domingo, 26 de mayo de 2024

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 26 DE MAYO DE 2024

 



La Santísima Trinidad (B)

Domingo 26 de mayo de 2024



1ª Lectura (Dt 4,32-34.39-40): Moisés habló al pueblo, diciendo: «Pregunta, pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido, desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra: ¿hubo jamás, desde un extremo al otro del cielo, palabra tan grande como ésta?; ¿se oyó cosa semejante?; ¿hay algún pueblo que haya oído, como tú has oído, la voz del Dios vivo, hablando desde el fuego, y haya sobrevivido?; ¿algún Dios intentó jamás venir a buscarse una nación entre las otras por medio de pruebas, signos, prodigios y guerra, con mano fuerte y brazo poderoso, por grandes terrores, como todo lo que el Señor, vuestro Dios, hizo con vosotros en Egipto, ante vuestros ojos? Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Guarda los preceptos y mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y prolongues tus días en el suelo que el Señor, tu Dios, te da para siempre».



Salmo responsorial: 32

R/. Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.

La palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra.


La palabra del Señor hizo el cielo; el aliento de su boca, sus ejércitos, porque él lo dijo, y existió, él lo mandó, y surgió.


Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre.


Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo; que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

2ª Lectura (Rom 8,14-17): Hermanos: Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. Habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: «¡Abba!» (Padre). Ese Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios; y, si somos hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, ya que sufrimos con él para ser también con él glorificados.

Versículo antes del Evangelio (Ap 1,8): Aleluya. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo, al Dios que es, y que era, y que ha de venir. Aleluya.

Texto del Evangelio (Mt 28,16-20): En aquel tiempo, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron. Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo».




«Haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo»

Mons. F. Xavier CIURANETA i Aymí Obispo Emérito de Lleida

(Lleida, España)



Hoy, la liturgia nos invita a adorar a la Trinidad Santísima, nuestro Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Un solo Dios en tres Personas, en el nombre del cual hemos sido bautizados. Por la gracia del Bautismo estamos llamados a tener parte en la vida de la Santísima Trinidad aquí abajo, en la oscuridad de la fe, y, después de la muerte, en la vida eterna. Por el Sacramento del Bautismo hemos sido hechos partícipes de la vida divina, llegando a ser hijos del Padre Dios, hermanos en Cristo y templos del Espíritu Santo. En el Bautismo ha comenzado nuestra vida cristiana, recibiendo la vocación a la santidad. El Bautismo nos hace pertenecer a Aquel que es por excelencia el Santo, el «tres veces santo» (cf. Is 6,3).


El don de la santidad recibido en el Bautismo pide la fidelidad a una tarea de conversión evangélica que ha de dirigir siempre toda la vida de los hijos de Dios: «Ésta es la voluntad de Dios: vuestra santificación» (1Tes 4,3). Es un compromiso que afecta a todos los bautizados. «Todos los fieles, de cualquier estado o régimen de vida, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad» (Concilio Vaticano II, Lumen gentium, n. 40).


Si nuestro Bautismo fue una verdadera entrada en la santidad de Dios, no podemos contentarnos con una vida cristiana mediocre, rutinaria y superficial. Estamos llamados a la perfección en el amor, ya que el Bautismo nos ha introducido en la vida y en la intimidad del amor de Dios.


Con profundo agradecimiento por el designio benévolo de nuestro Dios, que nos ha llamado a participar en su vida de amor, adorémosle y alabémosle hoy y siempre. «Bendito sea Dios Padre, y su único Hijo, y el Espíritu Santo, porque ha tenido misericordia de nosotros» (Antífona de entrada de la misa). 

HOMILÍA DEL PAPA FRANCISCO EN LA SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD Y PRIMERA JORNADA MUNDIAL DE LOS NIÑOS - 26 MAYO 2024



Homilía del Papa Francisco en la Solemnidad de la Santísima Trinidad y primera Jornada Mundial de los Niños

 Crédito: Daniel Ibáñez / EWTN 

26 de May de 2024


Ofrecemos la homilía completa que pronunció el Papa Francisco en la Misa por la Solemnidad de la Santísima Trinidad y en ocasión de la primera Jornada Mundial de los Niños.

El Santo Padre presidió la Eucaristía ante miles de niños presentes en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, llegados a Roma desde países de los cinco continentes, quienes ha reflexionado sobre el tema “Yo hago nuevas todas las cosas”.

Queridos niños, queridas niñas, estamos aquí para rezar, para rezar juntos, para rezar a Dios. ¿Están de acuerdo? ¿Están de acuerdo con esto? ¿Sí? Y nosotros rezamos a Dios: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.

