martes, 21 de marzo de 2017

VIRTUDES HOGAREÑAS


Virtudes hogareñas



No es raro que en las familias suceda que el trato cortés y delicado se reserve más bien para los extraños. Estábamos quizá discutiendo y vociferando en casa, cuando sonó el timbre, abrimos a la visita que se anunciaba y de inmediato el clima de la convivencia se modificó. Empezó un intercambio de amable cortesía con quienes llegaban de fuera.

Como elegidos de Dios, sus santos y amados, revístanse de sentimientos de profunda compasión. Practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia. Sopórtense los unos a los otros, y perdónense mutuamente siempre que alguien tenga motivo de queja contra otro. El Señor los ha perdonado: hagan ustedes lo mismo. Sobre todo, revístanse del amor, que es el vínculo de la perfección. Que la paz de Cristo reine en sus corazones: esa paz a la que han sido llamados, porque formamos un solo Cuerpo. Y vivan dando gracias a Dios. (Col 3, 12-15).

El amor que pide Jesús debe llevarte a evitar en tu familia las faltas de aceptación, incomprensiones, y malentendidos. El Señor te quiere ver bondadoso, pacífico, servicial… No es fácil, pero lo puedes, si lo pides cada día: “Señor, ayúdame a ser hoy comprensivo, compasivo y paciente en mi hogar”. Que tengas una semana de buena convivencia.


* Enviado por el P. Natalio

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 21 DE MARZO


Los cinco minutos de María
Marzo 21



Gracias quiero darte, buena Madre de Jesús; gracias quiero darte por la vida de la gracia; gracias, Madre mía por habernos dado a Cristo, por los hondos beneficios que nos da la redención.
Porque Dios habita en mí y enriquece mi existencia, por el cielo que yo espero, por la vida de esta tierra, por poder llamarte Madre y contar con tu socorro, por confiar en tus bondades, recibir tu protección.

“Madre, tú quisiste a cada hijo en el Corazón de Jesús, aceptaste a cada uno de los miembros de la Iglesia” (san Juan Pablo II). Haz que nuestras comunidades cristianas sean abiertas, hospitalarias, fraternas.


* P. Alfonso Milagro

FELIZ MARTES


lunes, 20 de marzo de 2017

SOR LUCÍA DE FÁTIMA FUE TESTIGO DE APARICIONES DE LA VIRGEN Y EL NIÑO JESÚS EN ESPAÑA


Sor Lucía de Fátima fue testigo de apariciones de la Virgen y el Niño Jesús en España
Por Blanca Ruiz
 Foto: Blanca Ruiz (ACI Prensa)




MADRID, 19 Mar. 17 / 04:18 pm (ACI).- En sus primeros años de vida religiosa en España, Sor Lucía, vidente de Fátima, fue testigo de nuevas apariciones de la Virgen María y el Niño Jesús quienes le pidieron extender la devoción de los cinco primeros sábados de mes en reparación al Inmaculado Corazón de María.

Tras las apariciones de Fátima en Portugal, Sor Lucía ingresó al noviciado de la Congregación de las Hermanas Doroteas en Pontevedra, España. Allí presenció varias apariciones de la Virgen y el Niño, la primera ocurrió el 10 de diciembre de 1925 en su habitación.


Según Emilio Rodríguez, delegado diocesano del Apostolado Mundial de Fátima, la Virgen María pidió a Sor Lucía que “extendiera la devoción de los cinco primeros sábados de mes”.

Esta devoción consiste en que, el primer sábado de cada mes durante cinco meses, la persona se confiese, reciba la comunión, rece el rosario y dedique 15 minutos a la oración para desagraviar el Corazón Inmaculado de María.

La Virgen prometió “asistir a quien realice la devoción de los cinco primeros sábados de mes, en la hora de su muerte, con todas las gracias necesarias para que se salve su alma”, explicó Rodríguez a ACI Prensa.



Sor Lucía contó de la aparición a su superiora, su nuevo confesor y también a su antiguo confesor en Portugal. Todos le aconsejaron prudencia y esperar a ver si las apariciones se repetían.

La vida de novicia de la vidente de Fátima siguió con normalidad. Sin embargo, desde hacía algunos meses Sor Lucía se encontraba con frecuencia con un niño en los alrededores del convento.


