R/.

V/. ¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R/.

V/. Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R/.

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (8,51-59):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
«En verdad, en verdad os digo: quien guarda mi palabra no verá la muerte para siempre».
Los judíos le dijeron:
«Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: “Quien guarde mi palabra no gustará la muerte para siempre”? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?».
Jesús contestó:
«Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: “Es nuestro Dios”, aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera “No lo conozco” sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría».
Los judíos le dijeron:
«No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?».
Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán existiera, yo soy».
Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy jueves, 2 de abril de 2020
CR


Queridos amigos y amigas:

En la galería de personajes que acompañan nuestra Cuaresma, hoy le toca el turno al “viejo beduino”: o sea, a Abrahán. El libro del Génesis nos cuenta la alianza que Dios hace con él. Y en el evangelio de Juan, Jesús se atreve a decir que en él se realiza plenamente la alianza que Dios hizo con el viejo beduino: Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día: lo vio, y se llenó de alegría.

Vayamos por partes. La alianza que se describe en el Génesis no está registrada en ningún tratado de derecho. Dios le promete a Abrahán dos cosas: una descendencia numerosa (Serás padre de muchedumbre de pueblos) y una tierra a perpetuidad (Os daré a ti y a tu descendencia futura la tierra en que peregrinas, como posesión perpetua). A cambio, este contrato tan original pide del otro socio una sola cosa: Guardad mi alianza, tú y tus descendientes, por siempre. Es la famosa fórmula “dos contra uno”.

La cosa no tendría más trascendencia si no fuera por dos pequeños, insignificantes detalles que Dios parece pasar por alto: el socio Abrahán, y su pareja Sara, son unos viejos de cuidado (por lo tanto, poco aptos para fáciles procreaciones) y la tierra que piensa darles tiene ya título de propiedad (por lo tanto, va a ser necesaria una expropiación que va contra todo derecho internacional). En otras palabras, la alianza que Dios hace es una verdadera provocación. No se trata de poner la firma a bienes contantes y sonantes sino a promesas que no se ven y que exigen una fe de caballo (quizá fuera mejor decir de “camello”, teniendo en cuenta las costumbres del viejo beduino). En el texto que leemos hoy no se dice expresamente, pero Abrahán, en el borde de lo absurdo, se fía. Ahora entendemos por qué se le conoce como el “padre de los creyentes”.

Vayamos ahora a Jesús. Su estilo no es menos provocativo que el de Dios Padre: Os aseguro que antes que naciera Abrahán existo yo. Después de una afirmación de este calibre, no es nada extraño que cogieran piedras para tirárselas. ¿De qué se está hablando en la controversia? ¡Pues de la verdadera identidad de Jesús! La referencia a Abrahán es un recurso para poner de relieve el contraste promesa-realidad. Abrahán representa la promesa. Jesús es ya la realidad. En él, la alianza ha llegado a su plenitud: nace un pueblo numeroso que habita la tierra como propiedad.

No pasemos por alto un pequeño detalle sobre el que los exegetas no acaban de ponerse de acuerdo (¿Se ponen de acuerdo sobre algo alguna vez?). Me refiero a esa “insinuación cronológica” que parece hacer a Jesús un poco más viejo de lo que solemos imaginar: No tienes todavía cincuenta años. O sea, que no debía de andar demasiado lejos. ¿O también aquí el cincuenta tiene sólo un valor simbólico? Discuten los autores.

¡QUÉDATE EN CASA¡ STAY HOME









miércoles, 1 de abril de 2020

ORACIONES PARA EL PRIMER VIERNES DE MES DE ABRIL, SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


PRIMER VIERNES DEL MES DE ABRIL 
AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

BREVE CONSIDERACIÓN.- Jesús a su confidente Margarita María de Alacoque: "Lo he sacrificado todo por amor a los hombres, y ahora te pido que compenses su monstruosa ingratitud con los tesoros y méritos de mi Sagrado Corazón... He aquí por qué te busco; quiero con este fin de desagravio y para mi propia gloria imprimir en tu corazón la vida que llevo en la divina Eucaristía, vida oculta, de aniquilamiento y sacrificio".