¿Cuántos “dioses” son? Uno en tres personas: el Padre que nos creó a todos y que nos ama mucho. Cuando rezamos a Dios Padre, ¿cuál es la oración?, ¿cuál es la oración que todos rezamos? [Los niños responden: “el Padre Nuestro”].

Pidamos siempre a Dios, que es nuestro Padre, que nos acompañe en la vida y que nos haga crecer. Y, ¿cómo se llama el Hijo? ¿Cuál es el nombre del Hijo? [Los niños responden: “Jesús”]. ¡No oigo bien! “Jesús”. Oremos a Jesús para que nos ayude, para que esté cerca de nosotros.

Y también cuando comulgamos recibimos a Jesús y Jesús nos perdona todos los pecados. ¿Es verdad esto, que Jesús perdona todo? [Los niños responden: “Sí”]. No se oye, ¿qué sucede? ¿Es verdad? ¡Sí! ¿Pero siempre perdona todo? [Los niños responden: “Sí”]. ¿Siempre, siempre, siempre? [Los niños responden: “Sí”].

Y si hay un hombre o una mujer, pecador, pecador, muy pecador, con tantos pecados, ¿Jesús los perdona? [Los niños responden: “Sí”]. ¿Perdona también al más feo de los pecadores? [Los niños responden: “Sí”]. No se olviden de esto: Jesús perdona todo, siempre perdona.

Nosotros debemos tener la humildad de pedir perdón. “Perdóname, Señor, me he equivocado. Soy débil. La vida me ha puesto en dificultad, pero tú lo perdonas todo. Yo quisiera cambiar de vida y tú me ayudas”. Pero no he oído bien, ¿es verdad que perdona todo? [Los niños responden: “Sí”]. Entonces, no se olviden de esto.

El problema es: ¿quién es el Espíritu Santo? La respuesta no es fácil, porque el Espíritu Santo es Dios, está dentro de nosotros. Nosotros recibimos el Espíritu Santo en el Bautismo, lo recibimos en los sacramentos.

El Espíritu Santo es el que nos acompaña en la vida. Pensemos esto y digámoslo juntos: “el Espíritu Santo nos acompaña en la vida”. Todos juntos: “el Espíritu Santo nos acompaña en la vida”.

Es Aquel que nos habla en el corazón y nos sugiere las cosas buenas que debemos hacer. Otra vez: “el Espíritu Santo nos acompaña en la vida”. Es Aquel que cuando hacemos algo mal nos reprende por dentro. “El Espíritu Santo nos acompaña en la vida”. Ya lo han olvidado, no los escucho, ¡otra vez! El Espíritu Santo es el que nos da la fuerza, nos consuela en las dificultades. Juntos: “el Espíritu Santo nos acompaña en la vida”.

Así, queridos hermanos y hermanas, queridos niños y niñas, estamos todos felices porque creemos. La fe nos hace felices. Y creemos en Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Todos juntos: “Padre, Hijo y Espíritu Santo”. El Padre nos creó, Jesús nos salvó, y el Espíritu Santo, ¿qué es lo que hace?

Muchas gracias a ustedes. Saben que para estar seguros, los cristianos también tenemos una Madre, ¿cómo se llama nuestra Madre? ¿Cómo se llama nuestra Madre del cielo? [Los niños responden: “María”].

¿Saben rezar a la Virgen? [Los niños responden: “Sí”]. ¿Seguro? Hagámoslo ahora, quiero escucharlos, a todos. [Los niños recitan el Ave María]. Muy bien chicos y chicas, muy bien niñas y niños, ustedes son estupendos.

El Padre nos creó, el Hijo nos salvó y, ¿qué hacía el Espíritu Santo? ¡Excelente! Que Dios los bendiga, recen por nosotros, para que podamos seguir adelante.

Recen por los padres, por los abuelos y por los niños enfermos. Aquí hay muchos niños enfermos detrás de mí.

Recen siempre y sobre todo recen por la paz, para que no haya guerras. Ahora continuamos la Santa Misa. Pero, para no olvidarnos, ¿Qué hace el Espíritu Santo? ¡Excelente!  

LO ESENCIAL DEL CREDO - MEDITACIÓN DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

 





LO ESENCIAL DEL CREDO


A lo largo de los siglos, los teólogos cristianos han elaborado profundos estudios sobre la Trinidad. Sin embargo, bastantes cristianos de nuestros días no logran captar qué tienen que ver con su vida esas admirables doctrinas.