Ella intentaba enseñar al pequeño a rezar el Avemaría y le animaba a que fuera a una iglesia cercana para rezar la jaculatoria: “Oh Madre mía del Cielo, dadme a vuestro Niño Jesús”.

El 15 de febrero de 1926 volvió a encontrarse con el pequeño y le preguntó si había rezado lo que ella le enseñó, a lo que el niño le contestó: “¿Y tú has propagado por el mundo aquello que la Madre del Cielo te pedía?”. En ese momento la religiosa supo que se trataba del Niño Jesús.


El Niño pidió a Sor Lucía hacer lo que su Madre le había pedido en su aparición: extender la devoción de los cinco primeros sábados de mes porque “muchas personas comenzaban esta devoción, pero pocas la terminaban”, explica Rodríguez.

Sor Lucía habló con su confesor sobre estas apariciones y el sacerdote le hizo algunas preguntas, entre ellas, por qué debían ser cinco sábados. La religiosa pidió una respuesta al Señor que le contestó en una hora de oración ante el Santísimo Sacramento.

Rodríguez dijo a ACI Prensa que el Señor le explicó a Sor Lucía que “la devoción de los cinco sábados se debe a que hay cinco tipos de ofensas y blasfemias contra el Inmaculado Corazón de María”.



Estas blasfemias son:

contra su Inmaculada Concepción,
contra su Virginidad perpetua,
contra su Divina Maternidad al rechazar reconocerla como Madre de todos los hombres,
las ofensas de aquellos que tratan de sembrar públicamente en los corazones de los niños indiferencia o incluso odio a la Virgen y
las ofensas de quienes la ultrajan en sus santas imágenes.
En 1929 Sor Lucía se trasladó a la ciudad española de Tuy para seguir su formación en la Congregación de las Hermanas Doroteas. Allí también vio la Virgen, pero esta vez con su Corazón Inmaculado entre las manos.



En esa oportunidad, la Virgen recordó de nuevo a la religiosa la importancia de reparar su Inmaculado Corazón a través de los cinco primeros sábados de mes.

El Convento de las Hermanas Doroteas de Pontevedra actualmente es conocido como la Casa Santuario del Inmaculado Corazón de María.

En 1948 Sor Lucía volvió a Portugal e ingresó en el Carmelo de Santa Teresa de Coimbra, como religiosa carmelita, donde murió en el año 2005 a los 97 años.  En el año 2008, el Cardenal José Saraiva Martins inició su causa de beatificación.

Aprobación eclesial

Emilio Rodríguez, delegado diocesano del Apostolado Mundial de Fátima, explicó a ACI Prensa que “el Vaticano ha reconocido estas apariciones como parte del mensaje de Fátima, por ser de la misma vidente”.



Javier Aguado, responsable de prensa del Arzobispado de Santiago de Compostela, también dijo a ACI Prensa que la Santa Sede reconoce estas apariciones de la Madre de Dios en Pontevedra y Tuy.

Uno de los momentos más importantes en el reconocimiento de estas apariciones fue la visita que el entonces Nuncio Apostólico en España, Cardenal Manuel Monteiro de Castro, hizo al convento de las Doroteas en el 75 aniversario de las apariciones en el año 2000.

Según explicó Emilio Rodríguez, el Nuncio “dejó por escrito su aprobación. Nos dijo que Fátima y Pontevedra se complementaban perfectamente porque seguía el mismo mensaje de la Virgen de 1917 en Portugal”.

En una placa en el convento se guarda esta bendición papal: “Su Santidad el Papa Juan Pablo II saluda con particular afecto al Apostolado Mundial de Fátima en España y a los participantes de la Semana mariana, organizada con motivo del 75 aniversario de la aparición de la Santísima Virgen a la hermana Lucía en el hoy Santuario del Corazón Inmaculado de María, en Pontevedra”.

PROGRAMA DEL VIAJE DEL PAPA FRANCISCO A FÁTIMA


Este es el programa del viaje del Papa Francisco a Fátima
Por Miguel Pérez Pichel
 Foto: Daniel Ibáñez (ACI Prensa)




VATICANO, 20 Mar. 17 / 07:01 am (ACI).- La Sala de Prensa de la Santa Sede hizo público el programa del viaje que el Papa Francisco realizará a Fátima, Portugal, los días 12 y 13 de mayo de 2017, con motivo de la conmemoración del centenario de las apariciones de la Virgen María en Cova de Iría.