ORACIÓN
(Fórmula para consagrarse al Corazón de Jesús)

Yo, ......., entrego y consagro al Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo mi persona, vida, acciones, trabajos y padecimientos, con voluntad de no usar de ninguna parte de mi ser si no es para amarle, honrarle y glorificarle. Tal es mi voluntad irrevocable: ser todo suyo y obrar en todo por su amor, desprendiéndome de todo cuanto pueda desagradarle. Te elijo, pues, ¡Oh Corazón de Jesús!, por el único objeto de mi amor, por el protector de mi vida, áncora de mi salvación, remedio de mi inconstancia, reparador  de todas las faltas de mi vida y asilo seguro en la hora de la muerte. Sé, pues, Corazón bondadoso, mi justificación para con Dios, tu Padre, y aleja de mí los rayos de su justo enojo. ¡Oh Corazón amoroso!, en Ti tengo puesta toda mi confianza; porque mi malicia y mi flaqueza me dan motivo de temer, pero todo lo espero de tu bondad. Acabe en mí y desaparezca todo corazón tan penetrado de tu amor, que jamás llegue a olvidarte ni a separarme de Ti. Te suplico, por tu bondad infinita escribas mi nombre en tu Corazón, porque quiero cifrar toda mi dicha y mi gloria en vivir y morir en calidad de esclavo tuyo. Amén.

De Santa Margarita María de Alacoque



 CUARTA PROMESA:
Yo mismo seré tu refugio en la vida, y, sobre todo, en la hora de la muerte.


(Recitemos las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús en gratitud a la promesa y para que se cumpla en nosotros...)

V: Señor, ten piedad de nosotros.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
V: Cristo, ten piedad de nosotros.
R: Cristo, ten piedad de nosotros.
V: Señor, ten piedad de nosotros.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
V: Cristo, óyenos.
R: Cristo, óyenos.
V: Cristo, escúchanos.
R: Cristo, escúchanos.

V: Dios, Padre celestial,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Hijo, Redentor del mundo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Espíritu Santo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Trinidad Santa, un solo Dios,

R: ten piedad de nosotros.

V: Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.
R: Ten piedad de nosotros.
V: Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el
seno de la Virgen María, R/.
Corazón de Jesús, unido substancialmente al
Verbo de Dios, R/.
Corazón de Jesús, de majestad infinita, R/.
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, R/.
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, R/.
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, R/.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y amor, R/.
Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad, R/.
Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor, R/.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, R/.
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, R/.
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, R/.
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones, R/.
Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros
de la sabiduría y la ciencia, R/.
Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud
de la divinidad, R/.
Corazón de Jesús, en quién el Padre halló sus
complacencias, R/.
Corazón de Jesús, en cuya plenitud todos hemos recibido, R/.
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, R/.
Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia, R/.
Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan, R/.
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad, R/.
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, R/.
Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos, R/.
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, R/.
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza, R/.
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, R/.
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, R/.
Corazón de Jesús, víctima de los pecadores, R/.
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan, R/.
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren
y esperan, R/.
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos, R/.

V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: perdónanos, Señor.

V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: óyenos, Señor.
V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: ten piedad y misericordia de nosotros.
V: Jesús, manso y humilde de corazón,
R: haz nuestro corazón semejante al Tuyo.
V: Sagrado Corazón de Jesús,
R: en Vos confío.

V: Sagrado Corazón de María,
R: salvad el alma mía.

V: Jesús y María os quiero con toda mi alma,
R: salvad almas y salvad el alma mía.



UNA PALABRA DE MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE A SUS HERMANOS ASOCIADOS: "Que el ejercicio de la presencia de Dios consista, para nosotros, en considerar cómo vive y lo que hace Jesús en el Sacramento del Altar...Y, confiados en la virtud de su Corazón, ofrezcámosle sus propias disposicones para repara nuestra falta de fe, de amor y de humildad."



ACTO DE CONSAGRACIÓN
SE SOR MARÍA DEL DIVINO CORAZÓN

Amabilísimo Jesús, yo me consagro de nuevo y sin reserva a tu Divino Corazón. Te consagro mi cuerpo con todos sus sentidos, mi alma con todas sus potencias y mi ser todo entero. Te consagro mis pensamientos, palabras, obras, todos mis sufrimientos y trabajos, todas mis esperanzas, consuelos y alegrías. Especialmente te consagro mi pobre corazón para que no ame sino a Ti y se consuma como víctima en las llamas de tu amor. Acepta, !oh Corazón divino!, el deseo que tengo de consolarte y de pertenecerte para simpre. Toma de tal manera posesión de mí, que yo no tenga otra libertad que la de amarte, ni otra vida que sufrir y morir por Ti. Pongo en Ti toda mi confianza, una confianza sin límites, y espero de tu misericordia infinita perdón de todos mis pecados. Deposito en tus manos todos mis intereses, principalmente el de mi salvación eterna.

