LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Setiembre 2
La vida es una mezcla continua de alegrías y de dolores, de éxitos y fracasos, de mañanas llenas de luz y de noches cargadas de oscuridad.
¡Cuántos fracasos, cuántos apagones en la vida de todo hombre, aún en la vida de los héroes, aún en la vida de los santos! No hay que extrañarse, por lo tanto, de que también los tengamos nosotros, aunque no seamos ni lo uno ni lo otro.
Pero esos héroes y esos santos se hicieron tales porque supieron armonizar y equilibrar esos momentos; ni se dejaron abatir por las tinieblas ni se desubicaron por la luz de los éxitos.
Eso también tú lo puedes hacer; y, si lo puedes, lo debes.
Nunca te deslices por la cuenta de los vulgares pensamientos y de las acciones innobles.
Deberás caminar siempre con los pies en el suelo; pero que tu corazón mire hacia el cielo. Hacia allá, como estrella orientadora, fija tu ideal: hacerte cada vez mejor asemejándote a Dios.
“¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?” Ellos le respondieron: “Unos dicen que es Juan el Bautista; otros Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas”. “Y ustedes -les preguntó- ¿quién dicen que soy?”. Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16, 13-16). Muchos y muchas veces te preguntarán quién crees que es Cristo. ¿Qué les vas a responder?
* P. Alfonso Milagro
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