Según las estimaciones de los organizadores de la visita, que tendrá por lema “Con María, peregrino en la esperanza y la paz”, y de los actos conmemorativos del centenario, se espera que en esos días lleguen unos 500 mil peregrinos a Fátima.

El Pontífice llegará a Portugal el viernes 12 de mayo a las 16:20 (hora local). Aterrizará en la base aérea de Monte Real, donde mantendrá un encuentro privado con el Presidente de la República. Posteriormente rezará brevemente en la Capilla de la base aérea, desde donde se trasladará en helicóptero a Fátima.

A las 18:15 visitará Capilla de las Apariciones, frente a la Basílica de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, y bendecirá las velas de la Capilla. Luego, el Papa rezará el Rosario delante de la imagen de la Virgen.

El sábado 13 de mayo a las 9:10, el Pontífice se reunirá con el Primer Ministro de Portugal. Más tarde, a las 9:40, visitará la Basílica y a las 10.00 presidirá la celebración de la Santa Misa. Al finalizar la Misa, el Papa saludará y bendecirá a los enfermos.

A las 12.30 comerá con los Obispos de Portugal en la Casa “Nuestra Señora del Carmen”. Finalmente, a las 14.45 llegará a la base aérea de Monte Real donde tendrá lugar la ceremonia de despedida antes de regresar a Roma.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 20 DE MARZO


Los cinco minutos de María
Marzo 20



La santidad de San José ha sido una santidad callada, silenciosa, pero íntima en la relación y en la comunicación directa con Jesús y con María; nuestra devoción al santo patriarca se ha de caracterizar por el afán de imitarlo en esa intimidad.

Las relaciones entre el glorioso y bendito San José y su Esposa virginal, la Inmaculada Virgen María, la intimidad de sus afectos y de sus conversaciones con ella, son un campo inexplorado.

La vida cristiana es vida de acción apostólica, pero esa acción debe brotar de la íntima y profunda comunicación con Dios, de la no interrumpida conversación con las tres divinas Personas, que habitan en nosotros por medio de la gracia.

La auténtica devoción a María, nos lleva a la intimidad con Dios y nos lanza a la acción apostólica.


* P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 19 DE MARZO


Los cinco minutos de María
Marzo 19



En la vida de la Virgen hallamos muy pocas cosas extraordinarias o llamativas: María, en Belén y en Nazaret, se santificó en las mil y una cosas de la vida cotidiana de una solícita ama de casa.

Todavía se conserva en Nazaret la llamada fuente de la Virgen, a la que ella iría todos los días con el cántaro sobre su cabeza y llevando a Jesús de sus manos, buscando el agua que necesitaba.
No pensemos que nosotros vamos a llegar a la santidad haciendo cosas raras o llamativas, cosas que salgan de lo común o de lo que hacen los que nos rodean. Lo extraordinario no deberá estar en lo que hacemos, sino en el amor con que lo realizamos.

“Madre de la Iglesia, pues no se puede hablar de la Iglesia si no está presente María" (MC 28), ayúdanos a formar comunidades donde vivamos la santidad en las pequeñas cosas dela vida cotidiana.


* P. Alfonso Milagro

IMÁGENES DE FELIZ LUNES



sábado, 18 de marzo de 2017

PAPA FRANCISCO COMPARTE LIBRO Y UNA LEYENDA DE LA VIRGEN MARÍA QUE LO AYUDAN


Papa Francisco comparte un libro y una “leyenda” de la Virgen María que lo ayudan
Por Walter Sánchez Silva
 Foto Daniel Ibáñez (ACI Prensa)



VATICANO, 17 Mar. 17 / 09:26 am (ACI).- En su discurso esta mañana a los sacerdotes confesores que participan en el curso sobre fuero interno promovido por la Penitenciaría Apostólica de la Santa Sede, el Papa Francisco compartió un libro y una “leyenda” de la Virgen María que le hacen bien.

“A mí me hizo mucho bien cuando, de joven, leí el libro de San Alfonso María de Ligorio sobre la Virgen: ‘Las glorias de María’. Siempre, al final de cada capítulo, había un milagro de la Virgen, con el que él entraba en medio de la vida y ejemplificaba las cosas”, dijo el Santo Padre.