Prometo amarte y honrarte hasta el último momento de mi vida, y ayudado de tu divina gracia, prometo propagar con celo ardiente el culto de tu Sacratísimo Corazón. !Oh divino Corazón de Jesús!, dispón de mí como te agrade, no quiero más recompensa que tu mayor gloria y tu santo amor. Concédeme la gracia de hacer mi morada en tu Sacratísimo Corazón; allí es donde quiero pasar los días de mi vida y exhalar mi último suspiro.


Haz también de mi  corazón tu morada y el lugar de tu reposo, para quedarnos así íntimamente unidos, hasta que un día pueda yo alabarte, amarte y poseerte por toda la eternidad y cantar para siempre las misericordias de tu dulcísimo Corazón. Amén

Corazón divino de Jesús, ten misericordia de nosotros (tres veces)
Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros.
San José, ruega por nosotros.
Santa Margarita María de Alacoque, ruega por nosotros.

ESTA ES LA INTENCIÓN DE ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO PARA ABRIL DE 2020


Esta es la intención de oración del Papa Francisco para abril de 2020
Redacción ACI Prensa
 Crédito: Vatican Media



Este mes de abril de 2020, el Papa Francisco centra su intención de oración universal a la “liberación de las adicciones”.

El Santo Padre pide a todos los fieles que recen “para que todas las personas bajo la influencia de las adicciones sean bien ayudadas y acompañadas”.

En una entrevista al diario del Vaticano, L’Osservatore Romano (LOR), de febrero de 2019, el director de la Red del Apostolado de la Oración del Papa, P. Frédéric Fornos, explicó que en las intenciones de oración del Pontífice “encontramos un eco en los desafíos para el mundo”.

El P. Fornos indicó que el Papa Francisco exhorta a rezar por quienes “se dejan llevar por caminos de muerte, a causa de diversas dependencias: abuso de drogas o de alcohol, uso nocivo de las nuevas tecnologías o pornografía online, con todas sus consecuencias”.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY 1 DE ABRIL DE 2020


Lecturas de hoy Miércoles de la 5ª semana de Cuaresma
Hoy, miércoles, 1 de abril de 2020



Primera lectura
Lectura de la profecIa de Daniel (3,14-20.91-92.95):

EN aquellos días, el rey Nabucodonosor dijo:
«¿Es cierto, Sidrac, Misac y Abdénago, que no teméis a mis dioses ni adoráis la estatua de oro que he erigido? Mirad: si al oír tocar la trompa, la flauta, la cítara, el laúd, el arpa, la vihuela y todos los demás instrumentos, estáis dispuestos a postraros adorando la estatua que he hecho, hacedlo; pero, si no la adoráis, seréis arrojados inmediatamente al horno encendido, y ¿qué dios os librará de mis manos?».
Sidrac, Misac y Abdénago contestaron al rey Nabucodonosor:
«A eso no tenemos por qué responderte. Si nuestro Dios a quien veneramos puede librarnos del horno encendido, nos librará, oh rey, de tus manos. Y aunque no lo hiciera, que te conste, majestad, que no veneramos a tus dioses ni adoramos la estatua de oro que has erigido».
Entonces Nabucodonosor, furioso contra Sidrac, Misac y Abdénago, y con el rostro desencajado por la rabia, mandó encender el horno siete veces más fuerte que de costumbre, y ordenó a sus soldados más robustos que atasen a Sidrac, Misac y Abdénago y los echasen en el horno encendido.
Entonces el rey Nabucodonosor se alarmó, se levantó y preguntó, estupefacto, a sus consejeros:
«¿No eran tres los hombres que atamos y echamos al horno?».
Le respondieron:
«Así es, majestad».
Preguntó:
«Entonces, ¿cómo es que veo cuatro hombres, sin atar, paseando por el fuego sin sufrir daño alguno? Y el cuarto parece un ser divino».
Nabucodonosor, entonces, dijo:
«Bendito sea el Dios de Sidrac, Misac y Abdénago, que envió un ángel a salvar a sus siervos, que, confiando en él, desobedecieron el decreto real y entregaron sus cuerpos antes que venerar y adorar a otros dioses fuera del suyo».