Al parecer, hoy necesitamos oír hablar de Dios con palabras humildes y sencillas, que toquen nuestro pobre corazón, confuso y desalentado, y reconforten nuestra fe vacilante. Necesitamos, tal vez, recuperar lo esencial de nuestro Credo para aprender a vivirlo con alegría nueva.


«Creo en Dios Padre, creador del cielo y de la tierra». No estamos solos ante nuestros problemas y conflictos. No vivimos olvidados. Dios es nuestro «Padre» querido. Así lo llamaba Jesús y así lo llamamos nosotros. Él es el origen y la meta de nuestra vida. Nos ha creado a todos solo por amor, y nos espera a todos con corazón de Padre al final de nuestra peregrinación por este mundo.


Su nombre es hoy olvidado y negado por muchos. Las nuevas generaciones se van alejando de él, y los creyentes no sabemos contagiarles nuestra fe, pero Dios nos sigue mirando a todos con amor. Aunque vivamos llenos de dudas, no hemos de perder la fe en este Dios, Creador y Padre, pues habríamos perdido nuestra última esperanza.


«Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor». Es el gran regalo que Dios ha hecho al mundo. Él nos ha contado cómo es el Padre. Para nosotros, Jesús nunca será un hombre más. Mirándolo a él vemos al Padre: en sus gestos captamos su ternura y comprensión. En él podemos sentir a Dios humano, cercano, amigo.


Este Jesús, el Hijo amado de Dios, nos ha animado a construir una vida más fraterna y dichosa para todos. Es lo que más quiere el Padre. Nos ha indicado, además, el camino a seguir: «Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo». Si olvidamos a Jesús, ¿quién ocupará su vacío?, ¿quién nos podrá ofrecer su luz y su esperanza?


«Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida». Este misterio de Dios no es algo lejano. Está presente en el fondo de cada uno de nosotros. Lo podemos captar como Espíritu que alienta nuestras vidas, como Amor que nos lleva hacia los que sufren. Este Espíritu es lo mejor que hay dentro de nosotros.


Es una gracia grande caminar por la vida bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. No lo hemos de olvidar. 


José Antonio Pagola

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 26 DE MAYO

 



Los cinco minutos de María
Mayo 26



Para ser devotos de María, a muchos les falta precisamente amarla no con frases y palabras sino con las obras y la vida.

Porque si se ama de veras y sin fingimientos, ese amor influye en toda la vida, ese amor es la consecuencia de lo que se piensa y lo que se dice es lógicamente consecuencia del amor.

Entonces se ama a María, se dice que se ama a María y se siente en verdad su devoción y su amor, porque ese amor es auténtico, veraz, sincero, profundo, vital.

Santa María de todos los momentos, que sepa santificarlos, haciendo la voluntad del Padre Dios.


* P. Alfonso Milagro

FELIZ SEMANA!!!

 




 

sábado, 25 de mayo de 2024

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 25 DE MAYO

 


 


Los cinco minutos de María
Mayo 25



Una madre nunca juzga al hijo, nunca condena su proceder; su maternal corazón la impulsa a hallar excusas y explicaciones para no juzgar y no condenar al hijo.

Si esto hace la madre terrena, podemos imaginar lo que hará la nuestra celestial.

A ella Dios no le ha encomendado la justicia sino la misericordia, no el castigo sino el perdón. Por eso, cuando la conciencia nos cargue con el peso del pecado, debemos acudir a ella implorando su perdón; siempre hallaremos su Corazón latiendo por nosotros, perdonándonos, amándonos.

Madre de todos, pero de un modo especial de los jóvenes, protégelos, porque ellos son la esperanza del mundo y de la Iglesia.


* P. Alfonso Milagro

 

Los cinco minutos de María
Mayo 24




Invocar a María como “Auxilio de los cristianos” no es sino expresar con palabras lo que nuestra Madre celestial hace en nosotros.

En efecto, María es la gran auxiliadora del pueblo cristiano, que de ella recibe la protección contra las adversidades, el consuelo en sus penas, la fortaleza en las desgracias.

Si el hijo en todo momento de aflicción acude a su madre… ¡Cuánto más no hará el cristiano invocando a su Madre Santísima en el dolor! A esta celestial Señora nada le preocupa tanto como ayudar a sus hijos que a ella acuden con sencilla confianza y profundo amor.

“Madre, yo soy más feliz que tú, porque tú no tienes una madre que te ame como tú me amas” (Santa Teresita).