Francisco se refirió luego a una “leyenda, una tradición que me contaron existe en el sur de Italia: La Virgen de las mandarinas. Es una tierra donde hay muchas mandarinas, ¿cierto? Y dicen que es la patrona de los ladrones (risas). Dicen que los ladrones van a rezarle. Y la leyenda – como la cuentan – es que los ladrones que rezan a la Virgen de las mandarinas, cuando mueren”.

Luego “van a la fila ante Pedro que tiene las llaves, y abre y deja pasar a uno, luego abre y deja pasar a otro, y la Virgen, cuando ve a uno de estos les hace una seña para que se escondan y luego, cuando ya todos han pasado, Pedro cierra y se hace de noche y la Virgen desde la ventana lo llama y lo hace entrar por ahí”.

El Pontífice dijo que “es un relato popular pero muy bello: perdonar como la Madre, perdonar con la Madre”.

El Santo Padre hizo esta reflexión luego de explicar 3 aspectos que pueden ayudar a un sacerdote a ser buen confesor, y alentó a los presentes a recordar que “esta mujer o este hombre que viene al confesionario tiene una Madre en el Cielo que le abrirá la puerta y le ayudará al momento de entrar en el cielo. Siempre la Virgen, porque la Virgen nos ayuda también a nosotros en el ministerio”.

CONFIAR EN DIOS ES PONERNOS EN SUS MANOS


Confiar en Dios es ponernos en sus manos
 La conversión del corazón, requiere que estemos dispuestos a soltarnos en Él.


Por: P. Cipriano Sánchez LC | Fuente: Catholic.net 




Confiar en Dios requiere, de cada uno de nosotros, que nos pongamos en sus manos. Esta confianza en Dios, base de la conversión del corazón, requiere que auténticamente estemos dispuestos a soltarnos en Él.

Cada uno de nosotros, cuando busca convertir su corazón a Dios nuestro Señor y busca acercarse a Él, tiene que pasar por una etapa de espera. Esto puede ser para nuestra alma particularmente difícil, porque aunque en teoría estamos de acuerdo en que la santidad es obra de la gracia, en que la santidad es obra del Espíritu Santo sobre nuestra alma, tendríamos que llegar a ver si efectivamente en la práctica, en lo más hondo de nuestro corazón lo tenemos arraigado, si estamos auténticamente listos interiormente para soltarnos en confianza plena para decir: "Yo estoy listo Señor, confío en Ti"

Desde mi punto de vista, el alma puede a veces perderse en un campo bastante complejo y enredarse en complicaciones interiores: de sentimientos y luchas interiores; o de circunstancias fuera de nosotros, que nos oprimen, que las sentimos particularmente difíciles en determinados momentos de nuestra vida. Son en estas situaciones en las que cada uno de nosotros, para convertir auténticamente el corazón a Dios, no tiene que hacer otra cosa más que confiar.
Qué curioso es que nosotros, a veces, en este camino de conversión del corazón, pensemos que es todo una obra de vivencia personal, de arrepentimiento personal, de virtudes personales.

Estamos en Cuaresma, vamos a Ejercicios y hacemos penitencia, pero ¿cuál es tu actitud interior? ¿Es la actitud de quien espera? ¿La actitud de quien verdaderamente confía en Dios nuestro Señor todos sus cuidados, todo su crecimiento, todo su desarrollo interior? ¿O nuestra actitud interior es más bien una actitud de ser yo el dueño de mi crecimiento espiritual?

Mientras yo no sea capaz de soltarme a Dios nuestro Señor, mi alma va a crecer, se va a desarrollar, pero siempre hasta un límite, en el cual de nuevo Dios se cruce en mi camino y me diga: "¡Qué bueno que has llegado aquí!, ahora tienes que confiar plenamente en mí". Entonces, mi alma puede sentir miedo y puede echarse para atrás; puede caminar por otra ruta y volver a llegar por otro camino, y de nuevo va a acabar encontrándose con Dios nuestro Señor que le dice: "Ahora suéltate a Mí"; una y otra vez, una y otra vez.