Palabra de Dios

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Salmo
Dn 3,52.53.54.55.56

R/. A ti gloria y alabanza por los siglos

V/. Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres.
Bendito tu nombre, santo y glorioso. R/.

V/. Bendito eres en el templo de tu santa gloria. R/.

V/. Bendito eres sobre el trono de tu reino. R/.

V/. Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas
los abismos. R/.

V/. Bendito eres en la bóveda del cielo. R/.

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Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (8,31-42):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él:
«Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres».
Le replicaron:
«Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: “Seréis libres”?».
Jesús les contestó:
«En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque mi palabra no cala en vosotros. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre».
Ellos replicaron:
«Nuestro padre es Abrahán».
Jesús les dijo:
«Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios; y eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre».
Le replicaron:
«Nosotros no somos hijos de prostitución; tenemos un solo padre: Dios».
Jesús les contestó:
«Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y he venido. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió».

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 1 de abril de 2020
CR


Queridos amigos y amigas:

El libro de Daniel contiene varias leyendas piadosas. La de los tres jóvenes es impactante, casi se podría decir que es abiertamente contracultural. Si algo valoramos hoy es la tolerancia, el respeto a la vida, incluso una actitud suavemente iconoclasta respecto de todo. La posmodernidad no resiste grandes relatos sino sólo crónicas menores. No empuja a las fidelidades hasta la muerte sino simplemente a consensos provisionales. Por eso no entiende que un joven musulmán se adhiera a la cintura varias cargas de explosivos y se haga estallar en nombre de Alá. No entiende estos “martirios absurdos”. Pero quizá lo más grave es que no entiende ningún tipo de martirio. Eso significa que ha sacralizado de tal manera la propia seguridad e integridad que todo lo que la ponga en cuestión se juzga antihumano cuando lo verdaderamente antihumano es haber hecho de la vida un colchón de látex.

Sidrac, Misac y Abdénago son símbolos de una actitud fiel y contracultural. Yo no la llamaría fanática. Demuestran fe: El Dios a quien damos culto puede librarnos del horno encendido. Poseen fortaleza y audacia: Has de saber, rey, que no damos culto a tus dioses ni adoramos la estatua que has mandado erigir.

¿No estamos llamados a vivir también hoy una fe más viva y una fortaleza más audaz? Si no, la vida cristiana acaba convirtiéndose en una variante cultural del espíritu de nuestra época; es decir, en una sal que ha perdido su sabor.

Ayer, los enemigos de Jesús insinuaban que podía tener inclinaciones al suicidio. Hoy añaden a la larga lista de títulos deshonrosos uno más atrevido: lo llaman indirectamente “hijo de prostituta” al afirmar: Nosotros no somos hijos de prostituta. Es probable que cuando se redacta el evangelio de Juan una de las acusaciones judías contra el cristianismo fuera precisamente esta: la de presentar a Jesús como hijo de una prostituta llamada María y de un padre desconocido (¿el famoso legionario Pantera?). Jesús no entra en esta batalla. Más bien, desmonta los dos títulos (hijos de Abrahán e hijos de Dios) que los judíos exhiben como timbres de gloria, pero de los que no extraen sus verdaderas consecuencias. Jesús se lo dice abiertamente: Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Y más adelante: Si Dios fuera vuestro padre me amaríais porque yo salí de Dios y aquí estoy.

Enredado en esta controversia está el asunto de la libertad. ¿Qué nos queda por decir sobre esta palabra talismán que prestigia cuanto toca? ¡Pues que estamos siempre pervirtiendo su sentido! El criterio de Jesús no deja lugar a dudas: Os aseguro que quien comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Confieso que me gusta más esta expresión que la que citamos más a menudo: La verdad os hará libres. Creo que ambas significan lo mismo, pero, fuera de su contexto joánico, la segunda frase se presta a muchas interpretaciones interesadas. Quien nos hace libres no es la verdad, entendida como valor abstracto, sino la verdad que es Jesús: Si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. No puedo olvidar la célebre frase de Lutero “Domini sumus, ergo domini sumus”, que podríamos traducir libremente así: “Si somos del Señor, entonces somos realmente señores, libres”.

