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martes, 1 de febrero de 2022
lunes, 31 de enero de 2022
¿POR QUÉ EL VATICANO SE LLENÓ DE GLOBOS DE COLORES ESTE DOMINGO 30 DE ENERO?
¿Por qué el Vaticano se llenó de globos de colores este domingo?
POR DIEGO LÓPEZ MARINA | ACI Prensa
Noticias por email
Crédito: Vatican Media
Después del rezo del Ángelus este domingo, el Papa Francisco saludó personalmente a un grupo de niños que participaban en la “Caravana de la Paz” organizada por Acción Católica Juvenil de la Diócesis de Roma, quienes lanzaron al cielo decenas de globos de colores.
La caravana, que se realiza desde hace 43 años el último domingo del mes de enero, convoca a jóvenes y niños de las parroquias y escuelas católicas de Roma con el fin de subrayar la necesidad de vivir en un mundo de paz y solidaridad.
Este año, debido a la pandemia de COVID-19, solamente participó un pequeño grupo de niños, jóvenes, padres, educadores y sacerdotes.
Mientras observaba el ascenso de los globos, el Papa Francisco dijo: “Es un signo de esperanza que los jóvenes de Roma nos traen hoy”.
“Su lema es ‘Remendemos la paz’. ¡Bonito eslogan! ¡Es importante! Hay una gran necesidad de ‘remendar’, desde nuestras relaciones personales, hasta las relaciones entre estados. ¡Gracias!”, dijo el Papa ante los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro.
En un mensaje dirigido al Santo Padre por representes de Acción Católica Juvenil de Roma se aseguró que, “a pesar de las dificultades del momento”, el grupo no se desanima, “y con nuestros amigos conectados desde casa, ¡queremos gritar nuestro deseo de paz!”.
“Remendar la paz es como unir a todos los pueblos, crear hermandad y decir no a las guerras. Se necesita tiempo para crear la paz, pero si se crea, es difícil romperla”, señala el mensaje.
La agrupación contó que, como cada año, a sus miembros les gusta ocuparse “en primera persona apoyando proyectos solidarios”.
“En esta ocasión decidimos asomarnos a Egipto, para ayudar a los amigos de la Asociación Niño Jesús de El Cairo Onlus, en la construcción de un hogar para niños y jóvenes llamado Oasi della Pietà, mientras que en nuestra diócesis iremos a apoyar la taller de serigrafía artesanal promovido por Cáritas de Roma”, describe el grupo.
Finalmente, los representantes agradecieron al Papa Francisco “por enseñarnos que la paz es todo ser amigos sin pensar en las diferencias, estar juntos, divertirse y mantenerse unidos incluso cuando se trata de discutir”.
“Tu ejemplo para nosotros los niños es realmente precioso y junto a ti podremos ‘remendar la paz’ en nuestra ciudad y en el mundo entero. Querido Papa, nunca olvides que la Acción Católica de Roma siempre ora por ti y que te quiere mucho”, concluyeron.
HOY CELEBRAMOS A SAN JUAN BOSCO, PADRE Y MAESTRO DE LA JUVENTUD, 31 DE ENERO
San Juan Bosco, padre y maestro de juventud, no se encerró en la sacristía, destaca Papa
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
Don Bosco. Foto: Dominio público
Con ocasión de la memoria litúrgica de San Juan Bosco que la Iglesia Católica celebra cada 31 de enero, el Papa Francisco señaló que “no se encerró en la sacristía, sino que salió a la calle a buscar a los jóvenes, con esa creatividad que le caracterizó”.
El Santo Padre destacó el ejemplo de pastoral juvenil que caracterizó al fundador de los Salesianos con un mensaje a través de su cuenta oficial de Twitter @Pontifex_es
En el día de su canonización, el entonces Papa Pío XI resaltó que don Bosco fue “apóstol de la juventud, completamente entregado a la gloria de Dios y a la salvación de las almas”.
Además, al finalizar el rezo del Ángelus dominical el 30 de enero, el Santo Padre saludó a los salesianos y salesianas y les agradeció por “tanto bien que hacen en la Iglesia”.
El Papa relató que siguió por televisión la Misa que el Rector Mayor, P. Ángel Fernández Artime, presidió el domingo en el Santuario de María Auxiliadora [en Turín] y añadió “recé con él por todos”.