Éste es el camino de Dios sobre todas y cada una de nuestras almas. Y mientras nosotros no seamos capaces de dar ese brinco, mientras nosotros no sintamos que toda la conversión espiritual que hemos tenido no es en el fondo sino la preparación para ese soltarnos en Dios nuestro Señor, no estaremos realmente llegando a nada. El esfuerzo exterior sólo tiene fruto y éxito cuando el alma se ha soltado totalmente en Dios nuestro Señor, se ha dejado totalmente en Él. Sin embargo, todos somos conscientes de lo duro y difícil que es.

¿Qué tan lejos está nuestra alma en esta conversión del corazón? ¿Está detenida en ese límite que no nos hemos atrevido a pasar? Aquí está la esencia del crecimiento del alma, de la vuelta a Dios nuestro Señor. Solamente así Dios puede llegar al alma: cuando el alma quiere llegar al Señor, cuando el alma se suelta auténticamente en Él.

Nuestro Señor nos enseña el camino a seguir. La Eucaristía es el don más absoluto de que Dios existe. De alguna forma, con su don, el Señor me enseña mi don a Él. La Eucaristía es el don más profundo de Dios en mi existencia. ¿De qué otra forma más profunda, más grande, más completa, puede dárseme Dios nuestro Señor?

Hagamos que la Eucaristía en nuestras almas dé fruto. Ese fruto de soltarnos a Él, de no permitir que cavilaciones, pensamientos, sentimientos, ilusiones, fantasías, circunstancias, estén siendo obstáculos para ponernos totalmente en Dios nuestro Señor. Porque si nosotros, siendo malos, podemos dar cosas buenas, ¿cómo el Padre que está en los Cielos, no les va a dar cosas buenas a los que se sueltan en Él, a los que esperan de Él?

Pidámosle a Jesucristo hacer de esta conversión del corazón, un soltar, un entregarnos plenamente en nuestro interior y en nuestras obras a Dios. Sigamos el ejemplo que Cristo nos da en la Eucaristía y transformemos nuestro corazón en un lugar en el cual Dios nuestro Señor se encuentra auténticamente como en su casa, se encuentra verdaderamente amado y se encuentra con el don total de cada uno de nosotros.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 18 DE MARZO


Los cinco minutos de María
Marzo 18



Doble es la vertiente que tiene la invocación con la que acudimos a María al llamarla “Reina de la paz”.

La paz, como el amor, es un fruto de nuestra unión con Dios. Si San Juan definió a Dios diciendo: “Dios es amor”, también podríamos definirlo así: “Dios es la paz”.

La Virgen María es la Reina de la paz, como es la Madre del amor; ella construye la paz en los hogares que la invocan y por ella la sociedad llegará a una paz duradera, porque ella fundamenta la paz en el amor, que es lo único que posibilita la permanencia de la paz.
Reina y Madre de la paz, concédenos cultivar la justicia según el Evangelio y recoger el fruto de la paz.



* P. Alfonso Milagro

FELIZ SÁBADO


viernes, 17 de marzo de 2017

SEÑOR... ENSÉÑANOS A ORAR


Señor… enséñanos a orar



“Señor, enséñanos a orar lo mismo que Juan enseñó  a sus discípulos”  Lucas 11:1

Sé que aún en materia de oración, todavía no se orar.  Yo no puedo considerarme un experto guerrero de oración ni un profundo intercesor, porque sé que mientras más aprendo en el mundo de la oración más convencido estoy que aún necesito ser enseñado.  Hoy recuerdo la paráfrasis que San Francisco de Asís hizo del Padre Nuestro y quiero aprender de ella.

San Francisco oró así:
“Padre Nuestro, el más Santo, nuestro Creador y Redentor, Nuestro Salvador y Consolador, que estás en los cielos con todos los ángeles y los santos dándole a ellos luz y dándote a conocer, ya que tú eres luz y declarándoles que tú los amas. Ya que tú eres amor: habitando en ellos y dándoles la plenitud de gozo.  Ya que tú eres el Señor, Supremo, eterno y bueno y todo lo bueno viene de ti.

Santificado sea tu nombre para que nosotros podamos crecer y conocerte más y más y así apreciar la extensión de tus favores y la magnitud de tus promesas, la sublimidad de tu majestad, así como la profundidad de tus juicios. Qué tu Reino  venga para que tú reines en nosotros por tu gracia y nos atraigas a tu Reino, donde nosotros te veremos claramente, te amemos perfectamente  y estemos felices en tu compañía y nos gocemos en ti por siempre. 