CORONAVIRUS: CIERRE DE TEMPLOS ANIMA A MEDITAR QUÉ ES LA IGLESIA


Coronavirus: Cierre de templos anima a meditar qué es la Iglesia, dice religiosa
Redacción ACI Prensa
Daniel Ibáñez / ACI Prensa





Sor Teresa Okure, religiosa y biblista nigeriana, afirmó que el cierre de iglesias a causa del coronavirus es una oportunidad para que los católicos vuelvan a sus raíces y reflexionen sobre qué es realmente la Iglesia.

“El cierre de iglesias puede ser la forma de Dios para pedirnos que volvamos a nuestras raíces, a las de la Escritura, sobre lo que realmente significa ser Iglesia. Nos invita a hacer un esfuerzo de fe para creer que vivimos y nos movemos en Dios. Ninguna puerta se puede cerrar en nuestra relación con Él”, escribió la religiosa de la Sociedad del Santo Niño Jesús en una reflexión enviada a ACI África el 30 de marzo.

La reflexión, comentó, surgió tras haber conversado con algunas personas que se sienten “devastadas” ante la orden de cerrar las iglesias para evitar el contagio por coronavirus.

La religiosa, que también es profesora de Nuevo Testamento en el Catholic Institute of West Africa (CIWA), dijo que esto ciertamente “es un particular desafío especialmente en este tiempo pico para el culto público, hablando del año litúrgico de la Iglesia”.

Sor Teresa comenta además que algunos cuestionan “¿cómo la Iglesia huye del coronavirus, especialmente en este momento? ¿Significa acaso que no tiene fe?”. Las preguntas, que considera legítimas, pueden responderse con otras “desde otra mirada”.

“¿Quién es la Iglesia? ¿Qué es la Iglesia? ¿Ir a Misa los domingos realmente nos hace el cuerpo de Cristo y la familia de Dios?”, interpela.

Al recordar luego el pasaje del Evangelio de Juan en el que Jesús resucitado se aparece a los discípulos en Jerusalén, la religiosa destacó que el Señor les pidió “esperar allí hasta que estuvieran fortalecidos con el poder del Espíritu Santo. Ese Espíritu los transformaría en discípulos llenos de fe y los lanzaría luego en la indetenible misión de proclamar el Evangelio”.

La epidemia, continuó, no debe alejar a las personas de Dios, sino todo lo contrario. “Alegrémonos de que esta pandemia del COVID-19 nos ha ayudado a volver a nuestras raíces evangélicas, así como a los israelitas los desastres los ayudaron a recordar que eran el pueblo de la alianza de Dios”, explicó.

Además, dijo sor Teresa, con la cuarentena “los padres tienen más tiempo para sus hijos y asumen la responsabilidad que Dios les da de acompañarlos en el culto y explicarles, por ejemplo, las distintas partes de la Misa”.

Actualmente, resaltó la religiosa, el mundo necesita a los cristianos, espera que recordemos que “somos la Iglesia y ningún ser humano puede cerrar o detener esta Iglesia, excepto nosotros mismos”.

Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en ACI Africa.

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martes, 31 de marzo de 2020

¿QUÉ ES LA CUARESMA?


¿Qué es la Cuaresma?
La Cuaresma ha sido, es y será un tiempo favorable para convertirnos y volver a Dios Padre lleno de misericordia


Por: P. Antonio Rivero, L.C. | Fuente: Catholic.net




El tiempo de la Cuaresma rememora los cuarenta años que el pueblo de Israel pasó en el desierto mientras se encaminaba hacia la tierra prometida, con todo lo que implicó de fatiga, lucha, hambre, sed y cansancio...pero al fin el pueblo elegido gozó de esa tierra maravillosa, que destilaba miel y frutos suculentos (Éxodo 16 y siguientes).

También para nosotros, como fue para los israelitas aquella travesía por el desierto, la Cuaresma es el tiempo fuerte del año que nos prepara para la Pascua o Domingo de Resurrección del Señor, cima del año litúrgico, donde celebramos la victoria de Cristo sobre el pecado, la muerte y el mal, y por lo mismo, la Pascua es la fiesta de alegría porque Dios nos hizo pasar de las tinieblas a la luz, del ayuno a la comida, de la tristeza al gozo profundo, de la muerte a la vida.

