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viernes, 13 de marzo de 2015

JUVENTUD DE MARÍA


Juventud de María
Padre Juan Manuel del Río C.Ss.R. 



Era María muy joven 
tan joven como la vida
y todo le maravillaba.

Era como la espiga dorada 
en medio de los trigales 
y las rojas amapolas.

De azul intenso vestían 
los cielos de Nazaret
lejos quedaba el invierno.

Trinos nuevos ensayaban 
cada día los jilgueros 
alegrando la enramada.

Alondras de vuelo grácil 
jugaban entre las nubes
con amor de atardeceres.

María aprendía la lección 
del vivir de cada día 
escrita en la Creación.

De estrellas fulguraba el cielo 
entrada que era la noche 
aromada de jazmines.

Y al amanecer del nuevo día 
balidos de recentales
salían de las majadas.

Embebida en el salmo del paisaje 
infantil plegaria cada día rezaba 
al Dios que habita en los cielos.

De este modo tan sencillo 
pasaban los días felices 
de su joven existencia.

Hasta que de pronto el Señor
de su Gracia la colmó 
y en su seno virginal
el Verbo de Dios se encarnó.

ORACIÓN A LA SANGRE DE CRISTO


ORACIÓN DE LA SANGRE DE CRISTO



Señor Jesús, en tu nombre y con el poder de tu Sangre preciosa sellamos toda persona, hechos o acontecimientos a través de los cuales el enemigo nos quiera hacer daño. 

Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos toda potestad destructora en el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego, debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas de la naturaleza, en los abismos del infierno, y en el mundo en el cual nos moveremos hoy.

Con el poder de la Sangre de Jesús rompemos toda interferencia y acción del maligno.

Te pedimos, Jesús, que envíes a nuestros hogares y lugares de trabajo a la Santísima Virgen acompañada de San Miguel, San Gabriel, San Rafael y toda su corte de Santos Ángeles.
Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos nuestra casa, todos los que la habitan,

 (aquí se nombre cada persona que habita en nuestro hogar),

 las personas que el Señor enviara a ella, así como los alimentos y los bienes que El generosamente nos envía para nuestro sustento de hoy.

Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos tierra, puertas, ventanas, objetos, paredes y pisos, el aire que respiramos y en Fe colocamos un circulo protector de tu Sangre alrededor de toda nuestra familia.

Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos los lugares en donde vamos a estar este día, y las personas, empresas o instituciones con quienes vamos a tratar, 

(aquí se nombra cada oficina, banco, empleo).

Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos nuestro trabajo material y espiritual, los negocios de toda nuestra familia y los vehículos, carreteras, aviones, o cualquier método de transporte que vayamos a utilizar hoy. 

Con tu sangre preciosa sellamos 
los actos, las mentes, y los corazones de todos los habitantes y dirigentes de nuestro país, a fin de que reine tu paz y tu corazón en el.

Te agradecemos, Señor, por tu Sangre y por tu Vida, ya que gracias a Ellas hemos sido Salvados y preservados de todo lo malo.

AMÉN.

! OH CORAZÓN DE MARÍA !


¡Oh Corazón de María!
Hna. Teresa del Carmen Rodríguez Perez 



Oh Corazón de María, 
traspasado por la lanza
anunciada por Simeón.

Oh corazón generoso
admirable, amoroso
herido por el AMOR.

Mendigas Madre a mi puerta,
permaneces esperando
por si la dejara abierta.

Pasas la noche anhelando
que mi corazón ingrato, 
descanse en tu regazo
y se abandone a tu abrazo.

Al pie de la cruz tomaste
a tus Hijos redimidos
con la sangre de Jesús
nuestro Cordero Divino.

Permaneciste segura,
ofreciéndote con él,
cual sacerdote al celebrar,
el sacrificio del Altar.

Eres admirable Madre
no guardaste para Ti
nada que no fuera tuyo
pues tu misma te entregaste
en oblación con el Cristo
el Señor, el Redentor.

Del Corazón de tu Hijo
brotó Madre, Agua y Sangre
y tus manos se elevaron
llevando al Altar del Cielo,
tus plegarias, tu corazón 
inocente, Inmaculado, 
traspasado de dolor 
y sostenido por el AMOR.

Ese Corazón herido
Madre hoy quiero consolar,
abrazar, no despreciar.

Tengo temor yo de mí,
pongo mi confianza en Ti,
me llevarás a tu casa,
tu hija me llamarás
y en mí tu corazón
Madre mía triunfará