“Pensemos en este gran Santo, padre y maestro de la juventud. No se encerró en la sacristía, no se encerró en sus cosas. Salió a la calle para buscar a los jóvenes, con esa creatividad que lo caracterizó. ¡Muchas felicidades a todos los salesianos y a las salesianas!”, afirmó el Papa ante los numerosos fieles reunidos en la Plaza San Pedro del Vaticano.
San Juan Bosco, conocido como don Bosco, murió el 31 de enero de 1880, tras una vida entregada a la educación y formación de los jóvenes.
domingo, 30 de enero de 2022
EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 30 DE ENERO DE 2022
Domingo 4 (C) del tiempo ordinario
Domingo 30 de enero de 2022
1ª Lectura (Jer 1,4-5.17-19): En los días de Josías, el Señor me dirigió la palabra: «Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te constituí profeta de las naciones. Tú cíñete los lomos: prepárate para decirles todo lo que yo te mande. No les tengas miedo, o seré yo quien te intimide. Desde ahora te convierto en plaza fuerte, en columna de hierro y muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los sacerdotes y al pueblo de la tierra. Lucharán contra ti, pero no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte —oráculo del Señor».
Salmo responsorial: 70
R/. Mi boca contará tu salvación, Señor.
A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre. Tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído y sálvame.
Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar eres tú. Dios mío, líbrame de la mano perversa.
Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías.
Mi boca contará tu justicia, y todo el día tu salvación, Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas.
2ª Lectura (1Cor 12,31—13,13): Hermanos: Ambicionad los carismas mayores. Y aún os voy a mostrar un camino más excelente. Si hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo amor, no sería más que un metal que resuena o un címbalo que aturde. Si tuviera el don de profecía y conociera todos los secretos y todo el saber; si tuviera fe como para mover montañas, pero no tengo amor, no sería nada. Si repartiera todos mis bienes entre los necesitados; si entregara mi cuerpo a las llamas, pero no tengo amor, de nada me serviría.
El amor es paciente, es benigno; el amor no tiene envidia, no presume, no se engríe; no es indecoroso ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasa nunca. Las profecías, por el contrario, se acabarán; las lenguas cesarán; el conocimiento se acabará. Porque conocemos imperfectamente e imperfectamente profetizamos; mas, cuando venga lo perfecto, lo imperfecto se acabará.
Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre, acabé con las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, confusamente; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es ahora limitado; entonces conoceré como he sido conocido por Dios. En una palabra, quedan estas tres: la fe, la esperanza y el amor. La más grande es el amor.
Versículo antes del Evangelio (Lc 4,18): Aleluya. El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva y proclamar la liberación a los cautivos. Aleluya.
Texto del Evangelio (Lc 4,21-30): En aquel tiempo, Jesús comenzó a decir en la sinagoga: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy». Y todos daban testimonio de Él y estaban admirados de las palabras llenas de gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?». Él les dijo: «Seguramente me vais a decir el refrán: ‘Médico, cúrate a ti mismo’. Todo lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu patria». Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria. Os digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio».
Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero Él, pasando por medio de ellos, se marchó.
«Ningún profeta es bien recibido en su patria»
+ P. Pere SUÑER i Puig SJ
(Barcelona, España)
Hoy, en este domingo cuarto del tiempo ordinario, la liturgia continúa presentándonos a Jesús hablando en la sinagoga de Nazaret. Empalma con el Evangelio del domingo pasado, en el que Jesús leía en la sinagoga la profecía de Isaías: «El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos (...)» (Lc 4,18-19). Jesús, al acabar la lectura, afirma sin tapujos que esta profecía se cumple en Él.
El Evangelio comenta que los de Nazaret se extrañaban que de sus labios salieran aquellas palabras de gracia. El hecho de que Jesús fuese bien conocido por los nazarenos, ya que había sido su vecino durante la infancia y juventud, no facilitaba su predisposición para aceptar que era un profeta. Recordemos la frase de Natanael: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?» (Jn 1,46). Jesús les reprocha su incredulidad, recordando aquello: «Ningún profeta es bien recibido en su patria» (Lc 4,24). Y les pone el ejemplo de Elías y de Eliseo, que hicieron milagros para los forasteros, pero no para los conciudadanos.