Qué tu voluntad sea hecha en la tierra como en el cielo y así nosotros podamos amarte con todo nuestro corazón. Siempre teniendo en ti nuestra mente. Con toda nuestra alma determinando ver tu gloria en todo y con todas nuestras fuerzas, sirviéndote a ti solo.

Que podamos amar a nuestros vecinos como a nosotros mismos y animarles a ellos a amarte a ti. Que podamos compartir con ellos en los gozos y en las tristezas. Danos el pan nuestro de cada día, tu amado hijo, nuestro Señor Jesucristo. Que podamos recordar y apreciar cuanto él nos amó. Que podamos recordar y apreciar todo lo que Él dijo y cuanto Él sufrió. Perdónanos nuestras ofensas en tu inmensurable misericordia, por virtud de la pasión de tu hijo.

Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores ya que si nosotros no perdonamos perfectamente no podremos recibir ese perdón tampoco. Señor, ayúdanos a olvidar perfectamente lo que nos ha herido y a perdonar a nuestros enemigos y orar fervientemente por ellos no retornando mal por mal pero sirviendo a todos. Amén.


Serafìn Contreras Galeano

MENSAJE MARIANO


Mensaje mariano



El egoísmo atrofia al hombre, que sólo en la donación generosa a los demás, encuentra su plenitud. Si te preocupas demasiado por ti mismo y tus cosas, si vives para acumular dinero y comodidades, no te quedará tiempo para los demás. Si no vives para los demás, la vida carecerá de sentido para ti, porque la vida sin amor no vale nada.

Mis amados: volved vuestros ojos al espíritu. Desatad vuestros egoísmos y veréis claro. Si el hombre de hoy se acercase más Dios, si observase los Mandamientos, si viviese en un santo Temor, muchos problemas que hoy os aturden no existirían. Mas, perdéis días, horas, semanas en preocupaciones vanas e inútiles. ¿Y si viniese el dueño de la boda y no os encontrara con la lámpara encendida? ¿Qué respuesta le daríais? Mis pequeños, sabed ser pequeños, grandes en Humildad y Pureza. Recordad que esta Madre os ama y sabe lo que es lo bueno para vosotros.

Dios espera la colaboración del hombre para su plan de amor. El mal ha entrado en el mundo por la puerta del egoísmo humano, que es negación del amor. “Este es mi mandamiento, —dijo Jesús— que se amen los unos a los otros como yo los he amado”. El Padre bondadoso derrame sobre ti el Espíritu del amor, que es el Espíritu de Jesús.


* Enviado por el P. Natalio

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 17 DE MARZO


Los cinco minutos de María
Marzo 17



En algunas estampas se nos presenta a la Virgen María con el pecho resplandeciente y las manos juntas, como guardando la intimidad de su Corazón, el secreto de la presencia de la Trinidad en lo más profundo de su ser.

María fue el más sagrado templo donde habitaba el Espíritu Santo y con eso te está presentando la manera como debes vivir tu vida; vive tu intimidad con Dios aún en medio de la agitación de la vida moderna; guarda celosamente la presencia en ti de ese Dios uno y trino, que vive en ti por la gracia y se ha convertido en tu propia vida.

No te olvides nunca de que, por la gracia, te has convertido en un templo sagrado de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Madre de la Iglesia por el hecho de ser Madre de Dios, por conquista de martirio, por aclamación de tus hijos, que nunca olvidemos que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo.


* P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 16 DE MARZO


Los cinco minutos de María
Marzo 16


Es emocionante leer la confianza y la amistad con la que algunos santos trataron a la Santísima Virgen; su devoción a la celestial Señora era tan íntima y tan sincera, que los llevó a penetrar en la intimidad del Corazón de María.

Nuestra devoción a la dulce Madre del cielo ha de romper los esquemas que nos impiden, o al menos dificultan, llegar a una relación íntima de amor y de trato con ella; nada puede interponerse entre el hijo y la madre, nada puede haber o suceder que el hijo de María la sienta como su Madre, la ame como tal y la trate como tal.
Se dijo que la madre es la mejor amiga de su hijo, que eso suceda y se dé entre la Virgen y nosotros.

Madre de Jesús, tú que eres también Madre de todos los redimidos, y la amiga entrañable de tus hijos, ayúdanos a cultivar la amistad y la fraternidad.