La Cuaresma ha sido, es y será un tiempo favorable para convertirnos y volver a Dios Padre lleno de misericordia, si es que nos hubiéramos alejado de Él, como aquel hijo pródigo (Lucas 15, 11-32) que se fue de la casa del padre y le ofendió con una vida indigna y desenfrenada. Esta conversión se logra mediante una buena confesión de nuestros pecados. Dios siempre tiene las puertas de casa abiertas de par en par, y su corazón se le rompe en pedazos mientras no comparta con nosotros su amor hecho perdón generoso. ¡Ojalá fueran muchos los pecadores que valientemente volvieran a Dios en esta Cuaresma para que una vez más experimentaran el calor y el cariño de su Padre Dios!

Si tenemos la gracia de seguir felices en la casa paterna como hijos y amigos de Dios, la Cuaresma será entonces un tiempo apropiado para purificarnos de nuestras faltas y pecados pasados y presentes que han herido el amor de ese Dios Padre; esta purificación la lograremos mediante unas prácticas recomendadas por nuestra madre Iglesia; así llegaremos preparados y limpios interiormente para vivir espiritualmente la Semana Santa, con todo la profundidad, veneración y respeto que merece. Estas prácticas son el ayuno, la oración y la limosna.


Ayuno no sólo de comida y bebida, que también será agradable a Dios, pues nos servirá para templar nuestro cuerpo, a veces tan caprichoso y tan regalado, y hacerlo fuerte y pueda así acompañar al alma en la lucha contra los enemigos de siempre: el mundo, el demonio y nuestras propias pasiones desordenadas. Ayuno y abstinencia, sobre todo, de nuestros egoísmos, vanidades, orgullos, odios, perezas, murmuraciones, deseos malos, venganzas, impurezas, iras, envidias, rencores, injusticias, insensibilidad ante las miserias del prójimo. Ayuno y abstinencia, incluso, de cosas buenas y legítimas para reparar nuestros pecados y ofrecerle a Dios un pequeño sacrificio y un acto de amor; por ejemplo, ayuno de televisión, de diversiones, de cine, de bailes durante este tiempo de cuaresma. Ayuno y abstinencia, también, de muchos medios de consumo, de estímulos, de satisfacción de los sentidos; ayuno aquí significará renunciar a todo lo que alimenta nuestra tendencia a la curiosidad, a la sensualidad, a la disipación de los sentidos, a la superficialidad de vida. Este tipo de ayuno es más meritorio a los ojos de Dios y nos requerirá mucho más esfuerzo, más dominio de nosotros mismos, más amor y voluntad de nuestra parte.

Limosna, dijimos. No sólo la limosna material, pecuniaria: unas cuantas monedas que damos a un pobre mendigo en la esquina. La limosna tiene que ir más allá: prestar ayuda a quien necesita, enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que nos lo pide, compartir alegrías, repartir sonrisa, ofrecer nuestro perdón a quien nos ha ofendido. La limosna es esa disponibilidad a compartir todo, la prontitud a darse a sí mismos. Significa la actitud de apertura y la caridad hacia el otro. Recordemos aquí a san Pablo: “Si repartiese toda mi hacienda...no teniendo caridad, nada me aprovecha” (1 Corintios 13, 3). También san Agustín es muy elocuente cuando escribe: “Si extiendes la mano para dar, pero no tienes misericordia en el corazón, no has hecho nada; en cambio, si tienes misericordia en el corazón, aún cuando no tuvieses nada que dar con tu mano, Dios acepta tu limosna”.

Y, finalmente, oración. Si la limosna era apertura al otro, la oración es apertura a Dios. Sin oración, tanto el ayuno como la limosna no se sostendrían; caerían por su propio peso. En la oración, Dios va cambiando nuestro corazón, lo hace más limpio, más comprensivo, más generoso...en una palabra, va transformando nuestras actitudes negativas y creando en nosotros un corazón nuevo y lleno de caridad. La oración es generadora de amor. La oración me induce a conversión interior. La oración es vigorosa promotora de la acción, es decir, me lleva a hacer obras buenas por Dios y por el prójimo. En la oración recobramos la fuerza para salir victoriosos de las asechanzas y tentaciones del mundo y del demonio. Cuaresma, pues, tiempo fuerte de oración.

Miremos mucho a Cristo en esta Cuaresma. Antes de comenzar su misión salvadora se retira al desierto cuarenta días y cuarenta noches. Allí vivió su propia Cuaresma, orando a su Padre, ayunando...y después, salió por nuestro mundo repartiendo su amor, su compasión, su ternura, su perdón. Que Su ejemplo nos estimule y nos lleve a imitarle en esta cuaresma. Consigna: oración, ayuno y limosna.
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