* P. Alfonso Milagro




Los cinco minutos de María
Mayo 23



Cada uno tiene su propia personalidad y su propia misión personal e intransferible sobre la tierra. La Virgen María tuvo la suya. Toda su vida halla explicación en la misión maternal que Dios le confió.
El sentido de nuestra vida también reside en aquello para lo que Dios nos ha creado y para lo cual nos dotó de determinadas cualidades, nos puso en tales circunstancias, nos rodeó de tales personas, hizo que influyeran en nuestra vida tales acontecimientos.

San Pablo dice que “en todas las cosas interviene Dios para bien de los que lo aman” (Rom 8,28); hagamos nosotros todo para gloria del Dios a quien amamos.

Madre, que respondiendo a la misión encomendada nos diste a tu Hijo Jesús, aliéntanos y acompáñanos para que nosotros seamos fieles a la misión que Dios nos ha encomendado.


* P. Alfonso Milagro  

JUNIO: MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - ORACIONES Y NOVENA EN SU HONOR DEL 29 DE MAYO AL 6 DE JUNIO DE 2024

 



Novena y oraciones al Sagrado Corazón de Jesús

Novena al Sagrado Corazón de Jesús


Día 1: Divino Corazón de Jesús

"He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres". Jesús mismo nos da su Corazón. Nos lo ha dado todo. Pero permanezco insensible a sus dones. Me olvido de su amor y busco lo que en el fondo no me llena.


Día 2: Dios me ama

Jesucristo nos muestra al Padre para que le conozcamos y sepamos que es todo amor. Nuestro Dios es Misericordioso. ¿Cómo correspondo a tanto amor? ¿Amo a Dios con todo el corazón, con todo el ser y entendimiento?

Aunque me olvide de Dios, Él no se olvidará nunca de mi.


Día 3: Confianza en el Corazón de Cristo.

La fe es la ayuda de nuestra vida. Tan necesaria como el aire y la comida. A veces no la expresamos, nos avergonzamos de ser creyentes, la separamos de nuestra vida y se debilita. Cristo lo arriesgó todo por nosotros ¿Y yo qué estoy dispuesto a ofrecer? Jesús pide tu fe para obrar en ti.


Día 4: La oración.

Los apóstoles pidieron al Señor que les enseñara a rezar. Rezar es mantener fresca la relación con Dios. ¿Cuándo rezo? ¿Cómo es mi comunicación con Él? Apartarse de la oración es apartarse de Dios y escuchar otras voces. Sólo Dios habla desde el corazón al corazón, ahí es donde se hace entender y nos impulsa a actuar desde él.


Día 5: La vida, un regalo para amar.

El Corazón de Jesús nos habla del amor a Dios y a los hermanos. No basta con no odiar, no hacer el mal, no ser egoísta. Cristo nos pide hacer el bien, servir, amar, construir. Mi vida ¿se contenta con no hacer el mal o busca hacer el bien?

El Corazón de Jesús anima, consuela, da esperanza, fortalece, perdona, ofrece,...


Día 6: Humildes y sencillos de corazón.

Jesús valoró la humildad y sencillez. Ser y vivir desde la humildad es el fundamento de todas las virtudes. El ejemplo lo tenemos en la Virgen María, Dios se fijó en la humildad de su sierva y ella le dejó actuar. Es entonces cuando Dios hace obras grandes a través nuestro.


Día 7: El corazón de Jesús en tu corazón.

Dios penetra lo más profundo de nuestro ser y nos conoce mejor que nosotros mismos. Ante Él no cabe la mentira o el engaño. Vivir desde la verdad contagia y crea amistad, confianza, seguridad. Vivir la vida con autenticidad construye el Reino del Corazón de Cristo y nos hace portadores de su luz y verdad.


Día 8: Por María al corazón de Jesús.

Jesús nos da a su Madre. Por voluntad suya, María se convierte en madre de todos. Sus Gracias nos vienen a través de ella. ¿Cómo amo a la Madre de Jesús? ¿Recurro a ella y le rezo?

Ella es ejemplo de seguimiento al Corazón de Jesús, ejemplo de discípula fiel hasta el final. La llena de Gracia para inundamos de las Gracias de su Hijo.


Día 9: El Santísimo Sacramento.

Una dulce palabra sale del sagrario: "Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, que yo os aliviaré". Así habla el Corazón de Dios. Él quiere ser tu fuerza, tu consuelo, tu sentido. Necesitamos alimentamos de Él y beber de la fuente que mana de su Corazón. Desea que vivamos cada día en el Corazón de Jesús. Espera tu respuesta.