* P. Alfonso Milagro

FELIZ VIERNES


miércoles, 15 de marzo de 2017

ORAS POR LOS DIFUNTOS?


¿Oras por los difuntos?




Las almas del Purgatorio no pueden ya hacer nada en su propio favor, porque con la muerte termina el tiempo de expiar y purificarse. Si los vivos no rezan por ellas, quedan abandonadas. Nosotros tenemos el inmenso poder de aliviarlas. Mientras estamos vivos podemos reparar el mal que hayamos hecho. Pero a menudo no le damos importancia.

San Juan Macías, hermano dominico, tenía una gran caridad con las almas del Purgatorio. ¡El obtuvo por sus oraciones (principalmente por la recitación del santo Rosario) la liberación de un millón cuatrocientas mil almas! En retribución, él consiguió para sí mismo las más abundantes y extraordinarias gracias; y esas almas vinieron a consolarlo en su lecho de muerte y a acompañarlo hasta el Cielo. Este hecho es tan cierto que fue insertado por la Iglesia en el decreto de su beatificación.

Cuando las almas benditas son liberadas de sus penas y gozan la beatitud del Cielo, no olvidan a sus amigos de la Tierra: su gratitud no conoce límites. Postradas ante Dios, no cesan de orar por sus bienhechores. Santa Catalina de Bologna dice: "He recibido muchos favores de los Santos, pero mucho más grandes de las almas del Purgatorio". Orar por los difuntos es una excelente obra de misericordia.


* Enviado por el P. Natalio

ESTA ES LA ORACIÓN POR LA PEREGRINACIÓN DEL PAPA FRANCISCO A FÁTIMA


Esta es la oración por la peregrinación del Papa Francisco a Fátima
 Foto: Martha Calderón (ACI Prensa)





LISBOA, 14 Mar. 17 / 07:08 pm (ACI).- El Santuario de Fátima, a través del sitio web oficial para la Visita Apostólica del Papa Francisco por los 100 años de las apariciones de la Virgen María, dio a conocer la oración con motivo de la visita que se realizará el Santo Padre el 12 y 13 de mayo.

Esta plegaria también es la oración de Consagración del Año Jubilar por el centenario de las apariciones de Fátima que comenzó el 27 de noviembre de 2016 y terminará el 26 de noviembre de este año.


La oración es la siguiente:

Salve Madre del Señor,
Virgen María, ¡Reina del Rosario de Fátima!
Bendita eres entre todas las mujeres,
tú eres la imagen de la Iglesia vestida de la luz Pascual,
tú eres el honor de nuestro pueblo,
tú eres el triunfo sobre la marca del mal.
Profecía del amor misericordioso del Padre,
Maestra de la Anunciación de la Buena Nueva del Hijo,
Signo del fuego ardiente del Espíritu Santo,
enséñanos, en este valle de alegrías y dolores,
las verdades eternas que el Padre revela a los pequeñitos.
Muéstranos la fuerza de tu manto protector.
En tu Inmaculado Corazón,
sé el refugio de los pecadores
y el camino que conduce hasta Dios.
Unido(a) mis hermanos,
en la Fe, en la Esperanza, en el Amor,
a tí me entrego.
Unido(a) a mis hermanos, por ti, a Dios me consagro, oh Virgen del Rosario de
Fátima.
Y, finalmente, envuelto en la luz que viene de tus manos,
daré gloria al Señor por los siglos de los siglos.
Amén.

ABRIR NUESTRO CORAZÓN AL DON DE DIOS


Abrir nuestro corazón al don de Dios
 Pidámosle a Cristo nos conceda abrir nuestro corazón al don de Dios, y nos permita abrir el nuestro para ser don de Dios para los demás.


Por: P. Cipriano Sánchez LC | Fuente: Catholic.net 




Nuestra vida no es simplemente una serie de circunstancias, una serie de días que van pasando uno detrás de otro, sino que todos los días de nuestra vida son un don de Dios, no sólo para nosotros, sino sobre todo un don de Dios para los demás, para aquellos que viven con nosotros. Un don de Dios que requiere, por parte nuestra, reconocerlo y hacernos conscientes de que efectivamente es un regalo de Dios. Y permitir, como consecuencia, que en nuestro corazón haya un espíritu agradecido por el hecho de ser un don de Dios.