Por lo demás, la reacción de los nazarenos fue violenta. Querían despeñarlo. ¡Cuántas veces pensamos que Dios tiene que realizar sus acciones salvadoras acoplándose a nuestros grandilocuentes criterios! Nos ofende que se valga de lo que nosotros consideramos poca cosa. Quisiéramos un Dios espectacular. Pero esto es propio del tentador, desde el pináculo: «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo» (Lc 4,9). Jesucristo se ha revelado como un Dios humilde: el Hijo del hombre «no ha venido a ser servido, sino a servir» (Mc 10,45). Imitémosle. No es necesario, para salvar a las almas, ser grande como san Javier. La humilde Teresa del Niño Jesús es su compañera, como patrona de las misiones.
¿BUSCAS A JESÚS? EL PAPA FRANCISCO PIDE NO BUSCARLOS EN SIGNOS EXTERNOS Y DA LA CLAVE PARA LOGRARLO
Finalmente, el Santo Padre pidió a “la Virgen, modelo de humildad y disponibilidad”,que “ nos muestre el camino para acoger a Jesús”.
sábado, 29 de enero de 2022
VIENTO FAVORABLE
Viento favorable
Nosotros sabemos cuál es nuestro destino, cuál es la meta que nos espera. Cristo lo dijo: ha ido al Padre para prepararnos un lugar.
Por: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net
“Ningún viento es favorable a quien desconoce a qué puerto se dirige”, decía Séneca.
Existe el peligro de ir por la vida sin tener clara la meta, sin saber a qué puerto vamos.
Es verdad que muchas veces apuntamos hacia metas provisionales, hacia pequeñas escalas en el camino de la vida. Este año orientamos nuestro esfuerzo en terminar bien los estudios universitarios. Luego iremos en busca de un trabajo, de una casa, de un esposo o esposa, de una familia. Más adelante, trabajaremos por aquello que pueda ser mejor para los hijos.
En algunos “momentos intermedios” nos dedicaremos a buscar una medicina, a pedir consejo a un amigo, a comprar un televisor o un libro, a realizar un viaje de descanso... Metas intermedias, provisionales. Etapas de un camino mucho más serio que nos lleva hacia el puerto definitivo.
Podemos preguntarnos: ¿existe ese puerto último, una meta que explica todas las demás, después de la cual ya no quedan más etapas por recorrer? Alguno dirá que no hay puertos definitivos, y optará por vivir al día. Sin orden, sin brújula, sin esfuerzo por llevar a cabo conquistas para su vida profesional o familiar. Otros preferirán ir de etapa en etapa. Lo que llegue a ocurrir al final, cuando ya no queden páginas por escribir, no lo sabemos, o tal vez será un simple desaparecer, como niebla ante el viento tibio de la mañana.
Los cristianos sabemos cuál es nuestro destino, cuál es la meta que nos espera. Cristo mismo lo dijo: ha ido al Padre para prepararnos un lugar, para organizar la bienvenida más hermosa, más completa en la Patria verdadera (Jn 14,1-3).
Con la mirada en el cielo, seguimos en este variado viaje de la vida. Con sus vientos, con sus tormentas, con sus olas, con sus días, con sus noches, con sus alegrías, con sus tristezas. Para los que aman a Dios, todo lleva a la meta (cf. Rm 8,28), todo viento es favorable, toda prueba es un escalón más hacia el cielo.
El puerto sigue abierto, la travesía continúa. No siempre es fácil vivir de esperanza, ni mantener la nave intacta. Pero entre nosotros sigue Jesús, el Galileo. Tal vez dormido y silencioso, pero fiel y sereno, como el verdadero Señor de nuestra historia. La Iglesia, nave, madre y maestra, nos lleva dentro, nos invita a amar, nos impulsa con el soplo impetuoso del Espíritu. Vamos a casa, vamos al cielo, vamos al abrazo eterno del Padre bueno.
LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 29 DE ENERO
* P. Alfonso Milagro
EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 29 DE ENERO DE 2022
Sábado 3 del tiempo ordinario
Sábado 29 de enero de 2022
1ª Lectura (2Sam 12,1-7a.10-17): En aquellos días, el Señor envió a Natán a David. Entró Natán ante el rey y le dijo: «Había dos hombres en un pueblo, uno rico y otro pobre. El rico tenía muchos rebaños de ovejas y bueyes; el pobre sólo tenía una corderilla que había comprado; la iba criando, y ella crecía con él y con sus hijos, comiendo de su pan, bebiendo de su vaso, durmiendo en su regazo: era como una hija. Llegó una visita a casa del rico, y no queriendo perder una oveja o un buey, para invitar a su huésped, cogió la cordera del pobre y convidó a su huésped».