Oración para cada día

Corazón de Jesús, llena nuestro mundo de tu amor Tú que, a pesar de las debilidades y egoísmos de los hombres, haces comprender que se ensancha tu Corazón, cuando ves crecer la Civilización del Amor. Haz de nosotros almas generosas que se entreguen por entero a tu proyecto de salvación sobre la humanidad. Sagrado Corazón de Jesús en ti confío. Amén.


Petición

Sagrado Corazón de Jesús, tú conoces nuestras necesidades e intenciones. Nos has dicho: "pedid y se os dará", lo hago con fe sincera y te confio esta petición... Todo lo espero de tu infinita bondad si es para tu gloría y para nuestro bien. Amén


Letanías

Corazón de Jesús, bondad y amor infinitos. Ruega por nosotros.

Corazón de Jesús, fortaleza de los que sufren. Corazón de Jesús, consuelo de los afligidos.

Corazón de Jesús, digno de toda alabanza.

Corazón de Jesús, salvación de los que en tí esperan. Corazón de Jesús, paciente y lleno de misericordia.

Corazón de Jesús, fuente de vida.


Ofrecimiento al Sagrado Corazón de Jesús

¡Divino Corazón de Jesús! Por medio del Corazón Inmaculado de María, te ofrezco las oraciones, obras y trabajos de este día, para corresponder a tu gran amor. Te presento mi vida entera para que se haga tu voluntad y no la mía. Haz que toda mi persona contribuya a la construcción de tu Reino. Que mi corazón responda a los impulsos de tu Corazón. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.




Devoción al Sagrado Corazón de Jesús

La devoción al Sagrado Corazón de Jesús tiene por objeto el Corazón de Jesucristo y el amor inmenso en que se abrasa por nosotros.

Tiene por fin devolverle amor por amor, darle gracias por sus beneficios y reparar los ultrajes que no cesa de recibir.

Esta devoción es la más excelente sea por su objeto material, que es el corazón de carne del Hombre Dios, manantial de la sangre que ha salvado al mundo, sea sobre todo por su objeto espiritual que es el amor de este divino Salvador.

Este divino Corazón ha sido formado para nosotros en el seno de María; ha palpitado, ha orado, se ha conmovido, ha sufrido. El ha dictado las hermosas páginas del Evangelio; es la fuente de los Sacramentos.

Él es quien, desde el Tabernáculo santo, sostiene, dirige, consuela a las almas; este Corazón es el que inspira todos los sacrificios, el que santifica todos nuestros dolores, el que hace nacer todas nuestras virtudes.

Este Corazón es el que perdona en el santo tribunal de la Penitencia, que se manifiesta a nosotros por sus inspiraciones interiores; es el que nos ha dado por madre a María, y el que, en la Eucaristía, hace sus delicias al habitar entre los hijos de los hombres .

Esta devoción es una de las más completas, porque resume la religión entera, que no es otra cosa sino un comercio de amor entre Dios y el hombre.

Esta devoción es una de las más amables y más consoladoras, puesto que nos muestra todos nuestros padecimientos sufridos por el corazón de nuestro Dios, antes de llegar a nuestros corazones; porque nos da a conocer el Corazón e Jesús, ese Corazón en el cual abundan todas las cualidades que forman los corazones buenos, los corazones nobles, grandes, generosos, heroicos.

El Corazón de Jesús es el corazón del amigo más adicto y más fiel, el corazón del mejor y del más tierno de los padres, el corazón del libertador más desinteresado y magnánimo, el corazón de un Dios que posee todos los atractivos, todas las perfecciones que puedan agradar, conmover y atraer.


Promesas de Jesucristo a Santa Margarita María, a favor de las personas devotas de su Sagrado Corazón

1.- Les daré todas las gracias necesarias a su estado.

2.- Pondré paz en sus familias.

3.- Les consolaré en todas sus penas.

4.- Seré su refugio seguro durante su vida y sobre todo en la muerte.

5.- Derramaré abundantes bendiciones sobre todas sus empresas.

6.- Los pecadores encontrarán en mi Corazón un manantial y el océano de la misericordia.

7.- Las almas tibias se volverán fervorosas.

8.-Las almas fervorosas llegarán rápidamente a una gran perfección.

9.- Bendeciré las casas en las cuales sea expuesta y honrada la imagen de mi sagrado Corazón.

10.- Daré a los sacerdotes el talento necesario para ablandar los corazones más endurecidos.

11.- El nombre de las personas que propaguen esta devoción quedará escrito en mi Corazón y jamás se borrará.

12.- 12. A todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes continuos, el amor omnipotente de mi Corazón les concederá la gracia de la perseverancia final.