En la historia de la Iglesia, Dios nuestro Señor ha ido dando dones constantemente, y a veces Él se prodiga de una forma particular en algunas circunstancias, por lo demás muy normales, muy corrientes, pero que se convierten de modo muy especial en don de Dios para sus hermanos. Es Él quien decide dar hombres y mujeres a su Iglesia que ayuden a los demás a caminar, que ayuden a los demás a encontrarse más profundamente con Cristo; es Él quien decide hacer de nuestras vidas un don para los demás.

Ciertamente que esto requiere, por parte de quien toma conciencia de ser un don de Dios para los demás, una correspondencia. No basta con decir “yo me entrego a los demás”, “yo soy un don de Dios para los demás”, es necesario, también, estar conscientes de lo que por nuestra parte esto va a suponer. A veces podemos convivir con el don de Dios y no ser conscientes de que lo tenemos a nuestro lado y no ser conscientes de que Dios está junto a nosotros. Podemos estar conviviendo con el don de Dios y no reconocerlo.

Algo así les había pasado a Santiago y a Juan, los hijos de Zebedeo. A pesar de llevar ya tiempo con nuestro Señor, no habían captado el don de Dios. Tanto es así que, justamente después que Cristo les habla de pasión, de muerte y de resurrección, acompañados de su madre, llegan y le dicen a Jesús: “Queremos sentarnos uno a tu derecha y otro a tu izquierda”. Cuando Jesús está hablando de renuncia, de entrega, de sacrificio, de redención, ellos le hablan a Cristo de dignidades, de cargos y de honores.
¡Qué misterio es el hecho de que se puede convivir con el don de Dios y, sin embargo, no reconocerlo! Nuestra vida puede ser una vida semejante a la de los hijos de Zebedeo, que tenían el don de Dios más grande —Cristo nuestro Señor—, y no lo habían reconocido.

El don de Dios, el Hijo de Dios caminaba con ellos, comía con ellos, dormía con ellos, les hablaba, les enseñaba, y ¡no lo habían reconocido! Es necesario tener los ojos abiertos y el corazón dispuesto a acoger el don de Dios, porque nos damos cuenta de que, no solamente Juan y Santiago no habían captado nada del don de Dios que era Cristo para sus vidas, tampoco nosotros mismos, muchas veces, lo hemos captado.

En este Evangelio encontramos una serie de características que tiene que tener nuestro corazón para ser capaz de reconocer el don de Dios: En primer lugar, estar dispuestos a servir a los demás; en segundo lugar, estar dispuestos a beber el cáliz del Señor, y en tercer lugar, estar dispuestos a ir con Cristo, como corredentores, por el bien de los demás.

Corredentor, compañero y servidor son las características del corazón que está dispuesto a reconocer el don de Dios y del corazón que está dispuesto a ser don de Dios para nuestros hermanos. A nosotros, entonces, nos correspondería preguntarnos: ¿Soy yo también corredentor? ¿Tomo yo como mía la misión de la Iglesia, la misión de Cristo, que es salvar a los hombres? ¿Soy compañero de Cristo, es decir, lo tengo frecuentemente en mi corazón, bebo su cáliz, comparto con Él todo? ¿Su vida es mi vida, sus intereses los míos, sus inquietudes las mías? ¿Soy servidor de los demás? ¿Estoy dispuesto a ser de los que sirven, de los que ayudan, de los que colaboran, de los que cooperan, de los que se entregan, de los que dan sin esperar necesariamente una recompensa?

Así como el Hijo del Hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida como rescate de muchos, ¿tenemos nosotros la conciencia de que éste debe ser el retrato de nuestra vida: corredentores, compañeros y servidores de Cristo? Esta conciencia, que nos convierte en don de Dios para los demás, es la que nos convierte en colaboradores, en ayuda y en camino de Dios para nuestros hermanos los hombres.

No soñemos pensando que simplemente porque los criterios del Evangelio más o menos se nos emparejen y estemos de acuerdo con ellos, ya por eso tenemos claro el don de Dios. Si no eres con Cristo corredentor, si no eres capaz de beber su cáliz y si no eres con Cristo servidor de tus hermanos, serás lo que seas, pero no me digas que has encontrado el don de Dios, porque te estás engañando.
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