David se puso furioso contra aquel hombre y dijo a Natán: «Vive Dios, que el que ha hecho eso es reo de muerte. No quiso respetar lo del otro; pues pagará cuatro veces el valor de la cordera». Natán dijo a David: «¡Eres tú! Pues bien, la espada no se apartará nunca de tu casa; por haberme despreciado, quedándote con la mujer de Urías, el hitita, y matándolo a él con la espada amonita. Así dice el Señor: ‘Yo haré que de tu propia casa nazca tu desgracia; te arrebataré tus mujeres y ante tus ojos se las daré a otro, que se acostará con ellas a la luz del sol que nos alumbra. Tú lo hiciste a escondidas, yo lo haré ante todo Israel, en pleno día’».
David respondió a Natán: «¡He pecado contra el Señor!». Natán le dijo: «El Señor ha perdonado ya tu pecado, no morirás. Pero, por haber despreciado al Señor con lo que has hecho, el hijo que te ha nacido morirá». Natán marchó a su casa. El Señor hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y cayó gravemente enfermo. David pidió a Dios por el niño, prolongó su ayuno y de noche se acostaba en el suelo. Los ancianos de su casa intentaron levantarlo, pero él se negó y no quiso comer nada con ellos.
Salmo responsorial: 50
R/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso: enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti.
¡Líbrame de la sangre, oh Dios, Dios, Salvador mío, y cantará mi lengua tu justicia. Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza.
Versículo antes del Evangelio (Jn 3,16): Aleluya. Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo Unigénito; todo aquel que cree en Él tiene la vida eterna. Aleluya.
Texto del Evangelio (Mc 4,35-41): Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: «Pasemos a la otra orilla». Despiden a la gente y le llevan en la barca, como estaba; e iban otras barcas con Él. En esto, se levantó una fuerte borrasca y las olas irrumpían en la barca, de suerte que ya se anegaba la barca. Él estaba en popa, durmiendo sobre un cabezal. Le despiertan y le dicen: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?».
Él, habiéndose despertado, increpó al viento y dijo al mar: «¡Calla, enmudece!» El viento se calmó y sobrevino una gran bonanza. Y les dijo: «¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe?». Ellos se llenaron de gran temor y se decían unos a otros: «Pues ¿quién es éste que hasta el viento y el mar le obedecen?».
«¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe?»
Rev. D. Joaquim FLURIACH i Domínguez
(St. Esteve de P., Barcelona, España)
Hoy, el Señor riñe a los discípulos por su falta de fe: «¿Cómo no tenéis fe?» (Mc 4,40). Jesucristo ya había dado suficientes muestras de ser el Enviado y todavía no creen. No se dan cuenta de que, teniendo con ellos al mismo Señor, nada han de temer. Jesús hace un paralelismo claro entre “fe” y “valentía”.
En otro lugar del Evangelio, ante una situación en la que los Apóstoles dudan, se dice que todavía no podían creer porque no habían recibido el Espíritu Santo. Mucha paciencia le será necesaria al Señor para continuar enseñando a los primeros aquello que ellos mismos nos mostrarán después, y de lo que serán firmes y valientes testigos.
Estaría muy bien que nosotros también nos sintiéramos “reñidos”. ¡Con más motivo aun!: hemos recibido el Espíritu Santo que nos hace capaces de entender cómo realmente el Señor está con nosotros en el camino de la vida, si de verdad buscamos hacer siempre la voluntad del Padre. Objetivamente, no tenemos ningún motivo para la cobardía. Él es el único Señor del Universo, porque «hasta el viento y el mar le obedecen» (Mc 4,41), como afirman admirados los discípulos.
Entonces, ¿qué es lo que me da miedo? ¿Son motivos tan graves como para poner en entredicho el poder infinitamente grande como es el del Amor que el Señor nos tiene? Ésta es la pregunta que nuestros hermanos mártires supieron responder, no ya con palabras, sino con su propia vida. Como tantos hermanos nuestros que, con la gracia de Dios, cada día hacen de cada contradicción un paso más en el crecimiento de la fe y de la esperanza. Nosotros, ¿por qué no? ¿Es que no sentimos dentro de nosotros el deseo de amar al Señor con todo el pensamiento, con todas las fuerzas, con toda el alma?
Uno de los grandes ejemplos de valentía y de fe, lo tenemos en María, Auxilio de los cristianos, Reina de los confesores. Al pie de la Cruz supo mantener en pie la luz de la fe... ¡que se hizo resplandeciente en el día de la Resurrección!