Oraciones en honor al Sagrado corazón de Jesús

Oración al Sagrado Corazón de Jesús

Señor Jesucristo que dijiste: «Pedid y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra, y a quien llama se le abre». Tus palabras me infunden confianza, sobre todo en los momentos de necesidad:


(Se ora en silencio presentando la intención por la que se desea pedir).


¿A quién he de pedir, sino a Ti, cuyo Corazón es un manantial inagotable de todas las gracias y dones? ¿Dónde he de buscar sino en el tesoro de tu corazón, que es misericordioso?

¿A dónde he de llamar sino a la puerta de ese Corazón Sagrado, a través del cual Dios viene a nosotros, y por medio del cual vamos a Dios?

A Ti acudimos, Corazón de Jesús, porque en Ti encontramos consuelo, cuando afligidos pedimos protección; cuando cansados por el peso de nuestra cruz, buscamos ayuda; cuando la angustia, la enfermedad, la soledad o el fracaso nos impulsan a buscar una fuerza superior a las fuerzas humanas.

Creo firmemente en Ti, en tu Misericordia que no tiene límites y confío en tu Corazón compasivo.

Quiero que mi corazón esté lleno de la confianza con que oró el centurión romano en favor de su criado; de la confianza con que oraron las hermanas de Lázaro, los leprosos, los ciegos, los paralíticos que se acercaban a Ti porque sabían que tus oídos y tu Corazón estaban siempre abiertos para oír y remediar sus males.

Concédeme mirar las cosas, mi situación, mis problemas, mi vida entera, desde otro ángulo, con más espíritu de fe.

Deseo amarte, adorarte y servirte, oh buen Jesús. Sagrado corazón de Jesús, en ti confío. Amén




Consagración diaria al Sagrado Corazón de Jesús

Amable Jesús mío, como testimonio de mi agradecimiento y en reparación de mis infidelidades, yo te doy mi corazón; me consagro enteramente a ti y propongo con tu gracia no ofenderte ya más.





Novena de confianza al Sagrado Corazón de Jesús

¡Oh Corazón de amor, en Ti pongo toda mi confianza, pues todo lo temo de mi fragilidad, más lo espero todo de tu bondad!


Invocaciones de la novena

Amor del Corazón de Jesús, abrasad mi corazón,

Caridad del Corazón de Jesús, derramaos en mi corazón,

Fortaleza del Corazón de Jesús, sostened mi corazón,

Misericordia del Corazón de Jesús, perdonad a mi corazón,

Paciencia del Corazón de Jesús, no os canséis de mi corazón,

Reino del Corazón de Jesús, estableceos en mi corazón,

Ciencia del Corazón de Jesús, enseñad a mi corazón,

Voluntad del Corazón de Jesús, disponed de mi corazón,

Celo del Corazón de Jesús, devorad mi corazón.


(Rezad cada día las oraciones y ofreced un obsequio con amor).


Intenciones Generales:

Reparar:

1.- La impiedad y la indiferencia.

2.- La blasfemia.

3.- La profanación de los sacramentos.

4.- El abuso de las gracias.


Rogar:

1.- Por la propagación de la devoción al Sagrado Corazón.

2.-Para alcanzar un conocimiento más íntimo de Nuestro Señor Jesucristo.

3.- Por el Sumo Pontífice y por la Iglesia.

4.- Por el aumento de la Fe, de la Esperanza y de la Caridad.

5.- Para alcanzar una buena muerte.

6.- Por la conversión de los pecadores.

7.- Por los agonizantes.


Intenciones Particulares:

A tu Corazón confío…(expóngase la petición). Míralo todo, después haz lo que tu Corazón te diga, deja obrar a tu Corazón. ¡Jesús mío, yo cuento contigo, y me fío de Ti, yo descanso en Ti, yo estoy seguro de tu Corazón!

A vuestras profundas adoraciones

RESPONDED: Me uno, ¡Oh Corazón de Jesús!

A tu amor ardiente, (R)

A tu celo fervoroso, (R)

A tus reparaciones, (R)

A tus acciones de gracias, (R)

A tus oraciones inflamadas, (R)

A tu silencio elocuente, (R)

A tu humildad, (R)

A tu obediencia, (R)

A tu paz y mansedumbre, (R)

A tu bondad inefable, (R)

A tu caridad universal, (R)

A tu profundo recogimiento, (R)

A tu tierna solicitud por la conversión de los pecadores, (R)

A tu íntima unión con Tu Padre Celestial, (R)

A tus intenciones, deseos y quereres.




Oración por los agonizantes:

¡Oh misericordioso Jesús, abrasado en ardiente amor de las almas!

Te suplico por las agonías de tu sacratísimo Corazón y por los dolores de tu inmaculada Madre, que laves con tu sangre a todos los pecadores de la tierra que estén ahora en la agonía y tienen que morir hoy. Amén.

Corazón agonizante de Jesús, ten misericordia de los moribundos.




Letanías del Sagrado Corazón de Jesús


Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.

Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.

Dios Hijo, redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.

Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.

Trinidad Santa, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.

Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen Madre ,(R: ten piedad de nosotros).

Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios, (R).

Corazón de Jesús, de majestad infinita, (R ).

Corazón de Jesús, santuario de la divinidad, (R ).

Corazón de Jesús, templo de la Santísima Trinidad, (R ).

Corazón de Jesús, abismo de sabiduría, (R ).

Corazón de Jesús, casa de Dios, puerta del Cielo, (R ).

Corazón de Jesús, silla de la grandeza y de la majestad de Dios, (R ).

Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, (R ).

Corazón de Jesús, que reposas entre los lirios, (R ).

Corazón de Jesús, océano de bondad, (R ).

Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad, (R ).

Corazón de Jesús, trono de misericordia, (R ).

Corazón de Jesús, tesoro que no se agota jamás, (R ).

Corazón de Jesús, magnífico con los que te invocan, (R ).

Corazón de Jesús, de cuya plenitud hemos sido enriquecidos, (R ).

Corazón de Jesús, modelo de todas las virtudes, (R ).

Corazón de Jesús, infinitamente amable e infinitamente bueno, (R ).

Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad, (R ).

Corazón de Jesús, objeto de las complacencias del Padre celestial, (R ).

Corazón de Jesús, hostia viviente, Santa y agradable a Dios, (R ).

Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, (R ).

Corazón de Jesús, lleno de amargura por nuestra causa, (R ).

Corazón de Jesús, triste hasta la muerte en el jardín de los Olivos, (R ).

Corazón de Jesús, saciado de oprobios, (R ).

Corazón de Jesús, herido de amor, (R ).

Corazón de Jesús, obediente hasta morir en la cruz, (R ).

Corazón de Jesús, desangrado en la cruz, (R ).

Corazón de Jesús, traspasado por la lanza, (R ).

Corazón de Jesús, transido de dolor por nuestros pecados, (R ).

Corazón de Jesús, nuestra vida y nuestra resurrección, (R)

Corazón de Jesús, nuestra paz y nuestra reconciliación, (R )..

Corazón de Jesús, ultrajado en el Santísimo Sacramento de tu amor, (R ).

Corazón de Jesús, refugio de los pecadores, (R ).

Corazón de Jesús, fuerza de los débiles, (R ).

Corazón de Jesús, consuelo de los afligidos, (R ).

Corazón de Jesús, perseverancia de los justos, (R ).

Corazón de Jesús, salud y salvación de los que en Ti esperan, (R ).

Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren (R).

Corazón de Jesús, dulce apoyo de tus adoradores, (R ).

Corazón de Jesús, delicia de todos los Santos, (R )

Corazón de Jesús, vocación de los religiosos y religiosas, (R )..

Corazón de Jesús, nuestra ayuda en las tribulaciones, (R ).,

Corazón de Jesús, protector de las familias que te invocan, (R ).

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros.

Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.

V. Jesús, manso y humilde de corazón,

R. haz nuestro corazón, semejante al tuyo.

ORACIÓN

Señor mío Jesucristo, que por un nuevo beneficio de tu amor, te has dignado abrir a tu Iglesia las riquezas inefables de tu Corazón, haz que podamos devolver amor por amor a ese adorable Corazón, y con nuestros homenajes de respeto y adoración, reparar los ultrajes con que la ingratitud de los hombres no cesa de ofenderte.

Te lo pedimos a ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.


Al Sagrado Corazón de Jesús:

¡Oh Sagrado Corazón de Jesús! Te adoro con toda mi alma y te consagro para siempre jamás, todos mis pensamientos, mis palabras
y obras.

¡Ojalá pudiera, oh divino Corazón, consagrarte tantas adoraciones, tanto amor y tanta gloria como Tú consagras a tu eterno Padre! Sé el reparador de mis defectos, el protector de mi vida y mi amparo en la hora de mi muerte. Esta gracia te la pido también para los pobres pecadores, los corazones afligidos, los enfermos y los agonizantes; para mis parientes y bienhechores, amigos y enemigos; por las personas que se encomiendan a mis oraciones, especialmente por aquellas por quien tengo obligación de pedir y, en fin, para todos los hombres que existen en la tierra, a fin de que los méritos de tu preciosa Sangre no se pierdan para ellos. Haz también que sean aplicados en sufragio por las almas del Purgatorio, para que todos en el Cielo podamos bendecirte, adorarte y amarte. Amén.

¡Alabado sea el sagrado Corazón de Jesús en el santísimo sacramento del Altar!

¡Sea por siempre bendito y alabado!

¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!

Confío:

El pasado a vuestra Misericordia,

El presente a vuestro Amor

Y el futuro a vuestra Providencia.




ACORDAOS

Acordaos ¡oh Sagrado Corazón de Jesús! de todo lo que habéis hecho por salvarnos. Acordaos del eterno e inmenso amor que habéis tenido por todos los hombres; que tu Corazón acoja a los que a ti acuden y se conmueva ante nuestras debilidades.

Llenos de confianza y amor, venimos a tu Corazón, como el corazón del mejor de los padres, del más fiel y bueno de los amigos. Recíbenos, ¡oh Corazón sagrado! en tu infinita ternura; haznos sentir los efectos de tu amor; se nuestro apoyo, nuestro mediador ante nuestro Padre, y concédenos la fuerza en nuestra debilidad, consuelo en nuestras penas, y la gracia de amarte en el tiempo y de poseerte en la eternidad.

Corazón de Jesús, acudo a Ti porque eres mi refugio, mi esperanza; el remedio de todos mis males, el alivio de mis miserias, la reparación de todas mis faltas, la seguridad de todas mis peticiones, la fuente inagotable para mí, y para todos la luz, fuerza, constancia, paz y bendición.

Estoy seguro que no te cansarás de mí y que no cesarás de amarme, protegerme y ayudarme, porque me amáis con un amor infinito.

Ten piedad de mí, según tu gran misericordia, y haz de mí, por mí, y en mí todo lo que quieras, porque yo me abandono a tu Corazón con la entera confianza de que no me abandonarás jamás. Así sea. 

martes, 21 de mayo de 2024

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 22 DE MAYO

 




Los cinco minutos de María
Mayo 22


Si miramos la vida de María con ojos humanos, no hallaremos en ella brillo ni cosas llamativas; ella se santificó no precisamente por las cosas que hizo, sino por el espíritu de amor con que las realizó.
Lo que ella hizo fue lo que todas las mujeres de Israel hacían en aquella época; muchos hicieron cosas de mayor relevancia a los ojos de los hombres; pero el espíritu de amor que ella puso en sus cosas no lo alcanzaron quienes convivieron con la Virgencita de Nazaret.

Pero si tú estás destinado a hacer cosas que llamen la atención de los que te rodean, no estás por ello eximido de la santidad, pues en todas las cosas has de poner amor, mucho amor, y solamente amor.
Madre de los Apóstoles, a quienes transmitiste el espíritu de tu Hijo, que todos perseveremos unánimes en la oración contigo.


* P. Alfonso Milagro




Los cinco minutos de María
Mayo 21



Como elemento de cohesión en su Iglesia, Dios ha puesto a María Santísima, para que ella borre todas las diferencias que nos separan y nos alejan; lo puramente humano puede fallar, y por consiguiente, no llegar a unirnos de modo total y definitivo.

La unión estable solamente la da Dios: el amor al Padre Dios y al amor a la Madre celestial, María.

Por eso la unión de los hombres sigue siendo una utopía, porque no se la quiere fundamentar en Dios, en la fidelidad al amor de Dios y al amor de María.

Trabajemos, para que esa unión deje de ser utopía y se convierta en realidad.

Madre, de ti vino la salvación del mundo. Acércanos a tu Hijo, que es nuestra salvación.


* P. Alfonso Milagro



Los cinco minutos de María
Mayo 20



Cuando el ángel se apareció a María, seguramente la encontró de rodillas, meditando la palabra de Dios proclamada por los profetas.
Adoptó esa actitud humilde que fue la que le mereció las complacencias del Altísimo; y, una vez que conoció el contenido del mensaje angélico, no se enorgulleció, antes bien ahondó más y más en sus sentimientos de humildad y se llamó a sí misma “la esclava, la servidora del Señor”.

Empequeñecerse a los ojos de Dios es la mejor forma de ganar su voluntad y de conseguir sus bendiciones.

Madre digna de ser admirada por las maravillas que Dios realizó en ti, queremos imitar tu admirable correspondencia a la gracia del Espíritu.


* P. Alfonso Milagro

IMÁGENES Y GIFS DE SANTA RITA DE CASIA, 22 DE MAYO

  




















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